Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 21 enero 2021
Estimada amiga:
Es un honor y una gran oportunidad para El Salvador que vos estés entre los 10 finalistas para el cargo de Secretaria General de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Todo el país debería apoyar tu candidatura, porque con vos en este cargo tendríamos en el organismo continental una comprometida aliada para defender los Derechos Humanos y el Estado de Derecho – en tiempos que está en peligro.
Es obvio que no tendrás apoyo del gobierno salvadoreño, porque no quiere una CIDH que le pida cuentas en materia de Derechos Humanos. Es obvio también que la canciller Alejandra Hill, valiéndose de su amistad con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, intentará de bloquear tu candidatura. Pero el secretario general de la OEA, quien en última instancia tendrá que ratificar el nombramiento en este cargo, actuará tomando en cuenta la opinión de todos los países miembros, y en especial del nuevo gobierno en Estados Unidos. La mayoría de los países de América Latina y el Caribe, y ciertamente la administración Joe Biden, quieren que la CIDH cumpla su rol de vigilar los Derechos Humanos, sea quien sea quien los viole.
Para asegurar esto, sos la persona idónea. Lo has probado en toda tu trayectoria. Yo te conocí en el 1986, cuando estabas organizando en la Universidad de El Salvador el monitoreo de los abusos de poder. A tu muy temprana edad estabas apoyando y luego integrando la Comisión de Derechos Humanos – no la de Duarte, sino la independiente, la que siempre fue blanco de ataques y hasta asesinatos.
Dicen que tu debilidad es que no sos abogada. Yo digo lo contrario: Tu gran plus es que por décadas has trabajado en la práctica de la defensa de los derechos de los perseguidos, de las mujeres, de los desplazados internos y de los migrantes. Desde la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador; como cónsul en Estados Unidos; como investigadora, periodista y editorialista; como activista de Cristosal. Tenés estrechos contactos con los sectores débiles, que necesitan que sus derechos sean defendidos, no sólo en El Salvador sino en toda la región. Gozas del respeto de las personas y las organizaciones que en las Américas trabajan para defender los Derechos Humanos.
Puedo afirmar que tu fuerte compromiso con los débiles nunca te ha llevado a actitudes fanáticas, dogmáticas, sectarias, de resentimiento o de venganza. Por lo contrario, sos mujer de diálogo, de tolerancia y de la búsqueda de soluciones. Es precisamente lo que necesita la CIDH.
No siempre he estado de acuerdo con tus opiniones, pero nunca dudé de tu honestidad y de tus principios. Te deseo suerte en tu candidatura. Llamo a la comunidad académica y de Derechos Humanos del país a cerrar filas y expresar su apoyo a la candidatura de Celia Medrano.
Saludos,