Usted debería presentarse en los medios, durante el proceso de elección del fiscalgeneral, como candidato que va a mejorar la Fiscalía, y no revestido del poder del titular de la institución, aprovechando el poder de su cargo para reelegirse.
Usted tiene todo el derecho de buscar su reelección, y de hecho hay argumentos para no someter a la Fiscalía General a la incertidumbre de que llegue un nuevo jefe, con nuevas prioridades, nuevos criterios, nuevos métodos. Lo que menos queremos en esta coyuntura es debilitar la fiscalía y su voluntad de seguir adelante con la lucha contra la impunidad y la corrupción. Es por esto, que muchos diputados están inclinados a reelegirlo.
La primera duda es alrededor de su tendencia de convertir sus casos en espectáculos mediáticos antes de sostenerlos antes los tribunales correspondientes. Esto comienza con la práctica extraña de ponerle nombres a sus casos – nombres que no son descriptivos, sino que en si implican una presunción de culpabilidad. Divulgar ante las cámaras y los micrófonos de los medios un “Caso Saca” o un “Caso Funes” es diferente a divulgar un caso “Destape a la corrupción” o un “Caso Corruptela”. Estos no son términos jurídicos, sino términos mediáticos, y convierten los casos penales, antes de iniciarlos ante los tribunales, en casos políticos y mediáticos.
La Fiscalía está obligada por la Constitución a respetar (y hacer respetar) el principio de la presunción de la inocencia hasta el momento de que un imputado esté vencido en juicio. Pero si de antemano habla ante los medios de montos de $300 millones de dólares malversados, pero ante el tribunal no tiene la capacidad de sostener y comprobar este monto, esto “populismo judicial” le ayuda a ganar el juicio mediático, pero ante el tribunal se convierte en un problema, el cual incluso lo puede obligar a aceptar juicios abreviados con condenas reducidas. No hemos escuchado de usted ninguna expresión de autocrítica sobre su tendencia de buscar victorias mediáticas para ejercer presión sobre los jueces.
La otra duda gira alrededor del excesivo uso de testigos criteriados. Es común escuchar en las vistas públicas a los jueces señalando a los fiscales que los testimonios de criminales convertidos en testigos no pueden sustituir las pruebas materiales y los testimonios de personas no interesadas. Donde más la fiscalía ha abusado de testigos criteriados es en los juicios contra pandilleros, con el resultado de crear la percepción de que para perseguir a los malos estamos dispuestos a violar las reglas de un juicio justo. Existe la preocupación que, igual como en el caso de los abusos policiales, las medicinas pueden resultar más venenosas que las enfermedades. Venenosas para la credibilidad del sistema judicial.
Tampoco hemos escuchado de usted, como máximo responsable de la actuación de los fiscales ante los tribunales, consideraciones autocríticas ni propuestas de cómo resolver este problema con otros métodos de investigación.
Le reto que para buscar y legitimar su reelección no se limite a enumerar los logros de la fiscalía bajo su mando, sino en explicar con claridad qué va a cambiar para que la institución se desempeñe mejor y genere confianza en la ciudadanía. Solo así puede generar apoyo para su reelección.
Saludos,
(MAS! y EL DIARIO DE HOY)