Diste el paso. Te apartaste. Dejaste libre el espacio para que otros asuman el liderazgo.
Te felicito. Facilitar el relevo es bueno, aunque siempre tiene sus riesgos. Aunque no es importante, lo voy a decir: Yo hubiera preferido que te postularas una vez más, para llevar a buen termino el proceso de democratización, apertura y renovación de ARENA. Hubo muchos que empujaron la apertura, pero vos fuiste el hombre que se quedó parado en la puerta, cuidando que nadie la cerrara. Este riesgo existe, ahora que te apartas de la contienda por la presidencia del COENA. Es obvio que hay quienes solo esperan que vos te apartes, para volver a cerrar la puerta y hasta las ventanas – y evitar que sigan entrando aires de rebeldía y renovación.
Pero también hay quienes están dispuestos a defender y profundizar el proceso de apertura, porque saben que es la única forma de construir la nueva mayoría que puede, no sólo de ganar las elecciones del 2018 y del 2019, sino sostener políticas públicas audaces que nos llevan a salir de la crisis de crecimiento y seguridad.
De aquí a septiembre, cuando se elija el nuevo COENA, te tocará ser el guardián del proceso democrático interno. A los que desde el COENA y la Comisión Política controlan el aparato partidario les tocará asegurar que este no se articule en defensa de sus propios intereses, sino con visión de país.
En el proceso de definición interna habrá competencia fuerte. No hay que tenerle miedo. Con tal que logren que el debate no sea solamente sobre personas (como en el burdo espectáculo de las primarias republicanas en Estados Unidos), sino sobre conceptos políticos y sobre propuestas de cómo enderezar al país, la competencia es ventaja. Por más plural el partido, más amplia la mayoría que logrará construir.
Entonces, ¿por qué estoy diciendo que tu salida significa un riesgo?
Porque esta vez, ARENA no se puede equivocar.
La elección del nuevo liderazgo de ARENA es el primer paso de un proceso que incluye saber escoger a los candidatos más idóneos para alcaldías y diputados, y para la contienda presidencial del 2019. Es también el primer paso para construir un maquinaria electoral que desde septiembre 2016 a marzo 2019 trabaje con una sola misión: construir la nueva mayoría, junto con la ciudadanía y todas sus expresiones, necesaria para ganar las elecciones del 2018 y 2019, para defender la institucionalidad (en 2019 se elegirá a cinco magistrados de la Corte Suprema, entre ellos cuatro para la Sala de lo Constitucional), y para hacer sostenibles las políticas públicas audaces necesarias para superar la crisis de seguridad y para reactivar la economía.
Esta vez ARENA no se puede equivocar. Y esto no sólo significa que tiene que saber escoger, ¡esta vez sí!, al candidato presidencial (que bien puede ser candidata) que logra romper con la desconfianza y apatía de la ciudadanía frente a los partidos, incluyendo ARENA.
Tu partido no tiene derecho de equivocarse nuevamente. Y parte de este imperativo categórico, Jorge, te toca a vos – aunque ya no competirás en la contienda interna. Más bien: Precisamente por esto. El rumbo de ARENA se define entre hoy y septiembre. O retrocede y se atrinchera en la zona de confort de los funcionarios públicos y partidarios; o se lanza a conquista de la confianza de la ciudadanía, que es indispensable para ganarse nuevamente el derecho y privilegio de gobernar.
Será un ejercicio complejo entre unidad y rumbo claro. Hay que preservar la unidad, por esto el nuevo liderazgo tiene que ser amplio e inclusivo. Pero al mismo tiempo hay que definir el rumbo – y proyectarlo sin titubeos. Rumbo de renovación, pluralidad, apertura; rumbo de democratización interna, de autocrítica y corrección; rumbo de abrazar la responsabilidad social.
Si el partido, para no ofender a nadie y así mantener una unidad precaria, decide mejor no definir su rumbo, no tiene posibilidad de convencer a la ciudadanía no partidaria.
Así que la tarea del liderazgo que ustedes elegirán en septiembre, es compleja. Tiene que ser inclusivo y expresar la pluralidad, pero con clara definición del rumbo.
Tendrás mucho trabajo de aquí a septiembre, Jorge. A la obra – lo más transparente posible, porque tu principal aliado lo tendrás en la ciudadanía y la opinión pública.
Saludos,