jueves, 30 de diciembre de 2021

Carta para despedir el 2021. De Paolo Luers


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Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 30 enero 2021


Estimados lectores:

No me gustan los ejercicios periodísticos de resumen del año. Normalmente son aburridos, y aburrir es el pecado más grave del escritor. Pero el año que mañana despedimos ha sido demasiado turbulento para no tratar de retratarlo. Hay una palabra que se puso de moda: disruptivo. Aplica para hablar del 2021: presenciamos una ruptura en la política, en la forma de gobernar. Ruptura viene de romper. Llegaron al poder personas que están tratando de romper con el sistema democrático, republicano y pluralista.

Ellos hablan, con orgullo, de haber roto el bipartidismo. No importa que nunca lo tuvimos. Pero sí lograron diezmar, tal vez definitivamente, a los dos partidos que luego de los Acuerdos de Paz han gobernando: Arena y el Frente. Podría incluso ser una transformación loable, si terminara en más pluralismo. Pero en nuestro caso, terminó en lo contrario: se está preparando un partido único.

Gran parte de las disrupciones que los Bukele y sus seguidores dieron al sistema que acordamos en 1992 para terminar no sólo con la guerra, sino con el militarismo, con el autoritarismo, con el sistema de partido-Estado, las lograron en 2021.

Aquí está la lista de las principales rupturas que Bukele y su gente han logrado propiciar a nuestra sistema de convivencia democrática. Cada uno de estos hechos el gobierno lo celebra y la comunidad internacional y las organizaciones civiles lo denuncian como pasos a la autocracia:

1. La conquista de una mayoría aplastante en la Asamblea en las elecciones de febrero: la manera como operan esta mayoría significa la ruptura con el pluralismo.

2. La remoción de la Sala de lo Constitucional y del fiscal general, el 1 de mayo. Fue inconstitucional, pero creó una Corte Suprema y una Fiscalía de hecho. Con esto se consuma la ruptura de la independencia judicial.

3. La Ley Bitcoin, la cual propagan como “conquista de la libertad económica”, pero que no es otra conquista que la del presidente y su círculo interno de disponer sin restricciones y controles del dinero público. Están creando una base digital para usar arbitrariamente las subvenciones y la asistencia social. Con esto, se termina institucionalizando la corrupción.

4. La ruptura del sistema de Acceso a Información Pública, que se había logrado luego de años de lucha de la Sociedad Civil. Con esto, el gobierno rompe con la transparencia. Se libera de la obligación de rendición de cuentas. Hace y miente como les da la gana.

5. La purga de jueces y fiscales, con el decreto del retiro forzoso. Porque para romper del todo con el estado de Derecho, no es suficiente controlar las cabezas del sistema judicial. Hay que alinear, mediante una estrategia de zanahoria y garrote, al cuerpo del sistema judicial.

6. La militarización avanzó en dos direcciones durante el año 2021: militarización de la PNC y creciente rol de la Fuerza Armada en la Seguridad Pública. Se rompió con otro de los pilares de los Acuerdos de Paz.

Pero, en el 2021 también han pasado hechos adversos a las intenciones autoritarias de Bukele. También hubo reveses para el régimen.

1. La profesionalidad, capacidad investigativa y valentía que ha logrado consolidar el periodismo independiente. En contra de una monstruosa maquinaria de propaganda gubernamental y paragubernamental, los medios independientes han logrado mantener viva una opinión pública informada, crítica y exigente. Han compensado la pérdida de transparencia por parte del Estado.

2. La Sociedad Civil no sólo sufrió derrotas, también dio pasos de resistencia y crecimiento. De la variedad de la sociedad civil surgió una oposición, que es independiente de los partidos políticos, se auto-convoca, es irreverente y multifacética. A partir del 15 de septiembre del 2021, la calle ha sido de esta creciente oposición ciudadana.

3. El poder gobernante abandonó el diálogo, la concertación y la búsqueda de acuerdos de país, pero la sociedad civil no. Gente de derecha busca construir una plataforma democrática compartida con los de izquierda, liberales con conservadores. El pluralismo se defiende, desde abajo.

