No es delito. Está dentro de las facultades de Centros Penales y de los Consejos Criminológicos. Además era una decisión política del gobierno, que consideraba que la tregua entre las pandillas solo podía implementarse si los líderes que la firmaron salieran del régimen de estricto aislamiento. Esta decisión se puede criticar, pero no penalizar.
2. “Se les organizaban fiestas en las cárceles. Estas podían durar días e incluían música en vivo y prostitutas”.
Las fiestas no son productos de la tregua. Se hicieron año con año, tanto durante gobiernos de ARENA como en los primeros años de Funes.
3. “Recibieron mejoras en instalaciones eléctricas, lo que les permitía hacer uso de calentadores de agua, televisores plasma, consolas de juego, tablets y celulares”.
Plasmas o consolas de juego no son objetos ilícitos según Ley Penitenciaria. Tablets y celulares son ilícitos, pero se han introducido por múltiples vías, antes, durante y después de la tregua.
4. “Uso de internet y cable. Los pandilleros podían conectarse a sus redes sociales y habrían recibido al menos 300 celulares para contactarse con el exterior”.
Uso de cable no es ilícito. Uso de internet nunca ha sido permitido. Los reos que disponen de smartphones siempre han usado internet de manera ilegal, antes, durante y después de la tregua. Si han entrado 300 celulares, entraron por la misma vía ilegal como entraron antes y después de la tregua.
5. “Tenían autorización para pedir comida rápida a domicilio, la que era introducida a los penales sin problemas”.
Introducción de comida desde afuera puede ser autorizado por Centros Penales en casos especiales. No es ilícito. Durante la tregua se ha implementado durante las reuniones de mediadores con reos provenientes de diferentes penales que no podían disponer de la comida del penal.
6. “Familiares tenían libre acceso a visitar a los pandilleros, sin restricción del número que podría entrar y sin importar parentesco con el reo”.
7. “Los internos podían tener visitas íntimas, y se les permitía tener relaciones no solo con sus compañeras y esposas, sino con otras mujeres”.
En 2012 se cambió el reglamento de Centros Penales, a petición de los mediadores. Se consideraba que era importante rehacer y fortalecer el vínculo de los reos con sus familias, en especial con sus hijos. Cualquier manual de rehabilitación recomienda esta medida. En esta época muchos pandilleros formalizaron sus relaciones, se casaron y comenzaron a asumir su paternidad. Se implementaron medidas para reducir la promiscuidad.
8. “Los cabecillas de pandillas utilizaban vehículos de la Policía y autobuses para asistir a las reuniones con los mediadores de la tregua, según reveló el fiscal”.
Por supuesto, los traslados de reos, para asistir a reuniones con los mediadores, se efectuaron en vehículos de Centros Penales y con seguridad de la PNC. Cualquier otra modalidad hubiera sido ilegal.
9. “Autoridades les permitían a los reos manejar las tiendas de los centros penales, en donde se habrían malversado $2 millones que finalmente tuvo que cancelar el Estado”.
Mucho antes de a tregua existían tiendas informales manejadas por internos como medio de subsistencia de internos y sus familiares, igual que algunos talleres productivos. Estos “privilegios” no surgieron durante la tregua. La afirmación de los 2 millones faltantes en las tiendas institucionales no está sustentada. La FGR lo reconoce y habla de una “investigación paralela” y no acusa a nadie de los arrestados por esta “malversación”.
10. “Se realizaron pagos y se facilitaron privilegios a familiares y cabecillas de pandillas, y hasta a los mediadores de la denominada tregua entre pandillas, que recibían un sueldo de hasta 5 mil dólares”.
Los acuerdos en el contexto de la tregua jamás contemplaron remuneraciones a cabecillas, y mucho menos a mediadores. El Estado sí asumió costos de movilización de los funcionarios encargados de la facilitación de las mediaciones, y parcialmente de los mediadores externos. Esto tampoco constituye delito y fue parte de las políticas definidas por el Ministerio.
El Diario de Hoy, 5 mayo 2016 |
Resumen: La tregua no facilitó acciones ilícitas. El sistema penitenciario históricamente es tan obsoleto y corrupto que siempre -antes, durante y después de la tregua- se han introducido ilícitos (armas, droga, celulares). Los “privilegios” que se introdujeron durante la tregua, todos estaban dentro del marco de las competencias legales de las autoridades penitenciarias, y fueron diseñados para crear condiciones más propicias para poder lograr una significativa reducción de la violencia en el país.
Recuérdense: para conocer la verdad, siempre hay que ver los dos lados de la moneda.
Saludos,