El
17 de enero pandilleros del la pandilla 18/Revolucionarios me hicieron llegar
este texto así como está, sin fecha, sin firma, sin encabezado, y me
comunicaron que se trata de la carta que ellos habían hecho llegar a la
comitiva del Secretario General de Naciones Unidas en su visita a la colonia
IVU, el día sábado 17 de enero 2015. El representante de Naciones Unidas en El
Salvador, Roberto Valent, me confirmó que esta carta fue recibida por la
comitiva del Secretrario General, así que hay que suponer que le fue entregado.
Lo que pude averiguar es que este
texto es idéntico al borrador de una comunicado que se estaba discutiendo entre
las diferentes pandillas para lanzarlo como posición conjunta, como ha pasado
con numerosos comunicados conjuntos. Según los pandilleros que me hicieron
llegar el texto, el comunicado goza del consenso con las demás pandillas,
incluyendo MS-13 y Barrio 18/Sur. Hasta la fecha no he podido confirmar esto
con fuentes independientes. (Paolo Lüers)
...
Han pasado 18 meses desde que, en junio
del año 2013, el gobierno dio la espalda al proceso de reducción de la
violencia. Durante estos 18 meses, el promedio diario de homicidios ha sido de 9.3.
Ahora llega cerca de 15 muertos al día. Durante los 15 meses anteriores, entre
marzo 2012 y mayo 2013, cuando el gobierno facilitó la tregua y apoyó la
mediación, habíamos logrado bajar el promedio diario de homicidios a algo entre
5 y 6 al día.
Estos son los números que no mienten. Por
muchos de los homicidios adicionales en los últimos 18 meses las tenemos que
asumir la responsabilidad nosotros, las pandillas salvadoreñas. Pero el aumento
no se debe a una decisión deliberada nuestra, sino a nuevas circunstancias: la
disminuida capacidad de los mediadores, sus equipos, y las ranflas de nuestras
pandillas para desarrollar métodos no violentas para resolver conflictos entre
las nuestras pandillas en el territorio, dentro de cada una de la pandillas,
entre los pandilleros y las comunidades, y entre pandillas y las fuerzas de
seguridad del estado. También se debe a reanudadas prácticas represivas por
parte de las fuerzas de seguridad, al surgimiento de comandos de exterminio. Y
también han aportado al aumento de la violencia la disminuida capacidad de los
mediadores de evitar respuestas violentas de nuestras pandillas en el
territorio.
De esta manera se ha reanudado una
escalada de violencia, que durante los 15 meses anteriores habíamos logrado
parar, cuando el diálogo entre las pandillas, con los mediadores y con otros
representantes de la sociedad civil, alcaldes y liderazgos comunales estaba
funcionando sin boicot del gobierno.
Hemos observado que muchos sectores se
han incorporado al Consejo de Seguridad Ciudadano, con la buena intención de
retomar, esta vez con más respaldo de la sociedad, un diálogo en pro de la paz.
Sin embargo, este diálogo hasta la fecha no ha producido resultados, y
francamente no pensamos que dará frutos, mientras se siga excluyendo de este
diálogo no solamente a nosotros sino incluso a los mediadores.
Las discusiones entra las distintas
pandillas, tanto en los penales como en los territorios, por las restricciones
que el gobierno impone a la mediación se han vuelto mucho más complicados y
toman mucho más tiempo. Sin embargo, nosotros nunca hemos revocado nuestra
disposición declarada en numerosos comunicados y respaldado con hechos y
gestos, de ser partícipes de la solución a la violencia que agobia nuestro
pueblo. En este espíritu aun en las condiciones tan adversas al diálogo hemos
logrado los siguientes acuerdos:
1.
Reafirmamos nuestro
compromiso adquirido en el 2012 ante el pueblo, las Iglesias, los mediadores y
la OEA de buscar formas de reducir la violencia en nuestro país.
2.
Para poder contribuir a la
reducción de la violencia, junto con todos los sectores dispuestos a construir
un proceso de paz, es indispensable una mediación de personas que ya han
comprobado su independencia tanto del gobierno como de nosotros. Solicitamos al
Consejo de Seguridad Ciudadana, en el cual está representado el gobierno y la
fiscalía, que tomen los acuerdos necesarios para volver a habilitar mecanismos
adecuados de mediación.
3.
Nosotros no aspiramos a tener
representación en el Consejo, ni a abrir negociaciones con el gobierno.
Aspiramos que los sectores dentro del Consejo que tienen capacidad y
disposición al diálogo con nosotros lo puedan volver a abrir sin represalias ni
persecuciones, y que de esta manera puedan influir en las discusiones y
recomendaciones del Consejo.
4.
Como gesto de nuestra buena
voluntad nos comprometemos que las pandillas se van a abstener de interferir
con el libre voto de los ciudadanos, incluyendo en las comunidades donde
tenemos presencia, en las elecciones de alcaldes y diputados en marzo del 2015.
Nuestros miembros, nuestras familias y nuestras bases sociales van a hacer uso
de su derecho de votar, pero no van a usar su influencia en las comunidades para
beneficiar ni para afectar negativamente a ningún candidato o partido.
5.
Si el gobierno, la empresa
privada, las ONGs, las fundaciones y la cooperación internacional están
dispuestos a invertir en la transformación de los barrios y las comunidades
hasta ahora marginados del desarrollo, mejorando la infraestructura, la
educación, la salud y creando oportunidades de incorporación en la vida
productiva, van a encontrar por parte de las pandillas ningún obstáculo sino
colaboración. Queremos ser parte constructiva de este proceso de
transformación. Para esto, repetimos, buscamos el diálogo.
6.
Al gobierno solicitamos
repensar los planes operativos de sus fuerzas de seguridad, para que no sigan
abonando a la escalada de los enfrentamientos entre policía y pandilleros. Si
vemos disposición por parte de las fuerzas de seguridad de revisar sus tácticas
represivas violentas, incluyendo contra nuestras familias, nosotros sabremos
responder con medidas nuestras para reducir los enfrentamientos violentos con
fuerzas de seguridad, así como hicimos entre marzo 2012 y mayo 2003.
7.
A la población, sobre todo en
las comunidades donde tenemos presencia, reiteramos nuestra voluntad de duplicar
los esfuerzos para construir condiciones para la convivencia pacífica y la
solución de conflictos mediante el diálogo, con apoyo de la mediación, las
iglesias y los alcaldes.
Estos acuerdos han sido discutidos y
consensuados por nuestra gente de las distintas pandillas, tanto en los penales
como en las comunidades, con apoyo de los pocos que todavía mantienen vivo la
mediación entre nuestras pandillas y entre nosotros y las comunidades. Con este
comunicado nos dirigimos a las comunidades, a la opinión púbica, a todos los
sectores representados en el Consejo, y al gobierno.
Esta es nuestra invitación a un diálogo
constructivo e inclusivo. No queremos interferir con la labor del Consejo,
queremos complementarlo para que produzca resultados a favor del pueblo que
sabemos que está cansado y frustrado de la nueva escala de violencia.