Entonces, ¿porqué votaré mañana por
Norman Quijano? Les voy a dar mis razones. Me gusta la idea del voto
razonado. Primero, tampoco los otros dos
candidatos me inspiran confianza en cuanto a sus propuestas de seguridad.
Ninguno responde a mi preocupación central: ¿Cómo reducir y prevenir la
violencia que agobia al país, y cómo atacar las raíces de esta violencia:
marginación, exclusión, destrucción del tejido social?
Ya conocemos la política de super mano
dura que implementó Elías Antonio Saca en su
mandato anterior, y que nos llevó a ser el país más violento del planeta.
También ya sufrimos la incapacidad, la improvisación y la politización de la
PNC que caracterizaron la política de Seguridad, cuando entre junio del 2009 y
noviembre del 2011 estuvo bajo el control total del FMLN. Saca entregó un país
con 15 homicidios diarios, y el FMLN entregó el control de la PNC, del aparato
de inteligencia y del ministerio de Seguridad y Justicia con la misa tasa
record de homicidios.
La situación comenzó a mejorar
sustancialmente, cuando Funes se vio obligado a quitarle al FMLN el control de
Seguridad. Cada paso que se avanzó a partir de este momento encontró
resistencia, conspiraciones e intentos de boicot por parte del FMLN y de muchos
(no todos) sus cuadros dentro de la PNC. El FMLN se opuso a la despartidización
y la reestructuración de la PNC y de Inteligencia; se opuso a la tregua entre
pandillas y la forma como la facilitaron el Ministerio de Seguridad y Centros
Penales. No hay ninguna razón de pensar que FMLN tenga un mejor concepto que
Norman para los temas seguridad, combate a la delincuencia, reducción de
violencia, reforma policial, prevención y reinserción. La triste realidad es
que ninguno de los tres candidatos ha presentado una estrategia que inspira
confianza. Así que Norman Quijano está en buena compañía: hasta la fecha, todos
aplazan en esta materia tan esencial.
Una vez electo el nuevo presidente, habrá
que entrar con él y su equipo en el trabajo de construir una política realista
de Seguridad, que no puede partir de botar lo logrado en dos años de tregua y
el subsiguiente proceso de diálogo, mediación y reducción de violencia. Hay que
construir sobre lo logrado - y corregir los errores que el gobierno de Funes ha
cometido.
Funes, durante dos años, habló
permanentemente de la tregua y sus logros, pero no invirtió ni cinco en las
comunidades, donde se originó y se sigue reproduciendo la violencia. Pura paja.
El próximo gobierno tendrá que hacer precisamente lo contrario: dejar de hablar
de treguas, pero focalizar su inversión social en la rehabilitación de las
comunidades.
El nuevo gobierno tendrá que negociar, no
con las pandillas, sino con los alcaldes - y junto con ellos definir planes de
desarrollo para los municipios más afectados por exclusión y violencia. El
nuevo gobierno tendrá que crear el espacio y la condiciones, para que los
alcaldes y los líderes comunitarios hagan lo necesario para que la inversión en
sus comunidades lleve a la reinserción de los que ahora están fuera de la ley.
La reinserción es la única prevención efectiva.
A pesar de su campaña dañina, yo voy a
votar por Norman, porque lo conozco como hombre responsable y práctico. Muy a
pesar del discurso agresivo que caracteriza su campaña, con Norman será más
fácil construir esta política realista de Seguridad que necesitamos. Sobre todo
luego de su decisión valiente de encargar el área Seguridad de su gobierno, no
a los halcones dentro de su partido que quieren revivir las políticas
fracasadas de mano dura, sino a Facundo Guardado. O sea a un hombre que tiene
liderazgo, sensibilidad social y capacidad de generar acuerdos. Es la muestra
que Norman no quiere regresar al pasado, sino abrir un capítulo nuevo.
Hay una razón todavía más imperiosa que
me hace votar por Norman. De los tres candidatos, Norman es el único que puede asegurar
las dos cosas básicas que necesita el país: blindar nuestras instituciones
democráticas, y crear el clima de confianza indispensable para que el país
vuelva a crecer económicamente y se mantenga fiscalmente viable. El populismo
desfrenado de Saca, así como el autoritarismo de Sánchez Cerén, José Luis
Merino y Cia. ambos son amenazas para la democracia y para el desarrollo
económico y social.
Incluso si Saca o Sánchez Cerén nos
ofrecieran un programa mejor racionado de Seguridad e Inversión Social que
Norman Quijano (cosa que no es el caso), no votaría por cualquiera de los dos.
¿De qué sirve que un candidato me presente el mejor programa de Seguridad del
mundo, si el conjunto de sus políticas lleva a el país a la quiebra y la
democracia al colapso? La primera condición para poder enfrentar de raiz los
problemas de inseguridad y violencia es levantar la capacidad del país de generar desarrollo
económico y humano. De las tres opciones electorales, sólo Norman y su equipo
pueden enfrentar este reto.
Mañana voy a votar por Norman - a pesar de su pésima campaña. Y pasado
mañana voy a comenzar a trabajar para que con el nuevo gobierno el país
arranque con una visión realista y responsable sobre cómo enfrentar la
violencia, la delincuencia, la marginación. La presencia de personajes como
Facundo Guardado, Joaquín y Salvador Samayoa, el Chele Quiroz, Miguel Ángel
Simán, Claudia Umaña, René Portillo Cuadra, Sandra de Barraza, a quienes Norman
ha incorporado en su equipo, me da la certeza que hay apertura. Hay que
aprovecharla.
(El Diario de Hoy)