lunes, 30 de junio de 2014

Carta al viceministro de Transporte Nelson García

Usualmente no hago esto, pero esta vez voy a publicar una carta de un ciudadano que me solicitó publicar en este espacio. Me lo pide, no porque quiera quedar anónimo (se llama Kenni Bolaños y trabaja en Radio Cadena Mi Gente), sino me lo explica así: “Te suplico que dediques una carta con este contenido al reelecto viceministro de Transporte, quien te juro que jamás se ha subido a un bus ni le importa en lo más mínimo la pesadilla que sufre el pueblo a bordo de los miserables buses. Se dice de izquierda, pero demuestra no tener la mínima conciencia social. Tal vez a vos te escuchen...”
Carta al viceministro de Transporte Nelson García
Nada más triste en el mundo que viajar en los buses  y microbuses salvadoreños.
Cuantas veces los aguantalotodo nos hemos quejado sin que exista un gobierno que nos escuche. Cuantas veces hemos sido víctimas del vejamen por parte de quien se le de la gana, sin que quienes administran el Estado les importe un bledo.
Cada mañana, cada noche a bordo de un bus, el bulevar del ejército, o en cualquier calle del subdesarrollo, uno se da cuenta donde terminan los mil discursos,  y “buenas intenciones” de quienes  deberían asumir con mucho más honor el mandato que se les asigna cuando se les nombra como funcionarios. El trayecto que debo atravesar cada día de ida y regreso es de apenas unos 5 kilómetros, que deberían recorrerse en no más de 20 minutos a una velocidad moderada, pero en la vida real es una hora. Soy de los miles y miles que dependemos del transporte que venden los buses y microbuses urbanos, pero soy de los que no se tragan que esto es irremediable y que nada se puede hacer.
No se ni cómo describir lo que veo y siento en cada viaje. Es una triste historia que comienza desde antes de abordar, pues casi siempre hay que esperar mucho, pues pasan volando, dándose verga entre ellos, o si paran van repletos a más no poder, y no cabe un alma más. Cuando por fin logro subir a uno, debo viajar en la puerta o abrirme camino a la fuerza entre los otros infortunados, que ni siquiera parecen darse cuenta que eso no debería ser normal, tanto, que viajan con las ventanas cerradas, e indiferentes a la martillante estridencia del perreo que escupen las enormes bocinas instaladas en varios puntos del triste tren. Es amargamente triste sentir en la gente la resignación; nadie se da cuenta tampoco del espeso humo que se encierra debido al fatídico embotellamiento permanente, sin que existan un departamento de tránsito ni sistemas viales, o  control semaforización moderno. Nada, no existe el Estado, porque sus funcionarios -que no funciona, como diría Benedetti- viajan en naves polarizadas, con aire acondicionado, y en otras calles, lejanas del pueblo y la pobrería.
Nada más triste que la intoxicante impotencia que uno siente cuando a bordo del desamparo, aguantas tanta arremetida a tu dignidad sin que nadie haga algo, la alta velocidad, los frenazos, las “echadas” de hasta 10 minutos, las ofensas o amenazas por atreverte a reclamar algo, el hacinamiento y maltrato físico;  es tan cotidiano que una rata se suba y te humille apuntándote a la cabeza para quitarte  un maldito teléfono o unos dólares; ahí comprendes que el Estado –enorme tragante de millones y millones de dólares del Pueblo- simplemente no existe, pues no hay prevención, control y castigo de la criminalidad y la arbitrariedad; es aun más triste porque el Pueblo mismo ha aprendido que nada se puede hacer ante estas plagas, alimentadas por la corrupción que nos imponen “las gremiales”, el poder económico gobernante, la ineptitud  y el comodismo de los funcionarios y empleados públicos. Por que lo que pasa en el transporte pasa en todos los otros campos.  Quizá el cambio deberá esperar por mucho más tiempo. Mientras, tendré que seguir tragándome  el humo, sin que nadie escuche mi indignación, y seguir viajando sin sentido en este bus llamado El Salvador.
¿Existe alguna “autoridad” que por alguna vez en la vida tenga el valor de subirse a estos buses y hacer algo porque cambie esta pesadilla?
Saludos, Kenni Bolaños y Paolo Lüers
(Más!/EDH)

domingo, 29 de junio de 2014

Una visita presidencial a Las Palmas. Crónica de Paolo Lüers

Desde que empezó el Mundial 2014, cada rato vemos imágenes de las famosas favelas de Brasil: calles empinadas llenas de niños y pasajes angostas, donde patrullan comandos especiales de policía y del ejército. Bueno, para ver estas imágenes teóricamente podríamos ir a Las Palmas, sin salir de San Salvador, a tres cuadras de la Zona Rosa. 1500 familias, 9700 habitantes, una sola calle, docenas de pasajitos – y el imborrable estigma de violencia, robo, pandillas.

En Rio de Janeiro, las favelas ya son parte de las giras turísticas, aquí nadie visita Las Palmas. La mayoría ni siquiera sabe que existe esta comunidad, convenientemente escondida en un hoyo entre la Feria, el Estado Mayor y la Zona Rosa.

Pero hoy salió a la luz la favela Las Palmas. Se convirtió en escenario de la primera puesta en escena de “Gobernando con el Pueblo”, el programa de televisión y radio del presidente Sánchez Cerén. No se parece en nada al programa “Conversando con el Presidente” de Mauricio Funes. Es más bien una fiel copia del famoso “Aló Presidente” del presidente venezolano, Hugo Chávez. El jefe del Estado, una vez por semana, traslada al gobierno y su aparato de comunicación a diferentes lugares en el país: comunidades, haciendas, cooperativas, fábricas. Se hace acompañar por sus ministros - y los equipos de producción arman, con mucho cuidado, la audiencia y escogen a los que van a hablar a nombre de el pueblo. El presidente conversa con ellos, explica, pregunta y escucha - y hace que sus ministros respondan a preguntas y demandas específicas y que tomen nota de las instrucciones que el señor presidente, en vivo y ante las cámaras, da para solucionar los problemas de el pueblo. Ese es el esquema del programa. Chávez lo llevó al extremo de nombrar y despedir ministros en estos shows populistas.

Para realizar el programa en Las Palmas, primero había que ocupar esta comunidad con comandos militares y policiales. En la mañana de este sábado, Las Palmas amaneció más militarizado que Bagdad. Los jóvenes entre 15 y 25 años, estos objetos tan cotizados de cientos de programas para “jóvenes en riesgo”, apoyados por la AID, ONGs, iglesias y ministerios, estaban visiblemente
Gobierno rodante
ausentes en el Centro Escolar Canadá, donde se había instalado el show rodante. La explicación me la dio a varias cuadras del lugar, un muchacho de unos 18 años, a quien los vecinos llaman “Tiny”: “No podemos ir, porque a todos nos registran, y quien tiene algún tatuaje, le dan riata. De todos modos, a nosotros no nos van a dejar hablar...” Es un miembro del Barrio 18, la pandilla que opera en Las Palmas y cuyas acciones le han dado el estigma de violencia a esta comunidad.

