Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 21 mayo 2020
Muchos han criticado a los empresarios que fueron a Casa Presidencial a hablar con el presidente sobre la necesidad de la reactivación económica. Algunos los criticaron con exceso de fanatismo.
Pero no puede ser que hablar con el presidente en situaciones críticas para el país de por sí sea un pecado. Pecado hubiera sido si hubieran avalado los abusos autoritarios, las acciones inconstitucionales y los ataques a Javier Simán y ANEP.
Nada de esto hicieron los empresarios. Por lo contrario, exigieron al presidente que sus medidas contra la epidemia no violen el marco de la constitución y de los derechos humanos.
Era de esperar que el presidente y su maquinaria propagandística interpretaran esta reunión de otra manera, como aval a las políticas del gobierno y como desautorización de Simán como vocero del empresariado.
Los empresarios visitantes en Casa Presidencial no son los primeros ni serán los últimos que paguen este costo por intentar mantener abierto un canal de diálogo con un gobernante que no cree en el diálogo.
La reunión de los empresarios prominentes en CAPRES no significa una división del empresariado salvadoreño, aunque indudablemente el presidente lo interprete así.
Cuando Bukele anunció que no reconoce a Javier Simán como interlocutor, este nunca cayó en actitudes de berrinche, sino que dijo que entonces les tocará a otros hablar con el presidente.
Si los empresarios, al recibir la invitación a Casa Presidencial, la hubieran rechazado en solidaridad con Javier Simán, hubieran caído en los juegos infantiles de Nayib Bukele.
El mismo presidente de ANEP, a pesar de los ataques personales a él y sus familiares, sigue diciendo a Bukele que está dispuesto a sentarse con él para buscar soluciones a los problemas del país.
Alguien tenía que hacer el intento de convencer al presidente de que no podía seguir negando la necesidad de hacer un plan de reactivación económica con fechas y reglamentos confiables. Gracias a esta gestión, existe ahorita la fecha del 6 de junio para el supuesto inicio de la apertura de la actividad productiva y comercial. Obviamente, conociendo a Nayib Bukele, no hay ninguna garantía de que va a cumplir con ese compromiso.
Pero esto daría pauta para que se constituya una alianza más amplia y combativa para ejercer oposición a un gobierno, cuyas políticas están llevando al país al colapso económico, financiero, social e incluso de salud. Sin la economía funcionando no habrá dinero, y sin dinero no habrá servicios de salud, ni mitigación del hambre.
Toda esta historia, lejos de debilitar a ANEP y al liderazgo de Javier Simán, los ha fortalecido. No así al liderazgo del presidente. Solo hay que comparar la conferencia de prensa del presidente, con sus ataques de rabia, sus insultos y ataques, su incapacidad de enfrentar de manera racional las preguntas de los periodistas, con la entrevista de Nacho Castillo a Javier Simán.
Vimos a un hombre relajado, seguro, claro y racional. Una vez más se comprueba la sabiduría del dicho popular, “quien se enoja pierde”.
Lo único que pido a los empresarios es que todas sus gestiones frente al Gobierno, la Asamblea o los partidos sean transparentes.
Saludos,