jueves, 1 de octubre de 2009

Honduras: garantizar las elecciones

Honduras es sujeto de una intervención extranjera en sus asuntos internos – y nadie le ayuda. Normalmente las intervenciones de unos provocan solidaridad y apoyo de otros. Extrañamente, en el caso de Honduras no es el caso. Hasta sus amigos (y los enemigos de sus enemigos) lo dejan solo. Un país pequeño y pobre tiene que resistir un bloqueo político y financiero completo por parte de toda la comunidad internacional, sólo recurriendo a sus propios recursos.

Honduras nos está dando una lección. Traicionados por sus hermanos centroamericanos y por Estados Unidos, los hondureños insisten en seguir adelante con el proceso electoral, sabiendo que es la única salida de la crisis. Lo que une a la gran alianza hondureña contra Zelaya y su intento de imponer al país una Constitución diferente, no es el apoyo a Roberto Micheletti y su gobierno interino - es la defensa del sistema de democracia representativa, el rechazo a la interferencia de Hugo Chávez, y ahora -como reacción a actitud cerrada e incomprensiva de la comunidad internacional- por el derecho a la autodeterminación.

Nadie está pidiendo a los gobiernos del hemisferio que reconozcan o apoyen al gobierno interino que ellos llaman ‘de facto’. Ni siquiera Roberto Micheletti está pidiendo esto. Está claro de su papel: es el mal necesario, pero transitorio. Necesario para dar paso a un gobierno con solvencia y legitimidad para sacar a Honduras de la ingobernabilidad.

Lo único que hay que apoyar en Honduras es el proceso electoral. No tiene ningún sentido seguir insistiendo en el regreso de Zelaya al poder. No es salida. En vez de complicar la crisis, tratando de imponer a los hondureños una solución inviable que sólo aporta más división, más ingobernabilidad y revanchismo, la comunidad internacional debe concentrarse en un sólo objetivo: garantizar que las elecciones de noviembre sean limpias, transparentes y representativas. Esto es mucho más trascendental para el futuro de Honduras y la democracia que la pregunta quien gobierna el país en el ínterin hasta que asuma el nuevo gobernante electo. Sea quien sea quien gobierne Honduras hasta enero del 2010, el país de todos modos sigue básicamente ingobernable mientras no asuma un gobierno legitimado por nuevas elecciones. La única cosa importante que pasa en Honduras en este ínterin es el proceso electoral.

Toda la presión internacional sobre Honduras –pero presión sobre todos en Honduras: gobierno interino, partidos, Congreso, Zelaya, empresarios, movimientos sociales- debería estar en función de asegurar la validez de las elecciones de noviembre 2009.

En este sentido, es obvio que a Micheletti y su gobierno hay que exigirles que suspendan inmediatamente el estado de sitio y cualquier medida contra la libertad de prensa y expresión. Es inconcebible ir a elecciones con medios cerrados por el gobierno y con restricciones a las libertades de expresión y asamblea.

Igual es obvio que a Zelaya y sus organizaciones ‘de resistencia’ hay que exigirles que cesen las movilizaciones violentas y que abandonen la campaña por una Constituyente. Porque a esta altura ya es claro que el verdadero objetivo de la ‘resistencia’ promovida por Zelaya y financiada por Hugo Chávez no es le regreso de Zelaya para que pase tres meses en Casa Presidencial, sino la interrupción del proceso electoral a favor de una Constituyente.

Lo que no se vale -de parte de los gobiernos del hemisferio y de los organismos internacionales- es exigirle al gobierno interino de Honduras que deje de jugar fuera de las reglas democráticas, y al mismo tiempo condonar o incluso apoyar a Zelaya en su campaña contra las elecciones y en favor de una reforma constitucional fuera de los mecanismos constitucionales. Si la comunidad internacional sigue con esta línea ilógica e injusta, está obligando a los gobernantes de Honduras a defenderse, aunque sea con métodos antidemocráticos, como el estado de sitio y el cierre de medios opositoras. Y esto es precisamente lo que Manuel Zelaya y Hugo Chávez buscaban con el ingreso del presidente depuesto, no a Honduras, sino a una embajada extraterritorial en Honduras.

Por el momento todos -lamentablemente incluyendo Estados Unidos, España, Brasil y El Salvador- están colaborando activamente para crear una situación en la cual se vuelven imposibles las elecciones. O sea, están destruyendo el único instrumento posible para resolver la crisis hondureña de manera pacífica, democrática y transparente. La comunidad internacional está condenado a Honduras a una agonía prolongada y a enfrentamientos mucho más violentos en el futuro, una vez que se le está bloqueando la salida electoral.

No puede ser que estadistas como Obama, Zapatero y Lula -y en la cola de los poderosos todos los demás- no logren salir de este callejón sin salida. No puede ser que sigan actuando, no sólo en contra del derecho de autodeterminación de los hondureños, sino en contra de sus propios intereses.

La salida es muy simple: poner en el centro de la presión y de las gestiones el proceso electoral, en vez de seguir enfocando en la restitución de Zelaya. Con este cambio del enfoque, todos los problemas se vuelven manejables, incluyendo la situación de Manuel Zelaya. Y con este cambio de enfoque se justifica ejercer presión internacional, incluyendo -si fuera necesario y si hubiera acuerdo de las partes hondureñas- la presencia de tropas internacionales para garantizar que las elecciones se desarrollen en un clima de libertad y transparencia.

En cambio, cualquier intervención internacional para definir quien gobierne Honduras mientras tanto, es ilegítima e inútil.

(El Diario de Hoy)

martes, 29 de septiembre de 2009

Carta a Vladimir Ruiz, encargado de negocios de Venezuela


Estimado camarada Vladimir:


Felicito a usted, su presidente y su país por la valiente decisión de incorporar Venezuela a la familia centroamericana.

Lastimosamente esta nueva unión centroamericana-bolivariana no la hicieron público a tiempo. Sólo nos dimos cuenta cuando nuestro presidente Funes explicó la legalidad de la llegada a El Salvador del avión venezolano con Manuel Zelaya. Dijo Funes: “Ningún país centroamericano le puede negar a una nave centroamericana la autorización a que atterice, según un acuerdo vigente del SICA. Únicamente tiene que notificar quienes son los tripulantes de esa nave, y eso es lo que hizo el presidente Zelaya.”

Afortunadamente, usted mismo ya había aclarado, en una entrevista con William Meléndez el día 25 de septiembre, que “Venezuela ha sido solidaria. Nosotros prestamos a Zelaya un avión para su movilización, él arribó en El Salvador en una escala técnica.”

Lo que no dijo de un solo es que Venezuela ya es parte de Centroamérica, o al revés… Me imagino que quería dejar que los presidentes lo anunciaran en su momento. Tal vez usted puede convencer a su comandante Hugo Chávez que hagan pronto este anuncio. Porque de esta manera nos evitamos todos estos malentendidos de la intervención política venezolana en Centroamérica. Si ya son de la familia, se entiende el rol que juegan en Nicaragua, en Honduras apoyando a Zelaya, y que quieren asumir en El Salvador, junto con el FMLN.

Sólo digan la verdad, sin miedos, ¡y todo se aclarará!

Con saludos a su presidente, Paolo Lüers

(Más!)

lunes, 28 de septiembre de 2009

ARENA todavía está en cuidados intensivos

El problema de ARENA es que Freddy Cristiani es indispensable, pero no puede ser la solución. Y si en estos meses de transición no tiene mucho cuidado, puede, incluso, convertirse en obstáculo.

La derrota electoral ha metido a ARENA en una crisis de liderazgo. El liderazgo de Tony Saca era tan fuerte, su control del partido tan excluyente y en última instancia destructivo, que al final no hubo a quién echarle la culpa de la derrota, sólo a Saca. Era tan obvio que la responsabilidad para la estrategia equivocada - la selección del candidato, el manejo de las primarias, el nombramiento del vice, la definición de los temas de la campaña y de los ejes del ataque al FMLN - recaía sobre Tony Saca, que para salvar al partido era inevitable un golpe de Estado.

Irónicamente, a Tony Saca le costó el poder el exceso de poder. Una ARENA equilibrada, con un liderazgo representativo de la pluralidad dentro del partido, probablemente no hubiera perdido las elecciones; y si las pierde, seguramente hubiera podido sobrevivir la derrota sin mayores traumas, divisiones y revanchismos.

Sólo una dirección colegiada tiene la consistencia para amortiguar derrotas. Sólo una dirección realmente representativa resiste golpes sin peligro de división. Y sólo una dirección que ya trae en sus filas los relevos políticos y generacionales puede hacer transformaciones y redefiniciones importantes de manera rápida y sin necesidad de rupturas, golpes de estado y revanchismo.

Si la dirección de ARENA hubiera sido democrática, incluyente y plural, tampoco hubiera habido necesidad de obligar a su gran figura paternal - a don Freddy - a volver a asumir el mando. Bueno, pero esto es como decir: si mi abuela tuviera ruedas...

