lunes, 6 de enero de 2020

Carta a Mario Ponce y los otros directivos de la Asamblea: Que todos se bajen los pantalones. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 7 enero 2020


Estimado Mario:
El nombre Guillermo Gallegos es el sinónimo de corrupción. Primero, por el descubrimiento de la ONG de su esposa que recibía medio millón de dólares del presupuesto de la Asamblea Legislativa cuando Gallegos era su presidente. 
Ahora, el descubrimiento que en la actual Asamblea Legislativa desempeñan cargos diferentes 11 (en palabra: once) parientes de la esposa de Gallegos, contratados entre 2006 (cuando Gallegos fue subjefe de la fracción de ARENA) y 2018, cuando Gallegos fue diputado fundador de GANA y ocupaba cargos de presidente y vicepresidente del Órgano Legislativo.
Un caso claro de nepotismo. Una especie de tráfico de influencias para que sus parientes obtengan cargos, a los cuales de otra manera no tendrían acceso, con salarios que no corresponden a sus calificaciones. Lastimosamente, este tráfico no es nada fuera de lo común en el Estado salvadoreño, pero muy en particular en la Asamblea. Tráfico de influencias para favorecer a parientes. Tráfico de influencias para favorecer a cheros. Tráfico de influencia para llenar el Estado con militantes de los respectivos partidos.
En la Asamblea funcionan tan bien todas estas especies de tráfico de influencia, porque todos los partidos, repartiéndose el poder en la Asamblea, participan de estos delitos y se cubren mutuamente las espaldas. Este mal endémico es imposible erradicar caso por caso individual. El nepotismo en el caso Gallegos no tendrásolución ni sanción mientras no exista la voluntad compartida de todas las fracciones de erradicar este flagelo parejo, en toda la Asamblea. Y esta idea asusta a todos los involucrados, porque saben que en la Asamblea la contratación producto de nepotismo, clientelismo partidario y otras formas de tráfico de influencia no es la excepción, es más bien la regla. La depuración consecuente tendría dimensiones de despidos masivos y de una crisis social. Imagínense: Once familiares solamente del diputado Gallegos…
Mario, usted asumió la presidencia, igual que todos sus antecesores, anunciando austeridad, transparencia y eficiencia en la Asamblea. Presente una reforma que erradique el nepotismo y la transa de influencias. Tendrá mucha resistencia dentro de la Asamblea, pero apoyo total fuera de ella. No espere que la depuración venga como el arma letal de quienes solo esperan desacreditar y destruir las instituciones de control y contrapeso como la Asamblea.
Así como El Faro y El Diario de hoy han hecho su tarea documentando el nepotismo en el caso de Gallegos, abran ustedes sus propias investigaciones sobre la forma de contratación en la Asamblea. Uno vez documentado que Gallegos no es la excepción, sino más bien la regla del tráfico de influencias, usted puede desmantelar este flagelo y tener lista para antes del 2021 la reforma que realmente vuelva eficiente y transparente el trabajo de la Asamblea.
Saludos y un feliz año 2020,


viernes, 3 de enero de 2020

Carta sobre un tal Andy, un tal Enot y la manera inconsulta como el presidente toma decisiones . De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 4 enero 2020


No puede ser que nuestro año político comience con altos funcionarios agarrando los chambres de una banda musical de adolescentes, mezclados con las luchas de control partidario dentro de una de las organizaciones emblemáticas de ‘la diáspora’ salvadoreña en Los Ángeles. El tema de “el joven Andy versus el líder del Comité El Piche” primero provocó uno de esos tuits presidenciales que han hecho famoso a Nayib Bukele. En medio de un mar de chambres desde Pasadena, California, el presidente interviene con juicios políticos y decisiones administrativas. 1) Por orden presidencial, difundido por twitter, la ‘Banda El Salvador, Grande como su Gente’ queda excluida de cualquier apoyo gubernamental – pero hace pocos días, a través de los fondos para ‘Reconstrucción del Tejido Social’, el gobierno les dio $140 mil para los boletos reos a Los Ángeles. 2) El presidente anuncia que su gobierno, a través del Ministerio de Cultura, creará la Banda El Salvador, “con suficiente presupuesto”. 3) Los integrantes de la actual ‘Banda El Salvador, Grande como su Gente’, dirigida por Enot Rubio, fundador del ‘Comité El Piche’ pueden pasar a integrar la nueva banda gubernamental. 4) El presidente de PROESA, Salvador Gómez Gochez, usa Twitter para reportarse con su presidente: “Le informo, Presidente @nayibbukele, que Enot Rubio, presidente del Comité Salvadoreño El Piche, quien fue nombrado por Sigfrido Reyes como embajador de Marca País en 2017, a partir de este día deja de serlo y queda oficialmente desligado de toda relación con PROESA.” 

