Estoy hablando de los cientos de spots de televisión y radio del gobierno que se transmiten diariamente, a veces dos o tres veces dentro de un solo programa. Estamos en plena campaña electoral, pero esta no es propaganda de los partidos y candidatos: es propaganda electoral del gobierno. Son spots cuya producción puede costar fácilmente más de 10 mil dólares – pagados con fondos públicos, o sea con nuestro dinero. Ni hablar de la pauta que paga el gobierno para repetirlos hasta la saciedad en todos los canales. Fácilmente 20 o 30 mil dólares diarios…
¿Cuál es la diferencia entre sacar de la partida secreta de Casa Presidencial 1 millón de dólares en cash, darlos a su partido para que financie su campaña electoral – y hacerlo de manera “institucional”: gastar el mismo millón en propaganda del gobierno, de la CEL y de CEPA a favor del partido de gobierno? Es solo una diferencia de forma.
La propaganda del gobierno que vemos todos los días en la tele obviamente es electoral. Hay un vacío en la legislación electoral que lo permite. No es nada nuevo, no es un invento de este gobierno o del FMLN. Funes lo hizo hasta el mismo día de las elecciones presidenciales del 2014. ARENA lo hizo siempre. Saca lo perfeccionó y lo hizo durante toda su gestión, solo multiplicándolo en tiempos electorales. Su mejor alumno, Nayib Bukele, lo hizo durante sus años de alcalde – y así lo hicieron alcaldes de todos los colores.
Esto es precisamente el problema: Como todos lo hacen, y como lo hacen de manera tan sistemática y pública, parece normal. No se percibe como la corrupción que es. Estamos enfocados en los presidentes Funes y Saca quienes descaradamente robaron fondos públicos. Pero corrupción es cualquier apropiación o uso de fondos públicos para fines particulares, sean personales, empresariales o partidarios.
Cada vez que usted ve un spot electoral del gobierno, ante sus ojos unos $300 dólares han sido desviados de fondos públicos para uso particular, luego de que ya se desviaron unos 10 mil para producir este spot. Vea usted televisión un día entero y saque la suma…
Detrás de esto hay un problema más general, de abuso permanente, solo que en tiempos electorales se multiplica descaradamente: el problema que los gobiernos se toman la libertad de hacer propaganda política, de auto-promoverse permanentemente, de confundir información estatal con propaganda. Para esto han creado aparatos profesionales, por cierto muy costosos, dentro de Casa Presidencial y de cada ministerio o autónoma.
Es tiempo de parar esta corrupción encubierta e institucionalizada de una vez por todas. Hago un llamado a los candidatos presidenciales a que nos demuestren que sus promesas de luchar contra la corrupción sean serias. Les hago el llamado que tematicen el problema de la propaganda estatal en sus campañas.
¿Habrá un candidato dispuesto a comprometerse con desmantelar y prohibir dentro de su gobierno y todas sus dependencias los aparatos de propaganda y a reducir la comunicación oficial estrictamente a la difusión de información útil y necesaria para la población? ¿Estamos nosotros dispuestos a exigirlo a los candidatos? ¿O vamos a seguir viendo la corrupción en la tele y tragárnosla?
Saludos,
(MAS! y EL DIARIO DE HOY)