Mi abuela no es bicicleta - y ARENA no es un partido dirigido democráticamente -. Dicen que está cambiando, pero medio año es poco para transformar un partido, sobre todo estando en cuidados intensivos. Nadie está esperando milagros. Sin embargo, a esta altura ya tendría que ser mucho más claramente dibujado el rumbo de su transformación. Está bien que hayan cambiado el Coena, era inevitable, pero lastimosamente sustituyeron un Coena débil manipulado por Tony Saca por otro Coena que hasta ahora no ha mostrado que tenga personalidad, liderazgo, audacia e ideas nuevas.

Está bien que hayan llamado a figuras del pasado como Mauricio Sandoval y Mario Acosta a que les ayuden en la transición, pero siguen siendo figuras del pasado. Obviamente no serán ellos los que podrán restablecer la confianza en ARENA. Ellos, igual que los ex-presidentes, tienen que tener una función temporal, y sería bueno que todo el mundo, incluyendo ellos, lo entendieran así. Tienen que llevar en su etiqueta la fecha de vencimiento.

Lo que ARENA necesita es un relevo generacional. Y aunque en el nuevo Coena hay gente mucho más joven que en el anterior, están lejos de proyectar una ruptura, un relevo. No los proyectan porque no existen, ni en lo político-programático ni en lo generacional.

Un relevo generacional no sólo es un problema de edades. Es más bien un problema de cómo llegan los nuevos líderes. Para que sea relevo, no pueden llegar de la mano de los tatas. Tienen que irrumpir en la política y tomarse el partido, a fuerza de propuesta, iniciativa, ganas de trabajar y sed de reformas. No pueden llegar humilditos a ver qué oportunidades les dan. Tienen que llegar con la actitud arrogante de la juventud de !Apártense, ahora nos toca a nosotros!

Además, tiene que haber una visible ruptura con los amarres ideológicos de la generación anterior. Tiene que asumir el liderazgo, gente que ya no se siente condicionada ni limitada por los conflictos y debates del Siglo XX. Los nuevos liderazgos necesitan sentirse con el derecho de decir: ‘Ustedes hicieron la guerra e hicieron la paz, y es mucho lo que han logrado. Pero de ahí en adelante, nosotros vamos a arreglar y reformar el país, sin ninguna intención de, retrospectivamente ganar la guerra. La guerra era suya y nadie la ganó. Nosotros ya no estamos en esta lógica. Podemos discutir la privatización del Seguro Social y la concesión de los puertos, al mismo tiempo que la nacionalización del transporte público y la regulación de los precios de los medicamentos. Podemos realizar reformas que huelen a izquierda y al mismo tiempo fortalecer la empresa privada...’

Mientras no escuche en ARENA a dirigentes jóvenes hablando así, no puedo creer que este partido logrará perfilarse como alternativa cuando el FMLN se aliste a conquistar el segundo gobierno, el de ellos, el del “cambio verdadero”.

Si la Convención de ARENA, el próximo mes de octubre, no manda los señales necesarias y no marca el rumbo correcto, Freddy Cristiani le habrá salvado la vida al partido, pero una vida de vegetal que nunca saldrá de cuidados intensivos.

El 17 de junio de 2008, publiqué en este periódico una columna titulada: “ARENA es obsoleta”. Cito la conclusión de aquel artículo: “Tienen ante sí la siguiente disyuntiva: desmoronarse en el intento de asegurar el continuismo o convertirse en parte de una nueva fuerza con nuevos liderazgos, una nueva cultura política, nuevas formas de inclusión social y política. Si se inclinan hacia la segunda opción, pueden contar con amplios apoyos que ahora ni siquiera los pueden soñar. Sea para ganar las elecciones o sea para crear una fuerza capaz de asegurar, desde la oposición, la democracia del país.”

(El Diario de Hoy)

sábado, 26 de septiembre de 2009

Carta a Larry, el king derrotado de CNN

Dear Larry King:

Se terminó tu reinado, mejor andá a tu casa a descansar. It’s over. Tu carrera de 50 años terminó anoche, cuando entrevistaste a Hugo Chávez y te dio una gran revolcada. No hiciste otra cosa que prestar a Hugo Chávez, por media hora, la pantalla de CNN para decir lo que le dio la gana.

Y todo porque ya no sos periodista, sino un viejito cansado y prepotente que no se prepara antes de entrevistar. En periodismo, Larry, todavía es válida la regla: Si no estás preparado a enfrentar las respuestas, mejor no preguntés...

Anoche el king en CNN era Hugo Chávez, no vos. Te dejó el papel del tonto. El coronel estaba perfectamente preparado - y vos no. Se nota que de Venezuela y América Latina sólo has leído los titulares. No tenés idea de Venezuela y querés discutir con Chávez. Por eso la paliza de cantina...

¡Qué gusto le dio a Chávez desmontar al King de CNN! – y en las propias pantallas de lo que él siempre llama “la voz del imperio y de la mentira...”

¡Qué sonrisa de felicidad la de Hugo Chávez! Se tomó CNN - y no por asalto, sino porque una estrella senil le prestó las cámaras y los micrófonos sin ofrecer batalla...

Larry, con tus preguntas torpes y con tu total incapacidad de interrogarlo, lograste lo casi imposible: ¡Hacer que Hugo Chávez se vea coherente!

Para preguntar, primero hay que saber. Pero al gran King le vale un comino informarse antes de sentarse con Chávez. Como siempre, la mezcla de ignorancia con prepotencia, es peligrosa. Pero ya con senilidad, es fatal.

Go home, King, un coronel venezolano te hizo un golpe de estado.

Bye, Paolo Lüers

(Más!)

jueves, 24 de septiembre de 2009

Incertidumbre en Brasil

Si las cartas de los lectores a los diarios suelen ser un buen termómetro de la opinión pública, no cabe duda de que los brasileños se hallan como mínimo perplejos ante la actitud del Gobierno en el conflicto de Honduras, después de que la Embajada de Brasil en Tegucigalpa otorgara hospitalidad al presidente depuesto Manuel Zelaya. "Apoyo peligroso", titulaba su crónica, por ejemplo, Guilherme Luiz Leite en el diario O Globo. En el mismo diario, el analista político Merval Pereira se preguntaba si se está tratando de "una mediación o de una intervención".

En el Senado, que ultima el viaje de una comisión a Honduras, la discusión fue tan acalorada, incluso con insultos personales, que la sesión tuvo que ser interrumpida.

No sólo la oposición, sino también miembros de partidos aliados del Ejecutivo y hasta algún asesor de la Presidencia ven con preocupación el desarrollo de los acontecimientos en el país centroamericano. Existe el miedo de que la imagen de Brasil, una nación poco amiga de los conflictos, se vea dañada si se le cuelga la etiqueta de una actitud imperialista e intervencionista en los asuntos de otro país. Se teme, además, por la imagen misma del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, que continúa contando con un apoyo popular del 81%.

Es cierto, como subrayó la ministra de la Casa Civil, Dilma Rousseff, que es un deber sacrosanto de la democracia acoger en una Embajada a quien esté sometido a persecución política.

Pero ¿y si la situación en la Embajada de Brasil en Honduras se agravara y hubiera muertos? ¿Qué haría el Gobierno de Lula? La prensa brasileña destacaba ayer el hecho de que quienes han sitiado la sede diplomática están negando alimentos a los funcionarios brasileños.

¿Mediación?

Lo único que no desea Brasil es participar directa o indirectamente en algo que pueda llevar a una guerra civil en Honduras. Aunque nadie niega a Lula el derecho a mediar en el problema. Se trata de un político experto, con una buena imagen internacional. Lo que se preguntaban ayer algunos políticos es si es necesaria y oportuna una mediación brasileña, cuando sigue vivo el proyecto de mediación del ex presidente de Costa Rica, Óscar Arias, que había sido en cierto modo aceptado tanto por Zelaya como por el presidente golpista, Roberto Micheletti.

Sin duda, Brasil se juega mucho en este asunto. Si el conflicto acabara solucionándose positivamente, sin duda sería una baza más en el haber de la diplomacia de este país y en especial de su presidente. De lo contrario, podría suponer, sin embargo, un inútil retroceso.

(El País, Madrid)

Juanes: Estamos aquí por la gente joven de Cuba





El martes la radioemisora WXDJ 95.7 FM El Sol sacó al aire una grabación inédita de una fuerte discusión que Juanes tuvo horas antes del concierto con autoridades cubanas frente a los elevadores del vestíbulo del Hotel Nacional.

En la grabación se escucha a Juanes increpar a una persona no identificada y le reclama por la vigilancia a que siente sometido desde que llegó a la isla el viernes.

"¡Esto se acabó, nos vamos ya! Estamos muy molestos, muy molestos, muy molestos. Vinimos a cantar a la gente joven de Cuba y por eso estamos aquí. Pero hemos encontrado una barrera muy fuerte y ¡esto se acabó!'', se escuchó decir a Juanes.

Su interlocutor le responde que "ha sido muy difícil para nosotros recibirlos'', pero Juanes sigue manifestando su inconformidad.

