sábado, 22 de enero de 2022

Carta a los jueces: Federico el Grande y Nayib el Flaco. De Paolo Luers

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 22 enero 2022

Estimados amigos:

En Alemania hay un dicho: “Todavía hay jueces en Berlín.” Surge de una leyenda sobre el rey Federico el Grande de Prusia, símbolo del absolutismo: gobernante “por la gracia de Dios”, con poderes absolutos, no sujeto a la voluntad de ningún otro poder…

Va la leyenda que a Federico el Grande le molestaba la vista de un viejo molino en frente de su palacio. Le hizo varias ofertas al molinero de comprarle la propiedad.

El hombre las rechazó, quería mantener su molino y su oficio. Entonces, el rey decretó confiscar el molino y destruirlo.

Al recibir el molinero la orden real, fue al juzgado y el juez, desafiando al rey, le dio un amparo, revocando la orden emitida por el monarca. El buen hombre fue al palacio y pidió una audiencia con el rey. Este lo recibió, pensando que el molinero se retractaba y aceptaba venderle su propiedad. Pero el molinero le presentó la orden judicial, con las palabras: “Todavía hay jueces en Berlín.” Dice la leyenda que el monarca absolutista acató la orden del juez. Ya estaba influenciado por las subversivas ideas de la democracia…

Aquí en El Salvador, en el reino de don Nayib Bukele, este cuento tendría otro final menos feliz. Aquí no decimos “Aun hay jueces”, sino “Hay jueces y jueces”.

Aquí, a 233 años de la Revolución Francesa, que dio al traste con el absolutismo, nuestro gobernante mandaría a un magistrado de cámara a revocar la resolución del juez, y a trasladar a este sujeto que se cree independiente al juzgado de paz de Lislique. No se ofenda el bravo pueblo del Norte de La Unión…

En El Salvador también hay jueces. Son valientes, a pesar de todo. Pero nadie les hace caso, porque hay otros jueces, que se prestan a obedecer las órdenes del gobernante y no la ley.

La comparación es muy hipotética: un molinero salvadoreño, con una orden judicial en mano que revoca un decreto presidencial, nunca entraría al palacio, el presidente nunca lo recibiría y mucho menos acataría la resolución.

Hablaría a Javier Argueta para que hable al fiscal general para que apele la sentencia, y al magistrado presidente de la Corte Suprema para que asegure que la cámara la revoque.

Para poder hacer esto han ejecutado el golpe de Estado contra la independencia judicial, que está consagrada en nuestra Constitución.

El presidente pagó el altísimo costo político por este golpe, para tener el poder absoluto, sin ser sujeto a ningún otro poder. Sólo a Dios, hubiera dicho Federico el Grande. Sólo al pueblo, diría Nayib el Flaco…

Porque las revoluciones burguesas, liberales y republicanas no lograron abolir el absolutismo de manera irreversible, ni la francesa de 1789, ni la americana de 1775, ni las alemanas de 1848 y de 1918, ni la rusa de 1918 lograron erradicar por siempre los regímenes absolutistas. Porque luego vinieron Napoleón, Mussolini, Hitler, Stalin, Mao, Pinochet, Castro, Chávez, Ortega…. – y Bukele. Hago esta lista para que vean que el absolutismo no tiene ideología. Usa las ideologías a su gusto.

Lo primero que hicieron todos ellos es erradicar la independencia judicial. Algunos se tardaron años de lograrlo, Bukele lo hizo a dos años de llegar al poder. Tiempo récord.

Nos honra poder decir que “todavía hay jueces”, también en El Salvador. Pero perdieron el poder de ejercer su mandato con independencia y apegado a la ley.

Ya entramos en un régimen, bajo el cual la justicia está sistemáticamente usada para perseguir a opositores, críticos, empresarios que no se arrodillan ante el poder – y jueces. No son casos aislados, no se deben a errores o corrupción de determinados jueces y fiscales. Son sistémicos.

Saludo con mucho respeto a pocos los jueces que todavía hay, los decentes, los valientes, los independientes. Sin ellos, no habría ninguna esperanza. 

Saludos, Paolo Luers


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jueves, 20 de enero de 2022

Carta a los familiares y amigos de Fernanda y Memo: ¿Por qué se van los buenos? De Paolo Luers


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Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 20 enero 2022

Estimados amigos:

Recibí la noticia de la muerte de Luisa Fernanda Galeano y William “Memo” Pascasio con tristeza – y con rabia. Es difícil aceptar que se nos van los buenos, y cuando más los necesitamos.

Fernanda y Memo nunca se conocieron. Vinieron a mi vida por lados muy distintos, pero también tuvieron mucho en común: corazón grande, alma de luchadores, necios con sus principios…

A Memo lo conocí en 1981, en el campamento guerrillero de La Guacamaya en Morazán. Cuando él llegó a Morazán ya tuvo toda una guerra encima. De bicho se fue a Nicaragua para unirse a los sandinistas. Fue mayor del Ejército Sandinista cuando regresó a El Salvador, para convertirse en uno de los constructores del Frente Oriental y de las fuerzas militares del ERP.

Luego de ser herido en combate, salió del frente de guerra y se convirtió en uno de los arquitectos de la logística guerrillera. Nos volvimos a ver en San Salvador, en Managua, en México. Y luego de los Acuerdos de Paz, lanzó uno de los proyectos de inserción social y económica de guerrilleros más exitosos, una empresa de Seguridad, que dio trabajo y estabilidad a docenas de excombatientes.

