Es un mal chiste que Tony Saca y sus 13 enanos hayan elegido la fecha 16 de enero para lanzar su partido.
Por más bulla que hagan hoy, el 16 de enero siempre será el día que los salvadoreños pusimos fin a la guerra civil y firmamos la paz.
¿Realmente serán tan ingenuos para pensar que pueden eclipsar a su némesis Freddy Cristiani eligiendo para su show esta fecha tan vinculada al presidente arenero que firmó la paz y abrió el camino a la democracia?
Digo ingenuo, porque siguen subestimando a Freddy Cristiani y su capacidad de convencer (o si fuera necesario, obligar) a los grupos de poder de la derecha a que acepten (o incluso le ayuden empujar) reformas trascendentales.
Lo hizo negociando la paz y las reformas implícitas en los Acuerdos de Paz, consiguiendo que al final hasta los guerreros más reacios alrededor del mayor D'Aubuisson y el alto mando militar aceptaran y apoyaran las transformaciones de 1992.
Y aunque muchos no lo logran ver todavía, ahora don Alfredo está haciendo lo mismo nuevamente: Está consiguiendo el apoyo de la empresa privada y de los fundadores de ARENA para que el partido se deshaga de su bagaje de corrupción, anticomunismo radical y defensa cerrada del estatus quo, para convertirlo en el motor de la reforma, del crecimiento económico, del progreso, y de la lucha por erradicar la pobreza.
Como en 1992, hay resistencias fuertes. Como en 1992, hay quienes abandonan ARENA porque no quieren las reformas (o sólo las quieren como eslogan populista). Como en 1992, otros se quedan pasivos porque no creen en la factibilidad de las transformación del partido y del país, o porque esperan quién se impone...
Como en 1992, la apertura y la cordura y la moderación se van a terminar imponiendo. No necesariamente por las convicciones democráticas y reformistas de la derecha. Simplemente porque, como en 1992, no hay alternativa.
De esto Freddy Cristiani está convenciendo, poco por poco, a los areneros tradicionales y los empresarios, metiéndolos en la corriente de la apertura del partido y de la reforma al país.
Así que, por más que los seguidores de Antonio Saca traten de robarse la fecha del 16 de enero, no al ex presidente Cristiani, sino a todos los que seguimos actuando bajo la lógica de los Acuerdos de Paz y de la construcción conjunta de la democracia, es imposible, porque va contra el sentido y la dirección de la historia.
La fecha del 16 de enero es incompatible con un proyecto que sustituye la reforma por la demagogia, la lucha contra la pobreza por el clientelismo populista, y la construcción de acuerdos nacionales por el transe de voluntades políticas.
¿Y el FMLN y el presidente? Aunque este día 16 de enero aparecen en fiestas separadas, en el fondo coinciden en celebrar la fecha del 16 de enero como el día que comenzó la derrota de ARENA que se consumaría finalmente en las elecciones presidenciales de 2009.
Para el Frente y Funes, la fecha histórica del arranque de la refundación democrática de la nación salvadoreña no es el 16 de enero del año 1992, cuando se firmó la paz, sino el 1 de junio, cuando asumió el primer gobierno de izquierda.
ARENA, por su lado, debería aprovechar la fecha del 16 de enero y los Acuerdos de Paz como nuevo ancla para ubicar su partido definitivamente en aguas de moderación, de reforma y de la construcción conjunta de la democracia, y para impedir que sea arrastrado por corrientes peligrosas, ni del populismo de una supuesta 'derecha popular' ni tampoco de un conservadurismo inmóvil.
Así que este 16 de enero no habrá capacidad de unirnos en una fiesta nacional que exprese unidad en torno a los principios y rumbos conjuntamente definidos en los Acuerdos de Paz.
¿Realmente serán tan ingenuos para pensar que pueden eclipsar a su némesis Freddy Cristiani eligiendo para su show esta fecha tan vinculada al presidente arenero que firmó la paz y abrió el camino a la democracia?
Digo ingenuo, porque siguen subestimando a Freddy Cristiani y su capacidad de convencer (o si fuera necesario, obligar) a los grupos de poder de la derecha a que acepten (o incluso le ayuden empujar) reformas trascendentales.
Lo hizo negociando la paz y las reformas implícitas en los Acuerdos de Paz, consiguiendo que al final hasta los guerreros más reacios alrededor del mayor D'Aubuisson y el alto mando militar aceptaran y apoyaran las transformaciones de 1992.
Y aunque muchos no lo logran ver todavía, ahora don Alfredo está haciendo lo mismo nuevamente: Está consiguiendo el apoyo de la empresa privada y de los fundadores de ARENA para que el partido se deshaga de su bagaje de corrupción, anticomunismo radical y defensa cerrada del estatus quo, para convertirlo en el motor de la reforma, del crecimiento económico, del progreso, y de la lucha por erradicar la pobreza.
Como en 1992, hay resistencias fuertes. Como en 1992, hay quienes abandonan ARENA porque no quieren las reformas (o sólo las quieren como eslogan populista). Como en 1992, otros se quedan pasivos porque no creen en la factibilidad de las transformación del partido y del país, o porque esperan quién se impone...
Como en 1992, la apertura y la cordura y la moderación se van a terminar imponiendo. No necesariamente por las convicciones democráticas y reformistas de la derecha. Simplemente porque, como en 1992, no hay alternativa.
De esto Freddy Cristiani está convenciendo, poco por poco, a los areneros tradicionales y los empresarios, metiéndolos en la corriente de la apertura del partido y de la reforma al país.
Así que, por más que los seguidores de Antonio Saca traten de robarse la fecha del 16 de enero, no al ex presidente Cristiani, sino a todos los que seguimos actuando bajo la lógica de los Acuerdos de Paz y de la construcción conjunta de la democracia, es imposible, porque va contra el sentido y la dirección de la historia.
La fecha del 16 de enero es incompatible con un proyecto que sustituye la reforma por la demagogia, la lucha contra la pobreza por el clientelismo populista, y la construcción de acuerdos nacionales por el transe de voluntades políticas.
¿Y el FMLN y el presidente? Aunque este día 16 de enero aparecen en fiestas separadas, en el fondo coinciden en celebrar la fecha del 16 de enero como el día que comenzó la derrota de ARENA que se consumaría finalmente en las elecciones presidenciales de 2009.
Para el Frente y Funes, la fecha histórica del arranque de la refundación democrática de la nación salvadoreña no es el 16 de enero del año 1992, cuando se firmó la paz, sino el 1 de junio, cuando asumió el primer gobierno de izquierda.
ARENA, por su lado, debería aprovechar la fecha del 16 de enero y los Acuerdos de Paz como nuevo ancla para ubicar su partido definitivamente en aguas de moderación, de reforma y de la construcción conjunta de la democracia, y para impedir que sea arrastrado por corrientes peligrosas, ni del populismo de una supuesta 'derecha popular' ni tampoco de un conservadurismo inmóvil.
Así que este 16 de enero no habrá capacidad de unirnos en una fiesta nacional que exprese unidad en torno a los principios y rumbos conjuntamente definidos en los Acuerdos de Paz.
(El Diario de Hoy)