4. El 2021 ha sido el año de la ruptura con Estados Unidos. Esta disrupción es el revés que más le va a costar a Bukele. En 2020, Bukele tenía en los Estados Unidos a un aliado poderoso que lo protegía. Pero la amistad de Bukele no fue con Estados Unidos, fue con Trump. Cuando este perdió, Bukele nunca entendió el cambio de política que esto significaba para América Latina.

En vez de negociar con la nueva administración, la provocó, la humilló, la desafió. Lo peor: Piensa que está ganando una batalla contra Goliat, cuando es el inicio de su declive.

5. Y a pesar de todo, aún hay jueces valientes en El Salvador.

La batalla de Nayib Bukele contra la democracia no está ganada. Tampoco la batalla para preservarla. Todo depende de lo que tengamos capacidad y voluntad de hacer en el 2022. 

Feliz año nuevo les desea Paolo Luers


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martes, 28 de diciembre de 2021

Carta a un amigo en Alemania que no pudo creer lo que leyó sobre Nayib Bukele. De Paolo Luers


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Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 28 diciembre 2021

Hallo, mein Freund:

Me preguntaste en nuestro reciente chat si son ciertas las historias grotescas que leíste sobre nuestro presidente. Y te contesté: “Sí, es cierto, y es aun peor…”

La noticia que habías leído fue: El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, comunicó en su cuenta de Twitter que el día 21 de diciembre del año 21, a las 21 horas estaba en su casa, esperando que el reloj avanzara a 21 horas y 21 minutos, para en este preciso momento abrir su iPhone, activar la aplicación para compra/venta de la criptomoneda Bitcoin, y comprar 21 bitcoin por $1,033,599. Además, el señor presidente mencionó en su mensaje, escrito en inglés, que nuestro país tiene 21 mil kilómetros cuadrados.

Hasta la fecha, sólo conocía el “juego 21” de las mesas de Blackjack en los casinos…

Hasta ahí es fácil contestarte: Sí, es cierto. Lo puedes revisar en su cuenta en Twitter. Con un agregado: Cuando una hora después, un usuario respondió al mensaje presidencial para preguntarle si realmente hizo esta compra en su teléfono, la respuesta inmediata de nuestro excelentísimo señor presidente de la República fue una sola palabra: “Naked”, o sea desnudo.
Cuando después me preguntaste si te podía explicar cómo era posible este cabalístico juego de números con 1 millón de dólares, ya me tenías en problemas. Es demasiado difícil de explicar, por lo menos en WhatsApp. Por eso, esta carta. Voy a tratar de explicarte lo inexplicable.

¿Cómo explicar esta imagen espantosa: un presidente, andando en pelotas por su casa, iPhone en mano, esperando que su reloj marque 21 horas con 21 minutos, para ejercer un juego cabalístico? Un juego que se hizo real cuando usó su celular para accesar una cuenta del gobierno para especular en el mercado de bitcoin con más de 1 millón de dólares.

¿Cómo explicar que un presidente, desde su casa a las 21 horas, tenga acceso directo y personal, sin ningún procedimiento y control administrativo, a una cuenta bancaria del Estado? ¿Cómo explicar que no hay fiscalía ni Corte de Cuentas que inmediatamente abra una investigación en esta manera informal y aventurera de gastar fondos públicos?

El supuesto chiste del mismo presidente que hizo todo esta maniobra “naked”, en pelotas, es lo menos grave de esta historia, aunque demuestra su estado mental y el torcido sentido de broma de un hombre que no tiene ningún sentido de humor. Lo preocupante es que este escenario grotesco del presidente en pelotas jugando con millones demuestra que en este gobierno suspendieron todos los controles y reglas administrativas para que el gobernante pueda vivir sus excéntricas fantasías.“L’État, c’est moi”, dijo el rey Luis XIV de Francia: “El Estado soy yo”. El credo del absolutismo, del poder absoluto y personalizado. Si pensábamos que este credo y esta manera de gobernar habían desaparecido luego de la revolución democrática y la declaración universal de los Derechos Humanos, y que solamente quedó vivo en los países de los emires y jeques de la península árabe, está equivocado: El absolutismo y el culto a la persona gobernante están reviviendo en el Kremlin de Putin, en la oficina del presidente del Partido Comunista de China, en el Palacio Miraflores de Maduro… y en la Casa Presidencial salvadoreña. ¡Qué mejor imagen para ilustrarlo que un presidente en pelotas jugando con el dinero del Estado!

