tenés 23 años, ya te graduaste. Estás metida en la juventud de uno de los partidos políticos del país. Hablás con la arrogancia propia de la juventud: ¡Apártense, venimos a arreglar el país!
Me llega. Ustedes me invitaron para darles una charla – y me dieron una lección y una gran sorpresa: Están listos para asumir el país. Entre los 40 jóvenes entre 21 y 25 que estaban con vos esta noche, hay suficiente talento, suficiente coraje, suficiente madera para una futura dirección de ANEP, para conducir un partido, para un futuro gabinete de lujo, para reformar al país...
Bueno, ni tan futuro. Te repito lo que les dije anoche: Hay un vacío de liderazgo, ¡llénenlo! Tómense los espacios que las generaciones que salimos de la guerra fría (y algunos de la guerra caliente) ya no podemos llenar. Hicimos bastante, pero ahora les toca a ustedes.
Los que han gobernado, los que ahora están gobernando, los que dirigen los partidos, representan el pasado. Todos. Pelean y mutuamente se obstruyen por pleitos del pasado. Ustedes no se preocupan de fantasmas, llámense privatización o nacionalización. Si el transporte público hay que nacionalizarlo, ustedes lo pueden hacer. Y si parte del Seguro Social hay que privatizarlo, ustedes lo pueden hacer igual...
Tómense el partido. Tómense los gremiales. Tómense el país. Sin convertirse en políticos. Sigan haciendo sus carreras, pero ya no permitan que las decisiones que afecten el futuro se tomen sin ustedes.
No esperen que pasen milagros y los partidos se recuperan de su crisis. El milagro y la recuperación son ustedes.
Saludos Paolo Lüers
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