Nadie en la Policía Nacional Civil, ni en la Fiscalía ha escuchado ni
siquiera rumores, mucho menos información digna de investigar, sobre
grupos de pandilleros siendo entrenados por los Zetas en el cerro de
Guazapa. En los pueblos colindantes con el cerro, nadie ha escuchado
denuncias sobre campos de entrenamiento militar o sobre movimientos de
armados extraños; ni siquiera los que conocen el cerro como su patio
trasero y saben todo lo que ahí pasa, los excombatientes guerrilleros
asentados en sus faldas en los municipios de Suchitoto y Guazapa. Pero
un periodista residente en Washington, quien durante el año 2012 sólo
pasó por El Salvador dos veces por menos de una semana en cada visita,
revela al mundo que en el cerro de Guazapa los narcos mexicanos de los
Zetas están dando entrenamiento militar a pandilleros salvadoreños de la
Mara Salvatrucha..
Esto sería simplemente risible, si la organización
para la que el periodista trabaja no fuera ligada al aparato de
"National Security" de Estados Unidos, y si las conclusiones más
descabelladas de su informe sobre "Las pandillas salvadoreñas y el
crimen organizado transnacional" no hubieran sido reproducidas, sin el
más mínimo esfuerzo de verificación, por El Diario de Hoy (edición de
lunes 4 de marzo, paginas 2-5). Para mi en particular esta novela no es
risible, porque su autor Douglas Farah es un respetado reportero, quien
ha sido amigo mío desde los días de la guerra salvadoreña, cuando nos
encontramos en San Salvador y en Morazán - él trabajando para medios
internacionales, yo para el Sistema Radio Venceremos. Un colega capaz y
buen investigador...
Al principio de la tregua, en junio 2012,
Douglas Farah publicó en Washington un informe (The Transformation of El
Salvador's Gangs into Political Actors), que aquí ha servido de arsenal
inagotable de municiones para todos los detractores de la tregua.
Estaba basado en una visita corta que Farah había hecho a invitación de
El Faro. Sostuvo la tesis que con la tregua las pandillas buscaban
convertirse en actores políticos, sin abandonar sus actividades
criminales, sino más bien consolidarse como crimen organizado a un nivel
más alto de organización, sofisticación e influencia política.
Yo
critiqué este informe, señalando que sus conclusiones no estaban
basadas en hechos o datos verificables, sino más bien en especulaciones.
Lo critiqué en una nota publicada en este periódico y también en
correspondencia privada con mi amigo Farah. Lo reté a regresar a El
Salvador, hablar con los protagonistas del proceso de tregua para poner a
prueba sus conclusiones. Le ofrecí todo el apoyo posible para este
trabajo. De hecho, Douglas regresó a El Salvador a finales de 2012, y le
hice los contactos necesarios para poder hablar con muchas de las
personas claves de la tregua. Personalmente lo llevé a Ciudad Barrios al
penal donde están recluidos los líderes de la MS. Ellos, por cierto, no
querían hablar con él, porque habían leído su informe y el uso
propagandístico que le estaban haciendo en El Salvador. Así que antes de
llevar a Farah a Ciudad Barrios, tuve que convencer a los voceros de la
MS que lo recibieran y hablaran con él. Al fin hablaron por no menos de
5 horas de un debate intenso y muy franco. Y cuando nos montamos en el
carro para regresar a San Salvador, Douglas me dijo: "Gracias por
facilitarme el acceso a una discusión tan franca e interesante. Tienes
razón, viéndola cerca la cosa se ve muy distinta. Estos chavos me
sorprendieron, realmente van en serio".
El lunes pasado, cuando
llegué a Ciudad Barrios con un grupo de teatro que prepara la
presentación de una obra en este penal, los pandilleros me reclamaron:
"Mirá lo que escribió este tu amigo. Nos engañó. Vino para producir para
dar al gobierno gringo la justificación para declararnos organización
terrorista. Quieren obligar al gobierno de El Salvador que regrese a la
estrategia contrainsurgente que ellos trajeron de Vietnam, con la cual
fracasaron en la guerra aquí, y que ahora insisten que se aplique para
resolver un problema de delincuencia que tiene raíces sociales. Mano
dura y mano amiga. Represión y prevención. Pero no se trata de prevenir
la pobreza, sino prevenir que la comunidad mantenga vínculos con
nosotros. Quitarle el agua al pez, ¿te suena familiar, vos que estuviste
en la guerra?"
