Si Henry Campos hubiera tenido paciencia, ya fuera Fiscal General de la República. Como no vio claro cómo los partidos iban a resolver el empate para elegir magistrados de la Corte Suprema y fiscal, Campos cometió el error de aceptar la oferta del presidente de entrar al gobierno.
Digo error porque sigo pensando que Henry Campos hubiera sido el hombre ideal para la Fiscalía: capaz, valiente e independiente. Obviamente sigue siendo capaz y valiente -incluso más que todos los demás candidatos a la fiscalía-, pero ya no es independiente. Tomó la decisión de formar parte del gobierno del FMLN y Funes. Tomó partido. Se hizo parte en este juego de pesos y contrapesos, donde la Fiscalía tiene un rol, y el ejecutivo otro. ¡Qué lástima!
Ya hace meses escribí que Campos era el mejor candidato para la Fiscalía. La derecha tuvo sus dudas y resistencias con él, igual que las tuvo con Sidney Blanco y Florentín Meléndez para la Corte Suprema. Pero la derecha se vino convenciendo que ser de izquierda no es impedimento para que alguien sea independiente de amarres partidarios y de decisiones apegadas a la ley. Algunos en la derecha incluso se convencieron –y por eso no sólo aceptaron a Sidney Blanco sino promovieron además a Florentín Meléndez- que no hay mejor antídoto contra los peligros de la izquierda ortodoxa y autoritaria que personajes de la izquierda independiente y democrática. En este sentido, el siguiente paso lógico hubiera sido elegir a Henry Campos fiscal.
Por esto es tan lamentable que Henry Campos, en vez de arriesgarse y seguir apostando a la Fiscalía, se fue por el atajo y se hizo parte del gobierno Funes. Adiós independencia, adiós Fiscalía...
Porque exigir a la oposición que acepte como fiscal general a uno de los protagonistas de la política de seguridad del gobierno Funes –política que ella considera errática y peligrosa-, es lo mismo que exigir al FMLN que acepte a Astor Escalante, quien fue artífice de la política de seguridad del gobierno Saca, la cual el FMLN consideró errática y peligrosa. Estamos de regreso al empate y mutuo bloqueo...
Para romper el empate, era correcta y lógica la decisión de la Asamblea de volver a abrir la lista de candidatos a fiscal. No puedo entender cómo la lista de más de 80 aspirantes se haya reducido a una lista de cuatro, de los cuales nada menos tres son ex-viceministros de Seguridad (dos de Saca y uno de Funes), y el cuarto está vinculado históricamente al FMLN. Otra vez empate y bloqueo. De regreso al punto de partida. Al punto muerto.
No me van a decir que entre los 80 aspirantes no hubo nadie que cumpliera los requisitos profesionales que no sea viceministro o ex viceministro de Seguridad. No me van a decir que no haya nadie independiente que quiere ser fiscal general.
A saber con qué criterios los negociadores de los partidos han hecho la reducción de la lista a los cuatro (o dos, como muchos dicen) finalistas. Pero no pueden mantener esta reducción. Tienen que abrir la lista nuevamente, y aplicar un criterio diferente para reducirla a finalistas: eliminar a todos los candidatos que tienen amarres partidarios; luego eliminar a los que son responsables de la política de seguridad del gobierno y los que han sido responsables de la política de seguridad de los últimos gobiernos. Esto no excluye a los cuadros profesionales que han servido o sirven de fiscales. Pero sí a los viceministros...
De los independientes y no comprometidos hay que buscar a los han mostrado más capacidad y valentía.
El fin de todo el proceso es encontrar a un Fiscal General que goce de la confianza de ambos bloques políticos. Sólo así tendrá capacidad de realizar las reformas radicales que necesita la Fiscalía para cumplir su mandato constitucional.
Así que déjense de las pajas de estar proponiendo cada uno a sus hombres de confianza. Aprovechan las vacaciones para reflexionar. Tómense unos tragos bien helados para regresar con cabeza fría. Tengan la audacia de poner la Fiscalía en manos de alguien independiente.