En el centro escolar, Salvador Sánchez Cerén preside el mitin, y a su par tiene sentaditos al ministro de Hacienda Carlos Cáceres, a ministro de Seguridad Benito Lara, al viceministro de Salud Eduardo Espinoza, y al Secretario de Vulnerabilidad Jorge Meléndez. Pero entre el público hay decenas, si no cientos, de otros funcionarios del gobierno, de altos cargos de la Presidencia, como Manuel Melgar y Marcos Rodríguez, hasta enfermeras, doctores, y empleados de Protección Civil.

Comienza el programa con largas exposiciones del presidente y sus ministros. La que más aplauso provoca es la del ministro de Hacienda explicando la reforma fiscal al estilo Robin Hood: “Quitar a los ricos para dar a los pobres.”

Mauricio Castro, presidente comunal 
Luego las participaciones ciudadanas. Preguntas como: “Señor presidente, va a mantener los programas sociales?” Entre la multitud, pero fuera del círculo acordonado enfrente de los ilustres visitantes, encontramos a Mauricio Castro, el presidente de la Junta Directiva de la comunidad. Le pregunto qué planteamientos piensa hacer al presidente y su comitiva. Su respuesta: “Tengo preparado dos puntos principales, pero no voy a tener chance de hablar. Aquí todo está ya cocinado, pero a nosotros de la ADESCO no nos incluyeron.”

Resulta que el equipo de Casa Presidencial que organizó la actividad, no se apoyó en la Junta Directiva de la ADESCO, que es la institución legal para la participación ciudadana en Las Palmas, sino exclusivamente en la directiva local del partido FMLN. La señora Anabel Orellana, quien en el cierre del programa hablará ante las autoridades y las cámaras como representante de la comunidad (una larga lista de felicitaciones, que hasta incluyó a Mauricio Funes), es la representante del partido en Las Palmas. El presidente Sánchez Cerén, visiblemente emocionado por el discurso de la señora, lo menciona como “ejemplo de la participación ciudadana,
sin la cual como gobierno no podemos lograr mucho, y por esto hacemos este programa ‘Gobernando con el Pueblo…” El presidente, de la Junta Directiva de la comunidad, Mauricio Castro, al escuchar estas palabras, dice: “No sé si este señor sabe que todo esto es montado y escogido por la gente del partido, dejando afuera a los representantes legítimos de la comunidad.”

De repente, Mauricio Castro logra hablar con Manuel Melgar, el secretario privado del presidente. Melgar se muestra sorprendido que al presidente de la Junta Directiva de la comunidad no le hayan tomado en cuenta en este ejercicio de participación ciudadana, y promete arreglar al final de la actividad una reunión privada con el presidente.

Mientras están hablando de esto, el presidente de la República está provocando risas nerviosas en el público y entre los funcionarios, cuando dice: “Es extraño, lo que menos hemos escuchado aquí son demandas. Deben tener demandas.”


La dirigente comunal del FMLN, Anabel Orellana
Comentario de Mauricio Castro: “¿Y cómo las va a escuchar, si solo los propios hablan. Nosotros sí tenemos demandas, pero no nos dan el micrófono.” Y me explica las dos demandas que iba a presentar al presidente de la República: Ampliación de la escuela de la comunidad para incluir el bachillerato, porque los jóvenes de Las Palmas son mal recibidos en los bachilleratos donde tienen que asistir fuera de la comunidad, por la estigmatización que tienen por ser de Las Palmas. “En todas partas los tratan como pandilleros. Por esto, muy pocos estudian bachillerato”, comenta Castro. “Lo que no sabe la gente es que aquí en la comunidad tenemos un proceso de paz exitoso. Desde el 9 de marzo del 2012 con la tregua aquí no hemos tenido ningún homicidio.”

Para la ampliación de la escuela, la misma comunidad ofrece al gobierno un terreno, donde hoy funciona una casa comunal. “Esto lo iba a decir al presidente, porque a lo mejor ni lo sabe.”

La otra demanda: “Que la policía deje de hacer redadas a la loca y muy violentas en esta comunidad, la cual se ha pacificado por nuestros propios esfuerzos. Y que dejen de criminalizar a la labor de prevención y reinserción que estamos haciendo. Solo por el hecho de que nosotros nos reunimos con los pandilleros, nos acusan de asociación ilícita. Con esta acusación, a mi me condenaron recientemente a un año, solo que el juez me los deja pagar con trabajo comunitario. Bueno, esto es lo que hago de todos modos…”

En la plática se incorpora un muchacho de unos 12 años que pide a Castro ayudarle para poder entregar al presidente una carta. Resulta que es hijo de un pandillero preso y se ha criado con su
mamá. Cuenta que hace un mes la PNC la capturó y la tiene incomunicada en las bartolinas de Montserrat. Cesar Manuel Renderos Pérez escribe en su carta: “Se llevaron a mi madre Ana Luisa Pérez por una mala investigación policial y me a dejado destrozado porq ella es mi madre y mi padre y mi consejera y quisiera solicitar con el corazón en la mano acelerar el proceso y demostrar su inocencia y poder brindarme la alegría de poder crecer junto a mi madre…”

Dudo que esta carta llegará a manos del presidente, ya que la reunión privada, que Manuel Melgar prometió al directivo Mauricio Castro, nunca se dio. Sin embargo, Salvador Sánchez Cerén se lleva un documento entregado por la vocera local del partido, supuestamente con demandas del pueblo de Las Palmas. Los directivos de la comunidad ni lo conocen. Al final pregunté al secretario de Participación Ciudadana de la Presidencia, Marcos Rodríguez, porqué no tomaron en cuenta a los representantes institucionales de la comunidad. El secretario, igual que su colega Melgar, se mostró sorprendido. Y el frustrado presidente de la comunidad Las Palmas se llevó como premio de consolación la promesa del secretario Rodríguez de reunirse con él y su Junta Directiva la próxima semana, para analizar todas sus demandas y propuestas. No vi muy convencido a don Mauricio Castro.
(El Diario de Hoy)

sábado, 28 de junio de 2014

Carta a Luis Suárez

Estimado Luis:
Por culpa de vos el equipo de Uruguay será eliminado de la Copa Mundial. Si no hoy, a manos de los colombianos, el 4 de julio a manos de Chile o Brasil…
Esto es tu verdadero castigo por esta estúpida mordida: el cargo de conciencia de haberte cagado en tu equipo, en tu gente de Uruguay, que pensaban que con vos liderando el equipo, Uruguay podría haber llegado lejos. Por ahora tu gente te apoya, hasta tu presidente, pero detrás de esta solidaridad está la rabia, que primero se dirige a la FIFA por una sanción injusta que castiga no solo a vos, sino a todo tu equipo - pero a la larga este rabia se va a convertir en resentimiento con vos.

Aunque tu coach y tu federación no están sin culpa. Si ellos inmediatamente después del partido contra Italia te hubieran sancionado, a lo mejor la FIFA no hubiera intervenido, mucho menos con una sanción tan drástica. La FIFA se vio obligada a intervenir para evitar la percepción de impunidad – y de hecho, una falta tan grave como la que vos lo cometiste no podía quedar impune.

¿Cuál hubiera sido la sanción adecuada? Muy sencillo: La misma que el árbitro te hubiera dado, si hubiera visto la escena del delito. El arbitro te hubiera dado la roja, con todas las consecuencias que esto tiene para vos tu equipo: No hubieras jugado octavos de final contra Colombia. Punto. Lo que en el momento pareció buena suerte tuya -que el arbitro no vio nada- termina siendo la peor de sus suertes. Si te hubiera expulsado, ahí se hubiera quedado el caso. Al no expulsarte, y al tampoco sancionarte tu propio equipo, la FIFA tuvo que intervenir.