Con esto queda confirmado que Douglas Farah tiene
la razón por lo menos con una tesis: que los líderes de las pandillas
salvadoreños han alcanzado un nivel sorprendentemente alto de análisis y
discurso político. Sólo que para Douglas, viendo nuestro país desde la
óptica del "National Security" de Estados Unidos, esto no es una muestra
del grado de reflexión que los pandilleros tienen sobre su situación,
sobre su conflicto con la sociedad y sobre la necesidad de buscar una
salida pacífica. Para él es simplemente una muestra que confirma que los
pandilleros están siendo entrenados para incursionar en la política. Es
absurdo: El proceso de aprendizaje, reflexión y comprensión que
evidentemente viven los pandilleros desde que se metieron al proyecto de
desarmar el monstruo de violencia endémica que ellos mismo crearon, se
convierte en otro argumento contra ellos...
El informe de
inteligencia de Douglas Farah está lleno de distorsiones, especulaciones
e incluso inventos, ninguno de ellos respaldado por fuentes
identificables y fidedignas. Sólo voy a mencionar las más atrevidas
afirmaciones que hace Farah, según basadas en pláticas con pandilleros.
Pero resulta que yo conozco la mayoría de las fuentes que Douglas Farah
ha entrevistado, y los únicos que le pueden haber vendido estos inventos
son pandilleros retirados, quienes a lo mejor están dispuestos a decir
cualquier cosa con tal de quedar bien con quienes les prometen ayudarles
en su reinserción personal.
El cuento del Náhuatl. Es el cuento
que El Diario de Hoy agarró para titular su resumen del 'informe' de
Douglas Farah, como si fuera noticia: "Maras aprenden náhuatl". Dice
Farah que un pandillero le ha contado que la MS está capacitando a
algunos miembros en el idioma Náhuatl para burlar la intervención
telefónica. Aunque fuera cierto, ¿y qué? Todo el mundo está viendo cómo
protegerse de los múltiples centros de escucha telefónica que operan en
el país.
El cuento de las armas. Son dos cuentos separados. Uno
que las pandillas compran armas nuevas con el dinero que el gobierno,
según Farah, les paga para entregar armas viejas. Sólo que el gobierno
no ha pagado ni un centavo para facilitar entrega de armas. El otro
cuento trata de involucrar a los pandilleros en el negocio de militares
que trafican con armas robadas. Sólo que para esto tampoco existe ningún
indicio. Incluso mete a las FARC de Colombia en el cuento. Las FARC
como clientes de la MS para comprar cohetes LOW... Es lo más ridículo
que uno puede publicar. Las FARC tienen acceso a las bodegas de la
Fuerza Armada Bolivariana de Venezuela - ¿y vienen a Usulután a comprar
armas en una operación que involucra un conjunto de actores tan
homogéneo como este: ex-combatientes del Partido Comunista salvadoreño,
oficiales de la Fuerza Armada, y pandilleros. Si esto no es ficción, no
sé qué es. Pero estoy seguro que periodismo no es. Tampoco es
investigación.
Pero Douglas Farah es un investigador de verdad, lo
ha mostrado durante toda su carrera. Guarda memoria de la ética del
reportero. Por esto cuando Douglas Farah redactó su 'informe', concebido
obviamente para dar sustento y legitimidad a la decisión del gobierno
de Estados Unidos de incluir a la Mara Salvatrucha en su lista de
'Organizaciones Criminales Transnacionales' que constituyen amenaza para
la seguridad nacional de Estados Unidos, tuvo que incluir algunos
elementos que contradicen o relativizan las tesis del aparato de
'National Security' de Washington. Leamos este párrafo: "La evidencia
más clara de que aún no existe una relación sólida entre las pandillas y
las Organizaciones Criminales Transnacionales es la profunda pobreza en
la cual vive la amplia mayoría de los pandilleros. Como yo pasé tiempo
en varios de sus comunidades (tanto de la MS-13 como del Barrio 18),
para mi es evidente que los pandilleros y sus familias derivan de sus
actividades criminales poco más que la subsistencia, y ciertamente no
suficiente para una vida opulenta".
