A última hora, Hugo Chávez dio un paso atrás. El presidente venezolano rechazó el viernes por la noche la invitación a debatir sobre liberalismo y socialismo con el escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien desde el pasado miércoles se encuentra en Caracas, acompañado de un importante grupo de intelectuales latinoamericanos, que participaron en un foro sobre libertad y democracia el jueves y el viernes.
La idea de abrir un debate de esta naturaleza fue del propio presidente Chávez. El jueves, durante la maratoniana retransmisión de cuatro días de su programa Aló, Presidente, Chávez tuvo la ocurrencia de que podría ser interesante invitar a este grupo de intelectuales "de la derecha" a participar en un debate televisado contra intelectuales "progresistas". El mismo día, Mario Vargas Llosa y los escritores mexicanos Enrique Krauze y Jorge Castañeda aceptaron el ofrecimiento, a condición de que fuese el propio presidente quien mantuviese un cara a cara con Vargas Llosa, en quien delegaron los otros dos intelectuales. "Estamos a favor del diálogo como uno de los principios básicos que nosotros defendemos", dijo Vargas Llosa.
Pero este viernes, Chávez prefirió no aceptar las condiciones de sus contrincantes, a pesar de que él mismo ya había puesto hora y fecha a la reunión -Palacio de Miraflores, ayer sábado, a las 11:00 de la mañana-. "Yo puedo ayudar moderando, pero el debate es entre intelectuales. Yo soy presidente", alegó el mandatario venezolano, con la excusa de que para aceptar esa clase de debate Vargas Llosa debe "primero llegar a presidente". "Yo estoy en las grandes ligas. Usted en AAA [ligas menores de béisbol]", le dijo.
Para Vargas Llosa, el cambio de opinión del presidente no fue más que un pretexto, al sentirse "intimidado, consciente de la fragilidad de sus ideas". "La conclusión es que él jamás se propuso seriamente tener un intercambio, jamás ha aceptado debatir con nadie. Siempre ha sido un monólogo autista. Los caudillos no saben dialogar. Nosotros estamos por el diálogo (...) Si el presidente sólo puede debatir con presidentes, ¿para qué nos invita a debatir o a discutir?", se preguntó el escritor.
Éste ha sido, al menos hasta ayer, el último capítulo del culebrón en que se ha convertido la visita de este grupo de intelectuales liberales a Caracas. Cuando se anunció que Vargas Llosa, Castañeda, Krauze y Plinio Apuleyo Mendoza, entre otros, iban a acudir a Caracas, representantes del Gobierno y del Partido Socialista Unido de Venezuela amenazaron con expulsarlos del país si acaso criticaban al presidente Chávez. Al llegar al aeropuerto internacional de Maiquetía, tanto Mario Vargas Llosa como su hijo, el también escritor Álvaro Vargas Llosa, fueron detenidos durante un par de horas por funcionarios de seguridad del Estado. Y a otro invitado, el político dominicano Víctor Bisonó, ni siquiera le dejaron entrar al país.
(El País, Madrid)