Entrevista de SPIEGEL-Online de Alemania con Johannes Hano, corresponsal de la televisión alemana en Pekín
Spiegel Online: ¿Cómo se trabaja hoy en día como periodista occidental en China?
Hano: Desde la crisis en Tíbet el ambiente cambió drásticamente. En China han lanzado una compaña contra los periodistas occidentales. En todos los medios --televisión, radio y sobre todo los periódicos— culpan a los medios occidentales del desastre que están teniendo con el recorrido de la llama olímpica. Nos acusan de haber dibujado una imagen falsa y parcial de los acontecimientos en Tíbet.
Spiegel Online: ¿Cómo funciona esta campaña?
Hano: Algunos colegas cometieron un par de errores muy estúpidos. Mostraron fotos de soldados nepaleses reprimiendo a monjes y los titularon erróneamente como “desordenes en Lhasa”. Esto le dio al régimen chino algo para hacer propaganda – y eso lo hace todo el día. Incluso hubo amenazas de muerte a colegas americanos.
Spiegel-Online: ¿Qué siente usted personalmente de todo esto?
Hano: El Lunes quisimos entrevistar a alguien en la calle. El tipo miró detenidamente el logo nuestro en el micrófono, y simplemente se fue. La razón: Yo mismo y mi canal (ZDF, televisión pública de Alemania) hemos sido acusados en foros de Internet – por ejemplo en el Log anta-CNN.com. No nos comprobaron ningún error en nuestra cobertura, pero nos acusaron de parcialidad y solicitaron a todos los chinos: No conceda entrevistas, cuando aparezcan este hombre y este logo de ZDF.
Spiegel-Online: ¿Y la censura, usted la siente en China?
Hano: Bueno, ¿qué significa el término censura? O que uno puede escribir o decir o transmitir ciertas cosas – o una cosa mucho más perversa: que ya no te puedes enterar ni acercar a cierta información.
Spiegel-Online: ¿Y esto significa...?
Hano: En general, la legislación en términos de prensa ha cambiado positivamente en China, en esta etapa antes de los Juegos Olímpicos. Ya no tenemos pedir permiso a las autoridades antes de grabar algo. La norma vigente es: Si el entrevistado está de acuerdo, podemos grabar. Teóricamente. La perfidia es que ahora la presión pesa sobre las personas que quieren dar entrevistas. Presión para que no hablen con nosotros.
Spiegel-Online: No precisamente un problema nuevo, ¿verdad?
Hano: Correcto. Pero uno que se ha agudizado últimamente. Ahora nosotros tenemos que asumir la responsabilidad de la seguridad de nuestros interlocutores y fuentes. Por ejemplo: Hace poco quisimos producir una pieza cultural bonita e inofensiva sobre un nuevo día festivo en una provincia. El jefe policial de la localidad había aceptado con entusiasmo. Luego, la noche antes de la grabación, nos llamó a las 3 de la mañana: Por favor, ¡no lleguen! Parece que el jefe local del partido le había instruido de no hablar con medios occidentales si no quería perder su trabajo. Nos pidió que ni siquiera nos acercáramos a su pueblo. Esto no necesariamente viene orquestada desde arriba. Muchos caciques locales del partido, porque son corruptos, temen a los medios occidentales, y ahora usan la tendencia anti-occidental para hacer presión local para que nadie hable.
Spiegel-Online: ¿Qué ha pasado a gente que les han dado declaraciones?
Hano: Sus teléfonos han sido intervenidos. Han recibido llamadas diciéndoles que no vuelvan a hablar con nosotros...
Spiegel-Online: ¿Hay censura posterior? ¿Pueden transmitir todos los materiales a Alemania?
Hano: Hubo muchos problemas. No puedo saber si tiene que ver con el contenido de nuestras notas.
Spiegel-Online: Pero ¿hay notas que no han podido transmitir?
Hano: Sí, también hay materiales que no hemos podido recibir. Pero repito: No puedo estar seguro si fueron intervenciones políticamente motivadas.
Spiegel-Online: ¿Usted ha sido intervenido y controlado en sus comunicaciones?