Son cuatro decisiones del Ejecutivo, tomadas sin ninguna investigación ni discusión técnica previa – decisiones arbitrarias que afectan a cientos de jóvenes y a una de la organizaciones de la diáspora más antigua. Son decisiones que surgen para aprovechar una crisis y lanzar una iniciativa política y comunicacional...

Aquí no se trata de defender a nadie. No conozco a Enot Rubio, ni su trabajo con la Banda ni con el Comité El Piche. Tampoco me voy a meter en el mar de chambres sobre ellos y sobre un tal Andy... 

Pero es evidente que un presidente de la República responsable no puede actuar así de improvisado. Y mucho menos le podemos permitir que con su actitud arbitraria arrastre a la opinión pública e incluso a otros funcionarios, normalmente destacados por más mesura y prudencia.  

El Fiscal General de la República se vio obligado a unirse al coro de irresponsables. También en Twitter: “Si todo lo comentado es cierto, lo realizado a nuestros jóvenes es simplemente despreciable. Si alguien se siente estafado por el Señor Enot Rubio @ComiteElPiche, por favor presente su denuncia ante la @FGR_SV. Abriremos una investigación para deducir responsabilidades.”

El presidente de la Asamblea Legislativa, Mario Ponce, fue un poco más cauto. Primero dijo en Twitter “Me solidarizo con #Andy.” Pero inmediatamente menciona que hay que esperar una investigación. “También debemos escuchar a los otros jóvenes integrantes de la banda.” 

Ni de sombra muestran tanta mesura el montón de ‘influencers’ del campo gobierno-Nuevas Ideas; además de diputados de diferentes partidos, los ministros del presidente, que celebran a su nuevo héroe llamado Andy, y celebran las oportunas decisiones y ordenes de su presidente.

Pero saben qué: Incluso si al final, luego de investigar bien, el actuar de Enot Rubio, su Banda y su Comité El Piche resultaran condenables, no justificaría la manera como el presidente tomó decisiones arbitrarias, inconsultas e improvisadas. 

Saludos,




miércoles, 1 de enero de 2020

Carta para el 2020 (II): el mayor reto es para los partidos emergentes. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 2 enero 2020