La sanción que te dio la FIFA, bajo gran presión por el asunto de la impunidad, es a todas luces exagerada e injusta. Y a partir de ahí, casi todos caen en posiciones absurdas: Unos defendiéndote, como si nunca hubieras hecha nada, otros celebrando que te hayan eliminado. Hasta tu presidente
Pepe, haciéndose el ridículo, Maradona apareciendo con una camisera de solidaridad con Luisito en su programa político-deportivo De Zurda en TeleSur. Los perfectos idiotas latinoamericanos hablando de la mafia FIFA, como si se tratara de una conspiración geopolítica contra el derecho de un país gobernado por la izquierda, como Uruguay, de ganar el mundial…

¿Por qué no se te ocurrió a vos reconocer la falta y pedir disculpas (¡no sólo al italiano ofendido, sino principalmente a tu afición!), en vez de esconderte detrás del árbitro que no vio nada? ¿Por qué Pepe Mojica, en vez de solidarizarte con vos, no levantó su vos tan respetada en el mundo para que vos te disculparas y la federación uruguaya hiciera justicia y te sancione?

Ahora vos te has convertido (te han convertido, mejor dicho) en el chompipe en una batalla politizada sobre la corrupción en la FIFA – la cual lamentablemente existe, pero con la cual vos nada tenés que ver.

Me uno a los que piden a la FIFA que revise la sanción y la reduzca a lo justo. La cagaste al morder al jugador italiano. La cagaste al no pedir disculpas. Pero con todo esto no merecés que destruyan tu carrera.

Y de último, un consejo, Luis: Cuidado con los falsos amigos que quieren sacar raja política de tu desgracia.



Saludos, Paolo Lüers
 (Mas!/EDH)

jueves, 26 de junio de 2014

Carta a un joven que se metió en la jaula de los lobos

Querido Rodrigo Molina Rochac:
Me encanta tu decisión de, a pesar de todo, aceptar el reto y aceptar la invitación de incorporarte al COENA de ARENA. A pesar de toda tu crítica a la manera como funciona este partido; a pesar de que sos un convencido liberal y ARENA no supera su pasado conservador y a veces reaccionario; a pesar de los riesgos que este paso puede acarrear a tu carrera profesional y empresarial como publicista que apenas se está abriendo campo…

Sin embargo, de vos no hubiera esperado (ni aceptado) que claudicaras a la hora de la verdad. Sé que te costó la decisión, pero era entre: callarse para siempre o subirse al ring y cambiar las cosas…

Por años tu generación de jóvenes profesionales críticos e independientes ha exigido a los partidos que abran sus puertas al relevo de sus liderazgos e ideas. Por años algunos viejos les hemos retado y jodido a ustedes que no se queden esperando que las puertas se abran, sino que mejor las boten y se tomen los espacios que les corresponden.

Ahora que en ARENA se dan los primeros signos de apertura, tienen que entrar algunos para probar si es cierto o si es mentira. Sabemos que algunos en Arena quieren abrir las puertas a la juventud, pero más bien para mediatizar y neutralizar el espíritu de rebeldía y renovación. Para que ellos no tengan la razón, lo que tenés que hacer es quedarte parado en la puerta y mantenerla abierta para que entren gente nueva, aires nuevos, ideas frescas. Si vos controlás la puerta, para que nunca más se vuelva a cerrar, tu entrada es el inicio de la renovación. Si no, es la proverbial paloma que no hace verano.

Conociéndote a vos, estoy seguro que no te pueden ni comprar ni neutralizar ni separarte de los movimientos cívicos donde nació tu liderazgo. Más bien estoy seguro que vos vas a dar credibilidad al partido frente a los ciudadanos críticos, y que adentro del partido vas a dar ánimo a los que toman en serio los compromisos de cambio, democratización y institucionalización del partido proclamados en el último Congreso.

Tu tarea inmediata no será hacer los grandes cambios, para los cuales ahora no hay condiciones ni tiempo, porque ya comienza la siguiente campaña electoral donde se trata de restablecer el equilibrio y los contrapesos para que la democracia siga funcionando. Pero vos, junto con otros, puedes asegurar que sí se den los cambios pequeños, y en la dirección correcta: más transparencia en la selección de candidatos; espacio para nuevos liderazgos a competir por alcaldías y diputaciones; combatir los conflictos entre intereses de los funcionarios a mantener su poder personal y el partido y su necesidad de definir políticas públicas…

Mantener el debate vivo y la puerta abierta, estas son tus tareas. No tienes que hacer milagros, solo mostrar que vale la pena meterse y que existe un nuevo liderazgo, basado en principios y honestidad intelectual.

No estarás solo, Rodrigo. Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/EDH)



Columna transversal: El peligroso miedo a la inclusión

Siempre me ha fascinado la figura de Álvaro Uribe. Sostengo esta tesis muy controversial: A veces ciertas estructuras de violencia sólo pueden ser desmontadas por los que han sido parte de ellos. La experiencia dice que muchas veces, para superar el mal, no es suficiente la voluntad de los buenos. En Colombia, el monstruo del paramilitarismo sólo pudo ser desmontado por Uribe, quien ha sido parte del problema y se volvió parte indispensable de la solución

Sigo convencido que en El Salvador la violencia política y la represión solo podían ser desmontadas por los que anteriormente han sido protagonistas de ella. O por lo menos no sin ellos. Hoy todo el mundo (menos unos locos) está de acuerdo que la paz necesitaba del protagonismo activo de los comandantes guerrilleros. Pero cuando el proceso de diálogo comenzó, esta idea fue tan controversial para muchos como ahora es la idea que los pandilleros y sus jefes tienen que ser parte de la solución del problema de la violencia que actualmente vivimos.

Y muchos todavía no quieren reconocer que sin la decisión firme de Roberto D’Abuisson hubiera sido imposible alcanzar la paz negociada. Pero viéndolo fríamente, es obvio: el líder de la derecha no sólo tuvo que dar luz verde (e incluso apoyo) al presidente Cristiani en su política de negociación con la guerrilla, sino como fundador de los escuadrones de la muerte tuvo que desmontar los aparatos de represión,  para que la paz funcionara.

Así en Colombia: Sin Álvaro Uribe, cuya familia fue íntimamente ligada al surgimiento del paramilitarismo, nadie hubiera podido desmontar las estructuras de los paramilitares y sus vínculos con el Estado.

Lo irónico es que el que menos entiende esta lógica histórica, es el mismo Uribe. La reciente batalla anticomunista, en la cual el ex-presidente Uribe perversamente convirtió la campaña electoral contra José Manuel Santos, demuestra que este hombre tan astuto, que en otras ocasiones ha sabido responder a la historia, no acepta que la paz en Colombia requiere la inclusión de las guerrillas de las FARC y del ELN en el sistema político del país.

No solo es cierto que sin una inclusión de la guerrilla a la vida política, social, productiva y cultural, no habrá paz en Colombia. Es más: sin un papel protagónico de los jefes guerrilleros será imposible este proceso de desmovilización de los guerrilleros, su desvinculación del narcotráfico y su inserción a la vida política y social.