Hano: Partimos que sí. China es supuestamente el país con más orejas y con el aparato de control más grande del mundo. Cuando grabamos siempre hay unos caballeros parados cerca que nos observan y nos toman fotos. Nos dejan trabajar, pero nos mandan el mensaje: Aquí estamos. Y ahora los fuerzas de seguridad son algo calientes. Ellos intervendrían si por casualidad nos aparecieran nos tibetanos frente a las cámaras y abrieran la boca...
Spiegel-Online: Y el personal chino que trabaja con ustedes, ¿es sujeto de presión? ¿O incluso les meten orejas gubernamentales?
Hano: No creo que sean orejas. Pero es absolutamente comprobado que los interrogan. Uno de mis colaboradores me cuenta que una vez al mes tiene que tomar té con la Seguridad del Estado. Yo digo a mis colaboradores chinos: Vayan a tomar té, no quiero que tengan problemas. Sólo espero que no pongan en peligro a nuestras fuentes.
Spiegel-Online: Los batallones de periodistas que vienen para los Juegos Olímpicos, ¿los controlarán igual?
Hano: Esperamos que China se de cuenta que este sería el trato equivocado con la comunidad internacional, sobre todo con los periodistas. Pero sí tememos que los chinos son tan paranoicos que van a hacer todo lo posible a mantener control completo sobre las informaciones que salen.
Spiegel-Online: Y el televidente chino, ¿se da cuenta de las protestas a nivel mundial?
Hano: Hoy vi dos periódicos. Uno de Hongkong con el titular “La llama olímpica se apaga en Paris mientras crecen protestas”. El mismo día el China Daily, el vocero en inglés de los comunistas chinos, titula: “Pasión francesa saluda la antorcha en Paris”. En televisión aparece muy poco o nada de los acontecimientos. Y si sale, dicen que la “clica del Dalai-Lama” quiere tomar los juegos de rehén. Y CNN y BBC, que pueden recibirse en los hoteles, simplemente pierden la señal cuando hablan de Tíbet.
Spiegel Online: ¿Cómo se trabaja hoy en día como periodista occidental en China?
Hano: Desde la crisis en Tíbet el ambiente cambió drásticamente. En China han lanzado una compaña contra los periodistas occidentales. En todos los medios --televisión, radio y sobre todo los periódicos— culpan a los medios occidentales del desastre que están teniendo con el recorrido de la llama olímpica. Nos acusan de haber dibujado una imagen falsa y parcial de los acontecimientos en Tíbet.
Spiegel Online: ¿Cómo funciona esta campaña?
Hano: Algunos colegas cometieron un par de errores muy estúpidos. Mostraron fotos de soldados nepaleses reprimiendo a monjes y los titularon erróneamente como “desordenes en Lhasa”. Esto le dio al régimen chino algo para hacer propaganda – y eso lo hace todo el día. Incluso hubo amenazas de muerte a colegas americanos.
Spiegel-Online: ¿Qué siente usted personalmente de todo esto?
Hano: El Lunes quisimos entrevistar a alguien en la calle. El tipo miró detenidamente el logo nuestro en el micrófono, y simplemente se fue. La razón: Yo mismo y mi canal (ZDF, televisión pública de Alemania) hemos sido acusados en foros de Internet – por ejemplo en el Log anta-CNN.com. No nos comprobaron ningún error en nuestra cobertura, pero nos acusaron de parcialidad y solicitaron a todos los chinos: No conceda entrevistas, cuando aparezcan este hombre y este logo de ZDF.
Spiegel-Online: ¿Y la censura, usted la siente en China?
Hano: Bueno, ¿qué significa el término censura? O que uno puede escribir o decir o transmitir ciertas cosas – o una cosa mucho más perversa: que ya no te puedes enterar ni acercar a cierta información.
Spiegel-Online: ¿Y esto significa...?
