Anteriormente, usted se dedicó a exigir
que me expulsen del país, probablemente ignorando que en nuestra República y en
nuestra Constitución se ha erradicado la práctica de los regímenes militares de
expatriar a sus críticos.
Desde el fuero de diputado que lo protege,
usted me ha acusado, siempre en público, de ser “traficante de armas” (vea mi
carta a usted titulada “Carta a un mentiroso compulsivo del 12 de febrero 2014)
y “vocero de pandillas” y otras cosas por el estilo.
A mi me llena de orgullo tener a usted
como enemigo. Los hombres decentes no podemos ser sino enemigos de los sinvergüenzas
y de los predicadores del odio.
¿Cómo no ser enemigo de un dirigente
político que promueve la pena de muerte y al no encontrar eco, abiertamente
apoya la triste práctica de los comandos de exterminio, diciendo: “legal o ilegalmente, la pena de muerte en el país es necesaria”?
¿Y cómo no ser enemigo de un político que
habla así en twitter?
Puedo perfectamente entender que así
reaccionan las víctimas de la violencia. Pero no un diputado. A los diputados y
funcionarios loselegimos para que no nos gobierna el higado, sino la
racioanlidad.
Y este hombre que pide sangre me acusa a
mí de apología del delito y de la violencia…
Por más que usted exija que me arresten y
me acusen del delito de haber sido mediador de la tregua, esto no va a pasar. Y
es más, también Raúl Mijango y los otros acusados en el “caso tregua” van a
salir libres, una vez que se asienta el polvo de la acusación política y
mediática y la justicia comience a revisar en serio las pruebas. A pesar de
todo, a pesar incluso del populismo judicial en el caso de Raúl Mijango, yo
sigo creyendo en nuestro sistema de justicia. Yo sigo confiando que no se
preste a juicios políticos.
Mauricio Funes promovió los juicios políticos
contra Don Billy Sol Bang y a Francisco
Flores – y mire quien al final va a tener que enfrentar la justicia…
Usted va a terminar este año siendo
presidente de la Asamblea Legislativa, porque lamentablemente así el FMLN se
compró “gobernabilidad” para su gobierno. El precio que vamos a pagar como
país, será inmenso. Ya vimos en Guatemala y Brasil qué puede pasar cuando ponen
al frente del parlamento a personajes sin moral.
La única manera que usted puede cumplir
con el país sería renunciar a la presidencia de la Asamblea.
(Mas!/El Diario de Hoy)