Esto es lo que no quiere aceptar Álvaro Uribe y su movimiento contra la solución negociada y la plena inserción de la izquierda al sistema político. Por que esto ha sido el eje central de la campaña electoral de Iván Zuluaga y de la cruzada anticomunista de Uribe.

Una victoria de Zuluaga y Uribe hubiera significado un veto contra la plena inclusión de la izquierda al sistema político. Por tanto, un veto contra la paz. También un veto contra la democracia y el pluralismo.

Es cierto: las FARC de Colombia son el fenómeno más pervertido de la historia de las insurgencias latinoamericanos. Han perdido, me imagino por siempre, legitimidad moral y política. Si se incorporan al sistema democrático, lo harán sin apoyo popular, como minoría marginal. ¿Cuál es el miedo de incluirlos, entonces?

Pero por otra parte siguen teniendo la capacidad de mantener a Colombia en estado de guerra, son una realidad, y es claro que sin y contra ellos, no habrá  paz en Colombia. Ni plena democracia. No porque las FARC sean un factor positivo de la democracia, por lo contrario. Pero la existencia de las FARC y la guerra misma han sistemáticamente pervertido al democracia colombiana, han provocado respuestas represivas de los terratenientes (paramilitarismo) y del mismo estado y sus fuerzas armadas.

Si luego de cumplir su mandato histórico (debilitar a la guerrilla y desmontar el paramilitarismo), Uribe se hubiera ido a su casa, hubiera sido, por siempre, un padre de la patria. Tuvo dos opciones honrosas: quedarse en casa, retirado de la política, como lo hacen los presidentes mexicanos una vez terminan su mandato. Y si esto le resultara imposible, sea por su protagonismo o sea por su genuina preocupación por la manera de como su sucesor Santos llevaba el proceso de paz con la guerrilla, había la otra opción: luchar por un camino diferente y más seguro hacia la paz. Si para esto tenía que volver a meterse en campaña, incluso contra Santos – bien, perfecto, legítimo. Pero Uribe escogió la tercera opción: una cruzada contra la negociación. La campaña que hizo Uribe no dibujo otro camino hacia la paz, sino denunció las negociaciones entre el gobierno y las FARC como pacto político de Santos con el comunismo. Para esto, Uribe dibujó un mapa político totalmente distorsionado de Colombia, reduciéndolo a una caricatura: los anticomunistas dirigidos por Uribe versus una coalición Santos/Liberales/Izquierda/Farc que crearía en Colombia un régimen chavista-castrista.

Los que buscan soluciones mediante el diálogo y la inclusión de los que están fuera de la ley y del sistema político siempre corren el riesgo de ser acusados de hacer pactos oscuros con fuerzas irregulares. Tanto Duarte como Cristiani fueron acusados de hacer pactos con terroristas en el momento que abrieron negociaciones con el FMLN y visualizaron que el sistema se abriera para que la izquierda se incluyera al sistema político-partidario. Lo mismo le pasa hoy a Santos. Y lo mismo pasa a quien en El Salvador dice que la única solución al problema de las pandillas es buscar su inserción a la sociedad. El miedo a la inclusión, magnificada de esta manera tan absurda como en la campaña de Uribe (y aquí en la campaña contra la tregua), supera el miedo a la continuidad de la violencia y la exclusión.

lunes, 23 de junio de 2014

Carta al presidente de la Corte de Cuentas

Lic. Rosalio Tócchez:
Déjeme decirle: Usted es el presidente más folclórico e incompetente que hemos tenido en la Corte de Cuentas de la República. Y esto significa mucho luego de tantos personajes inadecuados que han desfilado por este cargo, como Ciro Cruz Zepeda, Hernán Contreras, Francisco Merino, y Andrés Rovira.

Quiere decir, antes de que llegara usted, ya estábamos acostumbrado a funcionarios haciendo politiquería con la Corte de Cuentas, chantajeando a alcaldes, protegiendo a presidentes y ministros, dando finiquitos express a unos y negándoles finiquitos a otros.  Luego de llegar los diputados del FMLN y de Gana al colmo de cinismo de poner al cargo de la fiscalización de los fondos públicos al presidente del partido que recibía fondos negros para votar por las iniciativas del gobierno, la Sala de lo Constitucional puso un candado y prohibió que la Corte de Cuentas estuviera en manos de militantes de los partidos. Todos pensábamos que esta era la hora del cambio y que la próxima Corte de Cuentas iba a ser compuesta por profesionales independientes y competentes.

No contamos con la capacidad del bloque oficialista en la Asamblea Legislativa de pervertir cualquier cosa que tocan – ni con la ingenuidad (si no complicidad de los diputados de oposición). No contamos con usted, don Rosalio. Francamente, nos faltaba la fantasía…

Todavía no sé qué parte de los errores de usted se debe a incompetencia profesional, qué parte a un desequilibrio mental, qué parte a corrupción, y qué parte a su menosprecio por los principios de la transparencia. Cuesta creer que usted no esté consciente que no puede extender un finiquito al ex-presidente Funes, con el insólito argumento que él como jefe del estado no ha manejado fondos estatales. Usted sabe perfectamente que, aunque tal vez nunca haya firmado un cheque, como presidente fue el último responsable de las decisiones sobre el uso de más de los 700 millones de dólares que podemos llamar partida secreta, caja chica de la presidencia, maletín negro, fondos discrecionales…

Hechos notorios como el viaje a Disneylandia y el uso privado de carros, relojes, residencias y otros artículos de lujo por parte del entonces presidente de la República, lo obligan a usted a investigar a nombre de quién y con qué fondos fueron adquiridos, antes de ni siquiera pensar en extender un finiquito.

Si sumamos su actitud de guerra sucia contra dirigentes opositores como Ana Vilma de Escobar y Norman Quijano, su insólita campaña publicitaria para promover su candidatura para la siguiente Corte de Cuentas, y el régimen de intimidación al que está sometiendo a los empleados de su institución, llegamos a la conclusión que el supuesto profesional independiente, que los diputados eligieron para cumplir con la sentencia de la Sala, resulta más incompetente y parcializado que todos los militantes partidarios que le precedieron en la Corte de Cuentas.
A esta altura me doy cuenta que la principal crítica hay que hacerla a los diputados que lo eligieron, y no a usted. Usted simplemente hizo lo que corresponde a su personalidad. La culpa es de los políticos que ponen la Corte de Cuentas en manos de un personaje tan desequilibrado como usted.

Tal vez la estadía suya en la Corte de Cuentas era necesaria para que, a partir de la experiencia con usted, cambie la forma de elegir a los magistrados de la Corte de Cuentas. Esta institución no puede seguir siendo parte del botín que se reparten los partidos que forman el bloque oficialista. ARENA y el FMLN han desgastado la institucionalidad del país componiendo Cortes de Cuenta con corruptos e irresponsables. Es hora que ambos ahora se pongan de acuerdo para buscar a magistrados verdaderamente independientes y que les den el respaldo de su voto unificado.