"Acabo de darme cuenta de que la persona que me sirve el desayuno y maneja mi taxi se apareció en el concierto y ahora está allí detrás tomando notas'' añadió Juanes. "Y yo no voy a volver a mi habitación''.

Según conoció El Nuevo Herald, en ese momento Tañón puso fin a la discusión, tomando a Juanes por un brazo y apartándolo del lugar. Entonces le pidió que continuara el concierto por el compromiso con la juventud cubana.

(El Nuevo Herald, Miami)

Carta a don Luis

Estimado papa Luis:

así lo llaman mis hijas adoptadas, sus nietas. Usted me mandó una carta, preguntando porqué yo, a quien conoció como compañero de lucha de su hijo que murió asesinado por la PN, he cambiado tanto.

No he cambiado, papa Luis. Sigo siendo el mismo que luchó por la democracia, contra la represión, contra la censura. Pregunte a sus nietas y espero que le van a decir: “Ya no anda con bandera roja, pero es el mismo que adoptamos de papá cuando éramos chiquitas...”

Yo sé que usted no puede abandonar la bandera del Frente, porque sería como quitarle sentido a la muerte de su hijo que murió resistiendo torturas. Lo entiendo y respeto.

El padre Rogelio, hoy párroco de Perquín, dijo una frase hermosa en el último encuentro de veteranos de la guerrilla: “Al terminar la guerra nos costó años a aprender que no todos que estábamos de un lado éramos buenos, y no todos que estaban del otro lado eran malos...”

Para mi, don Luis, la paz significa que los buenos de los dos lados, los demócratas, los tolerantes, los que detestan el autoritarismo y aman la libertad, trabajemos juntos para construir el país que queremos.

Yo le aseguro, don Luis: No he cambiado. El país ha cambiado. La derecha y la izquierda han cambiado. Para ser fiel a sus ideales, uno ya no puede ser amigo de toda la izquierda y enemigo de toda la derecha. Ni mucho menos al revés...

Lo que yo escribo, aunque sea en los periódicos que usted llama ‘de derecha’, sigue motivado por el deseo de construir una izquierda democrática que reforme el país.

Su amigo u admirador Paolo Lüers

(Más!)

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Mystery in Honduran Leader’s Return

MEXICO CITY — He is the most wanted man in Honduras, with a face and black bushy mustache known to every soldier, police officer and border guard in the land. So as the political standoff in Honduras entered a surprising new chapter, the big question Tuesday was how in the world Manuel Zelaya, the deposed and exiled president, managed to sneak back into his country undetected.

In a car trunk? With the help of loyal soldiers? In a disguise? Under the protection of other countries? Every option was being considered and debated in Tegucigalpa, where the population is very much divided on Mr. Zelaya.

His unexpected appearance at the Brazilian Embassy on Monday certainly surprised the government that ousted him nearly three months ago and had vowed to arrest him on 18 charges if he dared return. After initially denying that Mr. Zelaya had come back, the government was forced to send soldiers and police officers on Tuesday to disperse thousands of Zelaya backers who defied a curfew and massed outside the embassy for a glimpse of their erstwhile leader.

That Mr. Zelaya wanted to return was no secret. He buzzed the capital in a small plane on July 4 and stepped several feet across the border later that month from Nicaragua, to the delight of his supporters. In both instances the Honduran military stopped him.

How he did so this time and, even more important, whether his presence will help resolve the standoff in his country, are the subject of fierce debate.

“Everyone has been working hard to reach a peaceful resolution to this crisis,” said a senior State Department official, when asked about Mr. Zelaya’s reappearance. “Zelaya’s return was unexpected, and for him to do this without consulting those parties certainly was not helpful. That said, it’s a reality and it could have the effect of forcing people to make decisions they have avoided making — or it could cause the situation to destabilize.”

Roberto Micheletti, the de facto president, promised not to storm the Brazilian Embassy, where Mr. Zelaya, in his trademark white cowboy hat, and dozens of friends and family members are now trapped. However, the government did cut off water, electricity and telephone service to the building.

But he appealed Tuesday to the international community for dialogue to resolve the crisis, which began June 28 when the military, the courts and the legislature decided that Mr. Zelaya had violated the law by scheming to extend his term beyond that allowed in the Constitution, and therefore had to go. But despite worldwide condemnation of Mr. Zelaya’s removal, Mr. Micheletti has refused to cede power. Elections are to be held Nov. 29 to choose a new president, but many countries have said they will not recognize the results and that Mr. Zelaya must be allowed to serve out his term.

From inside the Brazilian Embassy, Mr. Zelaya described his return to reporters as an arduous 15-hour slog that required trekking through the mountains and navigating back roads in buses, cars and trucks to get around military checkpoints. He said he was helped by a Honduran citizen, whom he refused to name.

“They didn’t realize when I entered,” Mr. Zelaya said on Honduran radio. “I mocked them.”

Various reports have emerged of Mr. Zelaya’s convoluted journey, which may have involved the help of other countries. After initially insisting that Mr. Zelaya was not in Honduras at all but was in a luxury hotel in Nicaragua, Mr. Micheletti said he had learned that the ousted leader had gone through various Central American countries, apparently in an effort to disguise his movements, before entering Honduras.

At the border town of El Amatillo, just across from El Salvador, a Honduran immigration agent working the evening that Mr. Zelaya entered the country said she did not see him. “But there are a lot of moutain passes where he could have crossed,” she said.

The Spanish newspaper El País, citing an unnamed Salvadoran official, reported that Mr. Zelaya was a passenger on a Venezuelan plane that landed without authorization on Sunday night in El Salvador. He was met, it said, by a car belonging to the Farabundo Martí National Liberation Front, the Salvadoran governing party. Both Venezuela and El Salvador have leftist governments sympathetic to Mr. Zelaya.

Where Mr. Zelaya went next, though, no one seemed to know.

The Honduran military denied that his return was a major security breach. “Military intelligence did not fail,” Adolfo Lionel Sevilla, the de facto defense minister, told El Heraldo, a Honduran daily newspaper. He added cryptically, “Everything can’t be publicized because it would create anxiety.”

One worry is that some members of the Honduran military loyal to Mr. Zelaya may have aided in his return. “There is a certain amount of concern among Hondurans about how Zelaya got into the country,” said Christopher Sabatini, editor of Americas Quarterly, a New York academic journal. “It’s hard to imagine that he could get in without some cooperation from the military. And Micheletti, in particular, has to be worried about whether he really has control over all his forces.”

One Venezuelan newspaper said Mr. Zelaya hid part of the time in a car trunk. Other accounts had him pulling up at the Brazilian Embassy in a vehicle with diplomatic plates that belonged to the Central American Parliament. Whether the Brazilians knew he was coming was a matter of debate.

The State Department official said the United States had been aware that Mr. Zelaya wanted to return to Honduras, because he had vowed to do exactly that during his last visit to Washington. But the official said the United States was caught unawares by Mr. Zelaya’s appearance at the Brazilian Embassy, since he was expected in New York this week to address the United Nations.

After tear gas was fired to disperse protesters and scores of curfew arrests were made Tuesday, the State Department official said the United States was deeply concerned about the de facto government’s actions. He said he had heard reports that the security forces had taken control of houses surrounding the embassy, prompting the United States to send “strong signals” to Mr. Micheletti that they expected the government “to respect the inviolability of diplomatic territory and personnel.”

(The New York Times. Marc Lacey reported from Mexico City, and Ginger Thompson from Chestertown, Md. Elisabeth Malkin contributed reporting from El Amatillo, Honduras.)

La incursión de Zelaya – a una embajada...

Hay poca información sobre el ingreso de Manuel Zelaya a Honduras, sobre su llegada a Tegucigalpa y sobre lo que está pasando en la embajada de Brasil. Y la poca información que teneos es confusa y contradictoria.

Una interrogante es sobre la ‘escala técnica’ de Zelaya en el aeropuerto de Comalapa en la noche antes de su ingreso a Honduras. Lo que sí sabemos es que en el aeropuerto se reunió con la dirección del FMLN; que el gobierno salvadoreño declaró no haber tenido ningún contacto con Zelaya, más allá de una llamada telefónica de la ex-canciller hondureña a al canciller salvadoreño, informándolo de la llegada de Zelaya a El Salvador. Sin embargo, la estatal CEPA facilitó a los dirigentes del partido FMLN la logística para su reunión privada con Zelaya, de la cual el presidente Funes dice que su gobierno no tenía participación ninguna.

Ni los dirigentes del FMLN ni el gobierno ni CEPA ni Migración han dado información sobre cómo Zelaya salió del aeropuerto. Si hubiera salido en avión, no hubiera ninguna razón de compartimentación. Por lo contrario: si el gobierno salvadoreño informa que Zelaya salió de Comalapa a otro país, el siguiente país tendría la papa caliente y tendrá que enfrentar la pregunta incómoda: ¿Cómo, dónde y con apoyo logístico y de seguridad de quién cruzó Zelaya la frontera hondureña?

