Asumo que el consorcio internacional que administra la explotación periodística de los “Panama papers” tuvo una razón para invitar a El Faro para hacerse cargo de todos los datos relacionados con personalidades, bancos, políticos o empresas salvadoreñas. Asumo además que la razón de escoger a ustedes tiene que ver con la comprobada capacidad investigativa e independiente de El Faro.
Me imagino que están conscientes que asumieron una gran responsabilidad. Ustedes tienen el monopolio para analizar este material, o sea de todos los datos de la firma panameña Mossak Fonseca, sus clientes, la constitución de sociedades anónimas, las transferencias de fondos, la comunicación entre abogados y sus clientes. Nadie más tiene acceso. Exclusivamente del criterio de ustedes depende qué parte de este material se hará público – cómo: completo o parcialmente. Está en sus manos decidir quiénes de los clientes salvadoreños de la firma panameña “hackeada” serán exhibidos y quiénes no.
Mejor hubiera sido, como se ha hecho en otros países, dar acceso al banco de datos a varios medios, para tratar de evitar manejos parcializados. Por ejemplo, el periódico alemán Süddeutsche Zeitung, que originalmente recibió el banco de datos invitó a equipos de investigación periodística de dos otros medios alemanes a compartir el trabajo de análisis, selección y publicación.
Además, el Süddeutsche Zeitung SZ estableció una regla: “La SZ no publicará todos los nombres que se encuentran en los Panama papers. En el caso de muchas personas y empresas que se mencionan en los datos, no existe ningún interés público justificado para exponerlos. Este interés sólo existe, cuando hay indicios que se cometió un delito, por ejemplo fraude fiscal. Un ejemplo ficticio: Si un banquero alemán esconde sus propiedades en la isla de Mallorca en una sociedad anónima que no está a su nombre, pero está pagando debidamente los impuestos sobre este patrimonio, no tenemos ninguna razón para publicar su caso.”
Hasta la fecha ustedes publicaron dos casos de los ‘Panama papers’: el de Mecafé, que involucra a Michi, la novia de Mauricio Funes, y a la empresa SUBES, relacionada con el Sitramss; y el caso de la familia Eserski y TCS.
El periódico alemán, el medio líder en las relevaciones sobre compañías y cuentas offshore, aplicando sus criterios arriba citados, con toda certeza hubiera publicado el primer caso, porque hay serias dudas sobre los orígenes de los fondos.
En cambio, el caso TCS, así como está presentado por El Faro, no arrojo indicios de posibles delitos. Yo no digo que no pueden existir, pero ustedes no han logrado establecerlos.
Los monopolios nunca son buenos. Mucho menos en asuntos tan delicados. Sería mucho mejor que ustedes dieran a otros medios nacionales acceso a los datos de Panamá que recibieron. No es sano que dependa exclusivamente de los criterios y filtros ideológicos de un solo medio decidir cuáles son las informaciones relevantes y a cuál persona, político o empresa exponer. Créanme, no es desconfianza específica con ustedes. Siempre es mejor tener mecanismos de control sobre la manera como se selecciona datos tan delicados.
Todos tenemos filtros ideológicos y prejuicios, y mucho los tienen tan torcidos que quienes escribimos tenemos que tener cuidado con qué provocamos. La reacción a los ‘Panama papers’ demuestra que aquí hay muchos que piensan que cualquier persona que mantiene cuentas, inversiones, o operaciones empresariales en Panamá es lavador de pisto o evasor de impuestos
Obviamente, no es así. Cualquier figura legal (cuenta, sociedad, convenios) puede servir para fines perfectamente lícitos o para fines criminales. Tener cuaentas o sociedades en Panamá no es delito. Usarlas para fondos ilícitos es otro cinco, y hay que establecerlo antes de publicar secretos bancarios o de negocios. Como dijo SZ de Alemania: debe existir un legítimo interés público para publicar información obtenida, de manera ilegal, de los archivos de un bufete de abogados.
Espero que ustedes actúen con la máxima responsabilidad. La mejor manera de hacerlo sería compartir los datos
Saludos,
(Mas!/El Diario de Hoy)