Ahora me vas a preguntar: “¿Cómo es posible que ustedes permiten todo esto?” No 
tengo otra respuesta que: “No sé, tampoco me lo explico.” 

Saludos, Paolo Luers

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viernes, 24 de diciembre de 2021

Carta navideña a los presos políticos. De Paolo Luers

 

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Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, viernes 24 diciembre 2021

Estimados amigos:

Navidad y Año Nuevo, si los vemos como más que unas vacaciones, tienen que ver con paz amor, esperanza. ¿Podemos celebrar estas fiestas sin ni siquiera mencionar a los que están privados de estas aspiraciones: los encarcelados? Por lo menos en Navidad, nuestra solidaridad debería incluir a todos los que están en prisión, solos y desesperados, pero muy en especial a quienes están en esta situación por razones políticas, por venganzas, o por que son obstáculos para el poder…

Hablemos de los presos políticos. Es fácil ser solidario con los presos políticos de los dictadores del mundo: con Aleksei Navalny, el rehén de Putin; con Josnars Baduel, a quien Maduro tiene encerrado en el mismo calabozo donde dejó morir a su padre, el general Baduel, luego de años de aislamiento y tortura; con Cristiana Chamorro y todos los demás opositores que echó presos Ortega para que no le hicieran sombra en su farsa electoral, y que siguen presos, porque alguien botó las llaves; con los periodistas, opositores e intelectuales presos en China, Cuba, Turquía, Bielorrusia…

Pero cuando se trata de los que aquí en El Salvador están encerrados por razones políticas, no nos atrevemos a hablar de presos políticos. El régimen habla de ‘políticos presos’ por corrupción u otros delitos, igual que Maduro, por cierto. Inventan causas penales para detener a quienes son obstáculos para el poder.

Dejémonos de pajas y eufemismos: aunque enfrentan cargos penales (que pueden tener validez o no, porque nada está comprobado), a Neto Muyshondt, Violeta Menjivar, Carlos Cáceres y ahora también al general David Munguía Payés los tienen encerrados y aislados por razones políticas, no jurídicas. ¿Alguien tiene duda que Erlinda Handal está encarcelada por su apellido?

Ellos son presos políticos. Y esto hay que decirlo por su nombre, coincidamos con ellos o no. No es un asunto de simpatía, sino de humanismo, pero también de realismo. Cualquier detención es un mensaje a todos los demás que no comulgan con las Nuevas Ideas, que están llevando al país a un desastre fiscal y la pérdida del Estado de derecho. No podemos olvidar a los presos políticos. Visto desde la perspectiva de los desaparecidos o encarcelados, el olvido mata…

¿Quién habla de Raúl Mijango, quien fue el primer preso político de este nuevo capítulo de nuestra historia? Está enfermo, perdiendo la vista, lo privan de los tratamientos necesarios, del contacto con su familia e incluso con sus abogados. El presidente Bukele y su fiscal Delgado heredaron a este preso político de sus predecesores, pero tampoco hacen nada para garantizarle sus derechos. A Mijango lo condenaron por un delito inventado. Lo condenaron por extorsión, pero él negoció con extorsionistas por encargo de la empresa afectada. ¿Acaso quieren penalizar a los que pagan renta por el delito de financiar a los delincuentes? A Mijango le inventaron este cargo absurdo, porque en dos juicios largos no lograron penalizar la tregua y a criminalizar la mediación que él condujo. Hoy van tras Munguía Payés por la misma razón. Es el intento de penalizar una política pública con la cual los actuales gobernantes no están de acuerdo. O la versión más absurda: quieren criminalizar una política pública de reducción de violencia, que ellos mismos adoptaron, la pervirtieron, hasta llegar a negociar pactos oscuros.