Queridos Lectores: En mi carta del 31 enero hablé de los tres partidos grandes que van a tratar de compartir entre ellos el poder legislativo y municipal. Tanto ARENA como FMLN y Nuevas Ideas enfrentan desafíos bastante difíciles que marcarán el 2020.
Pero hay otros actores, y algunos nuevos. A lo mejor lo que el país necesita es que nos sorprendan los bichos nuevos de la cuadra: Vamos y Nuestro Tiempo, la competencia nata para Nuevas Ideas y todo el bloque gubernamental. 
Esto depende de cómo decidan estos dos partidos-movimientos irrumpir en el debate nacional. Tienen dos opciones: o tratar de sacar leña de los árboles caídos, el FMLN y ARENA, colándose en el exitoso discurso de Nuevas Ideas contra el “viejo sistema pactado por los que hicieron la guerra”, insistiendo incansablemente de hablar de “los mismos de siempre” y de denunciar a los partidos tradicionales como “corruptos” y sus gobiernos como “fracasados”.
Con esto, tal vez los partidos emergentes podrán rascar algunos votos, aunque Vamos ha tenido que aprender durante su campaña presidencial que este oportunismo no los lleva a ninguna parte.
La otra opción es medirse desde el primer día del 2020 con Nuevas Ideas y su gobierno. Los “new kids on the block” deben disputarle a Nuevas Ideas la representación del relevo generacional, pero sobre todo la legitimidad democrática para anunciar transformaciones del Estado. El gobierno de Bukele ya ha mostrado en muchas expresiones de arrogancia y cinismo que su actuar no corresponde a un proyecto político democrático e institucional, sino a un proyecto de poder de un sector empresarial sediento de protagonismo y control.
Nuestro Tiempo, con liderazgos fuertes pero limpios como Johnny Wright, Aida Betancourt, Juan Valiente, Alexandra Araujo y otros, puede proyectarse como el relevo de poder listo para llenar el peligroso vacío que están dejando ARENA y el FMLN, pero sin recurrir, como lo hacen Bukele y Nuevas Ideas, a los viejos métodos populistas de instrumentalizar las frustraciones y los resentimientos de la gente. Nuestro Tiempotiene que mostrar capacidad de hacer propuestas nuevas, pero sin abandonar y destruir el fondo común que desde los Acuerdos de Paz se ha construido en la sociedad salvadoreña: defensa de las libertades sociales, laborales, políticas y económicas; defensa del sistema republicano de control parlamentario sobre el poder Ejecutivo; transformaciones siempre dentro del marco institucional, nunca en contra de la Constitución. 
Estos dos proyectos –Nuestro Tiempo y Vamos– solo tienen sentido si desde el principio de la carrera se convierten en antídoto del populismo, surgiendo con fuerza como movimientos humanistas, Vamos más comprometido con contenidos sociales y cristianos, Nuestro Tiempo más con principios del liberalismo político, pero también económico. 
Para poderse convertir en el antídoto al populismo oportunista puesto en práctica por el gobierno de Bukele y sus partidos NI-GANA, los dos partidos nuevos tendrán que atrincherarse en posiciones de principios democráticos muy firmes, sin caer en nichos. Vamos tiene que superar la tendencia de presentarse como representante de las iglesias cristianas y Nuestro Tiempo la suya de acomodarse en un nicho de defensa de libertades sociales y sexuales. Ambos partidos emergentes tienen que aprender a expresar las aspiraciones mayoritarias de la gente, pero no procesándolas de forma populista sino de manera racional y realista. Y tienen que aprender cómo hablarle a la gente. 
Bueno, y siempre estarán dando batalla el PCN, el PDC y GANA. Ante la debilidad ideológica de ARENA, siempre habrá espacio para otras expresiones de la derecha como Concertación y la Democracia Cristiana. En cambio, GANA corre peligro de desaparecer, no por falta de adeptos, sino por la pérdida de su identidad propia ante Nuevas Ideas. Sin propia bandera, y rezando al Santo de otro partido, a GANA le saldrá difícil mantenerse como fuerza independiente.
Durante todo el 2020 veremos la batalla madre entre el control de la Asamblea y su independencia frente a un Ejecutivo con poco respeto a la independencia de nadie. La Asamblea del 2021 o corresponderá a una mayoría nueva en apoyo al proyecto de poder de Bukele o a una mayoría igualmente novedosa entre ARENA, Nuestro TiempoVamos, PCN y PDC. Dependiendo de cuál de estas mayorías novedosas se logre construir, el futuro de El Salvador y su democracia será muy diferente.
Saludos, 

Vea la primera parte de esta carta:
Carta para el 2020: el gran reto para los partidos (I). De Paolo Luers



lunes, 30 de diciembre de 2019

Carta para el 2020: el gran reto para los partidos (I). De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 31 diciembre 2019


