lunes, 13 de octubre de 2008

Ni títere de nadie, ni arrogante sin control.

El candidato a la presidencia por parte del FMLN parece que se le ha ido de las manos. Libremente contradice al coordinador general del partido, contradice las posturas del Frente en temas como la dolarización o el tratado de libre comercio con los Estados Unidos. Tranquilamente, en entrevista tras entrevista recalca que él es quien manda y no el FMLN, en lo que respecta al ejecutivo. Tiempo atrás quien se atreviera a hablar así en contra del coordinador general era expulsado del partido, los diputados que no votaran con la fracción eran traidores y eran expulsados, la gente que se atrevía a pensar distinto se retiraba o era expulsada.

El FMLN ahora no tiene ya la capacidad para decirle a Mauricio qué hacer, en conversaciones privadas se jacta diciendo que la base ahora lo apoya a él y no al partido. Estos parece que se tragan todo el asunto, ¿Por qué? Cuándo llegue al poder ¿podrán tener injerencia sobre él? ¿Será que solo les importa ganar y ven en Funes un caballo ganador? Últimamente solo repiten que están de acuerdo en todo con Mauricio, pero cuando los entrevistan por separado son claras las contradicciones. La verdad, en democracia son importante las contradicciones y que no estén de acuerdo me parece correcto, hasta me parece sano que existen diferencias. No queremos un pensamiento único, queremos diversidad y que sea esa diversidad al servicio de un mejor El Salvador. Debería de haber más diversidad todavía, deberían poder reunirse con aquellas personas que son de izquierda y quieren lo mejor para el país. A esa diversidad todavía no llegamos, ahora solo son los Amigos de Mauricio y el FMLN.

Lo cierto es que ver esa independencia en el candidato a muchos les da tranquilidad, ven en Mauricio alguien más moderado qué no está en contra de Estados Unidos, qué no es tan cercano a Chavéz, qué no es tan cercano a Cuba. ¿Será esto verdad? será bueno para el país qué un candidato que le puede decir al coordinador general de su partido: aquí yo mando. Los partidos políticos son mecanismos de control para que sus líderes no se envicien de poder y no se conviertan en gobernantes autoritarios, son frenos para que las ideas más descabelladas de una persona con tanto poder no sean solo lo que él piensa sino que respondan a ciertos criterios en común. Sí todos nos hacemos seguidores fanáticos de él caemos en situaciones muy parecidas a los seguidores de Chávez u Ortega, donde se dan el lujo de poder despreciar a los miembros históricos de su movimiento, como Ortega, o a declarar enemigos a antiguos aliados de la colisión que te llevo al poder, como Chávez.

Lo complicado del asunto es que muchos le piden esa independencia del partido a Mauricio, porque vemos en el Frente a muchas posiciones peligrosas para el país, pero no podemos dejar de lado también que convertir a Funes en líder todo poderoso que está por encima de los controles de su partido, de la oposición y de la población en general es todavía más peligroso.  Estamos en la terrible situación de querer control del candidato pero quienes en su entorno inmediato le deberían de poner esos frenos son peligrosos. Esto nos deja en una situación difícil de manejar.

Lo que podemos concluir es que si su propio partido no es capaz de ponerse de acuerdo, controlar o tener injerencia sobre el candidato, ¿Quién lo podrá hacer? Será que tendríamos que tener una fe ciega en que el candidato hará lo mejor para el país. Necesitamos que en la asamblea exista un balance de fuerzas importante, en el que exista una oposición pensante, capaz de estar con el presidente, pero capaz de ser lo suficientemente independiente para poder cortar las iniciativas que no sean en beneficio del país.