Aquí en El Salvador hay instituciones que saben si Zelaya salió de Comalapa en avión o si salió en carro. Migración y Cepa saben si el avión que trajo a Zelaya a El Salvador, salió con él o sin él. También saben si salió o no del aeropuerto en un vehículo con placas nacionales, asignadas a la Asamblea Legislativa, o en un vehículo con placas del Parlamento Centroamericano, o en un carro particular. O tal vez en un vehículo asignado a la embajada de Venezuela, cuyo titular también estuvo en la reunión de Comalapa. Un hombre que según el gobierno salvadoreño sigue siendo jefe de Estado, no puede salir de nuestro aeropuerto como si fuera vendedor de agua de coco.

Entonces, preguntamos a los diputados Sigfrido Reyes, Nidia Díaz y y José Luis Merino, todos del FMLN: ¿Cómo salió Zelaya de Comalapa? ¿Se encargó o no el FMLN de movilizarlo a la frontera con Honduras y cruzarla ilegalmente?

Que yo sepa, también presidentes depuestos y sus comitivas tienen que pasar por migración para salir de El Salvador. Entonces, preguntamos a Migración: ¿De qué manera, en qué punto y con qué medio de transporte salió Manuel Zelaya de territorio salvadoreño? ¿O no existe record de su salida?

Hagamos un gran brinco, de una sola vez al día siguiente (lunes 21 de septiembre) y a Tegucigalpa, a la embajada de Brasil.

¿Cuál es el estatus de Manuel Zelaya en la embajada brasileña? Si Brasil le dio asilo político a Manuel Zelaya, o si le ofrecieron protección y refugio en su embajada, ¿tiene Brasil el derecho de permitir a Zelaya que convierta la embajada en el centro de una operación política? ¿Atenta Zelaya contra los intereses de Brasil celebrando en su embajada reuniones con el liderazgo de su movimiento político, planificando manifestaciones y acciones tendientes a provocar violencia? ¿O atenta Brasil contra el derecho internacional permitiéndolo a Zelaya?

Y si no se encuentra en la embajada en calidad de asilado, ¿en qué otra calidad se encuentra que le permita a hacer, desde el territorio extraterritorial de la embajada, discursos políticos a una multitud en la calle?

Entonces, preguntamos al gobierno de Brasil: ¿En que calidad se encuentra Zelaya en su embajada? ¿Jefe de Estado en visita de cortesía? ¿Perseguido político? Más bien: ¿En qué calidad que le permita usar la embajada como centro de operaciones contra los demás órganos del Estado, como el Congreso y la Corte Suprema?

Dudo que lo que está pasando en la embajada de Brasil corresponde a las normas de las relaciones diplomáticas.

Ultima pregunta: ¿El retorno de Zelaya a Tegucigalpa, y las acciones de algunos gobiernos y partidos políticos que lo facilitaron, realmente tienen de objetivo provocar el diálogo y una salida negociada en Honduras? ¿O se enmarcan en una estrategia de interrumpir el proceso electoral en Honduras, que muchos en Honduras ven como única salida pacífica e institucional de la crisis?

¿Y todo lo demás, la crisis hondureña, el país con dos presidentes? Que lo arreglen los hondureños entre ellos. Sin intervenciones.

(El Diario de Hoy)

martes, 22 de septiembre de 2009

Carta a Juanes, rockero colombiano

Hola, Juanes:

tu concierto ‘Paz sin fronteras’ en La Habana no fue ‘un regalo para los hermanos Castro’, como dicen algunos ultraderechistas en Miami y otros lados. Por lo contrario: Lograste abrir Cuba al mundo. Metiste a los jóvenes cubanos la idea de libertad...

Hablar en Cuba de ‘sin fronteras’ es revolucionario. Es un país que no deja viajar a su juventud.

Cantar en Cuba de ‘cambio’ es revolucionario. Es una sociedad donde todo está cimentado y controlado.

Dijiste en la Plaza de la Revolución: “No importa cómo pensamos cada uno, somos hermanos.” Esto atenta contra la filosofía oficial en Cuba, donde no hay pluralismo político ni libertad de expresión.

Los derechistas que te atacan no entienden nada. No entienden que lo más peligroso para el régimen cubano no es el boicot a la isla, sino que lo levanten y la isla se contagie de la música rebelde del rock, de las ideas de libertad, de la caída de muros y fronteras en el mundo...

Tu mensaje es tan fuerte que Telesur, la cadena internacional de Castro y Chávez, se sintió obligada a transmitir tu concierto. Según ellos, tu concierto en La Habana abre la mente del mundo hacia Cuba. Es al revés, tontos: Juanes abrió la mente de Cuba hacía el mundo.

Lo revolucionario del concierto no fue que el mundo tuvo oportunidad de escuchar a Silvio Rodríguez, sino que Cuba pudo ver a vos. Silvio no va cambiar el mundo, pero vos estás cambiando Cuba.


Saludos, Paolo Lüers

(Más!)

Moving Forward in Honduras


My country is in an unusual position this week. Former president Manuel Zelaya has surreptitiously returned to Honduras, still claiming to be the country's legitimate leader, despite the fact that a constitutional succession took place on June 28. Amid all of the claims that are likely to be made in coming days, the former president will not mention that the people of Honduras have moved on since the events of that day or that our citizens are looking forward to free, fair and transparent elections on Nov. 29.

The international community has wrongfully condemned the events of June 28 and mistakenly labeled our country as undemocratic. I must respectfully disagree. As the true story slowly emerges, there is a growing sense that what happened in Honduras that day was not without merit. On June 28, the Honduran Supreme Court issued an arrest warrant for Zelaya for his blatant violations of our constitution, which marked the end of his presidency. To this day, an overwhelming majority of Hondurans support the actions that ensured the respect of the rule of law in our country.

Underlying all the rhetoric about a military overthrow are facts. Simply put, coups do not leave civilians in control over the armed forces, as is the case in Honduras today. Neither do they allow the independent functioning of democratic institutions -- the courts, the attorney general's office, the electoral tribunal. Nor do they maintain a respect for the separation of powers. In Honduras, the judicial, legislative and executive branches are all fully functioning and led by civilian authorities.

Coups do not allow freedom of assembly, either. They do not guarantee freedom of the press, much less a respect for human rights. In Honduras, these freedoms remain intact and vibrant. And on Nov. 29 our country plans to hold the ultimate civic exercise of any democracy: a free and open presidential election.

Although much of the international community disagrees with our past actions, we can all agree on the necessity of ensuring Honduras's full commitment to the electoral process. Our citizens believe that the upcoming presidential election is the best way to guarantee peace and democracy. While the election will take place in little more than 60 days, the electoral process has been underway for some time. The election is being convened by an autonomous body, the Supreme Electoral Tribunal, whose magistrates were selected by Congress in early 2009 and ratified by then-President Zelaya. The autonomous body began the electoral process with presidential primary elections -- which were supervised by the Organization of American States -- in 2008 also during Zelaya's tenure. The upcoming election will include Honduras's first independent presidential candidate -- a rarity in all of Latin America.

The winner of the November election will take office as president of Honduras in January 2010. At that moment my transitional administration will cease, and the newly sworn-in president will hold all the authority vested to him by our country's constitution.

Our whole country -- whether members of political parties, youths, students or members of civil society, government, parental organizations or private businesses -- is committed to guaranteeing transparent elections. Voter turnout will be a constitutional expression of self-determination and a demonstration of national sovereignty. The Supreme Electoral Tribunal has invited independent observers from around the globe to observe our voting process. Our country is open to the world. All organizations -- churches, universities, think tanks, nongovernmental organizations -- that wish to witness firsthand this great exercise of self-determination and democracy are welcome.

We are, of course, disappointed with the position of the United States and the European Union, both longtime friends. We look forward to continuing dialogue with the United States, the European Union and the rest of the international community to prove our commitment to democracy and the Honduran people's love of freedom. Coercive action directed at our nation will only harm less fortunate Hondurans, whose hospitals, schools, roads and other institutions rely greatly on our friends' generous assistance, for which all of our citizens are immensely grateful.

I have said from the moment I was sworn in as president of Honduras that I do not intend to remain in office one second more than what our constitution mandates. On Jan. 27 I will hand over leadership responsibilities to the ninth president of our 27-year-old democracy. Such actions are in keeping with the desire of the majority of our people: the strengthening of our democracy.

(The writer is president of Honduras. The Washington Post)

El país inexistente

La república de Honduras ilustra la tragedia de ser un país pobre.

Uno cae en la tentación de hacerse algunas preguntas, tal vez ociosas, no se sabe. Preguntar, por ejemplo, si la nación centroamericana tuviera petróleo, ¿habría tomado el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero la decisión de prohibirles la entrada a España a los responsables del régimen de facto? Si la pequeña república de Honduras tuviera petróleo, persiste uno con la obsesión de las preguntas, ¿tomaría, acaso, Estados Unidos medidas tan drásticas como la de anularle la visa al Presidente (encargado) Roberto Micheletti, a un alto número de magistrados, a empresarios tradicionalmente vinculados con ese país, profesores, estudiantes y periodistas? ¿O de suspenderle al país de Morazán toda ayuda (siempre modesta), o de influir para que el FMI o el BID le suspendan los créditos? Sí, ser pobre es una doble desgracia. Se toman demasiado fácil las decisiones que afectan a una república sin dolientes.