Estimados lectores:
El gran reto del 2020 será para los partidos políticos. No sólo para los partidos tradicionales, que tendrán que transformarse para sobrevivir, sino igual para los partidos nuevos que quieren ocupar los espacios perdidos o abandonados por los que han sido mayoritarios durante décadas. Aunque tal vez no lo tengan claro, el reto más difícil tal vez lo tendrá la gente de Nuevas Ideas, el partido llamado a consolidar el poder de su fundador y líder, Nayib Bukele, y de extender el control del Ejecutivo a la Asamblea y otros órganos del Estado. Por esto el delirio con los 90% de apoyo al Gobierno…
Muchos nos confundimos pensando que el movimiento de Bukele no podía ganar las elecciones presidenciales del 2019, ya que ni siquiera hizo el intento de construir organización local y desarrollar campaña territorial. Bueno, pudo, porque sólo había que promover a un líder (y todos los mitos y leyendas alrededor de él). Pero si Nuevas Ideas piensa que el mismo esquema les va a funcionar para la elección de liderazgos departamentales (diputados) y municipales (alcaldes y concejales) de febrero 2021, esta vez los equivocados serán ellos.
Bukele y Nuevas Ideas se juegan en el 2021 el todo o nada. Debido al estilo de gobierno que escogió el presidente (un gobierno que rechaza la concertación y la negociación con la oposición y apuesta plenamente a confrontarlos con la supuesta ‘voluntad popular’ que apoya incondicionalmente a la figura presidencial), están obligados a construir una nueva mayoría legislativa entre Nuevas Ideas, GANA, y los sectores de ARENA que piensan poder arrastrar en su corriente golondrina.
Para poder avanzar en esta dirección, Nuevas Ideas tendrá que aprovechar las 52 semanas del 2020 para construir partido, liderazgo local, candidaturas sólidas y legítimas. El Movimiento Bukele no es un partido. Para elegir presidente era correcto no definir ninguna posición política, solo insinuando transformaciones. Pero para convertirse en partido mayoritario con control de alcaldías y de la Asamblea tienen que elaborar una plataforma política que unifique al partido. 
Irónicamente, el otro partido que padece de la misma enfermedad (falta de personalidad política) es ARENA. Luego de 39 años de existir como partido, 20 de ellos gobernando, ARENA se encuentra en un estado lamentable de descomposición. Los resultados electorales del 2018 le dieron el rol de principal fuerza de oposición, pero nunca lo asumieron, porque ante el fenómeno del populismo triunfante de Bukele, ARENA perdió la capacidad de debate y de construcción de unidad y propósito compartido. 
Hicieron complicadas elecciones internas para renovar su COENA, pero al asumir sus cargos el nuevo liderazgo se encuentra tan dividido como nunca. Su fracción legislativa ya no funciona como tal, sino que se reduce a intercambios de criterios, en el mejor caso, con grupos o incluso individuos teniendo agendas legislativas diferentes. Hay un grupo de legisladores que prefiere buscar orientación afuera del partido, en Casa Presidencial. Y hay otro grupo de legisladores y dirigentes que acuerpa al alcalde de San Salvador como la única figura con potencial liderazgo en ARENA. Lamentablemente, muchos que profesan lealtad y apoyo a Neto Muyshondt, también lo hacen a las iniciativas del gobierno de Bukele. Es una estrategia de mejor imitar lo que no se cree posible vencer…
La confusión dentro y alrededor de ARENA no podía ser más grande. Si los diferentes liderazgos, grupúsculos y egos no logran construir una plataforma auténtica y compartida para las elecciones de febrero 2021, entrarán en esta contienda sin identidad partidaria y sin capacidad de recuperar su rol de oposición.
Las consecuencias serán fatales no solo para ARENA, sino para la defensa de la institucionalidad democrática del país. Quisiera que a una Asamblea arenera entrara algún joven gritando a los areneros (y sus votantes y financistas) como lo hizo Greta Thunberg en Naciones Unidas: “Quiero que tengan pánico. Es de vida o muerte. ¡No pierdan ni un día más!”
Ante el mismo reto está el FMLN. Sin brindar ninguna resistencia permitió que en el 2019 un oportunista mimado dentro de sus propias filas le quitara la mayoría de sus votos, incluyendo los de sus excombatientes. El truco: un difuso discurso de izquierda y denunciar al Frente como ARENA 2.0.
Si el Frente no logra redefinir un proyecto político de izquierda, depurado de sermones ortodoxos, chavistas y populistas un proyecto socialdemócrata progresista que puede aliarse con liberales y humanistas, no podrá recuperarse en el 2020. Si el Frente no se convierte en la oposición más coherente y consistente al gobierno de Bukele, no recuperará ni uno de los votos que se dejó robar en el 2019. Solo un Frente encarando al populismo de Bukele con racionalidad y realismo puede defender el espacio electoral de la izquierda. 
Los tres partidos que podrían ser mayoritarios en el 2021 tienen solo un año para resolver su problemas, el 2020. En una segunda parte de esta carta veremos los retos para los partidos pequeños…
Saludos, 

Vea también la segunda parte de esta carta:
Carta para el 2020 (II): el mayor reto es para los partidos emergentes. De Paolo Luers




viernes, 20 de diciembre de 2019

Carta a diputados, transportistas y otros activistas: Calma. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 21 diciembre 2019


Detesto los debates que se escenifican cargados de pasiones y moralismo, pero sin un análisis completo del problema a solucionar. Este tipo de debates se arman, más o menos un año sí y el otro también, sobre el transporte público. 

Todos sabemos que el transporte público no funciona. De todos los requisitos que debe cumplir cualquier forma que demos al sistema de transporte público urbano, el existente solo cumple uno: ser económicamente accesible, Lo cumple porque el Estado gasta millones en subsidiarlo, con un solo fin: mantener fijas y bajas las tarifas.

Todos los demás requisitos no los cumple: no es eficiente, ni seguro ni cómodo para los usuarios - por tanto no logra sustituir el uso individual del carro para movilizarse al trabajo; no es ecológicamente sostenible; no es moderno ni integral. 

