miércoles, 2 de noviembre de 2016

Cinco preguntas a un jefe pandillero

Desde que el gobierno, en el año 2013, decidió regresar a la política de mano dura, las pandillas no han podido expresarse dentro del debate nacional sobre la violencia y la seguridad. Desde junio del 2013, el gobierno no ha permitido que periodistas entren a los penales para entrevistar a los voceros de las pandillas. Y entrevistar a los que coordinan las pandillas en la calle resulta muy complicado.

La sociedad sigue debatiendo, pero sin conocer nada sobre lo que se piensa en el mundo de las pandillas. En esta situación, tomé la iniciativa de confrontar a un vocero de las pandillas con cinco preguntas que todos nos hacemos. Por razones obvias, no puedo revelar su identidad, pero puedo asegurar que es un vocero representativo para expresar el estado de discusión entre las tres principales pandillas. Aquí sus respuestas.

1: ¿Ustedes están en guerra con el estado y sus fuerzas?
No. Las pandillas no estamos en guerra, ni con el estado, ni con su fuerza de seguridad, llámese ejército o policía.
El gobierno quiere convencer a la gente que está combatiendo la violencia. Quieren hacer creer de que está en guerra frontal con las pandillas, para justificar su deficiencia en la forma de gobernar y de enfrentar los problemas que causan la marginación y la violencia.
El FMLN invita a las pandillas a una guerra abierta, para podernos eliminar - pero nosotros no aceptamos esta provocación. Reiteramos lo que hemos dicho en incontables ocasiones: No buscamos la guerra, sino el diálogo. Una guerra significaría que tendríamos que reclutar más soldados, hacernos de más armamento – y todo esto solo podríamos financiar con más delincuencia, más extorsiones. Sabemos que el pueblo ya no quiere más guerra, más sacrificios.

2: ¿Se mantiene la tregua entre pandillas o regresaron a la guerra entre pandillas?
La tregua entre pandillas se mantiene. Es una realidad desde marzo del 2012. Lo que ha cambiado es que el Estado, que en 2012 facilitó la tregua, ahora la condena y la quiere destruir. La tregua sigue siendo una realidad y un compromiso nuestro. Las pandillas pueden tener diferencias entre ellas, pero hemos abandonado por siempre la guerra frontal entre nosotros. Sabemos del impacto y daño que la guerra entre las pandillas tuvo en nuestras comunidades, y sigue siendo un compromiso de nosotros hacia la sociedad salvadoreña nunca revivirla. Hay conflictos entre pandillas, pero hacemos lo que podemos para controlarlos. Y sobre todo, a no afectar a la población y las comunidades.

¿Por qué debo creerles a ustedes esta última afirmación?
Bueno, solo revise las estadísticas. Nosotros anunciamos esto en Semana Santa, y a partir de abril los homicidios han bajado. El gobierno dice que es por la eficiencia combativa de la PNC, pero es por nuestra voluntad y disciplina.

3: En Semana Santa 2016 las pandillas anunciaron su compromiso de suspender actividades ofensivas contra civiles y contra la PNC. Entonces, por qué cada día hay entre 10 y 15 homicidios y cada mes hay policías y soldados muertos? ¿Quiénes son los responsables de estas muertes?
Los muertos tienen diferentes causas. Primero los disque enfrentamientos entre la policía y miembros de pandillas. La mayor parte de los enfrentamientos los proyectan en los medios de manera falsa. Son operativos diseñados para eliminar. En los casos que realmente hay intercambio de disparos, son hechos aislados, en los que prevalece el deseo de supervivencia de las personas al verse acorralada a punto de ser asesinada por los cuerpos de seguridad.
Otra fuente de homicidios son las acciones perpetradas por grupos de exterminio, que ya han quedado evidenciados y retomados por algunos medios. Hay grupos de exterminio que no están en sintonía o sincronización con el gobierno y la PNC, y son los que han sido capturados y acusados. Pero hay otros que siguen la línea del gobierno (y en muchos casos del partido FMLN, en su expresión local), y estos operan con toda la impunidad.

4: ¿Cuál es el impacto de medio año de medidas extraordinarias del gobierno? ¿Impacto sobre las pandillas, sobre los privados de libertad, y sobre las comunidades?
Profundizan el conflicto y buscan atomizar a las pandillas, volverlas menos organizadas, o sea en ultima instancia más impredecibles. Nosotros detectamos esto y tenemos la capacidad de no permitirlo.
Las ejecuciones sumarias y los operativos que quieren provocar enfrentamientos claro que nos afectan, pero no de la manera como el gobierno piensa o quiere. No han destruido nuestra capacidad de mando y coordinación.
Con los privados de libertad lo que han hacen las medidas extraordinarias es violentar más aún sus derechos humanos. La Sala de lo Constitucional había dicho que el hacinamiento desde hace 20 años es inconstitucional, y ahora las medidas extraordinarias en los penales vuelve aun más dramática la situación en los penales, con consecuencias graves sobre la salud de los internos.
Lo que las comunidades están viviendo no es que el Estado esté retomando su responsabilidad en cuanto a educación, salud, creación de oportunidades, prevención… El Estado ha regresado a las comunidades, pero sólo en su dimensión represiva.
Nuestros niños perciben un escenario de guerra, en un país que dice estar en paz. No hay empleo, no hay salud, no hay respeto para las comunidades marginales. Mientras esto sigue así, la violencia va a seguir reproduciéndose, por más presencia policial o militar que haya.

5: Ustedes siguen hablando de su disposición al diálogo para reducir la violencia. ¿Que esperan del gobierno?
La disposición de un diálogo para la reducción de la violencia. Una salida de la violencia es posible al involucrarse todas las fuerzas vivas de este país - no como se está haciendo en el Consejo de Seguridad y Convivencia Ciudadana, que es dominado por el gobierno. Se necesita un Consejo independiente y representativo que fiscaliza las acciones del gobierno. Tenemos que ser más sensatos y crear espacios de diálogo, donde los que participan no son cómplices del gobierno. Hay que incluir representantes independientes de la sociedad, de las universidades, de la empresa privada, de las Iglesias, que realmente estén interesados en encontrar salidas no violentas a un conflicto que es social.
Del gobierno como tal lo que esperamos que gobierne: brindar a las comunidades servicios de salud, educación, cultura, deporte; crear oportunidades, invertir en el mejoramiento de las comunidades. Si realmente quieren hacer esto, sin que se convierta en parte de la estrategia policial o militar de represión, van a encontrar en las pandillas los mejores aliados en las comunidade