martes, 30 de junio de 2015

Carta a los diputados a cargo de elegir magistrados

Estimados:
No sé por qué ya están advirtiendo algunos que ustedes no van a terminar a tiempo con la depuración de la lista de 30 candidatos a magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Incluso los “sabios” del Centro de Estudios Jurídicos ya hablaron de esto en su reciente columna. Y los letrados señalaron que no hay justificación para que la Asamblea no cumpla su deber de elegir a tiempo a los 5 magistrados.

Yo pienso lo mismo. Analizando la lista de los 30 candidatos y la información pública disponible sobre ellos, veo solamente 9 candidatos serios. Unos 14 nombres son fáciles de tachar, sea por falta de idoneidad, falta de independencia partidaria o dudas serias en el desempeño de los cargos públicos que han desempeñado. Los restantes 7 ni huelen ni hieden, parece que no han hecho nada en su carrera que los califique a asumir una magistratura.

Entiendo que a esta altura ustedes ya entrevistaron a todos los 30 candidatos, y aunque estoy convencido que la media hora que han programado para estas audiencias son insuficientes, habrán ya llegado a las mismas conclusiones. ¿Entonces, cuál es problema de escoger entre los 9 que demuestran un récord profesional limpio a los cinco más idóneos para los cargos específicos que tienen que llenar en la Corte?

Por ejemplo: Habrá dos vacantes en la Sala de lo Contencioso, y por más que reviso, sólo veo dos candidatos que son expertos en derecho administrativo: Daphne Sánchez de Muñoz y Ricardo Mena Guerra. Y por suerte, ambos son conocidos como profesionales independientes, honorables y eficientes. Ningún criterio de proporcionalidad política-partidaria debería interponerse a la elección de estos 2 profesionales. O para decirlo de otra manera: Sería fatal que en la Sala de lo Contencioso, por razones puramente políticas, terminaran nuevamente magistrados ajenos a este campo del derecho.

En el caso de los que ya han sido magistrados (anteriores o actuales) o funcionarios, es fácil analizar su trayectoria. A nadie en su sano juicio se le puede ocurrir (a menos que sea por razones partidarias inconfesables) elevar a una magistratura al actual director de la Academia de Seguridad Pública, luego de sus ataques abiertos a la Sala de lo Constitucional. Lo mismo es el caso de las actuales magistradas que buscan reelección y ni hablar del exmagistrado Ulises del Dios Guzmán. Ya sabemos todos qué tipo de jueces son.

Pero igual: Nadie en su sano juicio, a menos que tenga prejuicios inconfesables, puede descartar al exprocurador de Derechos Humanos Óscar Luna o al actual miembro del Instituto de Acceso a la Información Pública, Jaime Mauricio Campos, viendo el trabajo mesurado e independiente que ambos han hecho en sus importantes cargos. No necesariamente son los únicos idóneos, pero no existen razones para descartarlos.

No sé si ustedes realmente están dispuestos de despojarse de la tentación de aplicar proporcionalidad política-partidaria. Esto es lo que todos exigimos de ustedes. Sin embargo, se escucha rumores que existe una fórmula 2 + 2 +1 (2 que proponga el FMLN, 2 que proponga ARENA y 1 que propongan “los chiquitos”) - y cómo “chiquitos” hay varios, que están incluyendo al Fiscal General en el “combo”, para que nadie se quede sin hueso. Este sería un error fatal, que la ciudadanía no le va a perdonar a ningún partido que participe de una piñata de este tipo.

Si se van por la vía de la idoneidad, tomando en cuenta las Salas que hay que completar y las experticias de los candidatos de la “lista corta” (luego de eliminar a los inaceptables), la cosa será mucho más fácil - y más transparente. A mi salieron solo 9 en esta lista, y no creo que a ustedes les puede haber salido mucho más larga, luego de todo el trabajo y las entrevistas que hicieron.
Básicamente sólo les faltará decidir a quienes proponen de propietarios y a quiénes de suplentes. Y esto no puede tomar más tiempo que lo estipulado por la Constitución.

Saludos, Paolo Lüers 
(Mas!/El Diario de Hoy)