viernes, 14 de diciembre de 2007

EL SALVADOR, UNA DEMOCRACIA INMADURA

Los países, como las personas, tienen momentos en los que hay que madurar y tomar responsabilidad por sus actos. He escuchado una infinidad de veces decir que la democracia salvadoreña es joven; que por eso tenemos tantos problemas, que todavía hay que recorrer mucho camino para tener una democracia sana, estable y con alternancia. Esto solamente se logra sólo si tomamos la decisión de hacerlo; si hay líderes y gobernantes que tienen el valor de tomar decisiones importantes y se atreven a marcar un camino. Sólo sucede cuando podemos pedir perdón por los errores del pasado y decir ahora sí haremos las cosas diferentes. Esto sería un punto de arranque para consolidar un mejor mañana. El Salvador necesita una democracia madura, necesita que sus líderes sean maduros, necesita que sean valientes y que tomen las decisiones difíciles que haya que tomar.

El Frente parece que tibiamente se está atreviendo a decir que sus errores del pasado reciente efectivamente han sido errores y que están dispuestos dar un viraje de timón. Por lo menos así parece por las declaraciones y el mensaje que Mauricio Funes consistentemente está tratando de dar. Falta que ver al resto del Frente respaldando y también siendo valientes para reconocer que los caminos que proponían no son los que pueblo quería. Pero es un síntoma de madurez. Esperemos que sea real y no el intento de un hijo adolecente de parecer mayor ante sus padres.
El gobierno y ARENA tienen también que ser valientes y reconocer que la gestión del Presidente Saca, aunque mediáticamente buena, poco ha aportado a solucionar los problemas reales del país. Al fin parece ser que han tomado en serio el tema de los abusos de las tarjetas de crédito y de las compañías de teléfono, que durante años han tenido unos márgenes de ganancias excesivas, donde el beneficiado no era el cliente sino ellos mismos. Ahora parece ser que pretenden poner un alto a esto. Veremos también si no es una estrategia electoral, sino algo más profundo y radical, algo valiente.

Habrá que ver si ARENA puede proponer a un candidato distinto, fuera de lo habitual, no necesariamente del partido, alguien con valor de en serio dar un impulso a lo social, en serio se plantee una reforma fiscal, en serio impulse la conservación del medio ambiente, en serio y con coraje busque mejorar la situación de los trabajadores salvadoreños. Esperemos, mientras llega el candidato y siga gobernando Saca, ver mediadas valientes, serías y atrevidas; no los atisbos de populismo que dentro de ARENA parecen estar promulgando.

Ejemplo hemos tenido con la reciente aprobación del presupuesto, unas cinco horas de seudo-debate que no aportaron nada, un trámite más. ¿Como es posible que en una democracia seria y ante el anuncio de cambios importantes de parte del gabinete de gobierno, no se discuta el presupuesto, no se vea y analice la que este representa? ¿Cómo es posible que las propuestas de un sólo partido sean las que se aprueben sin que nadie pueda hacer ni siquiera una reforma cosmética? Sé también que la oposición absurda del Frente en años anteriores ha hecho que lleguemos a este punto, ahora pagan el costo de haber sido radicales sin sentido. Nunca un esfuerzo de ninguno de los partidos mayoritarios por el entendimiento y la construcción de un proyecto racional, siempre el tratar de pasar unos por encima de otros.

Así como las personas en su vida llegan a un momento que tienen que asumir la responsabilidad de su vida y sus familias, ahora necesitamos que nuestros lideres y gobernantes la asuman para El Salvador, que dejemos la infancia y pasemos a una democracia madura, propositiva y inteligente. Muchos podrán pensar -y a veces lo pienso yo también- que la clase política actual difícilmente podría dar ese salto cualitativo. Y entonces, ¿qué hacemos? ¿Nos cruzamos de brazos a seguir esperando? Si los partidos no nos ofrecen respuestas y si los lideres actuales no son claros y tienen coraje, pues nuevo liderazgos tendrán que emerger. Es cuestión nada más que estas personas se atrevan y puedan dar el salto para poder crear un El Salvador con una democracia madura.