¿Cuántas personas mueren en El Salvador por negligencia del Estado? Para variar, hoy no hablemos de la ausencia de planes efectivos para combatir la violencia criminal. No hablemos de seguridad pública, sino de seguridad vial. Mejor dicho, de las responsabilidades del MOP sobre nuestras vidas que no está cumpliendo; de los accidentes y muertes que se podrían prevenir, si el Estado estuviera cumpliendo...
Todos conocemos la diferencia entre circular en una noche lluviosa por una carretera que tiene bien visibles las líneas blancas o amarillas, o andar a ciegas en una carretera adivinando en qué carril estamos y donde ni las márgenes ni el centro tienen señalización. Todos hemos experimentado los momentos de susto y confusión, cuando en una autopista de repente entramos en un tramo sin señalización.
Por ejemplo, en la Carretera de Oro cuando uno va de Soyapango a Nejapa. Uno va felizmente por una autopista bien señalizada y segura, hasta pasar debajo del redondel en la Troncal del Norte. Inmediatamente después, en una larga curva, la superficie de la autopista cambia de asfalto negro con líneas blancas bien visibles a cemento gris con líneas grises imperceptibles.
En nuestra red vial hay incontables trampas de este tipo que causan confusión y provocan accidentes fatales. Simplemente porque el MOP y el FOVIAL no están cumpliendo con las normas de seguridad. O porque el constructor, en vez de usar la pintura especial para señalización vial, usó pintura barata que pronto pierde visibilidad.
¿Cuánto puede costar al Estado implementar la señalización apropiada en toda la red vial del país? No sé. Debe ser caro. Sin embargo, sería una inversión que garantiza el ahorro de miles de accidentes innecesarios y evitaría cientos de muertes.
Lo mismo pasa con la deficiente señalización vertical y horizontal en la ciudad. Todos conocemos, en nuestro entorno, las intersecciones donde a cada rato ocurren accidentes que fácilmente podrían evitarse con una señalización apropiada. Pongo como ejemplo la esquina de la Plaza Palestina en la colonia Escalón, donde los carros que bajan por la 9 Calle Poniente tienen que hacer alto en el cruce con la Calle al Mirador, que es un eje preferencial con mucho tráfico. Casi todos los días alguien irrespeta este alto y causa accidentes.
A pesar de esta sensible acumulación de accidentes en un punto específico, el MOP no ha hecho nada para mejorar la señalización. No hay ninguna línea blanca que marque adonde hay que hacer el alto sobre la 9 Calle Poniente. El rótulo de alto es muy pequeño y medio tapado por la vegetación. Sobre la Calle al Mirador hay un mupi publicitario que quita visibilidad. Tres pecados mortales.
En San Salvador existen cientos de puntos donde con una señalización más clara y visible se podrían prevenir cientos de accidentes y decenas de vidas.
El Estado, en este caso el MOP, tiene la obligación de implementar un sistema adecuado de señalización para prevenir accidentes y muertes. En otros países, donde funciona el Estado de Derecho, las víctimas de accidentes pueden demandar al Estado por este tipo de negligencia y obtener cuantiosas indemnizaciones por sus daños.
Aquí, lastimosamente, esta parte de la justicia que permite al ciudadano demandar al Estado casi no existe. Nadie demanda al Estado por no cumplir con sus obligaciones frente al ciudadano, porque casi nunca estas demandas prosperan.
Hay mucha queja sobre el caos que causamos los ciudadanos, en nuestra calidad de motoristas, en nuestras calles y carreteras. Con razón. Pero nadie habla del caos y la inseguridad que causa el Estado por negligencia y por no cumplir su parte. Sitios de construcción no señalizados ni iluminados. Líneas no pintadas o invisibles. Señalización contradictoria, donde un rótulo dice lo contrario a la flecha pintada en el asfalto. Calles con sentido único sin la mínima señalización. Uso de pintura de casa para la señalización vial... Un catálogo interminable de negligencias.
Para que nadie me entienda mal: no es un problema exclusivo de este gobierno. El problema se viene agravando desde el gobierno de Tony Saca, que quebró el FOVIAL y abandonó la política de mejorar la red vial del país. El pecado del actual gobierno es, como en otros campos, que sigue implementando las mismas políticas de la administración Saca.
(El Diario de Hoy)