Los países de la OEA, los de Unasur y de la Unión Europea, todos, de manera poco responsable y, desde luego, arbitraria, han decidido que ninguno de ellos reconocerá al Presidente que resulte triunfador en las elecciones de fin de año. De modo que el castigo por la destitución de Manuel Zelaya Rosales trascenderá a los directamente responsables, y el pueblo soberano de Honduras no tendrá ocasión de normalizar su proceso político mientras el reloj no vuelva atrás, y sean los hondureños los únicos que asuman las culpas de la crisis, se den golpes de pecho y le pidan perdón a quien pretendió alzarse con el poder, el latifundista revolucionario Manuel Zelaya.

Es algo demasiado absurdo, demasiado cómodo, demasiado inconsistente. Esto de condenar a un país a la inmovilidad carece de lógica, pero al mismo tiempo implica una gran "hipocresía democrática", esa adhesión a un orden institucional irrespetado y roto por el presidente Zelaya. Este violó la Constitución y desató una crisis irreversible al convocar a un referéndum no previsto, desafió todos los poderes del Estado y las instituciones, generando un proceso que probablemente hubiera podido tener solución si la OEA actúa como mediador y no como tercero en discordia.

El golpe de Estado que destituyó a Zelaya tuvo características no comunes en los golpes militares, como el de aquel grotesco 4 de febrero de 1992 en Venezuela. En Honduras, todos los poderes del Estado tomaron las decisiones pertinentes en defensa del orden constitucional. No fue un teniente coronel el que por su cuenta y riesgo lo envió al exilio. ¿Por qué no se toman en consideración los hechos y las causas de la crisis, sin cerrar los ojos ante las responsabilidades de Zelaya y de sus cofrades? ¿Por qué se persiste en los graves errores cometidos por el secretario general de la OEA y por los presidentes de la Alianza Bolivariana en la célebre cumbre de Managua, cuando optaron por las tácticas del ultimátum y de las amenazas guerreristas? Cuando el presidente de Costa Rica presentó un esquema de negociación, haciendo lo que la OEA no fue capaz de hacer, lo primero que se le ocurrió a los estrategas de la ALBA fue afirmar que era "una carta de Washington jugada por Oscar Arias". Pero en los hechos, los unos y los otros se dan la mano al cuestionar la salida electoral ya en curso.

¿No es absurdo, no es inaceptable, no es intervencionista negarle a un país que resuelva sus problemas de modo soberano? Con su peculiar manera de entender las cosas, el canciller Miguel Ángel Moratinos declaró que "España prohibirá la entrada a personalidades del Gobierno de facto de Honduras que impiden el retorno del orden constitucional en ese país". Palabras evidentemente vacías, complacientes, poco responsables. Cuando Zelaya alteró ese "orden", ¿dónde estaban los guardianes de la Constitución, y por qué tan celosos, sólo abogan por la Constitución del pequeño país, y cierran los ojos cuando sus intereses lo aconsejan? Esos ejercicios de hipocresía erosionan la política internacional. O hay consistencia o lo mejor es callar. Las acrobacias deben dejarse al circo.

Como el único interlocutor de los factores en conflicto, el presidente Oscar Arias conversó el miércoles 16 con cinco de los seis candidatos a la presidencia de la República, incluidos Elvin Santos, del Partido Liberal, (antiguo partido de Zelaya) y Porfirio Lobo del oposicionista Partido Nacional. Arias insiste en el Acuerdo de San José que implica el retorno de Zelaya al poder, con un gabinete de unidad.

Una solución improbable para una crisis agitada por intereses oscuros. Honduras, ¿un país inhabilitado? ¿Quién tiene competencia para cuestionar que los hondureños elijan a su presidente, prolongando la inestabilidad más allá de los cien o tantos días que restan del periodo, cortejando el caos y la guerra civil en América Central?

(El Nacional, Venezuela. El autor, director adjunto de El Nacional, fue canciller de Venezuela y participante de la iniciativa Contadora y de las negociaciones de paz para El Salvador)

Una extraña visita en la noche

El avión venezolano de Zelaya aterrizó sin permiso en El Salvador y fue multado con 30.000 dólares.

A las diez de la noche del domingo (ocho horas más en España), un avión de la fuerza aérea venezolana contactó con la torre de control del aeropuerto internacional de El Salvador y pidió autorización para aterrizar. "Se la negamos", explica un oficial salvadoreño, "porque su petición no estaba basada en ninguna de las situaciones de emergencia que contemplan los convenios internacionales". Aun así, la aeronave, procedente de Nicaragua, inició la maniobra de descenso al tiempo que una caravana de vehículos con matrícula oficial llegaba a la terminal de San Salvador. Para sorpresa del personal del aeropuerto, quien bajó del avión venezolano, seguido de un pequeño séquito, era nada más y nada menos que el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya.

De forma casi simultánea, de los oscuros vehículos oficiales que acababan de llegar al aeropuerto se fueron apeando dirigentes del partido que desde hace tres meses gobierna en El Salvador, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), con el diputado Sigfrido Reyes a la cabeza. Reyes, que además ostenta los cargos de vicepresidente de la Asamblea Legislativa y secretario de comunicaciones del FMLN, reconoció ayer a este periódico que estuvo durante un buen rato conversando con Zelaya sobre sus planes de regreso a Honduras. "Pero por el momento no le puedo dar muchos detalles", declaró anoche Reyes a este periódico, "sólo le puedo decir que el presidente Zelaya llegó en avión y se fue en avión...".

Lo más curioso es que, pese al apoyo explícito del FMLN, el avión que el presidente venezolano Hugo Chávez puso a disposición de Zelaya fue multado. "Tuvo que pagar 30.000 dólares", explica el oficial, "es lo que estipula la ley". Se cumplía así, de forma escrupulosa, la orden que el propio presidente de El Salvador había cursado a los dirigentes del FMLN. Los dirigentes de la antigua guerrilla salvadoreña disponían de la libertad -y hasta de la obligación moral- de apoyar a Zelaya en su regreso a Honduras, pero procurando no crearle un conflicto diplomático a El Salvador. Ante la insistencia de los periodistas, el presidente Funes contestó: "¿Que cómo entró a Honduras? ¿Por qué medios? ¿Quién le dio la autorización...? Yo lo ignoro".

Hasta que Zelaya decida contar los detalles de su regreso a Honduras, lo único cierto son las especulaciones. Se sabe que su avión salió de Nicaragua, hizo escala en San Salvador y ahí se perdió el rastro. ¿Hacia dónde fue? ¿Es posible que el avión militar venezolano entrara en territorio aéreo hondureño y aterrizara en una pista secreta? ¿Qué países estaban en el ajo de la operación? ¿Qué hará Micheletti para sobreponerse al tremendo ridículo de declarar que Zelaya estaba en una suite de un hotel de Managua cuando en realidad lo tenía dos calles más allá? Y el general en jefe del Ejército de Honduras, ¿qué papel va a asumir en la nueva situación, a cuál de los dos presidentes va a obedecer ahora?

San Salvador se convirtió anoche en el destino no deseado de los periodistas que, desde México, se dirigían en avión hacia Honduras. El presidente de facto, Roberto Micheletti, volvió a decretar el toque de queda y anunció el cierre de los aeropuertos de Honduras. De esta forma consigue, por el momento, que los informadores no entren en el país -nunca a los golpistas les gustaron ni la luz ni los taquígrafos, pero aún le queda la tarea más difícil: expulsar a Manuel Zelaya de la embajada de Brasil, en el mismísimo centro de Tegucigalpa, de donde lo sacaron los militares hace ahora 86 largos días, a punta de fusil y en pijama.

(El País, Madrid)

sábado, 19 de septiembre de 2009

A los diarios les gusta más dar noticias que ser noticia, y si algún día han de ser noticia, lo deseable es serlo por haber dado una gran exclusiva.

A los diarios les gusta más dar noticias que ser noticia, y si algún día han de ser noticia, lo deseable es serlo por haber dado una gran exclusiva. Me perdonarán los lectores esta digresión inicial, que en realidad no es sino una confesión de incomodidad: el tema que voy a tratar incide sobre un debate público-mediático muy enconado en el que no todo es juego limpio y en cuyo epicentro se ha encontrado EL PAÍS de una manera que puede erosionar su credibilidad. La tormenta comenzó el pasado miércoles, con la publicación en portada de un editorial titulado En la pendiente, en el que se criticaba muy duramente la política del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en materia económica. Este artículo editorial y algunas informaciones recientes han sido interpretados como un viraje en la línea editorial del diario y como una ruptura entre los medios del Grupo PRISA y el presidente del Gobierno.