Hablar mal de los motoristas y empleados de los buses se ha vuelto deporte nacional, y cada vez que se desata el debate en la Asamblea, aparecen diputados que se presentan como justicieros contra estos ‘cafres al timón’ y ‘empresarios mafiosos’ del sector transporte. Hablan en tono de indignación sobre los pecados  de los buseros en el  cotidiano caos vehicular. Predican contra los subsidios que ‘nosotros los ciudadanos honestos y respetuosos de la ley” les pagamos año con año a “estos criminales que ni siquiera pagan sus cientos de multas de tránsito”… Populismo legislativo. 

En todo este debate ya nadie se acuerda que el subsidio es para las tarifas. Los reciben los buseros para compensarlos, porque el gobierno no deja que reflejlen todos sus costos en la tarifa que cobran. En este sentido es absurdo, exigirles ahora a los empresarios de buses que, para mantener el subsidio, asuman nuevos costos e inversiones: que pongan GPS a las unidades, que introduzcan un sistema digital verificable de cobro, que contraten seguros…

Las únicas dos cosas que dentro del sistema actual se puede exigir a los buseros son: que mantengan las tarifas; y que cumplan con sus obligaciones de ley. Y por supuesto la autoridad competente (el VMT) tiene los instrumentos legales y administrativos para enforzar estas dos reglas. No requiere de unos debates apasionados en la Asamblea, y ciertamente no de una nueva ley…

Todo este debate sobre -si dar otra prorroga a los subsidios; si crear nuevos requisitos para ganarse o para perder el subsidio- no tiene ningún sentido, mientras que nadie presente propuestas de cómo organizar, modernizar y hacer eficiente el sistema de transporte público. ¿Se necesitan nuevas tecnologías, por ejemplo un metro subterraneo o trenes elevados? ¿Se necesitan nuevos modelos de gestión empresarial, empresas nacionalizadas o municipales, o APPs entre gobierno, municipalidades y empresarios privados?

¿Cuánto estamos como Estado dispuestos a invertir en un nuevo sistema? Ahora gastamos sólo en subsidiar las tarifas, pero si el Estado quiere controlar también la sostenibilidad medioambiental y la eficiencia técnica del sistema, ¿cuánto podrá asumir y de qué fuentes lo pagará durante años? En muchas ciudades del mundo ya están discutiendo en serio que el sistema de transporte público tendrá que ser gratis si realmente se quiere que disminuya el uso del carro particular…

Sobre esto nadie habla, porque nadie tiene nada que decir. Ni el gobierno, ni los partidos, ni la sociedad civil. No nos vengan a tratar de tapar este vacio con sus debates populistas sobre los subsidios, y con unos discursos hipócritas que ponen a los motoristas y empresarios al margen de la sociedad. Que hay malos motoristas, sí. Pero en las condiciones del sistema y del tráfico es difícil esperar que sean ejemplares. Que hay empresarios mafiosos en el transporte, sí, igual que en la construcción, los mercados, las consultorías, etc.

Seamos serios. Saludos,



miércoles, 18 de diciembre de 2019

Carta a un país en el cual nada funciona y la economía está hecha pedazos, según el presidente. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 19 diciembre 2019


Para un presidente decir en público que “nuestra economía entera está hecha pedazos y nada funciona” es inusual, provocador e irresponsable, sobre todo, cuando no es cierto, como en el caso de El Salvador.
Nayib Bukele lo dijo en “60 Minutes”. Si “60 Minutes” todavía tuviera el estilo incisivo que lo convirtió en el clásico programa de periodismo investigativo de la TV de Estado Unidos, los productores hubieran inmediatamente convertido esta frase en el eje central de su investigación. Hubieran hablado con expertos, empresarios, sindicalistas para ver si es cierto que la economía salvadoreña está en un estado de caos donde nada funciona. Y al darse cuenta de que obviamente no es así hubieran preguntado: ¿Por qué el presidente lo dice? ¿Qué hay detrás de semejante afirmación?
La entrevistadora sí se reparó en el carácter disruptivo de la frase de Bukele y dijo: “Eso no es poca cosa que lo diga un presidente…”, pero se lo dejó pasar. No tomó lo dicho por el presidente como razón para cambiar en enfoque de todo el reportaje y entrevista.
¿Qué hubiera hecho Mike Wallace, el legendario reportero de “60 Minutes”? Hubiera dicho: “¡Wow, señor presidente! Entonces veamos más de cerca lo que realmente está pasando en su economía…”.
Luego de la entrevista, hubiera hecho un diagnóstico realista de la economía salvadoreña, obligadamente con el resultado que el presidente de El Salvador está “badmouthing” (haciendo aparecer mal) su propio país y su economía, que tienen muchos problemas pero están lejos de encontrarse en ruinas.
Y de alguna manera, alguien tan experimentado como Mike Wallace con encarar a políticos que dicen cualquier cosa para impresionarlo hubiera llegado a descubrir (no solo en su mente, sino en pantalla) lo que hay detrás de una mentira tan dañina del presidente: un personaje que está profundamente convencido de que este país estará mal mientras él (su familia, su círculo interno) no tome control del resto del Estado (Asamblea, Justicia, Fiscalía) y de los círculos que dirigen la economía.