Paolo Lüers
(Mas!/EDH)

sábado, 21 de junio de 2014

Carta a los ticos

Queridos vecinos:
Se la metieron a Italia, la pelota. Pura Vida ganó la Dolce Vita. ¡Felicidades! Y oigan: No se dejen quitar esta victoria, por nadie. Aquí en El Salvador hay muchos que, para no sentirse tan mal ante el lamentable estado del fútbol nuestro, rapidito declaran el 1:0 contra Italia un “triunfo centroamericano”. No, señores, este triunfo es resultado del buen trabajo de Costa Rica, donde tienen años de hacer cabal su trabajo; donde construyeron canchas bonitas en cada cantón; promueven el deporte en las escuelas e invierten en los jóvenes talentos. Cosas que en El Salvador no se han hecho - y por esta razón estamos jodidos, mientras que Costa Rica puede celebrar que derrotó a Uruguay e Italia y que va a la segunda ronda del Mundial 2014.

No es Centroamérica quien ganó los partidos, son ustedes, los ticos. No tienen porqué compartir su triunfo con nadie, mucho menos con los vecinos que no hicieron sus tareas.

En TeleSur, en su programa De Zurda con Diego Maradona, describen los partidos del Mundial como si fueran batallas entre el Sur y el Norte, entre el continente suramericano y Europa, entre pobres y ricos, entre indios y cheles. ¡Paja! Son países los que compiten, no razas. Los éxitos de Colombia,
Chile y Costa Rica no son triunfos de América Latina, son victorias de equipos y países que han hecho bien su trabajo - a diferencia de los mediocres y mimados de Brasil y Argentina. Y de nosotros que ni calificamos. Y lo mismo en Europa: Algunos se prepararon bien, fueron visionarios, y otros no. Unos tienen éxito, otros no.

Ustedes los ticos recogen en Brasil los frutos de su trabajo sistemático, paciente y creativo. Hoy que cosechan éxitos, no tienen porque compartir el crédito con nadie. El fútbol centroamericano sigue siendo deficiente, porque la mayor parte de los países no han hecho sus tareas; no han limpiado el deporte de la corrupción; y no han invertido en deporte masivo, pero con incentivos para los talentos. No vengan ahora a tapar sus errores apropiándose del éxito de Costa Rica.

Lo que ustedes lograron muestra lo mal que estamos los vecinos. No vengan a celebrar que “el fútbol centroamericano” ha mostrado calidad en Brasil. No hay nada que celebrar en el fútbol salvadoreño - hay que trabajar.

Esto no significa que los salvadoreños no podemos celebrar el 1:0 sobre Italia. Claro que sí, pero como triunfo de otros, sin tratar de apropiarnos de lo que no es nuestro. La manera cómo ustedes se desempeñan en Brasil hay que celebrarla como ejemplo, como incentivo, pero no como algo propio, cuando no hay mérito propio.

Yo siempre celebro cuando un David logra fregar a un Goliat, cuando un pequeño vence a un grande. De plano, si esta lección tica les hubiera tocado a los alemanes, igual lo hubiera celebrado. Claro que voy con Alemania – a menos que un David le haga burla, como lo hicieron ustedes a los italianos.

Los pobres diablos que ven el fútbol como extensión de la geopolítica, desperdician los mejores partidos tratando de entenderlos como enfrentamientos entre bloques políticos o razas. Pierden el verdadero chiste del fútbol, como deporte donde en cada momento es posible que la audacia se imponga a la arrogancia, que el débil burle al fuerte…

Espero que sigan jugando así, mis amigos ticos, sin tapujos, sin miedos, sin complejos. Y que se sigan llevando otros Goliat en el camino.

¡Qué tuanis!, Paolo Lüers
(Mas!/EDH)

jueves, 19 de junio de 2014

Carta a las Iglesias

Estimados amigos de las diferentes iglesias salvadoreñas
Parece que al fin las iglesias se están despertando y se ponen las pilas para responder a su obligación con la paz. Luego de quedarse, durante años, con laudables pero insuficientes iniciativas aislados de prevención, la mayoría de las iglesias históricas y evangélicas al fin unieron sus esfuerzos en una poderosa Iniciativa Pastoral por la Vida y la Paz, para participar activamente en la búsqueda de soluciones a la epidemia de la violencia.

Y la Conferencia Episcopal católica, que durante dos años había dejado solo a monseñor Fabio Colindres en su audaz (pero para muchos incómodo) trabajo como mediador en el proceso de la tregua, al fin hizo caso al llamamiento del papa Francisco y nombró a un grupo representativo de obispos para emprender la difícil (y a veces impopular) tarea de hacer valer su enorme peso en la construcción de un consenso nacional, sin el cual ningún gobierno puede alcanzar la paz social y la reinserción de los decenas de miles de jóvenes al margen de la ley y de la vida productiva.

Si el nuevo gobierno hace realidad su anuncio de apertura y diálogo, no dejando afuera los esenciales áreas de seguridad y de inversión en los municipios de mayor conflictividad, ustedes como líderes religiosos parecen estar listos a ocupar y llenar con contenido este nuevo espacio abierto, aportando lo que corresponde a las iglesias: principios éticos, conceptos de reconciliación, caminos de humanización de los conflictos…

Ahora está en manos de ustedes, los obispos católicos, anglicanos, y luteranos, y los demás líderes religiosos, a poner una segunda pata al hasta ahora débil proceso de pacificación. A través de monseñor Colindres y algunos pastores prestaron sus buenos oficios como mediadores entre las pandillas y entre pandilla, sociedad y gobierno. Pero esta pata no es suficiente. Era ilusorio esperar que el proceso de diálogo con las pandillas y su contorno social en las comunidades, podía llevarnos a una pacificación sostenible, si no se estaba acompañada y coordinada por un diálogo de toda la sociedad civil para preparar el terreno para la inserción e inclusión, la reconciliación y el desarrollo local. La decisión de la iglesias a tomar iniciativa en este diálogo crea ahora la expectativa que todos los demás se van a incorporar constructivamente: gobiernos locales, empresarios, ONGs, la academia y, por supuesto, el gobierno.

La decisión de los liderazgos religiosos de asumir este compromiso con la paz (y de esta manera exigir que el gobierno también lo haga), es la mejor noticia de los últimos meses desde que se comenzara a asentar el polvo de la batalla electoral. Enhorabuena. Aunque les va a llover bastante crítica, la sociedad va a terminar reconociendo su postura valiente y sincera.

Saludos, Paolo Lüers
 
(Mas!/EDH)

lunes, 16 de junio de 2014

Carta póstuma a Robert Gilbert

Cher ami, querido amigo:
La última vez que te vi fue en agosto del 2011, y quedamos que iba a volver a visitar a tu granja-escuela, para entrevistarte sobre este novedoso proyecto. Ya nunca se hizo la visita ni el reportaje, porque en una noche de septiembre del 2011, mientras estabas sentado frente a tu computadora, alguien se paró fuera de tu casa y te pegó un balazo en la cabeza. Nunca te volví a ver. Te operaron, a duras penas te salvaron la vida; regresaste a tu nativa Montreal/Canadá – y hace un par de días dejaste este mundo.

La bala no te mató. Por lo menos no en septiembre del 2011. Pero el hecho insólito que en tu amado Suchitoto alguien te quería matar, te mató el ánimo. Lo cobarde del hecho te destruyó la confianza, te destrozó la confianza, te cortó la voluntad de vivir. Y tres años más tarde, este herida a tu alma te mató.