Digo error porque sigo pensando que Henry Campos hubiera sido el hombre ideal para la Fiscalía: capaz, valiente e independiente. Obviamente sigue siendo capaz y valiente -incluso más que todos los demás candidatos a la fiscalía-, pero ya no es independiente. Tomó la decisión de formar parte del gobierno del FMLN y Funes. Tomó partido. Se hizo parte en este juego de pesos y contrapesos, donde la Fiscalía tiene un rol, y el ejecutivo otro. ¡Qué lástima!
Ya hace meses escribí que Campos era el mejor candidato para la Fiscalía. La derecha tuvo sus dudas y resistencias con él, igual que las tuvo con Sidney Blanco y Florentín Meléndez para la Corte Suprema. Pero la derecha se vino convenciendo que ser de izquierda no es impedimento para que alguien sea independiente de amarres partidarios y de decisiones apegadas a la ley. Algunos en la derecha incluso se convencieron –y por eso no sólo aceptaron a Sidney Blanco sino promovieron además a Florentín Meléndez- que no hay mejor antídoto contra los peligros de la izquierda ortodoxa y autoritaria que personajes de la izquierda independiente y democrática. En este sentido, el siguiente paso lógico hubiera sido elegir a Henry Campos fiscal.
Por esto es tan lamentable que Henry Campos, en vez de arriesgarse y seguir apostando a la Fiscalía, se fue por el atajo y se hizo parte del gobierno Funes. Adiós independencia, adiós Fiscalía...
Porque exigir a la oposición que acepte como fiscal general a uno de los protagonistas de la política de seguridad del gobierno Funes –política que ella considera errática y peligrosa-, es lo mismo que exigir al FMLN que acepte a Astor Escalante, quien fue artífice de la política de seguridad del gobierno Saca, la cual el FMLN consideró errática y peligrosa. Estamos de regreso al empate y mutuo bloqueo...
Para romper el empate, era correcta y lógica la decisión de la Asamblea de volver a abrir la lista de candidatos a fiscal. No puedo entender cómo la lista de más de 80 aspirantes se haya reducido a una lista de cuatro, de los cuales nada menos tres son ex-viceministros de Seguridad (dos de Saca y uno de Funes), y el cuarto está vinculado históricamente al FMLN. Otra vez empate y bloqueo. De regreso al punto de partida. Al punto muerto.
No me van a decir que entre los 80 aspirantes no hubo nadie que cumpliera los requisitos profesionales que no sea viceministro o ex viceministro de Seguridad. No me van a decir que no haya nadie independiente que quiere ser fiscal general.
A saber con qué criterios los negociadores de los partidos han hecho la reducción de la lista a los cuatro (o dos, como muchos dicen) finalistas. Pero no pueden mantener esta reducción. Tienen que abrir la lista nuevamente, y aplicar un criterio diferente para reducirla a finalistas: eliminar a todos los candidatos que tienen amarres partidarios; luego eliminar a los que son responsables de la política de seguridad del gobierno y los que han sido responsables de la política de seguridad de los últimos gobiernos. Esto no excluye a los cuadros profesionales que han servido o sirven de fiscales. Pero sí a los viceministros...
De los independientes y no comprometidos hay que buscar a los han mostrado más capacidad y valentía.
El fin de todo el proceso es encontrar a un Fiscal General que goce de la confianza de ambos bloques políticos. Sólo así tendrá capacidad de realizar las reformas radicales que necesita la Fiscalía para cumplir su mandato constitucional.
Así que déjense de las pajas de estar proponiendo cada uno a sus hombres de confianza. Aprovechan las vacaciones para reflexionar. Tómense unos tragos bien helados para regresar con cabeza fría. Tengan la audacia de poner la Fiscalía en manos de alguien independiente.
(El Diario de Hoy)