¡Hay un fantasma que recorre las calles de San Salvador! Hay un personaje que ya muchas personas han visto en joyerías en tiendas finas, en boutiques, en los lugares más exclusivos del país. Este fantasma anda sirenas por doquier, motos de protección, lujosas prados, a veces una Blazer, a veces una Hummer.
Un vecino que es joyero, dice que nunca en su vida había vendido tanto, claro al fantasma le gustan las joyas, los relojes finos y la buena vida. Este vecino me cuenta que pide más de lo que es posible utilizar, regala poco y siempre está atento al la última edición de Patek Philipe, que ya ha comprado tres Vacheron Constantin y que el Rolex Submariner le parece una cosa demasiado común. Por cierto la colección 2011 ya está a la venta.
Dicen que el fantasma le gustan las joyas, que compra carteras imposible y vestidos elegantes, le gusta que las mujeres vistan bien. El fantasma conoce de marcas, también sus trajes son muy finos. A veces cuando esta aburrido viaje un poco para ver si encuentra algo más que pueda comprar.
Este fantasma es muy distinto del que habla Marx y que recorría Europa en los 1800s. Si a veces habla de socialismo, pero más bien, critica a la terrible derecha. Esa oligarquía que no entiende que el pueblo tiene hambre, esa oligarquía que durante años se ha dedicado a robarle al pueblo, a malgastar sus fortunas y crear una brecha insalvable entre pobres y ricos.
Ahora el fantasma que critica a la derecha, actual tal cual, viaje a Miami como un oligarca más. A veces como el de Marx también recorre Europa, pero no como una tormenta de mentes despertando al comunismo, sino como un arrebato desenfrenado de comprar por FNAC y El Corte Ingles, ¡no! más bien por las buenas boutiques de Champs Élysées o la madrileña calle de Serrano.
Este fantasma parece que no se da cuenta que en El Salvador hay pobreza real, hay un buen tercio de la población que vive con menos de un dólar al día, parece que se le olvida que en este país, si importa lo que nosotros los ciudadanos opinamos, que nos damos cuenta de los despilfarros y de la opulencia con que viven estos fantasmas.
Este nuestro fantasma está siendo un despertar para los salvadoreños, uno muy duro, uno que significa que tanto antes como ahora no les interesan los pobres, que antes como ahora nos estafan, con distinto tipo de discurso, pero nos estafan. Este fantasma que recorre San Salvador, nos hace reflexionar que ni los 20 años de ARENA pueden ser todos malos, ni el año y medio del FMLN ha sido todo bueno. Porque este fantasma lo habíamos visto en ministros, lo habíamos visto en diputados, en alcaldes, este fantasma ha llegado a lo más alto de gobiernos anteriores y de este… también y suponemos tener un gobierno de izquierda, por tanto duele más.