Llamo insólito este crimen, porque conozco pocas personas en Suchitoto más queridos que vos, Roberto Gilbert. Por tu carácter, por tu humor, por tu generosidad, pero sobre todo por tu capacidad práctica de ayudar a la gente. Suchitoto es la ciudad donde te enamoraste de tu mujer, del país y del pueblo de El Salvador, y de tu idea de combatir la pobreza renovando radicalmente la agricultura.

Nunca supimos quién te disparó y porqué. No fue robo, y fue pata matar. Tiene que haber sido alguien que te conocía. Cuesta creer que alguien tan inofensivo y tan dado a ayudar a la gente como vos despierte odio y ganas de matar. Pero es la triste verdad.

Cuando te balearon, la reacción de todos nosotros, tus amigos, fue: ¡Qué desperdicio! Y lo mismo pensé ahora que te moriste, Roberto. ¡Que desperdicio y qué estupidez!

Cuando vos empezaste a hablar de la idea de crear una granja-escuela para desarrollar y enseñar técnicas de agricultura, avicultura, ganadería, generación de energía, al principio nadie te hizo caso. Pero cuando vos hiciste ensayos en un pedazo de tierra de la familia de tu novia, y tuvieron resultados sorprendentes; cuando lograste convencer a una organización sindical de Estados Unidos a comprar la granja y financiar las instalaciones; cuando nos enseñaste tus dibujos, tus planes; cuando ante nuestros ojos el sueño comenzó a cobrar vida real, los campesinos dejaron de verte como  gringo loco y empezaron a verte como visionario, como profesor, como amigo. Comenzaron a ver que no estaban condenados a ser pobres. Que podían superar la miseria sin abandonar el campo…

Para tener éxito con una granja-escuela como la tuya, no es suficiente el ingenio técnico que sin duda tuviste de sobra. Hace falta romper con la terquedad de los campesinos, las tradiciones, la incredulidad. Había que vencer la resignación que hace creer a los pobres que su situación es obra de dios. Tuviste la capacidad de convencer, de animar, de despertar voluntades y potencialidades insospechadas.

Y de alguna manera, a saber cómo, esto ofendió a alguien. Despertó la maldita resistencia al cambio, el miedo a lo nuevo; activó algún celo que se convirtió en odio. Y alguien, de la manera más cobarde, te pegó el balazo que quebró tu ánimo.

La granja-escuela existe, otros han asumido la tarea de terminar de construirla. Es todo un éxito, no solo para Suchitoto, sino para el país, incluso a nivel internacional. La granja-escuela existe, produce y forma agricultores, como homenaje a Robert Gilbert. Y como prueba de una verdad que los asesinos suelen olvidar: Se puede matar a una persona, pero no a sus ideas. Nunca.

Descanse en paz, Robert Gilbert, tu idea vive.

Paolo Lüers

Carta abierta de un cliente a CLARO

Esto no es la usual Carta de Paolo. No las van a encontrar en los periódicos donde normalmente publico, por que no los quiero comprometer con un problema que como cliente tengo con Ustedes. Esta carta saldrá en Facebook, en twitter, en mi blog siguientepagina.

Uso teléfono celular desde el año 2001. Siempre con CLARO. Y por lo menos por 6 años, contrato un paquete de datos para tener acceso a Internet desde mi teléfono. Siempre con CLARO. Hoy estoy al punto de probar suerte con otra compañía, porque estoy harto de su mal servicio de internet móvil. A menos que ustedes me convenzan que vale la pena tener paciencia…

Yo pago el paquete de datos para tener acceso, desde donde esté y a la hora que sea, a los servicios de Internet. Me he convertido en un ciudadano del mundo cibernético. Estoy activo en twitter y Facebook. Más allá de una pasión, es parte de mi desempeño profesional como comunicador. Diariamente tomo fotos con mi smartphone y las subo a redes sociales inmediatamente. Desde mi teléfono. Si es que su servicio esta funcionando. O si es que tengo suficiente paciencia, porque a veces su servicio se pone insoportablemente lento. La vida en internet es demasiado rápida para perder minutos esperando para que su servicio me deje llamar una pagina, subir una foto, contestar un comentario, o comprobar un dato en google.

Pero esto está pasando cada rato. Últimamente es más frecuente que el servicio de internet móvil de CLARO no funciona o esta muy lento, y es la excepción que funcione bien. Entonces, uno habla al servicio al cliente. Totalmente inútil para este tipo de problema. Cuando tiene que ver con el aparato o la línea de uno, su servicio técnico funciona bastante bien. Pero cuando el problema es una falla general de su servicio, de nada sirve hablar al 25505555. Estoy harto de escuchar las excusas de sus operadores, que obviamente no tienen la más mínima idea de cómo resolver el problema.

Estoy harto de ver en mi celular el mensaje Revise su conexión Internet. ¿Y qué voy a revisar? Ustedes tienen que revisarlo, pero ¿cómo provocar que CLARO revise el problema y haga la inversión necesaria para resolverlo? Ni siquiera hay una ventanilla de quejas en sus mal llamados centros de atención al cliente.

Esta carta es un último intento de provocar que alguien en CLARO ponga la cara para explicar a sus clientes porqué no sirve su servicio móvil de internet, y qué piensan hacer para cumplir los contratos que todos los clientes firmamos con ustedes. Con gusto pongo a su disposición el espacio de mis cartas para dar esta explicación.

Antes de escribir esta carta he hecho un sondeo con mis lectores en facebook y twitter, para constatar que el problema que estoy señalando realmente es un problema general. Las respuestas han sido masivas y inequívocas: todos se quejan del mismo problema.

Si conocen mi trayectoria como columnista, se dan cuenta que no es un prejuicio ideológico contra la empresa privada que me lleva a escribir la presente carta. Sé perfectamente que los servicios de comunicación en manos del Estado son incomparablemente peores, y que la privatización de la telefonía nos ha traído grandes ventajas. Así que por favor, tomen en serio lo que les estoy escribiendo: Tienen que dar un mejor servicio – y tienen que dar la cara. Los ejecutivos responsables de CLARO no pueden esconderse detrás del labirinto anónimo y alienante de su igualmente deficiente servicio al cliente, sea en sus tiendas o en sus phone centers. Tienen que dar la cara y explicar porqué no han hecho las inversiones necesarias para garantizarnos un servicio decente y eficiente.

Esperando su respuesta para publicarla en este mi blog y en mis cuentas de Facebook y twitter, se despide su cliente Paolo Lüers
(siguiente pagina)

viernes, 13 de junio de 2014

Carta a Celina Sol

Estimada Celina:
Estoy seguro que te pondrás incómoda al ver publicada esta carta. Eres de la gente que le da pena convertir sus aportes al país en publicidad. Dirías: Trabajo en proyectos sociales por sentido de responsabilidad, no para proyectar a mi persona..

Pero el jueves pasado, en la noche de los Premios ASI, cuando la Asociación Salvadoreña de Industriales te otorgó el premio Empresario Benefactor y tu tomaste el micrófono para hablar a la élite empresarial y política ahí reunida, tú dijiste lo que para mi fue la frase de la noche: “Tenemos que aprender a contar nuestra historia.” Entonces, te voy a tomar de la palabra.

