miércoles, 19 de agosto de 2009

¿DEPURACIÓN O ALINEACIÓN?

Una estructura policial que está preparada para combatir un tipo de criminalidad como la organizada, como el secuestro, extorsiones, hurto y robo de vehículos, así como pueden combatirla también saben como hacer esos delitos.”

Así explica Jaime Martínez (en una entrevista reciente en un servicio informativo digital) el descabezamiento - a manos del gobierno ‘del cambio’- de la DECO, la unidad especializada de la PNC contra el crimen organizado. Jaime Martínez, como nuevo director de la Academia Nacional de Seguridad Pública es una de las piezas claves en equipo al que Funes ha encomendado el diseño de su política de Seguridad Pública.

Sin tanto rodeo, lo que está diciendo el encargado de la formación de nuestros policías es: “Había que remover a los jefes de la DECO -los más experimentados investigadores de secuestros y otros delitos de crimen organizado- para evitar que se vuelvan secuestradores y mafiosos. Si no es que ya se han convertido...”

Entonces, ¿porque no sabemos de ninguna investigación contra los ex-jefes de la DECO, ni en la Fiscalía, ni en la Inspectoría de la PNC?

O al revés, si no hay investigación ni elementos que indiquen que los ex-jefes de la DECO hayan cometido delitos, ¿por qué un alto funcionario del gobierno se atreve a hacer alusiones de este tipo, que dejan en duda la reputación de unos jefes policiales hasta ahora considerados ejemplares y eficientes?

Aparte de las declaraciones irresponsables de Jaime Martínez, hasta ahora nadie ha señalado a los ex-jefes de la DECO como delincuentes. Más bien se ha manejado -sobre todo en las filas de la propia PNC- que los removieron porque estaban demasiado cercanos al anterior director de la PNC y al anterior ministro de Seguridad.

Esto podría ser un razón legítima para sustituirlos de sus cargos. Pero entonces habría que discutir este tema político. Habría que tocar con transparencia que dentro de la PNC hay un problema sensible: las alineaciones partidarias de algunos mandos.

Tocar con transparencia este punto delicado sólo tendría sentido para un gobierno que tiene la voluntad de erradicar estas alineaciones partidarias dentro de la PNC, o por lo menos la voluntad de dejar de construir su liderazgo en la policía sobre la base de las alineaciones partidarias de los policías.

Si el nuevo ministro de Seguridad (o el residente de la República) ordenó la remoción de los jefes de la DECA para que la nueva dirección de la PNC tenga las manos libres para implementar sus nuevos planes de Seguridad Pública, sería entendible. Significaría que quieren colocar jefes más comprometidos con los nuevos planes.

Pero si ordenaron el descabezamiento de la DECO para tener manos libres para fortalecer su control partidario dentro de la PNC, cometieron un grave error.

Por la falta de transparencia, y por las declaraciones irresponsables del director de la Academia de Seguridad Pública, uno se inclina a la impresión que los nuevos planes para la PNC de cómo enfrentar la delincuencia (que todavía no las conocemos bien, ni en su filosofía ni en su parte operativa) no están basados en la acumulación de experiencias y acciones exitosas.

Da la impresión, además, que los nuevos planes de Seguridad Pública no se están construyendo sobre la base de la confianza profesional entre los policías y jefes, independiente de su pasado y de sus preferencias políticas. Más bien parece que se quiere construir sobre la base de confianza ideológica.

Sería una base muy frágil para un proyecto de Seguridad Pública y para consolidar una policía profesional. Frágil y engañosa.

La celebración de reuniones de carácter político-partidario dentro de la PNC, promovidas y convocadas por el ministro de Seguridad y otros cuadros del FMLN, ya indicaba esta tendencia. Muchos de los nombramientos, ascensos y movimientos dentro de la estructura de mando de la PNC confirmaron las dudas. El descabezamiento de la DECO y las lamentables declaraciones de Jaime Martínez ya dejan espacio para dudas: ‘El cambio’ llegó a la PNC, pero no para hacerla más profesional, sino más ‘oficialista’.


(El Diario de Hoy)