martes, 23 de febrero de 2010

Nuevamente hablan de tregua

¿Cómo puede un presidente ‘celebrar’ un acuerdo entre dos pandillas criminales, responsables de la mayor parte de los homicidios en el país? Supuestamente se trata de un acuerdo en que la MS y la 18 ordenan a sus miembros a suspender la guerra entre las dos pandillas.

‘Supuestamente’, porque nada garantiza que el comunicado publicado por el ‘Diario CoLatino’ sea auténtico. Y segundo, porque en este comunicado no se menciona una tregua entre las pandillas. Dice más bien: “Las pandillas han llegado a establecer como prohibiciones a sus miembros en las calles lo siguiente: secuestros, extorsiones, masacres, quema de buses y microbuses, el asesinato de motoristas, asesinatos de mujeres, estudiantes y atentados a pandilleros cuando estén con niños.”

El mismo día que salió publicado este comunicado, el presidente de la República lo comentó en Canal 12: "Celebro el acuerdo, pero no es suficiente, no podemos estar a expensas de que las pandillas y sus principales líderes den una tregua.”

¿A título de qué un presidente, máximo encargado de la seguridad pública y de defender el estado de derecho, ‘celebra’ un acuerdo entre mafias de abstenerse de asesinar a motoristas, mujeres y estudiantes, lo que significa que seguirán asesinando al resto de ciudadanos?

¿A título de qué el presidente ‘celebra’ el anuncio que los pandilleros sólo se van a matar entre ellos cuando no anden con niños?

Pero incluso si fuera cierto que hayan declarado una tregua en la guerra entre pandillas, no habría nada que celebrar. Más bien significaría un mayor peligro para el Estado y la sociedad. Significaría que las pandillas, en vez de matarse entre ellas, se unen para hacer más efectiva su labor criminal contra la ciudadanía y el Estado. ¿Qué hay que celebrar cuando los enemigos del Estado y de la sociedad de ponen de acuerdo?

Claro, el presidente agrega: “Se debe trabajar por desmontar estas organizaciones pandilleriles.” Correcto, pero el primer paso sería dejar de ‘celebrar’ sus supuestas ‘treguas’ y dejar de consentirlos en las cárceles.

¿Hay detrás de todo esto una negociación del gobierno (o partes del gobierno, probablemente sin conocimiento del presidente) con los líderes de las pandillas o con los familiares y los abogados de los líderes encarcelados? No sabemos.

Lo que sí sabemos que los familiares de los pandilleros encarcelados se han reunido en las instalaciones de FESPAD, una ONG de Derechos Humanos, de cuyas filas han salido varios funcionarios altos del gobierno, específicamente en el área de Seguridad. Lo que también sabemos que el comunicado fue entregado por FESPAD al CoLatino para su publicación.

El director del CoLatino, Francisco Valencia, ha defendido públicamente su práctica de publicar en su periódico comunicados firmados por las pandillas, a pesar de que no hay forma de confirmar su autenticidad. Con eso, Valencia y el CoLatino se meten en un problema serio, no de carácter legal, pero sí ético y político. Sobre todo cuando al mismo tiempo deciden suprimir su suplemento cultural 3000 para evitar que en su periódico salgan críticas a la decisión presidencial de descabezar la Secretaría de Cultura. Así que en el CoLatino pueden salir comunicados de pandilleros, pero jamás críticas a Mauricio Funes.

(El Diario de Hoy)