Ellos necesitan enemigos y necesitan humillarlos y destruirlos. Y esto apenas comienza. Pregunten a los nicas…

La única forma de evitar que logren destruir a los presos políticos es que la sociedad no los olvide y hable de ellos. Como dije, el olvido mata…

La sociedad tiene que distinguir entre justicia y venganza, entre la lucha contra la corrupción y la lucha para destruir a adversarios y conseguir que los demás nos callemos.

A ustedes, los que pasan esta navidad solos y encerrados, les digo: no los olvidamos. Manipular la justicia para cometer persecución política tiene un costo político y ético, y lo vamos cobrar.

Que el próximo año sea de lucha contra la persecución política.

Saludos, Paolo Luers


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martes, 21 de diciembre de 2021

Carta a al presidente electo de Chile: Tu éxito pasa por la defensa de la democracia. De Paolo Luers


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Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 21 diciembre 2021

Estimado Gabriel Boric:

Qué bueno que los votantes salvaron a Chile de un nuevo desliz hacía un régimen autoritario con un líder que se siente mesías.

Qué bueno fuera que tú, victorioso contra el populismo rancio de la derecha, salvaras a tu país del otro populismo de una izquierda demagógica.

Pienso que este es el verdadero mandato que te dieron este domingo.

Yo era de los muchos que, cuando empezó el proceso preelectoral, hubiera preferido que llegara a la vuelta final la candidata del centro, Yasna Provoste, con su discurso racional, concertador, reformista. Pero tal vez me equivoqué. ¿Quién sabe si esta mujer tan moderada hubiera podido vencer a un político tan agresivo como Kast?

Como muchos, pensé que el enfrentamiento entre los dos polos opuestos podía romper la democracia chilena, que tanto ha costado reconstruir luego de Pinochet. Pero observando tu campaña y ahora los resultados, parece que fue necesaria una alternativa clara, una con la ilusión de transformación, no sólo de preservar el orden democrático.

Lograste mucho más que movilizar una fuerza política de izquierda, también más que una mayoría en defensa contra una ultraderecha antidemocrática, parece que lograste movilizar y unir a una mayoría alrededor de un proyecto de renovación, de ruptura política, pero sin ruptura del sistema. Es un gran logro que pocos esperaban de ti. Y tu responsabilidad será muy complicada de cuidar esta nueva mayoría, de no permitir que la destruyan la parte sectaria y la parte populista de la izquierda.

La escena que vimos del candidato perdedor que, a pesar de toda la confrontación ideológica, reconoció su derrota inmediatamente y te estrechó la mano, es una señal de que la democracia chilena es más sólida de lo que muchos pensaron.

Para América Latina, el gobierno tuyo será un experimento muy observado. Si en Chile se consolida un modelo de un gobierno de izquierda racional, firme en sus principios, pero abierto al diálogo ya la concertación, libre de estos complejos históricos que han llevado a la perversión a los regímenes en Cuba, Venezuela y Nicaragua, y también libre de prepotencia y autoritarismo, la izquierda latinoamericana ganará una nueva oportunidad.

Tu mensaje a Daniel Ortega, a quien, en vez de felicitarle por su reelección, le regañaste por su farsa electoral y le exigiste la libertad de sus presos políticos, tiene una enorme importancia. ¿Dónde se ha visto en América Latina que el candidato presidencial de una coalición de izquierda, que incluye muchos amigos de Daniel Ortega, se muestra solidario con los opositores encarcelados por este tirano – y no sólo con los opositores con larga trayectoria de izquierda? Si fuera chileno, luego de este mensaje tuyo a Ortega, te hubiera dado mi voto no optando por el mal menor, sino con convicción. Me imagino que durante tu campaña mandaste a los chilenos muchos de este tipo de mensajes, de otra manera no hubieras ganado el apoyo del centro político del país. Ahora te toca mostrar que estos mensajes no fueron canciones de campaña…

Aquí en El Salvador, la izquierda fracasó, lo digo como autocrítica. No logramos articular políticas que respondieran a las expectativas de cambio que despertamos. Los que formaron parte de los dos gobiernos de izquierda decepcionaron, y los que quedamos al margen aún debemos al país el proyecto de izquierda democrática y transformadora. Ambos fallamos, y ahora tenemos el resultado: un gobierno populista y corrupto, que logró construir una mayoría sólida sobre la frustración y los resentimientos de la gente.

