Es tiempo de aceptar el error, sé realista, quitá los sapos que dividen los carriles del Sitramss en el bulevar del Ejército y la Alameda Juan Pablo II – y deja que el tráfico fluya.
Entiendo que no querías hacerme caso a mi, ni a los expertos, ni a Norman Quijano, ni a Edwin Zamora – pero ahora te lo plantea el alcalde de San Salvador, Nayib Bukele. Te lo exige el alcalde, como era de esperar, porque no quiere asumir el costo político. Una vez instalado en la alcaldía, o sea en el corazón del caos del Sitramss, Bukele tuvo que llegar a la misma conclusión: así como ustedes diseñaron el Sitramss no puede funcionar. Además, como buen populista, Bukele tiene que hacer caso al reclamo diario de la gente. A diferencia de vos, el alcalde no está dispuesto a sacrificar su carrera política y su popularidad por disciplina partidaria. Además, disciplina mal entendida.
Cuando ustedes decidieron prolongar la ruta de los buses celestes hasta el Salvador del Mundo, ya reconocieron (aunque sin decirlo) que la idea de los carriles exclusivos no funciona. Ahora solo falta tener el valor de reconocer el error – y corregirlo.
El Sitramss con esto no se muere. Los buses nuevos pueden perfectamente seguir circulando, compartiendo carriles con el resto del tráfico – incluso, así pueden prolongar el trayecto de un solo hasta Merliot. De otra forma, insistiendo en la construcción de carriles exclusivos, el Sitramss jamás llegará a Santa Tecla.
Los usuarios tendrían el beneficio de poder usar una flota moderna de buses, y poco a poco se podrá extender la renovación a todo el transporte urbano. Y en algún momento, quién quita, tendremos la capacidad de construir, poco a poco, un sistema aéreo que descongestionaría el tráfico en los puntos más neurálgicos.
De todos modos, estarías corrigiendo ni siquiera un error propio, sino el de Mauricio Funes, quien te impuso esta idea loca de los carriles exclusivos, pasándose encima todos los estudios técnicos– e incluso de la resistencia de su ministro de Obras Públicas. Tu error ha sido callarte y aceptar los pactos oscuros, que Funes hizo con empresarios inescrupulosos, con ALBA, con los brasileños y con tu propio jefe del VMT.
Entonces, ya sabemos todos lo que hay que hacer: olvidarse de los carriles exclusivos, habilitarlos para el tráfico; concluir la terminal de Soyapango; completar la flota; corregir las ilegalidades en el andamiaje mafioso de Subes-Sipago-Sitramss – y ¡dele hasta Santa Tecla! La gente quiere buses modernos, con paradas bien diseñadas, con poca contaminación – lo que no queremos es negocios oscuros que congestionan las arterias de nuestra ciudad. Ahora que te lo dice el alcalde de tu propio partido, tomalo en serio.
La corrección del sistema, en cuanto a dinero, costará mucho menos que insistir en el diseño original inviable. Sí tendrás un costo político, porque reconocer un error de este tamaño siempre lo tiene – pero este costo político será mucho más grande, para no decir impagable, si ustedes insisten en imponer un modelo que ya todo el mundo sabe que no funciona.
Entonces, ¡manos a la obra, ministro! Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)