Pero aun así, con la conductora de “60 Minutes” yendo a otros temas luego de escuchar respuestas tan insólitas por parte de Bukele, el programa comienza a pintar el retrato de un presidente que se siente más importante que el país que le toca presidir: un hombre comido por la ambición de poder.
Aparte de la frase sobre nuestra economía, Bukele confirmó, sin despeinarse y sin abandonar la permanente sonrisa, que las maras se han constituido como “gobierno paralelo”. Otro oportunidad que “60 Minutes” no aprovecha para dar un viraje a su programa sobre El Salvador y su presidente, haciéndose una nueva pregunta: ¿quién está entonces ganando la batalla madre proclamada por el mismo Bukele sobre el “control territorial”?
Invito a los mejores entrevistadores del mundo, gente como Cristiane Amanpour o Anderson Cooper, a ver el programa de “60 Minutes” con Nayib Bukele y a terminar la tarea de entrevistarlo como Dios manda. Aquí nadie lo va a hacer.

Saludos, 


martes, 17 de diciembre de 2019

Carta a los comités de aplauso: ¿luego del chino, un cuento árabe? De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 17 diciembre 2019


Luego de la gira en China, nuestro presidente desapareció del mapa mediático por unos días, cosa extraña para un gobernante tan publicitado, quien viaja con tanto equipo de prensa y propaganda.
A los cuatro días de haber aterrizado en Qatar, Bukele apareció en Doha, la capital del Emirato, en una foto con el ministro de energía de Qatar. Hablaron de cooperación, pero sin dar detalles.
La ciudad estaba en los últimos preparativos para el Foro de Doha, un encuentro anual que los jeques de Qatar organizan para que dirigentes políticos, económicos y académicos del mundo discutan problemas y retos de importancia mundial. A esta altura, faltando dos días para su apertura, el presidente de El Salvador no estaba incluido en la agenda del Foro.
Le costó cinco días en Doha para finalmente conseguir que lo incluyeran al Foro. O sea, nuestro presidente no fue a Qatar para responder a una invitación al Foro Doha, sino fue a Qatar para conseguir una invitación. La consiguió. Cuando el Foro se inauguró, el 14 de diciembre, en la agenda actualizada aparecieron, en la sesión de clausura, unos 5 minutos (de 18:20 hasta 18:25) para un discurso del presidente de El Salvador. Horas después, cuando apareció la última versión de la agenda, le habían aumentado a 15 minutos, siempre dentro de la sesión de clausura. A estas alturas, ya el jefe del Estado de Qatar, el Emir Tamim bin Hamad Al Zani, se ha reunido con el presidente Bukele y dado instrucciones al presidente de Qatar Airways de discutir con la delegación salvadoreña sus planes de construir un segundo aeropuerto internacional.