De paso sea dicho: No me gusta mucho el nombre del premio que recibiste. Empresario benefactor suena a caridad. Pero lo que tú tienen años de hacer, trasciende mucho la caridad o el trabajo humanitario. Lo tuyo nace de responsabilidad empresarial. El trabajo tuyo al frente de la Fundación Gloria Kriete no se conforma con llevar alivio a personas que viven en pobreza y con falta de salud, educación y oportunidades, sino intenta a sacarlos de esta exclusión. Y esto es lo que necesitamos, y donde empresarios visionarios pueden y deben dar aportes sostenidos. Por esto, el premio que recibiste, mejor debería llamarse Empresario Responsable, y no Empresario Benefactor.

Y tienes toda la razón, Celina: Sobre esta responsabilidad empresarial, y sobre el aporte que puede dar a la sociedad para superar la pobreza y la exclusión, hay que empezar a discutir en público. Empezando con contar todo lo que se está haciendo en este campo: los logros, los errores, los retos. Hay que contar los buenos ejemplos, hay que salir del anonimato y de la pena de hablar de sus logros - para que el trabajo de inversión social de las empresas se vuelva parte esencial de nuestra estrategia de desarrollo, para que sea reconocido por la ciudadanía y al fin se convierta en un imperativo, no solo ético sino también dictado por razón económica y de desarrollo.

El problema es: ¿Cómo contar estas historias de empresarios responsables y visionarios que hagan inversiones en salud, educación, creación de oportunidades para superar la pobreza? El dilema es: ¿Cómo contar estas obras sin caer en una publicidad utilitaria que da pena a personas decentes como tú?

Yo me hice esta pregunta el año pasado, cuando la empresa Albapetróleos comenzó a intervenir en la campaña electoral con su masiva publicidad, proyectando los negocios controlados por el partido FMLN y su aliado Venezuela como empresas con fin social que financian becas y computadoras para estudiantes de familias pobres, remodelación de escuelas, campañas de salud preventiva, etc.

Todo lo que Albapetroleo echó al asador electoral para hacer ganar a su dueño, el partido FMLN, varias fundaciones del empresariado salvadoreño lo están haciendo desde hace años. Pero sin promoverlo en miles de spots de TV. Y sin convertirlo en campaña electoral.

Programas como Supérate, Comunidades Sostenibles, Fútbol Forever, Oportunidades, y decenas de otros, financiados y ejecutados por fundaciones empresariales, y otros directamente operados por numerosas empresas salvadoreñas, han hecho inversiones en la superación de la pobreza mucho más grandes y ejecutados con más profesionalidad y mejores resultados que las “obras” tan publicitadas de ALBA. Hay que contar esta historias, precisamente para que lo que ahora es asunto de unos visionarios, se convierta en parte esencial de nuestra estrategia de desarrollo como país.

Que bueno que tú, Celina, has dado el primer paso. Déjeme felicitarte por el reconocimiento que te dio la comunidad empresarial. Si alguien lo ha merecido eres tú, que podría vivir la vida despreocupada de la esposa de un hombre de grandes negocios, y estás trabajando más que tiempo completo en proyectos de inversión social.

Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/EDH)

jueves, 12 de junio de 2014

Columna transversal: Reaccionarios de derecha e izquierda

Hay una guerra contra David Munguía Payés y Raul Mijango que tiene por objetivo terminar de desacreditarlos al grado que con su buena reputación muera todo el proceso de pacificación que se abrió en marzo del 2012 con la tregua. Para terminar con este proceso, pegan a algunos de sus protagonistas, los que más se prestan para desacreditarlos: al general Munguía Payés, quien como ministro de Seguridad facilitó la tregua, y que es blanco fácil porque enfrenta prejuicios y resentimientos tanto en la izquierda (por ser militar), como en la derecha (por ser militar aliado con la izquierda); y a Raul Mijango, el principal mediador (entre las pandillas y entre pandillas y gobierno), a quien es fácil atacar desde la derecha (por exguerrillero) y desde la izquierda (por disidente del FMLN).

Es una guerra sicológica. No existe ninguna posibilidad de llegar a consecuencias penales. Es más bien una especie de linchamiento público, mediante la permanente insinuación que ellos están siendo investigados, que existen testigos criteriados que los involucran en crímenes tan graves como tráfico de armas. Tantas veces han aparecido estas insinuaciones en declaraciones del fiscal general, en notas mal investigadas en los medios, en acusaciones directas de personeros como Ricardo Perdomo y el padre Antonio Rodríguez, y en ataques de algunos personajes de la derecha, que por lo menos quedan sembradas dudas o incluso sospechas.

Estos ataques nunca fundamentados además recibieron municiones por la reciente publicación del libro Infiltrados, de Héctor Silva Avalos, donde David Munguía Payés es retratado como el principal responsable de que siga existiendo lo que Silva se atreve a catalogar como “Pacto PNC-crimen organizado”. Es interesante y (para mi) sospechosa la coincidencia de sectores de izquierda y de derecha. Cuando se trata del general Munguía Payés y de la tregua, derechistas como Carlos Ponce e izquierdosos como el padre Antonio.

En esta campaña de criminalizar a los protagonistas de la tregua les encantaría llevarse de encuentro todos los demás que trabajamos para hacer sostenible el proceso de reducción de la violencia iniciado con la tregua. Claro, es mucho más difícil desacreditar a obispos como Fabio Colindres, Martin Barahona y Medardo Gómez, que con su Iniciativa Pastoral por la Paz aportan activamente al esfuerzo de Fabio Colindres y Raul Mijango; o a empresarios prestigiados como Antonio Cabrales o Elena Alfaro que desde la Fundación Humanitaria acompañan al proceso de pacificación.

Lo más preocupante es la complicidad de la Fiscalía General de la República en esta campaña infame de desprestigio. ¿Cómo interpretar que la fiscalía, en su cuenta oficial de twitter (@prensaFGR) publica un mensaje como este: "Ministro Payés y otros altos oficiales son investigados por comercio ilícito de armas, actos arbitrarios". F General”? ¿O que la FGR publica en twitter la copia del citatorio que hacen a Raul Mijango como testigo? Quisiera que me expliquen cómo este anuncio público en redes sociales, dirigido a todos los medios de comunicación, aporta a la investigación de la fiscalía. Y de un solo me expliquen en qué momento y basado en qué hecho una investigación de determinados oficiales del ejército se ha convertido en una investigación al ministro Munguía Payés, cuando es él quien ha informado a la fiscalía de las irregularidades dentro de la Fuerza Armada…

Fiscalía, medios y el frente unido de reaccionarios de derecha e izquierda en contra de la tregua,  confunden testigos con investigados, fusionan en una sola sopa varias investigaciones totalmente diferentes - para mandar al público este mensaje: Miren, los protagonistas de la tregua resultan siendo señalados de serios crímenes. Por tanto, todo este proceso siempre fue un pacto entre criminales. O una tregua hipócrita, como la llama el fiscal Luis Martínez. O una paz mafiosa, como la llama Antonio Rodríguez, quien como padre católico aceptó trabajar como operador de inteligencia y guerra sicológica de Ricardo Perdomo.

No hay pruebas ni indicios de todo esto - y no las habrá, porque son fabricaciones. Pero usan los medios para desacreditar a los protagonistas del proceso de pacificación. El objetivo de esta campaña es torcerle el brazo al nuevo gobierno, para conseguir dos cosas: que sustituyan a David Munguía Payés; y que no se atreva Benito Lara y Sánchez Cerén aceptar los buenos oficios de Raul Mijango y Fabio Colindres como mediadores en el necesario intento de recomponer el proceso de pacificación.

