No hay ganador, pero sí perdedor: Se derrotó al excesivo triunfalismo del FMLN y de Mauricio Funes.
El hecho que Norman Quijano, de ARENA, lograra arrebatar al FMLN la alcaldía de la capital, en contra de todo el triunfalismo del FMLN, le ponchó a Mauricio Funes la ilusión sistemáticamente construido de que su triunfo es ya inevitable. Construyeron la percepción de que hay una tendencia al cambio que trabaja exclusivamente a favor del FMLN. Resulta que hay cambio, pero el cambio no tiene partido. El cambio le costó al FMLN la alcaldía de San Salvador...
En la elección de diputados, la carrera era mucho más cerrada de lo que muchos pronosticaron. Es cierto, el Frente gana más diputados, pero queda lejos de la mayoría absoluta que se había puesto de meta. Es más, ni siquiera habrá mayoría legislativa para la alianza azulgrana que el FMLN quería construir con el PCN.
Esto es tal vez el resultado más positivo de esta elección: la derrota del PCN, del partido que vende mayorías. Las principales figuras de este negocio, como Ciro Cruz Zepeda, Rafael Machuca, Francisco Merino y Orlando Arévalo, pueden quedar afuera de la Asamblea si los resultados preliminares se confirman. Lo que queda del PCN ya no será suficiente para conseguirle mayoría a ninguno de los dos partidos mayoritarios.
El FMLN, al anunciar estas elecciones como ensayo para su victoria en la presidenciales en marzo, se metió un autogol. Los ciudadanos no querían figurar en ningún ensayo, sino tomaron las elecciones de enero por lo que son: un ejercicio racional de distribuir el poder, crear equilibrios y consolidar el pluralismo.
A partir de hoy la elección presidencial queda abierta. Olvídense de todas las encuestas, de todas las ventajas grandes del FMLN. No existe tal ventaja. Todo está abierto. La verdadera campaña presidencial comienza mañana.
(El Diario de Hoy, Observador Electoral)