El equipo de prensa de Bukele (y en consecuencia los medios salvadoreños) interpretó muy de su manera el hecho de que a su jefe le acomodaron simplemente agregándole al Foro 15 minutos al final: en la versión publicada en El Salvador, las palabras de clausura del Foro de Doha estaban al cargo del recién invitado presidente salvadoreño.
Si un Foro de este tipo tiene la suerte de contar con un invitado que sea capaz para semejante reto, a veces le encomiendan dar las palabras del cierre, o sea el resumen de lo debatido. En este Foro no había palabras de cierre de este tipo. Lo que había es un invitado de última hora…
Incluso sus críticos señalaron que el discurso de Bukele en Doha fue mejor que su accidentada aparición en la Asamblea General de Naciones Unidas. Esto es cierto, pero no significa mucho.
En Doha, Nayib Bukele se paró ante líderes de todo el mundo con una fórmula simplista, que bien haría honor a un estudiante de bachillerato, quien explica cómo se imagina que debe funcionar el mundo. Pero alguien que luego de 7 años en política está sentado en Casa Presidencial, ejerciendo el poder, teniendo interlocución con otros gobernantes, no puede darse este lujo de ingenuidad y simplismo. Tiene que tener la capacidad de hablar sobre el mundo como es, visualizando opciones de cómo mejorarlo.
La tesis de Nayib en Doha: Hay tres condiciones para construir un mundo mejor, que nunca antes estaban dadas. “Ahora estamos totalmente globalizados, totalmente interconectados y producimos más de lo que necesitamos consumir. Entonces, no hay más excusas, no hay más tiempo que esperar. Así que ahora podemos acabar con la pobreza, con el hambre, cuidar la salud de todos, proporcionar una excelente educación para todos, detener el cambio climático, detener todas las guerras. Solo necesitamos la voluntad política de los líderes del mundo”.
Pero, señor presidente, no es tan simple la cosa. La suya no es un conclusión, es el punto de partida mil veces discutido que todos conocen. Foros como el Doha sirven para construir caminos; para ver qué formas de liderazgo y gobernanza y democracia se necesitan para avanzar; para ver cómo reconstruir y mejorar los mecanismos multilaterales; cómo erradicar los nacionalismos que quieren destruir estos mecanismos…
Pero bueno, nuestro presidente tuvo otros 15 minutos de fama, se codeó con jeques (que no son famosos precisamente por su altruismo y su compromiso con las libertades) y aquí en casa esto es suficiente para los comités de aplauso, que a esta altura incluyen medios de larga tradición, para escribir un capítulo nuevo de los famosos cuentos árabes de las 1001 noches….
Saludos,
Posdata: ¿Cuánto le costó al país tener al presidente, su familia, su personal de apoyo a la familia, su comitiva gubernamental y su equipo de comunicación durante una semana en el Hotel Marsa Malaz Kempinski de Doha? ¿O lo pagó el Emir?

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Carta a la oposición: Prepárense para batallas que pueden usar para crecer. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY


El presupuesto nacional es el reflejo de la esencia del gobierno, su plan de gobierno expresado en cifras. Y el debate sobre este presupuesto es el reflejo del estado de la oposición. Ambos no se ven muy bien: el gobierno se ve con mucha improvisación, muchas inconsistencias en su presupuesto – pero con una arrogancia que se niega a negociar con la Asamblea. Pero aun teniendo la razón en muchas de sus observaciones, la oposición se ve sumamente débil. Se le nota la resignación: Por lo que hagamos, el gobierno nos va a ganar políticamente. Si ofrecemos poca oposición y el final aprobamos el presupuesto, sin reparar sus deficiencias e inconstitucionalidades, nos pintan de inútiles, incapaces de sostenerle una batalla al flamante presidente. Si condicionamos nuestros votos a los cambios que estamos proponiendo en el presupuesto, el gobierno no nos hará caso, sino aprovecharía la situación para seguir atacando y deslegitimando no solo a los partidos, sino a la Asamblea como órgano controlador del Ejecutivo, por ejemplo en materia presupuestaria. Pareceríamos como boicoteando los beneficios que el gobierno quiere llevar al país.

Así que yo les recomiendo: Si no tienen la fuerza real para descalificar ante la opinión pública el presupuesto así como Bukele lo mandó a presentar, mejor bajen el tono, enfoquen en dos que tres cambios que han logrado imponer, aprueben el presupuesto lo más calladito posible – y vayan a vacaciones. Es una cuestión de realismo. En este sentido, ARENA y el FMLN pueden aprender de Mario Ponce, quien está haciendo buena figura como nuevo presidente de la Asamblea. Hombre de realismo.

Hay que buscar las batallas que se pueden ganar, o por lo menos perderlas luego de una buena batalla. Las buenas batallas son aquellas que, aunque no se ganen, fortalecen la unidad, aportan a la autoestima, ganan respeto. Esta oportunidad, en el conflicto sobre el primer presupuesto del gobierno Bukele, ya la perdieron.

Cuando digo que hay que ser realistas, también me refiero a que hay que tener conciencia que este gobierno, por la manera como no sólo ganó las elecciones sino dejó a los demás partidos en serias crisis internas y en su relación con la ciudadanía, va a hacer lo que le da la gana. Sin pedir permiso a nadie, mucho menos a la Asamblea. En esta situación, la oposición tiene que marcar una línea de defensa que ya no sea de sus intereses y visiones políticas, sino estrictamente de la institucionalidad u constitucionalidad – por que este es el único campo donde tendrá apoyo en la sociedad civil.

El gobierno tiene el derecho -y actualmente también el poder- de definir con amplia libertad las políticas públicas a implementar. Una oposición tan débil como la actual no tiene capacidad de cuestionarle al gobierno sus propuestas de políticas públicas (en Seguridad, Educación, Salud, etc.), ni tampoco la manera como estas se reflejan en el presupuesto. Si el gobierno dice que va a combatir la delincuencia fomentando un tramado subcultural que llama 'reparación del tejido social' – ni modo, que lo intenten, y que así se refleje en el presupuesto con gastos que otros dicen que tienen nada que ver con seguridad.