Que un diario critique la política económica del Ejecutivo no debería ser noticia. Es lo normal en una democracia. Pero a raíz de ese editorial se ha propagado la idea de que esta posición no es fruto del convencimiento, de un análisis independiente y libre de sus periodistas, sino de una estrategia empresarial del Grupo PRISA frente a decisiones del Gobierno que considera lesivas. El pasado 13 de agosto, en plenas vacaciones estivales, un Consejo de Ministros extraordinario aprobó, en contra del criterio del Consejo de Estado, la regulación de la Televisión Digital Terrestre de pago mediante un real decreto ley, instrumento que la Constitución reserva para casos de "extraordinaria y urgente necesidad". El consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, publicó el día 21 de agosto un artículo titulado Un desatino en el que afirmaba que ese procedimiento constituía un abuso de poder. Cebrián no se oponía a la regulación de la TDT de pago, sino al procedimiento empleado, por considerar que favorecía a otro operador, Mediapro, con el que PRISA mantiene un largo litigio por los derechos del fútbol.

Que el máximo ejecutivo de un operador privado defienda sus intereses no debería ser tampoco noticia. Tiene todo el derecho a hacerlo. Pero la coincidencia entre la polémica sobre la TDT y la publicación del editorial crítico con el Gobierno ha propiciado que se instale en la opinión pública una sospecha que también ha hecho mella en los lectores. Algunos, como Joaquín Gasca Gil, J. M. Sala Franco, José Luis García Lorenzo o Pablo Requejo, se han dirigido a la Defensora para pedir explicaciones. Otros, como Javier Muñoz Álvarez, Enrique Casanova o Mariano García Pechuan, para comunicar, dolidos, que han dejado de serlo. Se consideran traicionados.

Pasa a la página siguiente

No forma parte de las atribuciones de la Defensora cuestionar la línea editorial del diario. Pero en la medida en que este editorial ha causado inquietud en algunos lectores y claro enfado en otros, le he pedido al director, Javier Moreno, que responda a sus inquietudes. Lo ha hecho extensamente, cosa que, dada la importancia del asunto, agradezco.

"No es cierto que se haya producido un viraje. La línea editorial de EL PAÍS no ha dado un giro de 180 grados a raíz de la aprobación de la TDT de pago a mediados de agosto. Ése es un relato que no encaja con los datos, que son siempre más tozudos que las opiniones. Y en este caso, los datos están a disposición de todos, en la hemeroteca del periódico, accesible a los lectores en elpais.com. Difícilmente un lector atento, que haya seguido con interés la cobertura de la crisis económica en EL PAÍS, habrá pasado por alto alguno de los titulares y editoriales que no encajan con la polémica que se trata de establecer, en mi opinión artificialmente".

"Sin ánimo de ser exhaustivo, citaré sólo tres: la primera que recuerdo fue el 4 de enero de 2008. Ese día EL PAÍS tituló a cuatro columnas en primera página: La economía acosa a los socialistas a sólo dos meses de las elecciones. El 25 de marzo pasado, también abriendo el periódico y a cinco columnas (lo máximo que permite el diseño), titulamos: El paro desborda al Gobierno a propósito de la cifra de paro conocida el día anterior, que por primera vez superaba los cuatro millones de desempleados; acompañaba a la información un editorial (Estado de alarma) que arrancaba en la primera página y en cuya primera frase se decía que la gestión del Ejecutivo en esta materia era "un rotundo fracaso". El 3 de agosto de 2008, el titular de la portada del suplemento Negocios tenía sólo tres palabras: Suspenso al Gobierno".

"No es ningún secreto que la decisión del Gobierno sobre la TDT ha merecido las críticas de EL PAÍS. También Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, editora del periódico, ha expresado su opinión negativa (y por tanto la de la empresa) en un artículo de opinión el pasado agosto. Así que resulta también difícil de sostener que el diario maneja una agenda oculta a sus lectores. ¿Resultan más duras, por emplear un calificativo usado por algunos de ellos, las informaciones y editoriales sobre Zapatero y la crisis a la vuelta del verano? Sin duda. ¿Responde esto a un deterioro objetivo y cuantificable de la situación económica (paro, déficit, titubeos sobre el alza de impuestos)? Sí, también sin duda. ¿Supone un giro copernicano (donde antes apoyábamos sin fisura ahora atacamos sin fundamento)? Rotundamente no, según los datos a disposición de todos en la hemeroteca. ¿Alguna de las informaciones objeto de la polémica son falsas o utilizan torticeramente los datos en los que se basa la información para engañar al lector? Nadie, ni siquiera los lectores más críticos, utiliza este argumento. EL PAÍS y el Grupo PRISA pueden juzgar con dureza una decisión concreta del Gobierno, pero ello no va a cambiar la cobertura general, ni en un sentido ni en otro. ¿Aceptarían los lectores a partir de ahora una visión más "amable" de la crisis que azota España sólo para evitar suspicacias? ¿Sería esto compatible con la misión y la obligación de un periódico independiente como EL PAÍS?".

"Finalmente, unas palabras en defensa del periodismo y de la dignidad de la Redacción y de todos los profesionales que hacen posible EL PAÍS. Yo soy el director y como tal, responsable último de sus informaciones y de la línea editorial, que se debate ampliamente en los consejos editoriales. Pero en este diario nadie escribe al dictado. Y algunos de los mecanismos de control que aseguran la calidad a los lectores (el Comité Profesional o la Defensora del Lector, que me ha pedido estas explicaciones) aún buscan parangón en el resto de la prensa española". Ésta es la explicación del director. Lo pernicioso de una situación como ésta es que ninguna decisión se libra de las suspicacias. Si un editorial es crítico, será interpretado como una presión o una venganza; si no lo es, como una concesión que espera recompensa. La frase con la que termina Ignacio Carbó del Moral su escrito a la Defensora me ha llevado a una reflexión que requería mucho más espacio. "Lamentablemente", dice, "sus únicos intereses no son mejores que los de cualquier otra empresa cuyo objetivo son las ganancias por encima de otros aspectos. Malos tiempos para el país y para EL PAÍS".

Cuando la sospecha se instaura en el ecosistema mediático, no sólo afecta a la credibilidad del medio que está bajo escrutinio, sino a la del periodismo en general. Y crea desafección. Alimenta un discurso según el cual, parece normal que un Gobierno, del signo que sea, quiera tener medios afines y utilice para ello los resortes del poder; y también, que los operadores respondan a este juego utilizando su influencia para defender sus intereses empresariales. El resultado de este discurso es una idea de efectos letales: la de que todos son iguales, los gobiernos y los medios. Demostrar lo contrario es, pues, un imperativo democrático.

(El País, Madrid. La autora es defensora del lector en El País, una instancia creada para defnder los derechos del lector)

Nacionalizar el fútbol

Dismayed by his country’s World Cup qualifying campaign, Bolivia’s soccer-loving president has suggested nationalising football may be the key to success.

President Evo Morales, an outspoken leftist and close ally of Venezuela’s Hugo Chavez, said state control could help the national team raise its game.

“We’re sorry about the performance of our team in the qualifiers. Until now (soccer) has been (controlled) by private, autonomous entities … but they aren’t getting results,” local newspapers quoted Morales as saying on Friday.

Morales, who often holds impromptu kickabouts with supporters or reporters, said soccer should be “nationalised to dignify (the national team)”.

Bolivia are second from bottom in the 10-team South American qualifying group for the 2010 World Cup in South Africa. They have won only three of 16 games despite their home advantage of playing in the high altitude of La Paz.

Morales has taken over tin smelters, natural gas fields and telecommunications operators but he gave no explanation of how football might be nationalised and the country’s soccer federation is already a non-profit organisation.

(Vea a Evo Morales en video hablando de la estatización del fútbol)

Carta a una futura política

Hola chica:

tenés 23 años, ya te graduaste. Estás metida en la juventud de uno de los partidos políticos del país. Hablás con la arrogancia propia de la juventud: ¡Apártense, venimos a arreglar el país!

Me llega. Ustedes me invitaron para darles una charla – y me dieron una lección y una gran sorpresa: Están listos para asumir el país. Entre los 40 jóvenes entre 21 y 25 que estaban con vos esta noche, hay suficiente talento, suficiente coraje, suficiente madera para una futura dirección de ANEP, para conducir un partido, para un futuro gabinete de lujo, para reformar al país...

Bueno, ni tan futuro. Te repito lo que les dije anoche: Hay un vacío de liderazgo, ¡llénenlo! Tómense los espacios que las generaciones que salimos de la guerra fría (y algunos de la guerra caliente) ya no podemos llenar. Hicimos bastante, pero ahora les toca a ustedes.

Los que han gobernado, los que ahora están gobernando, los que dirigen los partidos, representan el pasado. Todos. Pelean y mutuamente se obstruyen por pleitos del pasado. Ustedes no se preocupan de fantasmas, llámense privatización o nacionalización. Si el transporte público hay que nacionalizarlo, ustedes lo pueden hacer. Y si parte del Seguro Social hay que privatizarlo, ustedes lo pueden hacer igual...

Tómense el partido. Tómense los gremiales. Tómense el país. Sin convertirse en políticos. Sigan haciendo sus carreras, pero ya no permitan que las decisiones que afecten el futuro se tomen sin ustedes.