Hano: En general, la legislación en términos de prensa ha cambiado positivamente en China, en esta etapa antes de los Juegos Olímpicos. Ya no tenemos pedir permiso a las autoridades antes de grabar algo. La norma vigente es: Si el entrevistado está de acuerdo, podemos grabar. Teóricamente. La perfidia es que ahora la presión pesa sobre las personas que quieren dar entrevistas. Presión para que no hablen con nosotros.
Spiegel-Online: No precisamente un problema nuevo, ¿verdad?
Hano: Correcto. Pero uno que se ha agudizado últimamente. Ahora nosotros tenemos que asumir la responsabilidad de la seguridad de nuestros interlocutores y fuentes. Por ejemplo: Hace poco quisimos producir una pieza cultural bonita e inofensiva sobre un nuevo día festivo en una provincia. El jefe policial de la localidad había aceptado con entusiasmo. Luego, la noche antes de la grabación, nos llamó a las 3 de la mañana: Por favor, ¡no lleguen! Parece que el jefe local del partido le había instruido de no hablar con medios occidentales si no quería perder su trabajo. Nos pidió que ni siquiera nos acercáramos a su pueblo. Esto no necesariamente viene orquestada desde arriba. Muchos caciques locales del partido, porque son corruptos, temen a los medios occidentales, y ahora usan la tendencia anti-occidental para hacer presión local para que nadie hable.
Spiegel-Online: ¿Qué ha pasado a gente que les han dado declaraciones?
Hano: Sus teléfonos han sido intervenidos. Han recibido llamadas diciéndoles que no vuelvan a hablar con nosotros...
Spiegel-Online: ¿Hay censura posterior? ¿Pueden transmitir todos los materiales a Alemania?
Hano: Hubo muchos problemas. No puedo saber si tiene que ver con el contenido de nuestras notas.
Spiegel-Online: Pero ¿hay notas que no han podido transmitir?
Hano: Sí, también hay materiales que no hemos podido recibir. Pero repito: No puedo estar seguro si fueron intervenciones políticamente motivadas.
Spiegel-Online: ¿Usted ha sido intervenido y controlado en sus comunicaciones?
Hano: Partimos que sí. China es supuestamente el país con más orejas y con el aparato de control más grande del mundo. Cuando grabamos siempre hay unos caballeros parados cerca que nos observan y nos toman fotos. Nos dejan trabajar, pero nos mandan el mensaje: Aquí estamos. Y ahora los fuerzas de seguridad son algo calientes. Ellos intervendrían si por casualidad nos aparecieran nos tibetanos frente a las cámaras y abrieran la boca...
Spiegel-Online: Y el personal chino que trabaja con ustedes, ¿es sujeto de presión? ¿O incluso les meten orejas gubernamentales?
Hano: No creo que sean orejas. Pero es absolutamente comprobado que los interrogan. Uno de mis colaboradores me cuenta que una vez al mes tiene que tomar té con la Seguridad del Estado. Yo digo a mis colaboradores chinos: Vayan a tomar té, no quiero que tengan problemas. Sólo espero que no pongan en peligro a nuestras fuentes.
Spiegel-Online: Los batallones de periodistas que vienen para los Juegos Olímpicos, ¿los controlarán igual?
Hano: Esperamos que China se de cuenta que este sería el trato equivocado con la comunidad internacional, sobre todo con los periodistas. Pero sí tememos que los chinos son tan paranoicos que van a hacer todo lo posible a mantener control completo sobre las informaciones que salen.
Spiegel-Online: Y el televidente chino, ¿se da cuenta de las protestas a nivel mundial?
Hano: Hoy vi dos periódicos. Uno de Hongkong con el titular “La llama olímpica se apaga en Paris mientras crecen protestas”. El mismo día el China Daily, el vocero en inglés de los comunistas chinos, titula: “Pasión francesa saluda la antorcha en Paris”. En televisión aparece muy poco o nada de los acontecimientos. Y si sale, dicen que la “clica del Dalai-Lama” quiere tomar los juegos de rehén. Y CNN y BBC, que pueden recibirse en los hoteles, simplemente pierden la señal cuando hablan de Tíbet.
(Entrevista de Thorsten Dörting y Sascha Klettke, DER SPIEGEL)