Lo que deberían hacer los diputados de oposición, junto con organizaciones de la sociedad civil, es enfocar el debate sobre el presupuesto estrictamente en un par de inconstitucionalidades que contiene: la reaparición de la partida secreta en un presupuesto inflado de la Inteligencia del Estado; los exagerados rubros de gastos financieros en todas partes; la inclusión de ciertos gastos previsibles en el presupuesto.

Expongan estos puntos, traten de comunicarlos bien a la opinión pública, y luego voten por este presupuesto, en vez de crear un conflicto que tal vez no puedan sobrevivir.

Saludos, 




lunes, 9 de diciembre de 2019

Carta sobre los "cuentos chinos". De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 10 diciembre 2019


El país que queremos no nos lo van a construir los chinos.”Es la primera frase de la última columna de Cristian Villalta. Una frase envidiable, que por si sola dice más que todo lo que hasta ahora hemos leído sobre la movida china con Bukele ¿O la movida de Bukele con China? - No lo creo.

Es impresionante la frialdad con la cual actuó nuestro presidente con sus dos noviazgos, el gringo y el chino. Veremos luego cómo vamos a vivir con las consecuencias. Uno puede negociar con Washington, adoptando el propio lenguaje de Trump sobre el peligro chino, y al mismo tiempo mandar a alguien (¿algún hermano?) a Pequín para negociar con el gobierno chino. No es tan difícil hacerlo de manera que nadie se da cuenta. Pero al fin la jugada se destapa el día que va a China a cobrar los favores - ¿y entonces, cómo arreglarse con la otra novia?

El silencio de Washington, incluso de @realdonaldtrump, sobre el tema es estrepitoso. Veamos cuando se traduzca en medidas.

Ahora la onda es con los chinos. Y el discurso obviamente es otro: Ya nada como el ‘cuento  Heritage’ de “No vengo para pedir nada regalado, olvídense de la cooperación del desarrollo, vengo para que hagamos negocios”, que tan drásticamente cambió la percepción de nuestro flamante presidente en los círculos conservadores de Estados Unidos – y algunos incluso aquí.

Hoy el cuento es chino: “Un par de miles de millones de dólares son nada, los podemos regalarles así no más, con tal que hay una visión común para el futuro de nuestros negocios en Centroamérica...”

Entonces, desde Pequín nos enteramos de la lista de los regalos, pero no hemos escuchado nada sobre la segunda parte: la visión china sobre sus negocios en y desde El Salvador. Ni idea tenemos, igual que cuando el gobierno del FMLN comenzó estas negociaciones.

¿Cómo habrán llegado a la ‘lista de Santa’? ¿Son necesidades prioritarias de El Salvador el Estadio y la Biblioteca Nacional? ¿Por qué nadie dijo: señores, como ya nos ofrecen el sistema de tratamiento de aguas para limpiar al Lago der Ilopango, háganlo completo: el tratamiento de aguas negras de todo el Gran Salvador, y quedarían limpios también el Rio Lempa y el Cerrón Grande, que ya está al punto de morirse?

Es un poco difícil imaginarse a Nayib Bukele negociando esta lista de Santa con la cúpula del Partido Comunista más grande del mundo. “Quítenme esto, pónganme aquel otro...” ¿Y al final alguien pone sobre la mesa de extra el doctorado honoris causa? – No, no puede ser tan trivial. Espero.

Creo que fue al revés. La lista de Santa la prepararon los chinos, son parte del cuento chino. Estudiaron bien a nuestro presidente, sus debilidades, sus complejos de inferioridad, la manera como maneja el populismo. Claro que se sabe también en la China que un Estadio Nacional –obviamente más grande que el de Costa Rica- le gana más apoyo popular que una onda tan poco sexy que el tratamiento der aguas negras. Claro que se sabe también en la China que un palacio de cristal para la Biblioteca Nacional  llama más la atención a su invitado que una planta productora de carros eléctricos para abastecer desde El Salvador a toda América Latina...

Nunca sabremos cómo negociaron esta lista de Santa – y ¿contra qué? ¿Qué vendrá después? ¿Qué está ya comprometido? ¿A qué visión del desarrollo de El Salvador corresponderá todo esto?

Escucharemos ‘cuentos chinos’ por ratos.

Saludos,