No esperen que pasen milagros y los partidos se recuperan de su crisis. El milagro y la recuperación son ustedes.

Saludos Paolo Lüers

(Más!)

viernes, 18 de septiembre de 2009

¿Es o no Chávez un paria?

Woman walking poster of Muammar Gaddafi

Tripoli has been given over to huge posters proclaiming 40 years of Gaddafi's rule. Photograph: Ammar Abd Rabbo/AFP/Getty Images

Libya launched a week of lavish events tonight celebrating Muammar Gaddafi's 40 years in power despite a near total boycott by western leaders signalling their distaste at the welcome home given to the man convicted of the Lockerbie bombing.

Thirty African presidents flew into a city draped in flags, posters and banners proclaiming the achievements of the "Great al-Fateh Revolution" on 1 September 1969 that overthrew the pro-western monarchy and paved the way for the Jamahiriya, the "state of the masses", in which power is meant to be held by thousands of "peoples' committees."

But other leaders – including most European heads of state – are avoiding the event, as the fallout from the release of the convicted Lockerbie bomber Abdelbaset al-Megrahi continued to contaminate relations. Diplomats revealed that Britain's ambassador to Libya, Sir Vincent Fean, has gone abroad and will not be joining envoys and VIPs at the gala events – another deliberate snub after a planned visit by the Duke of York was cancelled as the Lockerbie row erupted in Britain.

Yesterday Libyan officials reported that Megrahi's condition had worsened.

The centrepiece of the celebrations is an enormous stage constructed in Green Square overlooking the Mediterranean, Tripoli's main public space and the scene of many of Gaddafi's famously rambling speeches. The main streets of the capital have been cleaned up and decorated with green flags and giant posters of Gaddafi in flamboyant uniforms.

Banners vaunt Libya's "New Dawn" and the achievements of the revolution.

Because it is Ramadan, the Muslim month of fasting from dawn to dusk, events will be held only at night.

Italian air force jets – the equivalent of Britain's Red Arrows – will stage a display tomorrow, prompting comments about how things have changed since the US air force bombed the capital in 1986.

Other plans involve concerts of Arab and western music, a son et lumière spectacular at the Roman ruins of Leptis Magna and a heavily promoted enactment of key periods in the country's 5,000-year history – highlighting Phoenician trade, Roman civilisation and Arab learning.

Camels, horses, fireworks, hot air balloons and a brass band from Wales are just part of an extravagant lineup.

Libyan officials are dutifully exultant – though most ordinary people seem bemused rather than excited at the scale of the fuss. "Of course we love our leader," said Naji, a 32-year old driver who lives with his mother because he cannot afford to marry. "But this is a rich country with a lot of poor people."

Earlier, Presidents Robert Mugabe of Zimbabwe and Omar al-Bashir of Sudan – wanted for war crimes in Darfur – rubbed shoulders at an African Union summit called by Gaddafi, the organisation's current chairman.

And there was a reminder of the Libyan leader's taste for controversy when he told fellow leaders that Israel was "behind all of Africa's conflicts", including Darfur and Somalia. "As African brothers we must find solutions to stop the superpowers who are pillaging our continent," he urged them.

The Libyan regime seems keen to limit the damage done by the reception for Megrahi at Tripoli airport so it is thought unlikely he will appear in public.

Seif al-Islam al-Gaddafi, the leader's influential younger son, insisted that Megrahi had not been given a "hero's welcome". No official reception had been held to mark Megrahi's return and both Libyan and foreign media were barred from covering the event, he wrote in the International Herald Tribune.

But the boycott of the anniversary celebrations by western leaders sends its own stark message to a regime that had been relishing its emergence from isolation.

Silvio Berlusconi, Italy's prime minister, was in Tripoli for a few hours on Sunday, but left after opening the first stage of a new highway linking Tunisia to Egypt and which Rome is paying for in reparation for the horrors suffered by Libya when it was an Italian colony. Venezuela's Hugo Chavez is expected.

This article was amended on Tuesday 15 September 2009. A remark that Venezuela's President Hugo Chávez is a current contender for the "pariah" status Muammar Gaddafi held for so long was removed. "Pariah" was the wrong word; we did not intend to suggest that other countries have broken diplomatic relations with Venezuela: we meant to convey that Venezuela's president is regarded by some as a controversial figure.

(The Guardian, London)


Periódico británico The Guardian rectifica falsa acusación
que describe a Chávez como paria

El periódico británico The Guardian tuvo que retractarse el día de hoy de la falsa acusación que publicara recientemente Ian Black, editor de asuntos del Medio Oriente, en la cual catalogó al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, como “aspirante al título de paria que Gaddafi ha mantenido por bastante tiempo”.

Ian Black formuló este comentario, sin basamento alguno, en un artículo intitulado “Las sombras del Megrahi tiñen la gran celebración en Libia de los 40 años de Gaddafi (31 de agosto de 2009).

El Embajador de Venezuela en Londres, Samuel Moncada, se comunicó con el periódico The Guardian para exigirles una rectificación, y posteriormente Siobahin Butterworth, editora de la sección de lectores del Guardian, le informó al Embajador que su periódico “eliminó la citada oración de la página web, y agregó una nota a pie de página en donde se explica el cambio” y que señala lo siguiente: "Este artículo fue corregido el martes 15 de septiembre de 2009. Removimos un comentario que señalaba al presidente de Venezuela Hugo Chávez como
aspirante al título de "paria" que Gaddafi ha mantenido por bastante tiempo. "Paria" no era la palabra correcta; no fue nuestra intención sugerir que otros países han roto relaciones diplomáticas con Venezuela. Quisimos expresar que algunas personas consideran que el Presidente de Venezuela es una figura controversial".

Esta es la segunda vez que una publicación británica se retracta por versiones erradas en relación con Venezuela. El mes pasado The Economist se retractó de afirmaciones infundadas sobre una presunta participación de tropas militares venezolanas en Bolivia.

Al respecto, el embajador Moncada afirmó: “me complace saber que The Guardian se ha retractado de las falsas acusaciones que califican al presidente Chávez de paria. Desafortunadamente, han sido muchos los artículos de desinformación y manipulación en los medios británicos acerca de los avances en Venezuela. Razón por la cual siempre estaremos dispuestos a agotar todos los esfuerzos para contrarrestar dichas desinformaciones. Por encima de todo debe reportarse adecuada y honestamente para que sean los mismos lectores quienes lleguen a sus propias conclusiones”.


Prensa Embajada de Venezuela en Reino Unido e Irlanda del Norte / 18/09/2009


Cultura y maquinaria presidencial

La administración Funes ha transformado al ‘Consejo Nacional de Cultura’ (Concultura) en la ‘Secretaría de Cultura de la Presidencia de la República’.

Dice el decreto ejecutivo 8 (del 25 de junio de 2009), el cual da vida a la Secretaría de Cultura, en su articulo 13: “Se trasladan a la Presidencia de la República el personal y los bienes que forman parte del Patrimonio de Concultura”. O sea, se trasladan a control de Casa Presidencial museos, sitios arqueológicos, bibliotecas, teatros, casas de cultura, orquesta sinfónica, el CENAR, la Escuela Nacional de Danza, la Compañía Nacional de Danza... ¡hasta los animales del zoológico!

Según un comunicado oficial de la presidencia, “con este cambio, el gobierno del presidente Funes eleva el rango que tenía Concultura y proyecta un apoyo más decisivo a las distintas expresiones de la cultura salvadoreña.”

De una entidad del Estado, la autoridad cultural se ha convertido en una herramienta del ejecutivo, mejor dicho de Casa Presidencial. Esto tiene todo el sentido del mundo en el caso de la Secretaría de Comunicación o de la Secretaría Técnica. Son, por definición, herramientas de trabajo de la presidencia. La Secretaría de Comunicación no es responsable de las comunicaciones del Estado, mucho menos de la sociedad en general; ni siquiera del ejecutivo. Es -y tiene que ser- la unidad que maneja las comunicaciones de Casa Presidencial, siguiendo el lineamiento directo y sirviendo los intereses políticos del presidente.

Así la Secretaría Técnica: Es el instrumento, mediante el cual el presidente coordina al ejecutivo. El presidente es el jefe del ejecutivo, y su secretario técnico es su gerente. Un presidente siempre necesita, a su plena disposición, a su secretario privado, a su secretario de comunicación y a su secretario técnico.

Pero la cultura es otra cosa. Concultura, por lo menos en teoría, no tenía la función de ejecutar las ideas culturales del presidente de la República. Es el Estado, es la sociedad en general que necesitan una entidad que administre sus instituciones culturales, sus museos, sus teatros, sus casas de cultura; que genere políticas culturales y que fomente los procesos creativos. Los artistas, investigadores, promotores culturales, que trabajan en las distintas instituciones coordinadas por Concultura (y hoy por la nueva Secretaría), asumen funciones del Estado, no del gobierno, mucho menos de la presidencia. Yo no sé si Concultura realmente fue una institución plural, donde no importaban las afiliaciones partidarias. Pero transformándose en Secretaría de Cultura de la Presidencia ciertamente no va en dirección de más pluralidad y menos politización. Para fomentar la pluralidad, la inclusión de todas las expresiones culturales y artísticas, había que fortalecer la autonomía de la institución, en vez de supeditarla a las lógicas del aparato político de Casa Presidencial.