Correcto. Y esto es tan
evidente que un reportero de la trayectoria de Farah no pudo obviarlo en
su 'informe'. Luego concluye que ahora, con la tregua, todo esto va a
cambiar y las pandillas se van a asociar con los carteles
transnacionales del crimen organizado, van a comprar armas sofisticadas,
van a incursionar la política, van a intervenir en las futuras
elecciones... Es como leer un horóscopo.
Entonces, ¿qué parte del
'informe' de Farah vamos a creer? ¿La parte que observó con sus propios
ojos (que los pandilleros no tienen vinculación con las mafias) - o la
parte especulativa (que en el futuro la tendrán)?
Sigamos con la
lista de inventos que Douglas Farah incluyó en su 'informe', sin ni
siquiera intentar de corroborarlos. Ya habíamos hablado de los campos de
entrenamiento de las Zetas en Guazapa y de los negocios de armas entre
las FARC, la MS, los comunistas residentes en Usulután y oficiales del
ejército salvadoreño. Pero hay más cuentos...
El cuento de las
"zonas de paz, donde las pandillas tendrán control político sustancial y
no habrá presencia policial ni militar". Sólo que nadie en este país es
suficiente loco para discutir o planificar esto. La PNC no se está
retirando de ninguno de los municipios donde se firmaron pactos locales
para conjuntamente erradicar la violencia, ni ha dejado de operar y
efectuar capturas en estos lugares.
El cuento del 'poder
político' que adquieren las pandillas mediante la tregua, con el peligro
que lo usen para "vender su considerable bloque de votos (de sus
miembros, sus familiares y las comunidades que controlan) a políticos
que luego promueven la agenda de los pandilleros..." Farah especula que
la capacidad de las pandillas de influenciar la política "está
aumentándose rápidamente". ¿Cómo lo mide? ¿Y cómo es posible que un
reportero tan experimentado como Farah no menciona que en los últimos 10
años no ha habido elecciones donde políticos de ambos partidos grandes
no hayan ido a la cárceles para ofrecerles concesiones a los pandilleros
en cambio de votos. Lo han hecho funcionarios de los gobiernos tanto de
Elías Antonio Saca como del FMLN. Un contingente social tan grande como
el que representan las pandillas obviamente tiene cierto poder
electoral, con o sin tregua. Así como lo tienen los buseros, los
vendedores informales y los sindicatos. Y los gobiernos de Saca y del
Frente no han dudado en ofrecerles pactos para atraer sus votos y su
apoyo como grupos de choque en las campañas callejeras.
Podría
agregar docenas de otros cuentos que usó Farah, sin corroboración
ninguna, para llegar a sus conclusiones y sustentar la decisión de
Washington de intervenir en el proceso interno salvadoreño declarando la
Mara Salvatrucha 'Organización Criminal Transnacional' - justo cuando
esta pandilla, por lo menos en El Salvador, se encuentra comprometida
con un proceso inédito de reducción de la violencia y plantea su
reinserción a la sociedad. Pero no quiero abusar más del espacio en este
periódico, aunque al 'informe' de Farah le concedieron 4 páginas
enteras.
Conclusión: Este informe es un intento más de
desacreditar la tregua. Pero ojo, este intento proviene de esferas
conectadas con el submundo de
inteligencia-contrainteligencia-desinformación de Estados Unidos.
Tal
vez al fin tiene razón el Diablito de Hollywood de la MS cuando dice
que está viva y coliando la vieja y fracasada doctrina de
contrainsurgencia...
(El Diario de Hoy)