Mañana nos toca a nosotros. Los partidos y candidatos han hablado hasta la saciedad. Ahora nos toca a nosotros hablar. Hablar con el voto. Decidir con el voto.
Siempre dicen que “el poder emana del
pueblo”. Bueno, aunque normalmente es paja, mañana es cierto.
Mañana tenemos el poder de juzgar al
gobierno. No lo podemos cambiar, pero mañana tenemos el poder de dar más o
menos poder al gobierno. Si le restamos poder, o sea si le restamos diputados
dóciles al gobierno, este tendrá que corregir sus políticas. Ya no tendrá los
votos en la Asamblea para subir impuestos, endeudarnos más, poner en riesgo
nuestros empleos y nuestros fondos de pensiones.
Si ustedes le más poder al gobierno,
votando por más diputados de GANA y FMLN, ellos no tendrán freno para seguir
con sus políticas equivocadas. Después no se quejen.
Tenemos también el poder de premiar o
castigar las campañas de los partidos. Podemos hacer caso a las promesas demagógicas
y las fantasías, fabricadas por expertos en mercadeo político, o podemos
rechazarlas y darles oportunidad a quienes nos hablan con sinceridad y
realismo.
Pero tenemos aun más opciones. Ya no
estamos restringidos a solo escoger entre partidos, podemos votar por personas
con nombre, cara y trayectoria. Podemos decidir retirar el apoyo a los
diputados que no han cumplido, sino más bien se han aprovechado de su cargo
para buscar la buena vida. Podemos decidor sólo dar el voto a las personas que
realmente nos inspiran confianza. El voto por cara nos permite seleccionar.
Nadie nos obliga a votar por alguien, solamente porque está en el partido de
nuestra preferencia. De esta manera podemos incidir en la renovación,
democratización y limpieza que necesitan todos los partidos.
Y esta vez, gracias a la Sala de lo
Constitucional, tenemos un poder adicional: salirnos de los carriles de los
partidos y escoger libremente entre los mejores candidatos de todos los
partidos. Esto abre la puerta a la renovación de la Asamblea, durante años bloqueda
por las cúpulas partidarias. El hecho que ahora la posición en la lista no le
da ninguna ventaja a los dirigentes que se pusieron en las primeras posiciones,
es tal vez el factor más democratizador en estas elecciones. Los partidos que
insisten en llamar al voto por bandera entregan la decisión final de quienes
entran a la Asamblea a sus votantes más independientes y críticos. Si el 90% de
los votantes del FMLN hace caso a su partido y votan por bandera, los restantes
10% tendrán el poder de desbancar a los jerarcas. Con razón, el FMLN y GANA son
tan bravos con los magistrados de la Sala. ARENA, en cambio, se ha subido al
tren de las reformas electorales y permitido que sus candidatos compitan
libremente por las diputaciones.
La carrera por la alcaldía de San
Salvador también abre una gran oportunidad a los ciudadanos de ejercer su poder
de forma decisiva. Pueden avalar esta tendencia de poner candidatos de moda que
se comportan como rock. O la pueden parar en seco antes de que se haga
epidemia.
Nos vemos el domingo. Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)