El domingo te puse un mensaje en twitter:
“Consejo: primero conocer, luego analizar y entender. Y hasta entonces,
hablar.”
Me referí a unas declaraciones que en
España diste sobre la tregua de los pandilleros. Hasta ahora, de manera muy
prudente, ni vos ni tu partido se han apresurado a emitir juicios sobre este
delicado tema, antes de realmente estudiarlo, entenderlo y poder tomar
posiciones responsables. Evitaron fijar posiciones que tal vez resultarán
indefendibles en las elecciones del 2014...
Pero de repente saliste hablando en
España: “Se ha triplicado o cuadruplicado la cifra de desaparecidos. En los
primeros tres meses del año ya teníamos 1,500 desaparecidos, que están muertos
en cementerios clandestinos. Entonces, ¿de qué te sirve bajar la tasa de
homicidios, si se dispara el dato de desaparecidos, la extorsión, el hurto y el
robo, y los más altos capos viven como en un hotel de cinco estrellas.” Y tu
conclusión, hablando como candidato presidencial: “No me comprometo a mantener
el acuerdo entre las pandillas y el gobierno.”
Palabrotas fuertes. Arrastraste al pleito
electoral el único asunto que hasta ahora todos se han cuidado de no politizar:
¿Cómo debe el gobierno actuar frente a la intención expresada por las pandillas
de querer reinsertarse a la sociedad y abandonar la delincuencia? Aunque tal
vez se te escapó: esta voluntad no sólo la expresaron en palabras, sino en
hechos y actos comprobables: siete meses con diariamente 10 homicidios menos.
Tomaste posición como candidato
presidencial, sin conocer bien los hechos. Los números de desapariciones no han
aumentado sino bajado. Otros delitos tampoco se han disparado. En ningún penal
del país hay una sola persona que vive “como en un hotel de 5 estrellas”. Por
lo contrario: TODA la población penitenciaria vive en condiciones debajo del
mínimo estándar establecido por la Constitución. Te invita que vayas a visitar
un penal. Me da pena que un candidato, además amigo mío, amarre su futuro
gobierno a posiciones basadas en desinformación, prejuicios y cálculo
populista.
Posiblemente incluso un cálculo
equivocado: Aunque ahora tal vez en la población prevalezca un sentimiento de
incomprensión y rechazo a la propuesta de las pandillas, ¿quién te garantiza
que a la hora de las elecciones, cuando hayan pasado 2 años de visible
reducción de la violencia y delincuencia, la gente va a votar por un candidato
que “no se compromete a mantener la tregua”?
Si no es la responsabilidad moral, por lo
menos el frío cálculo populista te debería indicar que a nadie le conviene
tomar posiciones adelantadas en el tema tregua. Lo responsable y conveniente es
darle a este proceso el tiempo y espacio necesarios para mostrar si realmente
nos lleva a la paz – o a un fracaso. Durante el 2013 veremos reflejado en
hechos si este proceso se habrá estancado o consolidado. Habrá tiempo para que
los candidatos y partidos tomen posiciones claras antes de las elecciones de marzo
2014.
Espero que te informés mejor, dejando al
lado perjuicios, y analicés bien. Todavía hay tiempo para rectificar el error.
Saludos, Paolo
(Más!/EDH)