Ofrecen un debate falso: ¿Regresar o no a la tregua? No se trata de esto. Se trata de corregir el principal error del gobierno Funes: no haber aprovechado la reducción de la violencia lograda entre marzo 2012 y mayo 2013 para entrar con inversiones sociales y de desarrollo en las comunidades donde se vuelve y vuelve a reproducir el círculo vicioso de exclusión y violencia. Mucha paja, pocas nueces.

Contesto de un solo la pregunta que muchos me van a hacer: ¿Confías plenamente en Raul Mijango, Fabio Colindres y David Munguía Payés? La respuesta es: sí. Trabajé por más de dos años con ellos, en asuntos muy delicados que solo funcionan en base de plena confianza. Que Mijango es un tipo incómodo, tengo 30 años de saberlo – y de apreciar que sea incómodo en vez de oportunista.
(El Diario de Hoy)

Carta a los aficionados del mejor deporte del muo

Hoy comienza la fiesta de Brasil 2014, con todas las pasiones que despierta. Aunque hace años me quitaron el pasaporte alemán, por el simple hecho de haberme nacionalizado salvadoreño, mi corazón sigue vibrando con la selección alemana. Ya sé que volveré a estar cerca del infarto cuando los jugadores alemanes enfrenten a sus eternos rivales de Italia, Argentina o Brasil.

Por un mes voy a olvidarme que no soy nacionalista y voy a gritar como loco cada vez cuando algún adversario choque con Milo Klose, Lukas Podolski o Thomas Müller – sea foul o no.

Por un mes me voy a olvidar también que comparto plenamente las protestas de los brasileños contra un gobierno megalómano que metió a Brasil en la locura de costear dos megaeventos, el Mundial 2014 y en las Olimpiadas 2016. Igual que la mayoría de brasileños, me voy a olvidar por un mes de todos los problemas sociales, de salud, de educación y de seguridad de Brasil, cuya solución se posterga por unos 10 años, a raíz de la locura de su gobierno.

Y como la gran mayoría de los salvadoreños, por un mes me voy a preocupar más del deporte rey que de los problemas no resueltos de nuestro país. No nos vamos a olvidar de la plaga de la violencia, porque esta realidad se va a seguir imponiendo, haya o no mundial de fútbol, pero felizmente nos vamos a dejar invadir del entusiasmo, del optimismo, y de la pasión que despierta el buen fútbol. Algunos puristas van a criticar esta actitud y señalar que el deporte es opio que duerme a los oprimidos del mundo. Estos puristas que coman chucho. El fútbol no nos duerme, nos llena de vida de la manera que ninguna revolución ha podido llenarnos…

Habiendo dicho todo esto, solo tengo que agregar que Alemania va a ganar - y si no gana, será por lo malo que son los árbitros, el clima, las canchas y las pelotas. Pórtense a la altura del evento, dejen dominarse por sus pasiones, no traten de ser racionales o imparciales a la hora de los goles, los fouls y los penaltis. Celebren con buena cerveza y buena compañía, a lo mejor no habrá mucho más que celebrar este año.

Lamentablemente, como columnista, no podré dejar de dedicar mis artículos y cartas a algunos de los problemas que durante un mes quedarían en la sombra del fútbol. No se molesten, por favor, si en medio de la angustia por la eliminación de Argentina o Brasil yo vengo a hablarles de problemas terrestres como pandillas, corrupción, la frustración de Funes de no conseguir ningún fuero de inmunidad. Ya sé que no me van a parar mucha bola.

Habrá quienes dirán que esta carta es demasiado light. Correcto, esta es la idea.

Vorwärts, Jungs! Paolo Lüers

(Mas!EDH)

lunes, 9 de junio de 2014

Carta a la ministra de Salud

-->Estimada doctora Violeta Menjívar:
La felicito: Luego de 5 años de vice, al fin ministra. Enorme reto que enfrenta: sustituir a la doctora María Isabel Rodríguez no es fácil.

Le escribo para que dé atención a un conflicto que afecta el Hospital Nacional San Juan de Dios de Santa Ana. Un conflicto totalmente innecesario, que usted puede resolver con una decisión y una firma. Mejor aun, con una visita relámpago a Santa Ana para poner orden.

En este hospital, el personal de enfermería tiene meses de pedir la sustitución de su jefa. Voy a dejar a ellos mismos que hablen: Nuestra situación es insoportable, vivimos bajo opresión, y estamos cansados de que los únicos incentivos que tenemos sean amonestaciones, notas desfavorables, castigos, descuentos, llamadas de atención. La ministra debe comprender que con jefes tan nefastos no se puede dar el cambio que el sector salud necesita. Necesitamos a una jefa de enfermería y un director que sean abiertos al dialogo.”

Mientras escribo esta carta, el personal de enfermería de Santa Ana ha iniciado una acción colectiva de fuerza muy inteligente, que no afecta a los pacientes, pero que sí inhibe a la jefa de enfermería a ejercer su cargo. Están poniendo en práctica la sustitución de la jefa de enfermería, Lic. Wilma Castaneda de López, acordada oficialmente el 12 de mayo del 2014, en una reunión entre el sindicato, el director del hospital y el representante de la Procuraduría de Derechos Humanos. El acta con la firma del Dr. Ramón Abrego, director del hospital, se lo puedo mandar, si acaso no lo tiene, ministra.

Al no cumplir los acuerdos alcanzados, siempre los conflictos se complican. Esto aprendí en mis años de delegado sindical la OSRAM en Alemania. Por esto, no me extraña que ahora no sólo piden la destitución de la jefa de enfermería, sino también cuestionan la capacidad de liderazgo del director del hospital. Por tramposo.

A mi me vinieron a ver varios del personal de enfermería de Santa Ana para contarme todo esto – y para pedirme ayuda: “Tal vez, cuando usted saque una su carta, la ministra ponga atención a nuestro problema.” Con gusto. Ahora la cosa está en sus manos, ministra, y puede aprovechar la oportunidad para mostrar que las palabras del presidente, que en su discurso de inauguración y en su visita al Rosales dijo que va a escuchar a la gente, son ciertas.

Me gustó mucho la actitud de los sindicalistas que me visitaron. No hablaron de salarios, ni de reivindicaciones para ellos: hablaron de cómo mejorar la atención a los pacientes - y cómo anhelan que sus jefes les ayuden en este esfuerzo, en vez de ponerles obstáculos.

Ojala que usted no se ponga defensiva, diciendo: estos son areneros que quieren detener la reforma de salud. No es un problema ideológico ni mucho menos partidario, ministra. El único aspecto partidario es tal vez cómo ustedes han nombrado directores y jefes. El resto es un asunto de razón común y de decencia, nada más. Esta gente quiere trabajar y que su trabajo sea reconocido. Punto.

Me gustó también que la acción de fuerza que hicieron el lunes 9, no fue una huelga ni nada que interrumpa la atención a los pacientes. Fue más bien una acción humorística. La jodarria como el último recurso de los impotentes.

Tome acción, con mente abierta, señora ministra. Saludos, Paolo Lüers.
(Mas!/EDH)