martes, 9 de octubre de 2012

Carta a los nuevos alcaldes

Estimados ediles:
Ustedes fueron la sorpresa de las últimas elecciones, cuando ganaron algunas alcaldías consideradas bastiones del FMLN: Soyapango, Mejicanos, Ilopango, Apopa... y otras.

Hoy leemos en la prensa que algunos de ustedes se recetaron jugosos aumentos de sueldo, de gastos de representación y también de dietas para los concejales. Mala idea. Mal ejemplo. Mala señal.

Entiendo perfectamente que a los funcionarios públicos hay que pagarles salarios dignos, para que no tengan pretexto de caer en tentaciones de corrupción. Probablemente un salario de $1,900 para quien administra una ciudad como Mejicanos no es suficiente. Pero es una señal de arrogancia intolerable recetarse aumentos antes de mostrar obras, antes de mostrar capacidad de mejorar la administración municipal. Y es una estupidez hacerlo en medio de despidos de trabajadores de sus alcaldías...


Fíjense que entiendo perfectamente la necesidad de limpiar las alcaldías de los activistas de partido. Suelen llenarse de empleados que más que trabajar por el municipio, trabajan para su partido. Pero para hacer la limpieza, se necesita cumplir dos condiciones: primera, no caer en lo mismo. De nada sirve si solamente de activistas de un partido se cambia a activistas de otro. Segundo: Aplicar austeridad. Uno no puede despedir trabajadores y al mismo tiempo recetarse aumentos de salario y gastos de representación.

Por esto la noticia del aumento de sus salarios nos cae como balde de agua fría. Están en medio de conflictos laborales, están despidiendo a empleados municipales, no han mostrada obras todavía, pero están agarrando la alcaldía como tienda de autoservicio. No es para esto que los votantes decidieron cambiar de alcaldes, ténganlo por seguro. No es esto lo que la gente espera de ARENA, partido que diariamente critica al gobierno de Funes y del FMLN por el despilfarro de sus funcionarios...

Ustedes sabían que asumir el gobierno en sus municipios iba a exigir sacrificios. Asumen el huevo en que se metieron. Y no traten de convertirlo en huevo dorado.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)