viernes, 13 de marzo de 2009

Dos artículos sobre Joseph Stiglitz y Venezuela: I. La crisis se sentirá más en Venezuela

El premio Nobel de Economía de 2001, Joseph Stiglitz, citado con frecuencia por el presidente Chávez, señala que la excesiva dependencia del petróleo hará al país uno de los más vulnerables a los efectos de la crisis global, y apunta además:

"Chávez no diversificó la economía"

El intelectual cree que Venezuela será el país de la región más afectado por la crisis globa.

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E l premio Nóbel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, uno de los economistas favoritos del presidente Hugo Chávez, lleva una vida más que agitada desde que estalló la crisis financiera en Estados Unidos. Su papel como gurú del pensamiento económico alternativo y como amargo crítico del liberalismo y del consenso de Washington, repentinamente, ha cobrado prominencia.

Antes de que la recesión estadounidense se convirtiera en fenómeno global, a finales de 2008, Stiglitz ya había arremetido contra las políticas del gobierno de George W. Bush que condujeron a la crisis.

Hacia finales de la campaña electoral estadounidense presentó una serie de ideas que, informalmente, comenzaron a llamar "el plan Stiglitz" para recuperar la economía mundial. Más recientemente, y ya en plena administración del presidente Obama, sigue dando pelea: el paquete de estímulo económico presentado en ese país, y más aún, el enorme monto de auxilio financiero concedido a los bancos con problemas serán, según el laureado profesor, insuficientes para corregir los problemas de fondo que llevaron a la economía mundial su actual estado de postración.

La semana pasada, entre una conferencia y otra, Stiglitz aún tuvo tiempo de intervenir en un seminario convocado en la Universidad de Columbia por la Iniciativa para el Diálogo sobre Políticas, una organización que él mismo fundó para promover la discusión sobre democracia y toma de decisiones en los países en vías de desarrollo. En el programa, cubierto en forma exclusiva por el Grupo Diarios de América, participó también otro premio Nóbel de Economía, el profesor de Columbia Edmund S. Phelps.

El más afectado Fue una oportunidad para que Stiglitz exhibiera su análisis de las economías de América Latina y los efectos que sobre ellas tendrá la exportación, a escala global, de la crisis financiera estadounidense. En lo que le toca a Venezuela, no pudo ser más explícito: "Creo que el país en el que los efectos de la crisis global van a ser significativamente importantes es en Venezuela ­sentencia Stiglitz­, es una economía demasiado dependiente del petróleo y los precios se han derrumbado desde 147 dólares a cerca de 30 dólares por barril. El presupuesto fiscal fue calculado a un precio de 65 dólares por barril, así que hay una brecha demasiado grande por cubrir".

Para empeorar las cosas, según el economista, la dependencia de la exportación de un solo producto se ha combinado con decisiones inadecuadas: "En Venezuela tienen una política monetaria demasiado expansionista. Esto es lo que en los últimos años ha permitido que el crecimiento económico sea tan fuerte, pero es bien conocido que esta política sólo es buena mientras la economía crezca. Si deja de crecer, y eso es lo que ocurre cuando caen los precios del petróleo, pueden presentarse problemas serios en el sector financiero. Sé que no ha ocurrido nada todavía, pero hay claros síntomas de que puede ocurrir".

-¿Ve alguna posibilidad de que los precios del crudo se recuperen a corto o mediano plazo? -Los precios del petróleo son muy inestables. Probablemente no se van a recuperar del nivel en que están ahora, pero creo que el tema más relevante para el largo plazo es el creciente compromiso que existe, sobre todo entre los países desarrollados, para hacer algo en relación con el problema del calentamiento global. Creo que cada vez se van a poner más obstáculos y restricciones contra el uso de los combustibles fósiles y, aunque esto no va a pasar de la noche a la mañana, creo que es posible que veamos, por ejemplo más impuestos al consumo de gasolina en Estados Unidos, así que los precios van a subir en los países desarrollados, pero los ingresos que recibirán los países productores podrían caer".

-¿Cree que la preocupación global por el clima haga caer los precios? -No puedo saberlo, pero que el precio del petróleo se mantendrá igual o más bajo que ahora por el lado de los países productores como Venezuela, porque el centro de la polémica sobre los combustibles fósiles no va a ser la producción sino los topes que se van a fijar al consumo.

En el nuevo presupuesto de Estados Unidos el presidente Obama ha apuntado hacia la aplicación de algún sistema de comercio del carbono, y eso significa que se van a poner limitaciones al uso de petróleo, lo que deprimirá los precios. En Europa ya existe el compromiso de reducir 80% las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2050. Esto significa que el consumo de combustibles fósiles se reducirá.

