lunes, 22 de octubre de 2012

Un sistema de transporte para San Salvador

¿Se puede tener un sistema de transporte funcional en San Salvador?, ¿se puede tener un sistema privado, más bien mixto, que tenga muy poco costo para el estado y ganancias para los privados? ¿Se puede comenzar a tener una ciudad? si de una vez por toda tenemos un sistema de transporte integral, barato y funcional en San Salvador, claro que sí.

Todo comienza por crear una administración unificada de transporte para el gran San Salvador. Integrado por representantes de las empresas privadas de transporte, el viceministerio de transporte (VMT) y representes de las alcaldías de San Salvador; debería de ser específico para el gran San Salvador y distinto al rol del VMT. Algo parecido a la Oficina de planificación del área metropolitana de San Salvador (OPAMSS); solo que encargado de regular el transporte de la ciudad.

Este tiene que ser un cuerpo bien diseñado, con buenos dientes, con facilidad para tomar decisiones, con presupuesto definido, con capacidad de gestión y muy ejecutivo. A partir de ahí podemos ir pensando en soluciones como ya lo han hecho ciudades como Curitiba, Bogotá o el mismo México, D.F.

Sin desentrampar la maraña administrativa del transporte no podemos encontrar soluciones, no es posible que se decida solo desde un ente del gobierno central, sin tomar en cuenta la planificación urbana, no es posible una decisión municipal sin que el gobierno central autorice y no es posible encontrar una solución realista sin involucrar a los dueños del transporte urbano.

Luego de esto se puede pensar en tarjetas únicas donde se pague al empresario por la cantidad de kilómetros recorridos, una concesión por “x” cantidad de kilómetros que recorran las unidades de transporte, si recorre más, pues se les da las gracias, pero no fomentar el descontrol avorazado del funcionamiento actual;  y por supuesto no por pasajero. Así como lo hacen en Curitiba. O sino pensar en tener un sistema mixto como el del D.F., donde se interrelacionen los “peceros” (privados) con el metro del distrito federal. Alternativas hay, solo hay que tener un ente encargado de regularlas.

Podemos luego pensar en la mejor manera de subsidiar al usuario o de premiar al ciudadano. La lógica siempre perversa de los subsidios solo puede funcionar si el beneficiario directo es el ciudadano y no la empresa, ya que si a ésta se le saca de la lógica del mercado será muy proclive a tener vicios, como nos pasa en la actualidad. Y si dejamos sin subsidios a pura fuerza del mercado a los transportistas los ciudadanos se verán afectados por el alza del precio del transporte.

Con una tarjeta única se pueden pagar por segmentos, se pueden dar bonos a las personas de escasos recursos, ya definidos por ejemplo por comunidades solidarias urbanas. Se puede encontrar otras alternativas, como ejes de transporte gratis financiados por el estado en un sistema de trolebuses. Y luego los viajes más locales se hacen en transporte privado. Las combinaciones y posibilidades son infinitas.
Esto puede dar pie también para pensar mejor las carreteras, mejorar y ampliar horarios de servicios,  se disminuirá el consumo de combustibles y por último se disminuirá la huella de carbono del gran San Salvador. Podemos cambiar la cara de nuestra ciudad si encontramos una solución al sistema de transporte urbano.

Esto solo lo podremos hacer si logramos crear la institucionalidad necesaria y colocamos el dinero de nuestro país en hacer las mejoras que necesitamos para tener la capital que nos merecemos. ¿Será que encontrar soluciones verdaderas no es prioridad de las alcaldías, empresarios de transporte y gobierno central? 0 ¿Por qué es que pasan los años y el transporte urbano es cada vez peor?