Tanto para la izquierda como para la derecha es un instrumento político lo que pasa en Venezuela. Los primeros por tener vínculos cercanos con ellos y porque el resultado del referéndum -espero- les dará un norte claro qué se vale y qué no se vale. Los segundos porque tienen un miedo real que ese sea el camino que pueda llevar El Salvador si la izquierda ganara. Así que Venezuela y su política son de interés para El Salvador, es fuente de miedos y alabanzas. Lo que pase tiene significados interesantes.
Para la derecha el referéndum era un instrumento de miedo real, que podían utilizar para decir que, si gana la izquierda, ese es el camino que podría tomar El Salvador: un régimen en camino a la perpetuación en el poder de un solo gobernante, ya algo muy cercano a la dictadura. Había una expectativa donde, no se si en realidad esperaban y preferían que ganara el SI, para poder decir más fuerte, vean lo que hacen los gobiernos de izquierda en Latinoamérica. Vean lo que hace Chávez, Correa o Morales. Lo cual es una verdad a media, porque habría que pensar de verdad si estos gobiernos son de izquierda y tienen un legítimo interés por el pueblo, o solo son una estrategia populista para perpetuarse en el poder. Estrategia que la han seguido las grandes dictaduras de derecha. Al ganar el No, esta estrategia del miedo pierde fuerza, pero siempre lo que pasa en Venezuela lo utilizarán como espejo de lo que pudiera pasar en El Salvador, por lo tanto siempre tendrán un ojo puesto en lo que hace o deja de hacer Chávez.
Para la izquierda ortodoxa y con vínculos cercanos al chavismo, el referéndum era un paso para poder ver si se puede seguir el paso de la “revolución democrática”, o sea ver si lo que no se ganó en la guerra se puede a través de las elecciones. En este sentido, el resultado es un mensaje claro: No se puede. Ese es el mensaje que deberían de entender. El pueblo es inteligente y sabe perfectamente distinguir entre miedos reales y ficticios. El frente tiene que transmitir un mensaje claro que su gobierno será de izquierda democrática, de bienestar para el pueblo y de control a los abusos del sistema. Que el camino de la izquierda populista no camina, ni siquiera en Venezuela, y que no tiene el apoyo del pueblo. Que si quieren de verdad gobernar tiene que ser desde una izquierda ilustrada, con vocación hacia los pobres, pero sin rencores y revanchismos hacia los dueños de los medios de producción. Una izquierda plural e incluyente. No pueden pensar en declarar un país socialista, cuando una gran parte del país no se siente socialista.
Las constituciones son el respaldo de una república y esta no es de unos, sino de todos. Este mensaje también lo tiene que entender la derecha. No se trata de eliminar al frente y defender a capa y espada sus posturas, se trata de llegar a consensos y trabajar por un mejor El Salvador.
El triunfo del No en Venezuela no es un gane de la derecha y un retroceso de la izquierda, es un progreso de las libertadas y el entendimiento. Chávez tiene que entender que no puedo gobernar sólo para sus seguidores, tiene que gobarnar para un país. Tiene que entender que lo quieren (porque esta es la primera elección que pierde), pero no lo quieren sin control y sin posibilidad de ponerle freno. Ahora el camino que debería de seguir Venezuela es el de la apertura a nuevas ideas no centradas en la “revolución democrática”, sino en construir un mejor país. Cosa que todavía se ve muy difícil que suceda, pero debería de ser un serio llamado de atención este resultado. El mismo llamado de atención deberían de leer la izquierda y derecha en El Salvador. No se vale hacer sólo lo que desde sus posturas consideran correcto, el pueblo juzga y pasa factura, cuando se le ha tratado mal. Cuando claramente ve que un gobierno se ha alejado de ellos y no está brindando soluciones realistas, cuando le aumentan de precio a la gasolina para subsidiar un pésimo sistema de transporte contaminante y peligroso, cuando proponen soluciones a medias, no claras, fuertes y con valentía. También la oposición salvadoreña (el frente) tiene que entender que tiene ser claro, transparente y valiente, porque si piensa que puede seguir teniendo clientes y preocuparse más por el sindicato de trabajadores del seguro social que por los asegurados y la población en general, también le pasarán factura, que si piensan más en sus amigos y en tener control de la Universidad de El Salvador en vez de preocuparse de verdad y de lleno en la educación de nuestros jóvenes, también le pasarán factura. Así que entiendan que el pueblo es inteligente y sabe leer entre líneas y no cualquier cosa es valida y no cualquier cosa se deja pasar, ni aquí ni en Venezuela.
