Ayer viernes te vimos hablar en la central de la Organización Americana de Estados en Washington. No te pudimos ver y escuchar en la reunión del Consejo Permanente, porque todos los aliados de Venezuela (¡incluyendo El Salvador!) votaron en contra de que tú, como representante de la oposición venezolana, pudieras usar este foro para hablar del fin de la democracia en tu país.
No te dejaron hablar. Te tuvieron miedo -
y a la verdad. ¡Pero qué tontos, aparte de cobardes!: Luego de la censura, tu
vos se escuchó aún mucho más fuerte, cuando luego de la vergonzosa decisión de
los 22 gobiernos (aliados o dependientes de Venezuela) que hoy en día hacen la
mayoría en la OEA, te dirigiste al mundo en una conferencia de prensa.
Hagamos historia. La OAS fue fundada en
1984 para fortalecer la paz, consolidar la democracia y promover los derechos
humanos en todo el continente americano. Cuando la democracia está siendo
pisoteada en un país miembro, muchas veces los demás países se hacen de ojos
pachos y justifican su silencio con el principios de la no intervención en
asuntos internos de otros países. Y por definición, la OEA es un organismo de
gobiernos, donde las fuerzas de oposición normalmente no tienen voz. A menos
que un país democrático y solidario, haga uso de su derecho de ceder su silla
en la OEA a un vocero de la oposición en otro país.
Panamá hizo esto en 1979: Invitó a la
OEA, como parte de su delegación, a un vocero de los sandinistas de Nicaragua.
De esta manera, el padre Miguel D’Escoto, a nombre de la oposición al general
Somoza, habló ante la ONU sobre torturas, desapariciones, represión en su país.
Pocos años después, el gobierno revolucionario
nicaragüense, cuyo canciller fue el mismo padre Miguel D’Escoto, hizo el mismo
gesto invitando al doctor Guillermo Manuel Ungo a hablar ante la OEA para
denunciar las sistemática violación de los Derechos Humanos en El Salvador. Y
en el año 2009, el gobierno de Venezuela cedió su silla y su voz ante la OEA a
Patricia Rodas, la canciller del depuesto presidente Mel Zelaya de Honduras
para pedir sanciones del organismo regional contra un gobierno que
caracterizaba como golpista.
Ayer el gobierno de Panamá te llevó a ti,
Maria Corina, al Consejo Permanente de la OEA para hablar a nombre de la
oposición venezolana sobre la grave situación de derechos humanos, de censura y
de represión en Venezuela. Irónicamente el gobierno de Nicaragua y el gobierno
de Venezuela, que en el pasado han hecho uso de este derecho de prestar voz a
un pueblo reprimido, esta vez se opusieron rotundamente a tu derecho de
expresarte y a nuestro derecho de conocer la verdad sobre Venezuela. Y con los
votos de gobiernos como el nuestro y muchos otros que tienen negocios con ALBA,
ellos lo lograron. A nombre del 50% de la ciudadanía salvadoreña que se opone a
la alianza de nuestro gobierno con Venezuela, quiere pedirte perdón por la
cobarde actitud de nuestro gobierno: junto con todos los países satélites del
ALBA, El Salvador votó contra tu derecho de hablar ante la OEA. Nos da
vergüenza.
Tu discurso en la conferencia de prensa
fue impresionante. Imposible callarte, María Corina. Imposible no escucharte.
(Cualquier lo puede buscar en Internet: http://cnn.com/video/data/2.0/video/spanish/2014/03/21/cnnee-venezuela-maria-corina-machado.cnn.html).
Terminaste tu discurso diciendo que no
sabes a qué destino vas, cuando regresas a Venezuela, porque el gobierno de
Madura ya anunció que te quitarán el fuero de diputada y te echarán presa por
instigación al golpe de estado. Pero que sabes perfectamente cuál es tu tarea: regresar
a tu país y luchar para una transición democrática. A partir de este tu
discurso, muchos en las Américas estamos contigo y con tu gente, Maria Corina.
Un abrazo, Paolo Lüers
(Más!/EDH)