Es corrupción este tipo de puerta giratoria donde un abogado que como jefe de una unidad especial fue el responsable de unas investigaciones, se vuelve defensor de los investigados – y luego regresa a la FGR y se asegura que sus clientes queden libres, sin acusaciones abiertas y que les devuelvan su propiedades.
El audio: Carta al fiscal general.mp3
Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 3 noviembre 2022
Ciudadano Rodolfo Delgado:
Yo siempre he defendido el derecho de cualquier acusado, incluyendo los que han cometido crímenes serios, a ser defendido por un abogado de su confianza. Esto, por lógica, incluye el derecho -incluso el deber- de los abogados penalistas a dar a sus representados la mejor defensa posible. Estas son reglas básicas del Estado de Derecho. Nadie debería descalificar a un abogado por defender a criminales.
Tampoco existe un impedimento que abogados, que han trabajado para la fiscalía, luego se conviertan en defensores. Conozco a varios abogados ex-fiscales que ejercen la defensa con mucho éxito y también decoro.
Pero esto no es el caso de usted. Es caso de usted es muy particular – y francamente, una vergüenza para el gremio, tanto de fiscales como de abogados defensores. Recientemente el caso suyo fue ampliamente documentado en una investigación conjunta de El Faro y Insight Crime. Resumamos:
· Usted fue durante 13 años jefe de la Unidad Contra el Crimen Organizado de la fiscalía, creada para investigar y perseguir, entro otros grupos, a las pandillas.
· En octubre del 2017 usted renunció a la fiscalía.
· En agosto del 2018, usted asumió la defensa del señor Jorge Manuel Vega Knight, acusado por delitos de asociación ilícita, tráfico de drogas y lavado de dinero. También asumió la defensa de su esposa, Vanesa Beatriz Argüello de Vega.
· En febrero del 2021, usted logró que el juez especializado de sentencia de Santa Ana, Carlos Rodolfo Linares Ascencio, absolviera a Vega Knight. El caso contra su esposa siguió su curso, incluyendo la incautación de los hoteles registrados a su nombre.
· El 2 de mayo de este mismo año 2021, usted fue nombrado fiscal general, luego de que la Asamblea haya destituido al fiscal general Raúl Melara, en procedimientos inconstitucionales.
· El 17 de mayo 2021, usted nombró como fiscal general adjunto, o sea como el segundo al mando de la fiscalía, al juez Carlos Rodolfo Linares Ascencio, el mismo que había absuelto a Vega Knight.
· En seguida, usted desarticuló la Unidad Especial Contra el Crimen Organizado, que había coordinado las investigaciones contra Vega Knight y su esposa. Muchos de los fiscales de esta unidad salieron de la fiscalía, algunos incluso del país, temiendo represalias de la nueva cúpula de la fiscalía.
· En octubre del 2021, la fiscalía (ahora dirigida por el que fue defensor de los Vega) cierra el expediente contra su ex-representado, Vega Knight.
· En consecuencia de esto, el mismo mes de octubre 2021, el Juzgado de Instrucción de Santa Ana revertió la incautación de los bienes de la familia Vega.
Hago este resumen para ilustrar que usted, al legar a ser fiscal general, usó todo su poder para seguir trabajando en favor de los acusados que antes representaba como defensor. Esto es un caso claro de arbitrariedad, abuso de poder. Es corrupción este tipo de puerta giratoria donde un abogado que como jefe de una unidad especial fue el responsable de unas investigaciones, se vuelve defensor de los investigados – y luego regresa a la FGR y se asegura que sus clientes queden libres, sin acusaciones abiertas y que les devuelvan su propiedades.
Este es su pecado, no el mero hecho de haber defendido a alguien acusado de ser colaborador de la MS13. En este sentido, no me gustan los titulares de Insight Crime (”Fiscal General trabajó para colaborador de la MS13”) y de El Faro (“El fiscal general trabajó 29 meses para uno de los principales colaboradores de la MS13”).
Luego de la revelación de su triste papel, usted tendría que renunciar inmediatamente. Si no lo hace, la Asamblea debería sustituirlo. Sabemos que ambas cosas no van a pasar - y El Salvador sigue en la deriva. Su deber como fiscal general es proteger el Estado de Derecho, y usted es cómplice de su destrucción.
Sin más que agregar,