Entonces, ¿por qué nos interesa tanto lo que pasa en Venezuela?, porque es un instrumento político muy interesante para El Salvador, para unos y otros, esperemos que lo sepan utilizar bien y sepan entender realmente que pasa en ese país. Para mientras seguiremos pendientes de Chávez y sus políticas.
Para la derecha el referéndum era un instrumento de miedo real, que podían utilizar para decir que, si gana la izquierda, ese es el camino que podría tomar El Salvador: un régimen en camino a la perpetuación en el poder de un solo gobernante, ya algo muy cercano a la dictadura. Había una expectativa donde, no se si en realidad esperaban y preferían que ganara el SI, para poder decir más fuerte, vean lo que hacen los gobiernos de izquierda en Latinoamérica. Vean lo que hace Chávez, Correa o Morales. Lo cual es una verdad a media, porque habría que pensar de verdad si estos gobiernos son de izquierda y tienen un legítimo interés por el pueblo, o solo son una estrategia populista para perpetuarse en el poder. Estrategia que la han seguido las grandes dictaduras de derecha. Al ganar el No, esta estrategia del miedo pierde fuerza, pero siempre lo que pasa en Venezuela lo utilizarán como espejo de lo que pudiera pasar en El Salvador, por lo tanto siempre tendrán un ojo puesto en lo que hace o deja de hacer Chávez.
Para la izquierda ortodoxa y con vínculos cercanos al chavismo, el referéndum era un paso para poder ver si se puede seguir el paso de la “revolución democrática”, o sea ver si lo que no se ganó en la guerra se puede a través de las elecciones. En este sentido, el resultado es un mensaje claro: No se puede. Ese es el mensaje que deberían de entender. El pueblo es inteligente y sabe perfectamente distinguir entre miedos reales y ficticios. El frente tiene que transmitir un mensaje claro que su gobierno será de izquierda democrática, de bienestar para el pueblo y de control a los abusos del sistema. Que el camino de la izquierda populista no camina, ni siquiera en Venezuela, y que no tiene el apoyo del pueblo. Que si quieren de verdad gobernar tiene que ser desde una izquierda ilustrada, con vocación hacia los pobres, pero sin rencores y revanchismos hacia los dueños de los medios de producción. Una izquierda plural e incluyente. No pueden pensar en declarar un país socialista, cuando una gran parte del país no se siente socialista.
Las constituciones son el respaldo de una república y esta no es de unos, sino de todos. Este mensaje también lo tiene que entender la derecha. No se trata de eliminar al frente y defender a capa y espada sus posturas, se trata de llegar a consensos y trabajar por un mejor El Salvador.
El triunfo del No en Venezuela no es un gane de la derecha y un retroceso de la izquierda, es un progreso de las libertadas y el entendimiento. Chávez tiene que entender que no puedo gobernar sólo para sus seguidores, tiene que gobarnar para un país. Tiene que entender que lo quieren (porque esta es la primera elección que pierde), pero no lo quieren sin control y sin posibilidad de ponerle freno. Ahora el camino que debería de seguir Venezuela es el de la apertura a nuevas ideas no centradas en la “revolución democrática”, sino en construir un mejor país. Cosa que todavía se ve muy difícil que suceda, pero debería de ser un serio llamado de atención este resultado. El mismo llamado de atención deberían de leer la izquierda y derecha en El Salvador. No se vale hacer sólo lo que desde sus posturas consideran correcto, el pueblo juzga y pasa factura, cuando se le ha tratado mal. Cuando claramente ve que un gobierno se ha alejado de ellos y no está brindando soluciones realistas, cuando le aumentan de precio a la gasolina para subsidiar un pésimo sistema de transporte contaminante y peligroso, cuando proponen soluciones a medias, no claras, fuertes y con valentía. También la oposición salvadoreña (el frente) tiene que entender que tiene ser claro, transparente y valiente, porque si piensa que puede seguir teniendo clientes y preocuparse más por el sindicato de trabajadores del seguro social que por los asegurados y la población en general, también le pasarán factura, que si piensan más en sus amigos y en tener control de la Universidad de El Salvador en vez de preocuparse de verdad y de lleno en la educación de nuestros jóvenes, también le pasarán factura. Así que entiendan que el pueblo es inteligente y sabe leer entre líneas y no cualquier cosa es valida y no cualquier cosa se deja pasar, ni aquí ni en Venezuela.
Entonces, ¿por qué nos interesa tanto lo que pasa en Venezuela?, porque es un instrumento político muy interesante para El Salvador, para unos y otros, esperemos que lo sepan utilizar bien y sepan entender realmente que pasa en ese país. Para mientras seguiremos pendientes de Chávez y sus políticas.