Lo que estaba diciendo es que no podíamos
permitirnos el lujo que el partido se dividiera.
Había una situación crítica: No se
lograba una determinación clara y definitiva alrededor de mi candidatura. Yo
tenía dos alternativas: podía defender mi candidatura provocando movilizaciones
de los líderes comunales y sus bases que me respaldan, que estaban dispuestos a
lanzarse a la calle, hacer marchas en apoyo a mi candidatura. Pero esto hubiera
puesto en peligro la unidad del partido. Tal vez hubiera impuesto mi
candidatura, pero a un alto costo: no tener el apoyo unitario. O podía tomar la
decisión de no permitir este tipo de efervescencia, y mas bien facilitar que el
partido encontrase a un candidato con más amplios consensos - y al mismo tiempo
dar espacio a un refrescamiento de nuestra propuesta municipal. La decisión que
tomé era difícil para mi, pero la única responsable: provocar que se construyera
una candidatura con mayores niveles de consenso y cohesión interna.
¿La
dirigencia de ARENA supo apreciar este gesto de madurez de parte tuya y que
actuó con la misma responsabilidad en esta situación crítica?
Todos supimos poner el interés del país encima
de intereses particulares. Hubo diferencias y se resolvieron. Habíamos
desarrollado un trabajo exitoso al frente de la alcaldía, que se ha constituido
en un capital importante para el partido. Todo este apoyo de las bases, los
líderes comunales, y de una mayoría de los capitalinos que me han apoyado en
dos elecciones municipales y también en las dos vueltas presidenciales, había
que preservarlo e incorporarlo en esta nueva campaña electoral del 2015. El
partido y las bases me hicieron sentir la necesidad de seguir aportando, aunque
en otra función.
El
mismo día que anunciaste tu decisión Jorge Velado te solicitó, en una
conferencia de prensa, incorporarte en la oferta legislativa del partido.
Muchos pensaron que esto estaba previamente negociado. ¿Es cierto?
De ninguna manera. Dejar la candidatura a
la alcaldía fue una decisión muy personal mía, pero nunca con la intención de
abandonar la lucha. Cerré un ciclo de mi carrera política, pero seguiré
trabajando para el país - y a la vez abrí espacio para un relevo en la
alcaldía. Luego tomé la siguiente determinación: aceptar el reto de una
diputación, no solo a petición de la alta dirigencia del partido, sino sobre
todo de amplias sectores de la sociedad, y sobre todo de nuestras bases en San
Salvador. En la Asamblea Legislativa se van a tomar las decisiones más
importantes para el futuro del país, su democracia y su desarrollo. Es
importante que ARENA forme un equipo muy sólido, capaz, representativo y
propositivo en la Asamblea. Tenemos la responsabilidad histórica de transformar
la Asamblea Legislativa, que ahora tiene mala fama, en un organismo dialogante,
transparente, que puede recuperar la confianza de la ciudadanía y construir
consensos. Voy a este reto con el respaldo que he ganado en seis años de
alcalde capitalino, con una visión renovada por la experiencia acumulada en la
alcaldía y en la candidatura presidencial. Tanto el partido y la ciudadanía
coinciden que yo puedo y debo aceptar este reto para dar este aporte desde la
Asamblea.
Quiero ser el diputado de los capitalinos
y desde la Asamblea, junto con el nuevo alcalde y su equipo, trabajar por los
capitalinos. En los meses que faltan para terminar mi mandato, lo mejor que
puedo hacer para defender la alcaldía de San Salvador es cumplir exitosamente
con mi responsabilidad como alcalde. En ningún momento vamos a desmayar en
nuestra gestión municipal. Es la mejor forma de apoyar a Edwin Zamora, quién
será el candidato de ARENA para tomar mi lugar en la alcaldía.
Ya
comunicaste al COENA tu decisión de aceptar la diputación?
Yo pedí ayer lunes una reunión con la
dirigencia del partido para expresar que acepto el reto de buscar una
diputación y que apoyaré plenamente al candidato que el partido postule para la
alcaldía, que es Edwin Zamora.
¿Tú
dirías que con esto la mesa está limpia entre Norman y ARENA?
Resolvimos los problema y hay consensos.
Edwin Zamora me habló y le invité a la alcaldía para que habláramos. Acaba de
salir él de este despacho. Hemos conversado más de una hora y le he dicho que
tiene todo mi apoyo.
¿Es
Edwin Zamora la persona idónea para ganar la alcaldía y para gobernar San
Salvador?
Edwin tiene toda la capacidad para
gobernar una institución tan compleja como la alcaldía de San Salvador. Es un
empresario exitoso con la experiencia administrativa, es un hombre honesto,
concertador y muy trabajador. Es una acertada decisión. Ahora nos toca a todos,
incluido este servidor, sumarnos a este esfuerzo.
¿Te
vas a meter de lleno en la campaña municipal para apoyar a Zamora?
El mejor respaldo es la buena gestión en
la alcaldía. Además me comprometo a traspasar al nuevo candidato y su equipo
todo el capital político acumulado en San Salvador, las redes de apoyo, las
bases partidarias, los liderazgos comunales, las cientos de directivas. Haré lo
posible de endosarle a Edwin esta credibilidad que hemos construido en seis
años. Mi respaldo será incondicional y total. Vamos a trabajar de la mano, él
buscando la alcaldía y yo una diputación, ambos trabajando para los
capitalinos.