-Lo que las autoridades interpretan en Venezuela es que esas metas que se han trazado los países desarrollados serán imposibles de cumplir. -Son metas muy difíciles, pero aún así creo que veremos un uso mucho menos intensivo del petróleo. Está, por ejemplo, el gas natural, que es menos contaminante y ha resultado eficiente en los sistemas de transporte público. No tengo números exactos pero creo que la lucha contra las emisiones de carbono va a ser una fuerza muy importante que va a ir en contra de los precios del petróleo.

"Siempre dijo..." -Hasta ahora, la única estrategia que parecen tener las autoridades económicas en Venezuela es esperar a que los precios del crudo suban de nuevo. ¿Qué aconsejaría? -Chávez siempre dijo que iba a diversificar la economía, pero no ha ocurrido. El problema es que cuando el precio del barril de petróleo va de 30 dólares a 140 dólares, se convierte en una fuente de divisas demasiado importante, pero cuando ocurre al revés, como ahora, la participación de los otros sectores debería recuperar importancia. Sé que en Venezuela han intentado la diversificación en muchas ocasiones, pero no han sido exitosos. Siempre se ha hablado del cacao, del café y otros sectores pero el petróleo sigue dominando.

-¿La diversificación habría aliviado la crisis que se avecina? -Se suponía que la estrategia principal de Venezuela era la diversificación. Las políticas del gobierno han sido exitosas para conseguir crecimiento, pero el que hemos visto ha sido un crecimiento basado en el consumo, en lugar de haberlo hecho mediante la inversión. Creo que una estrategia de diversificación de la economía habría generado un crecimiento más saludable basado en la inversión en el desarrollo de otros sectores diferentes al petróleo. Estas inversiones en otras áreas de la economía también podrían haber generado altas tasas de crecimiento.

Economía recalentada -¿Qué puede decir acerca de la inflación? -Una de las razones por las que el mundo se ha metido en este desastre, y Estados Unidos más que cualquier otro país, es porque los bancos centrales se han enfocado demasiado en controlar la inflación. El sistema de fijar metas y topes para la inflación ha sido una de las causas, entre muchas, de la actual crisis, las autoridades monetarias se concentran demasiado en este problema y no en otros, como el de la estabilidad del sistema financiero. Los banco centrales deberían haber hecho su trabajo y haberse en focado en los sistemas financieros. Creo que la inflación no debe ser el problema más preocupante, a menos de que se trate de una amenaza demasiado sería.

En Venezuela es de 31% -La mayoría de los países de América Latina no tiene este problema. En ocasiones las discrepancias se presentan por la forma en que cada quien mide la inflación. Pero el de Venezuela es un caso diferente a todos los demás porque creo que ustedes han recalentado la economía.

En Venezuela han permitido una excesiva expansión del consumo y del crédito, lo que significa que cuando la crisis golpee, tal vez un poco de descenso en la demanda agregada interna represente algo positivo para corregir ese exceso expansivo. No tendrán que tomar el tipo de medidas dolorosas que habría que tomar en un país en el que el nivel de demanda interna no es bueno. Por eso el caso de Venezuela es único en la región.

Enemigo del mercado A pesar de su visión crítica, Joseph Stiglitz se ha mantenido como uno de los economistas más citados por el presidente Hugo Chávez, quien suele referirse a él como "uno de los intelectuales más importantes de los últimos 100 años".

Seguramente es porque este premio Nóbel carga con una bien ganada antipatía entre los defensores de la economía del libre mercado y del, ya pasado de moda, consenso de Washington.

Tales criterios quedan claros en sus libros ­algunos de ellos exaltados y leídos públicamente en Aló, Presdiente- como "Los felices 90" y "El malestar en la globalización".

En "La guerra del billón de dólares", Stiglitz logra concentrar sus profundas críticas contra la administración Bush y el peor de todos sus legados: la guerra de Irak. Si se toma en cuenta que antes de todo esto fue el primer economista verdaderamente prominente que cuestionó en forma sistemática las políticas del FMI y del Banco Mundial, del que fue director, no es difícil adivinar por qué el presidente venezolano se ha fijado tanto en él.

Recientemente, después del regreso de los demócratas a la Casa Blanca, Stglitz se ha erigido como el principal defensor de los sistemas de regulaciones estatales sobre el sector financiero. "Los mercados no pueden regularse a sí mismos", ha sentenciado.

Una frase que suena como música en Miraflores.



(El Nacional, Carácas)