De veras que no te envidio tu trabajo como traductor del presidente. Hasta ahora lo has hecho con admirable paciencia. Bueno, no tomando en cuenta tus recientes exabruptos sobre “voceros de pandillas”, “desestabilización”, “golpes de Estado”, “golpe suave”… Pero no te culpo por esto, porque estas ideas de tu presidente y tu partido realmente son una misión imposible hasta para el mejor traductor y comunicador…
Pero el otro día de verdad que metiste la pata. Luego de todo lo que hemos visto, pensaba que nuestro señor presidente ya no me podía provocar este sentimiento feo que se llama “pena ajena” hasta que vi la extraña aparición de Salvador Sánchez Cerén la noche del domingo pasado. Mejor dicho: reaparición, luego de su viaje a Cuba, una vez que habíamos salido del desmadre del paro al transporte…
Cualquiera hubiera pensado que ustedes aprovecharían el regreso del presidente, poniéndolo en escena como el Jefe de Estado que comunica a la nación confianza, liderazgo, firmeza. No sé qué pasó, si por ejemplo vos tenías tu día libre ese domingo, pero les salió por la culata. En vez de poner al presidente en CAPRES, vestido de Jefe de Estado, rodeado por los símbolos patrios y por los hombres fuertes de su gabinete, lo grabaron en su casa, sentado en un mueble indescriptible donde el pobre se hundía, y para colmo, pusieron como entrevistador al presentador de TV más impresentable del país: Roberto Hugo Preza. Y además de todo esto, una pésima iluminación y audio que destaca al Canal 21.
Vos, que sos comunicador (bueno, el primer comunicador del Ejecutivo) sabés que en tiempos de crisis e incertidumbre el mensaje tiene que ser contundente. O es contundente o es contraproducente. También sabés que para que un mensaje sea impactante, 70% depende de la imagen, del lenguaje corporal, de la puesta en escena y tal vez el 30% del contenido. Tu presidente falló en ambos campos. El contenido era confuso, y el presentador, en vez de ayudarle, le terminó de hundir. El único mensaje que había que dar, luego de la inexplicable ausencia de una semana, era: Aquí está su presidente, está al mando, no habrá otro paro.
De lo que menos había que hablar es de rumores. Los presidentes no hablan de rumores. Pero pusieron al presidente a quejarse de rumores. Irónicamente de rumores que tenían su origen en el propio gobierno y sus aparatos policiales y de inteligencia.
Tampoco los mandatarios dicen que van a preguntar a los buseros si habrá o no transporte. Pero pusieron a Sánchez Cerén a decir esto, y además con cara de afligido.
Pero bueno, supongo que en cuanto a contenido y discurso es difícil esta tu tarea con este presidente. De todos modos, lo decisivo es la imagen. Qué extraño: Para sus spots de publicidad ustedes tienen verdaderos maestros de la imagen, y cuando realmente es importante y toda la nación espera una señal clara, ustedes encargan esta parte estratégica a Megavisión.
Ya era grave que el presidente haya estado ausente todo este tiempo lleno de angustia y confusión. Pero cuando al fin viene, cuando todos están con la incertidumbre si habrá o no otro paro, ustedes lo presentan como abuelito en su casita, casi en pantuflas. Imperdonable.
La situación del país no se calmó por la intervención del Jefe del Estado, tampoco por la actuación de su policía y Fuerza Armada. Se calmó a pesar del gobierno. Se calmó, porque nunca hubo amenaza de un segundo paro.
Me imagino que no fuiste vos quien puso tan pobremente en escena el regreso del presidente. Quien haya sido, logró una vez más evidenciar el terrible vacío de liderazgo en este gobierno. Repito: No te envidio por esta tu tarea de traductor del presidente.
Saludos de Paolo Lüers, vocero del golpe de estado duro-blandito
(Mas!/El Diario de Hoy)