jueves, 25 de febrero de 2010

¡Imagine!

"You may say that I'm a dreamer
But I'm not the only one..."
John Lennon

Las próximas elecciones presidenciales en El Salvador se celebrarán en marzo de 2014. Ahí vamos a decidir si Mauricio Funes entra a la historia como el presidente que abrió la puerta a una época de gobiernos de izquierda, o simplemente a una época de alternancia.

Tratemos de imaginarnos el contexto de estas elecciones: ¿Cómo será el mundo en el año 2014? Lo más probable es que Fidel haya muerto y Cuba se encuentre en medio de su transición democrática; que en Venezuela esté gobernando un presidente de tendencia socialdemócrata; en Nicaragua, un liberal; en Brasil, un personaje de centroderecha; en Guatemala, un ex-militar derechista. En Honduras, Chile y Panamá todavía gobernarán los presidentes-empresarios liberales electos en 2009-2010; en Costa Rica todavía gobernarán los liberacionistas, que más que socialdemócratas son liberales. En Estados Unidos, Obama habrá logrado su segundo mandato, pero perdido la mayoría en ambas cámaras del Congreso.

¿Este escenario les parece el ideal para que en El Salvador gane las elecciones presidenciales un dirigente del FMLN que se presente, a diferencia a las elecciones de 2009, con su propio programa, sus propios colores y su propia cara? A mí no.

Veamos el contexto interno de las elecciones de 2014. El FMLN se habrá fortalecido en las elecciones legislativas y municipales de 2012. Pero ARENA también. Los dos lograron fortalecerse, pero por vías muy diferentes: el FMLN, para fortalecerse, tuvo que cerrar filas y atrincherarse en sus posiciones ideológicas tradicionales. ARENA, para fortalecerse, tuvo que reinventarse y abrirse.

El bloque opositor de ARENA-PDC-PCN salió de las elecciones de 2012 suficiente fuerte para evitar que el FMLN pueda tomar decisiones que requieren mayoría calificada, ni siquiera juntando votos con GANA. Este grupo, comandado abiertamente por el ex-presidente Saca desde la campaña de 2012, logró establecerse como proveedor de mayoría. A veces para la izquierda, a veces para la derecha.

Las contradicciones entre el FMLN y el grupo Funes en Casa Presidencial no habrán llegado al punto de ruptura del gobierno, pero sí al punto de desgaste tal que vuelve impensable una nueva edición de la alianza que llevó al poder a Funes en 2009. La izquierda democrática que en el 2009 se unió a la alianza FMLN-Funes no logró traducir su participación en el gobierno en poder político-electoral propio. A partir de 2012 quedó definitivamente claro el fracaso del sueño de mucha gente de la izquierda democrática que acompañó a Mauricio Funes. Estoy hablando del sueño de poder cambiar la correlación de fuerzas dentro de la izquierda a favor de la tendencia moderada y reformista. Ni han podido modificar las posturas del FMLN ni crear una izquierda moderada con capacidad de competir con el FMLN. La idea de acostarse con el monstruo, consumar el matrimonio y despertarse al lado de una bella doncella, resultó un sueño muy ingenuo, que terminó en una pesadilla, dicen algunos.

Otra vez la misma pregunta: ¿Este escenario será propicio para un triunfo electoral del FMLN en el 2014?

Es obvio que Funes y sus amigos no van a jugar ningún rol en estas elecciones. El FMLN, que desde hoy está insistiendo y prometiendo a sus bases que el próximo gobierno será verdaderamente de izquierda, estará solo en 2014. Fuerte, pero solo.

¿Será posible una alianza del FMLN con GANA y Saca? Difícilmente en elecciones presidenciales. Después de cinco años de sufrir la necesidad de compartir el poder con Funes y sus amigos, no hay manera de que los militantes estén dispuestos a encarar cinco años de compartir el poder con Saca y sus amigos. Y para Saca, una alianza electoral con el Frente significaría abandonar su marca de "derecha popular" y perder lo que ha podido preservar de credibilidad con un electorado conservador. Es una cosa hacer pactos con un gobierno como el de Funes, supuestamente creando gobernabilidad, y otra cosa diferente plantear un gobierno compartido con el FMLN. Pero Funes en el 2014 ya no existe como actor electoral. Para GANA y Saca, el 2014 significa bajarse los pantalones: o están abiertamente con el Frente, o siguen compitiendo con ARENA en el terreno de la derecha.

Quedarían dos opciones para GANA y Saca: pueden lanzar a un tercer candidato, para dividir y hacer perder a la oposición. O pueden apoyar a un candidato unitario de la oposición. La primera opción sería un paso al vacío, un suicidio político; la segunda les abre la posibilidad de luchar por lugar dentro de un mapa redibujado de la derecha salvadoreña. No estoy seguro si habrá un lugar para Saca en este mapa. Lo que sí es seguro es que afuera no habrá lugar ni para esconderse.

Regreso por tercera vez a la misma pregunta: ¿Existe un escenario favorable para el FMLN para ganar las próximas elecciones presidenciales, sin disfraz, sin aliados que le prestan credibilidad? Usted decida.

(El Diario de Hoy)