¿Cuál
es tu mensaje a los miles de colaboradores de la alcaldía y del partido en San
Salvador, que en este momento tal vez están frustrados y se sienten abandonados
por su alcalde?
Que no estoy abandonando a nadie. Que
desde otro cargo seguiré trabajando por la ciudad. Les pido que igual que yo
apoyen a Edwin Zamora para que dé continuidad a nuestra trabajo. Que no
permitan que regrese el FMLN a esta alcaldía. Ya estuvieron gobernando San
Salvador y no cumplieron nada de lo que prometieron. Una cosa más: Lo más importante
no es la persona del alcalde, no se trata de un ungido o un superman que va a
arreglar la ciudad, sino que tiene que ser un verdadero equipo. Administrar San
Salvador no es de un hombre, necesita formar un equipo de profesionales.
Nosotros hicimos eso, y habrá continuidad con Edwin Zamora.
Cuando asumimos la alcaldía luego de 12
años de gobernar el FMLN, estaba altamente politizada, al servicio de un
partido, no de los capitalinos. Ellos metieron al concejo puros cuadros
partidarios reciclados, y no servidores públicos como los que componen el
consejo actual. Por esto no lograron construir proyectos de desarrollo para la
ciudad. Y no hay ningún indicio que hayan cambiado su concepto. El riesgo que
corre San Salvador es quedar en manos de personas que hablan mucho y hacen
poco. Mi lema es: Obras, no palabras. Y la continuidad de esta visión la
representa Edwin Zamora.
Hay
una crítica que mucha gente te hace: Norman tuvo miedo de perder, y abandona
San Salvador.
Yo no tomo decisiones en base a los adversarios,
sino en base den lo que quiero para mi país y para mi ciudad. Lo importante no
es si Norman gana la alcaldía o Edwin Zamora. La batalla vamos a dar juntos, y
nadie se está corriendo. Yo no abandono San Salvador, sino vamos a dar a la
ciudad un alcalde de continuidad y además un diputado que representa la capital.
Los adversarios tendrán siempre que luchar contra nuestro legado, contra
nuestras obras, contra nuestra unidad, contra la visión de ciudad que nosotros
construimos, de una alcaldía al servicio de todos sin distingos partidarios.
Una
crítica que el candidato del FMLN te hizo es que bajo tu mando no se hizo nada
para la seguridad..
Las alcaldías no tienen competencia de
seguridad pública, pero hemos puesto un especial enfoque en construir seguridad
ciudadana, convivencia pacífica, prevención, recuperación de las comunidades,
mediación de conflictos, sistema de video vigilancia, alumbrado público,
eliminación de factores de riesgo. Todas cosas que el FMLN nunca hizo cuando
tuvo la alcaldía.
Hay
quienes dicen que Norman Quijano no comparte el proceso de renovación interna
en ARENA iniciado con fuerza luego de las elecciones presidenciales. ¿Es
cierto?
Todo lo contrario. Creo en la renovación
política, tanto de ideas como de liderazgos. Los partidos tienen que
modernizarse y democratizarse permanentemente, y para esto abrir espacios a la
juventud y la sociedad civil. Como candidato a la presidencia tuve una
experiencia maravillosa: cuando en la recta final de la campaña abrimos estos
espacios con audacia, tuvimos más respaldo de la ciudadanía. Como todo el
partido, yo aprendí esta lección - y no habrá marcha atrás. Por esto iniciamos,
inmediatamente después de las elecciones, el proceso de democratización y renovación,
que es irreversible y tiene todo mi apoyo.
¿No
es una contradicción que ahora tú buscas una diputación, en vez de dejar este
espacio a los nuevos liderazgos que están surgiendo?
Hay que buscar una combinación entre
experiencia y juventud. Y la lista de candidatos de ARENA refleja esto. Entrarán
muchos diputados jóvenes, y otros que representan la sociedad civil, y también
algunos que representamos la acumulación de experiencias. Como dirigente del
partido y como diputado voy a promover esta renovación y esta apertura. Y ya lo
mostré: la mayoría de mis gerentes en esta alcaldía y varios concejales son
profesionales jóvenes, que provienen de la sociedad civil, no del partido.
Ultima pregunta: ¿Estás en paz con las
decisiones que tomaron tanto tú como el partido respecta a las candidaturas? ¿No
te duele no poder dar la batalla por la alcaldía?
Voy a ser honesto: Al principio me dolió
la idea de apartarme antes de entrar en la batalla con el adversario, que es el
FMLN y su candidato. Me hubiera dado mucho gusto enfrentarlo y romperle la
burbuja de mercadeo y moda en que anda flotando. No me aparté por miedo de no
poder ganar. Me aparté porque no quería poner en peligro la unidad del partido
en un momento histórico donde todo el futuro del país, su institucionalidad democrática
y su recuperación económica depende de ARENA y su capacidad de ganar las
elecciones de marzo 2015. Y corriendo por una diputación y hacer campaña a la
par de Edwin Zamora voy a ser parte de esta batalla. Se van a frustrar quienes
pensaban que Norman Quijano se apartó de la lucha.
(El Diario de Hoy)