Te deseo que logres mostrar que la izquierda puede más.

Saludos, Paolo Luers



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sábado, 18 de diciembre de 2021

Carta de sábado: Hablemos de la genialidad de la serie 'Better Call Saul’. De Paolo Luers


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Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 18 diciembre 2021

Queridos aficionados:

Vince Gilligan y Peter Gould lo hicieron otra vez: luego del espectacular éxito de su serie ‘Breaking Bad’ y la creación de su personaje Walt White, lanzaron la serie ‘Better Call Saul’. No sólo lo hicieron otra vez, lo hicieron aún mejor.

Ambas series, ambientadas en Albuquerque y los paisajes desérticos de Nuevo México, viven de su protagonista principal. El profesor de química convertido en narco en ‘Breaking Bad’ ya era fuera de serie, pero el abogado y genial timador Jim McGill alias Saul Goodman, igual de loco, le gana. ¿Saben por qué? Porque Bob Odenkirk, el actor que protagoniza al abogado, tiene una veta cómica extraordinaria, que se mueve entre irónico, sarcástico, ingenioso, impostar genial, ingenuidad infantil hasta llegar a escenas bufonescas de ‘slap stick’, todas cualidades que no tiene Bryan Cranston, el actor que personifica a Walt y que tampoco están previstas por sus guionistas. Walt es un tipo dramático, a veces trágico, un tío que no para de sufrir, no tiene una pizca de humor. Hay escenas increíblemente cómicas, pero es lo cómico de las circunstancias, no del personaje, ni de su actor.

Yo disfruté de las primeras temporadas de ‘Breaking Bad’, pero pronto me cansé de ver a este hombre sufrir y nunca reírse. De ‘Better Call Saul’ yo disfruté como enano las 5 temporadas con sus 50 episodios, de principio a fin, muerto de risa, y quedo esperando con ansiedad la siguiente temporada prometida para marzo 2022.

Cuando me dijeron que lo de Saul era una secuela del drama del profesor Walt White, no sentí ganas de verla. Ni siquiera me acordaba del abogado Saul que apareció en uno de los capítulos de ‘Breaking Bad’. Pero de repente nos quedamos sin nada fascinante en Netflix y dijimos: “Veamos qué ondas con lo de Saul”. Y nos quedamos pegados al televisor noche a noche. Se me confirma: Donde no hay humor, aburre o se vuelve tedioso… Esto es así en la vida y, por supuesto, en el arte, el cine, la tele, la literatura. Hasta en política…

Ver a Saul tropezando de una crisis a la siguiente, pero también sacándose ingeniosamente del pelo de cada desastre, es como una montaña rusa. Observar a este hombre desarrollando la mentira como forma de arte no nos causa rechazo, más bien un sentido de complicidad. Porque este timador es una persona buena, un vendedor de alfombras, pero de gran corazón. Ver a Jim/Saul, el hombre del caos permanente, junto a su novia Kim, la abogada muy formal, elegante y ética, ya de por sí es un deleite con cada vez diferentes sorpresas, pero cuando de repente, con un rápido intercambio de miradas y sonrisas, se sincronizan para cometer algún acto de timo a algún tipo prepotente, es como un motín. Genial. Gran trabajo de los guionistas y genial trabajo de los actores.

Otro actor revelador es Jonathan Banks (que también tuvo una corta aparición en ‘Breaking Bad’). En la nueva serie es uno de los principales personajes: un expolicía, que salió del servicio luego de matar a dos colegas que a su vez habían matado a su hijo. Un tipo que desde entonces camina en el filo entre lo legal y el crimen. Aparte de ángel protector de Jim/Saul, su personaje Mike se vuelve operador para un jefe narco, siempre luchando para no convertirse en malo o desalmado. La ética de los que caminan en este filo, el abogado y el expolicía, aunque de muy diferentes formas, es uno de los temas profundos de esta serie. No es solamente cómica. Es a la vez un ensayo sobre ética profesional, solo muy diferente a los manuales moralistas.

No se pierdan este motín de actuaciones y cinematografía de primera.

Saludos, Paolo Luers


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