Espero que la mayoría se acuerde que en el año 2007 hicimos un censo, el cual fue una inundación de propaganda, nos prepararon, nos dijeron de la importancia del censo, que respondiéramos sinceramente, que era algo de importancia estratégica para el país. A la fecha ¿quién sabe cuales son los resultados?
En la página web del censo solo están los recordatorios de que van a pasar los encuestadores, no hay información actualizada, no hay una fecha programa de entrega, no hay nada. ¿Será qué se les olvido? ¿Es que el censo fue un fracaso? o peor aún ¿los datos del censo no convienen? Esperemos que solo sea que se les ha olvidado. Porque la inversión hecha fue grande, era importante tener resultados confiables, había muchas cosas que nos podían ayudar a poder tener un mejor panorama de cómo está El Salvador.
Si resulta que el procedimiento no ha sido bueno, habrá que evaluar seriamente otro proyecto de este gobierno mal ejecutado, habrá que pensar qué esta pasando, si los procesos de licitación son efectivos, o si algo extraño está pasando y solo malas empresas ganan los proyectos. Por que por las obras viales eso parece, que todas se han adjudicado a empresas que no cumplen, tenemos el Diego de Olguín a medias, la prolongación de la Juan Pablo, los drenajes de la Escalón y San Benito a medias, algo raro pasa.
Los datos que nos dieron al principio para decirnos que éramos mucho menos en El Salvador. Eso hizo saltar las alarmas de que tal vez había algo que en el censo no estaba bien. Pero supongamos que si es correcto, esto significaría varias cosas que no harían ver a El Salvador bien. Primero y las más obvia es que la emigración es mucho más alta que cualquier de nuestros estimados. Hay otros datos índices que también se verían afectados, uno por ejemplo los asesinatos. Qué pasa por ejemplo si somos menos en El Salvador, pues entonces el número de asesinatos por cada 10,000 habitantes aumentaría.
Cambian también todos los índices per capita, resultaría entonces que el PIB per capita sería mayor, lo cual no significa que somos más ricos de lo que parecemos, sino que la desigualdad sería más grande. Si hay menos niños, significa que hay tazas de mortalidad infantil mayores. Si somos menos significa que las tazas de morbilidad y mortalidad en general serían mayores. Habría que pensar que hay que reestructurar programas, el mapa de pobreza cambiaría, si suponemos que la cantidad de población bajo el límite de pobreza se mantienen, si somos menos el porcentaje de la población pobre sería mayor. Así son muchas las implicaciones. Lo cual en si no son un problema, el problema está en querer tapar el sol con un dedo.
Si esos índices aumentan, también hay otros que disminuyen. En general los datos del censo nos permitirán tener un panorama mejor y más completo de la realidad del país, poder enfocarnos mejor sobre los problemas. No es solo un asunto de cuantos somos, sino de cómo estamos.
La última hipótesis que podríamos sacar, es que las diferencias con el padrón electoral son tan grandes que les de miedo decirlo. Si así fuera, la auditoria de la OEA habría partido de varios errores, porque no podría comparar de verdad de cuantos somos, sino quienes tienen DUI. Si las personas que dicen vivir en San Salvador, realmente ahí viven, si los votantes de La Libertad son de ahí no, en fin las consecuencias pudieran ser que debilitaran seriamente la poca confianza que existe en el proceso electoral.
Esperemos que todas estas conjeturas no sean ciertas, que no hay maniobras políticas detrás, que no hay miedos por la modificación de índices, que no es que sea otro proyecto mal ejecutado del gobierno, sino que simplemente se les ha olvidado que hicieron un censo.