Significa una gran diferencia si, por ejemplo, las casas de cultura en los municipios, se proyectan como instituciones plurales y abiertas, o como instrumentos dentro de una secretaría de la presidencia que tiene por misión “propiciar un cambio cultural” (artículo 13 del decreto ejecutivo que da vida a la Secretaría de Cultura). ¿Qué lugar y qué apoyo tendrán, entonces, los artistas que no buscan ‘un cambio cultural’?

Hay consenso: Era necesario sacar a Concultura del Ministerio de Educación - pero para darle más autonomía. Lo que la cultura y las artes necesitan es exactamente lo contrario de lo que les recetó el gobierno Funes: Se necesita crear una entidad cultural autónoma, con un estatus de autonomía parecido al que gozan las universidades públicas, supervisada por una junta directiva con amplia participación de la sociedad civil, de los sectores creativos, de las universidades, etc.

Por cierto, lo mismo es cierto para los medios de comunicación estatales: En vez de darles autonomía, el presidente Funes los concentró en la Secretaría de Comunicación de la Presidencia, con el grave peligro de convertirlos en instrumentos políticos y de propaganda del gobierno de turno.

Lo preocupante es que todo esto está pasando sin debate público. Hace falta un debate público y profundo sobre la relación Estado-gobierno. Secretarías como la de Cultura, la de Inclusión Social (donde se fusionan las antiguas Secretarías de Juventud y Familia), no deberían ser instrumentos de la presidencia. El gobierno ‘del cambio’ no sólo reproduce las mismas prácticas erróneas del gobierno anterior (que de manera sinvergüenza usó la Secretaría de Juventud para fines políticos y partidarios), sino las extiende a otros campos: cultura, medios estatales, y.... planificación. Porque también la nueva Secretaría de Asuntos Estratégicos nace con el mismo defecto: nace como instrumento político de la presidencia, no del Estado, no de la sociedad. Sobre su creación, que teóricamente tiene mucho sentido, pesa el pecado original de la muerte violenta de la Comisión Nacional de Desarrollo (CND) a manos del gobierno Funes. La CND sí era autónoma y plural, pero tuvo que ceder sus funciones a una secretaría de la presidencia. Mala señal, igual que en el caso de cultura...

Urge un debate de la sociedad sobre estos cambios donde el estado pierde y el ejecutivo, mejor dicho la presidencia, gana control.

(El Diario de Hoy/Observador)

jueves, 17 de septiembre de 2009

Carta a Manuel Melgar, ministro de Seguridad

Estimado Manuel:

Si quieres hacer algo para ayudar al presidente (y de paso al país), ¡renunciá! Tenés que ahuecar y dejar que alguien con más capacidad y más liderazgo tome el mando.

No podemos seguir teniendo un vacío de poder en la cúpula de seguridad. La falta de mando en Seguridad y PNC es inmediatamente aprovechada por los delincuentes.

Vos puedes tener buenas intenciones, aunque tampoco las conocemos, porque no has tenido la capacidad de formularlas. Pero este volado no es de buenas intenciones. Para combatir al crimen, hace falta liderazgo y mando... ¡y un plan! Líneas claras que cada policía puede entender. Y cada ciudadano también. Necesitamos al frente de Seguridad alguien a quien los delincuentes tengan miedo y los ciudadanos tengamos confianza.

Tengo claro que no es tan chiche que te sustituyan, porque tu cargo es parte de la cuota del FMLN en el gobierno. Ahí hay dos posibilidades: Una que asuma alguien del Frente, pero alguien con capacidad de estratega y con vos de mando. Y que a partir de ahí el Frente se haga responsable de conducir este combate. Con todas las consecuencias.

O la otra: que den chance a Henry Campos, tu viceministro, en vez de seguir la batalla perdida de meterlo como Fiscal General.

El problema ahora es que en el tema de Seguridad, el Frente no hace, pero tampoco deja que otros asuman.

Vos puedes cortar este nudo con un tajo: renunciar y obligar a Funes y al FMLN a ponerse claro con Seguridad...

Te saluda Paolo Lüers

(Mas!)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

"Ahora corren tiempos muy peligrosos para los periodistas"

El afamado periodista norteamericano Jon Lee Anderson ofreció ayer una conferencia en la Casa de Cultura de Chiclana en la que expuso los riesgos de la profesión en países latinoamericanos. Esta charla se enmarca dentro del I Curso Internacional de Libertad de Expresión que se celebra en esa localidad, organizado por la Facultad de Periodismo de la Universidad de Sevilla y la Asociación de la Prensa de Cádiz.

Jon Lee Anderson comenzó su disertación con una frase que resumía la inseguridad de la profesión periodística en países latinoamericanos: "Ahora corren tiempos muy peligrosos para los periodistas". Antes, Rafael Navas, director de Diario de Cádiz, ilustró sobre la trayectoria de este escritor y reportero especializado en cubrir noticias en zonas de conflicto, quien posee un impresionante currículum. Entre sus libros se encuentran La Tumba del León: Partes de Guerra de Afganistán, La Caída de Bagdad (por el que recibió el Premio Reporteros del Mundo 2005), Inside the Liga y Che Guevara: Una vida revolucionaria, una de las biografías más importantes de Ernesto Guevara.

Anderson dijo que los países iberoamericanos padecen actualmente de "una carencia de estado de derecho. Ahora en estas naciones no hay dictaduras como hace 25 años, ni apenas guerrillas, pero a cambio hay mafias del narcotráfico que se han extendido por todo el hemisferio". Contó que hace dos décadas los periodistas morían en países como El Salvador a manos de los agentes de la seguridad del gobierno, mientras que ahora son los pandilleros, criminales o los protectores dentro del orden público los que matan".

Relató la fatalidad de tres compañeros y amigos periodistas en los tres últimos meses. Uno de ellos canadiense, "obligado en Irán a confesar asesinatos que no cometió"; la muerte de otro periodista del New York Times, "asesinado en el acto", y Christian Poveda, asesinado el pasado 2 de septiembre en una zona rural cerca de la colonia La Campanera, en El Salvador, la misma en la que durante 16 meses compartió con pandilleros de la Mara-18, protagonistas de su documental La vida loca.

El conferenciante criticó el abuso de poder en países como Venezuela, Colombia, El Salvador y otros estados del entorno, donde sus gobernantes tratan de controlar a la prensa a toda costa y donde apenas existen periodistas opositores al poder, salvo excepciones. "Esos dirigentes argumentan que los medios opositores son privados y al servicio de potencias extranjeras y que lo único que buscan son prebendas y lucro ", dijo.

Finalmente, Anderson mostró su preocupación por la tendencia política de esos países y la inseguridad del ejercicio de la profesión periodística en el hemisferio latinoamericano.

Por otro lado, hoy continúa el Curso de Libertad de Expresión que se desarrolla en el Museo Taurino de Chiclana, donde intervendrán profesores de facultades de periodismo de Andalucía.

(El Diario de Cádiz)




Estimado director de El Diario de Cádiz:

Me refiero a un artículo publicado en su medio el 15 de septiembre:
http://www.diariodecadiz.es/article/provincia/514922/quotahora/corren/tiempos/muy/peligrosos/para/los/periodistasquot.html

Soy periodista en El Salvador y opositor. Escribo publico todos los días críticas al gobierno. Es absurda la afirmación que en El Salvador "los gobernantes tratan de controlar la prensa a toda costa” y que “apenas existen periodistas opositores". No puedo creer que Anderson haya dicho semajante estupidez. En El Salvador hay democracia, periodismo libre y oposición. Que yo no estoy a favor del gobierno es otra cosa.


Paolo Luers, columnista de El Diario de Hoy, El Salvador.

martes, 15 de septiembre de 2009

Carta a un colega periodista:

Estimado amigo:

Por favor, ¡dime que es un chambre mal intencionado lo que cuentan de vos! No puedo creer que dejas el periodismo para convertirte en el ‘segundo’ de la embajada den Washington!

Esto lo ha inventado alguien que quiere joder al presidente, alguien que quiere crear la impresión que este gobierno, así como el anterior, está llenando sus embajadas con primos y cheros. O hijos y sobrinos, en este caso, ya que tu papá es miembro del gabinete Funes y tu tío fue nombrado para representar a El Salvador en el Banco Interamericano de Desarrollo BID.

¡Qué invento mas malévolo! Por suerte nadie lo va a creer. ¿Quién cree que vos, que prácticamente estás dirigiendo un periódico, vas a preferir un cargo en una embajada, para aguantar que todo el mundo se burla de vos porque sabe cómo legaste ahí...

En cambio, nadie pudo dudar de cómo llegaste a la jefatura en el periódico. Llegaste a pesar de tu familia, y por esto todo el mundo te respetaba...

Así que, por favor, ¡dinos que todo es chambre!

Tu colega Paolo Lüers

(Más!)