Muchos empresarios, que vieron el grado de corrupción de las empresas de seguridad de ex-militares y ex-guardias, confiaron la seguridad de sus empresas y residencias a Memo y su tropa de experimentados guerreros del ERP.

No sólo esto, Memo participó activamente en otros proyectos de reinserción de los excombatientes, siempre pendiente de sus compañeros de lucha y sus familias. Con Memo se murió uno de los mejores, como guerrillero y como constructor de paz. Todavía me cuesta creer que nunca lo volveré a ver en su moto, con su sonrisa, con su jodarria.

Memo tal vez alguna noche ha visto a Fernanda, cuando ella, en aquellos primeros días de La Ventana, nos ayudó a organizar la barra. ¡Y qué bartender fue Fernanda! Su belleza, su sonrisa, su siempre buen humor, y sobre todo su dignidad le permitieron convertir la barra en el corazón de la primera Ventana que fundamos en San Luis.

No trabajó ahí por el salario, sino porque estaba enamorada del concepto de este lugar de encuentro en una sociedad que vino de divisiones tan radicales y violentas. Memo y su compañera “Galia”, Sonia Aguiñada, y otros ex-dirigentes de la guerrilla también llegaron a La Ventana para ver de cerca esta aventura y este experimento empresarial, gastronómico y cultural.

Fernanda siempre fue ejemplo de esta característica y virtud tan salvadoreña, el emprendedurismo. Fue el prototipo de la salvadoreña que arma negocios, haciendo uso de sus grandes capacidades de comunicación y empatía. Pero aparte de esto, Fernando fue de armas tomar, siempre cuando se topó con lo mediocre, lo arrogante, lo corrupto y lo mentiroso en nuestra cultura política.

Y Fernanda tuvo una calidad muy particular: No esperaba hasta que había un movimiento de protesta, no aguantaba el tiempo que otros perdieron con discusiones, dudas y pleitos internos. Cuando se encachimbó, Fernando se lanzó a la calle, aunque sea sola.

Así lo hizo en 2015, cuando se le terminó la paciencia viendo la inoperancia del gobierno de Sánchez Cerén para enfrentar la crisis de violencia y del caos del transporte público. Pintó un cartel con la consigna “Hartos de sobrevivir, ¡queremos vivir!” y se puso en una plaza pública. Sola.

Cuando se dio cuenta del carácter mentiroso y corrupto del gobierno de Nayib Bukele, hizo algo parecido: Pintó carteles, llamó a un par de amigos, y se pusieron en el Árbol de Paz. Era unos pocos. El siguiente domingo eran unos cuantos más, luego otros hicieron lo mismo en otras plazas. Y todo esto, cuando no existía ni movimientos ni marchas.

Fernanda no fue ni de derecha ni de izquierda, simplemente fue una luchadora por la decencia y contra la corrupción. Sabía contagiar a la gente. A veces ahuevó a los pasivos, indecisos y cobardes, empujándolos, pero siempre con gracia. Murió cuando más necesitamos este tipo de mujeres.

Igual nos hará falta Memo, el trabajador incansable por la inclusión social. Tampoco a él le movieron ideologías, sino su sentido de justicia. Fernanda y Memo son dos protagonistas de los valores de la postguerra que ahora atacan los nuevos autoritarios. Nos harán una gran falta.

Saludos, Paolo Luers


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martes, 18 de enero de 2022

10 Telegramas para iniciar el 2022. De Paolo Luers


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Publicado em MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 18 enero 2022

Nayib BukelePuede tener el poder absoluto, pero nunca podrá controlar el pasado y la manera como conmemoramos los hitos históricos.

Marcela Pineda, diputada: Tenga certeza que Monseñor Romero hubiera sido parte del proceso de paz del 1992, si no lo hubieran asesinado en 1980. Y Ignacio Ellacuría de hecho fue precursor de los Acuerdos de Paz. Ustedes, en cambio, están en la tradición de los sectores oscuros que mandaron a asesinar a Ellacuría para sabotear las negociaciones. Así que usted mejor no hable tonterías sobre Romero, Rutilio Grande y Ellacuría.

Herbert Saca¿Otra vez viajando con el maletín negro para visitar a alcaldes?

José Luis Merino¿Todavía le queda pisto de ALBA para pistiar a dirigentes del FMLN para que colaboren con Nuevas Ideas?

Atilio Montalvo (comandante Salvador Guerra): No muchos dirigentes del Frente se atreven a decir lo que dijiste el 16 de enero: “Hay dirigentes y militantes que aspiran a conciliar la actual dictadura.” Mi respeto.

José Luis Escobar, arzobispo: “Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio, cuando cierra la boca, por prudente.” Proverbios 17:28. No se haga parte del plan de Bukele de nacionalizar (confiscar) los ahorros de pensiones.

Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía: Cuando reciba a nuestro presidente, explíquele cómo usted logró el control total del Estado, pero perdió el control de la opinión pública.

ARENA: ¿Cuál es la ruta?

Rodolfo Delgado, fiscal general: ¿En serio está investigando a los fiscales que investigaron, junto a la difunta CICIES, la corrupción de ministros de Bukele?

Leopoldo López, dirigente opositor venezolano: ¿Todavía no te has tomado el tiempo para explicar a Sara Hanna y los otros militantes de tu partido infiltrados en el gobierno salvadoreño que Bukele sigue el manual de Hugo Chávez?

Saludos, Paolo Luers

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sábado, 15 de enero de 2022

Carta a quienes escuchan nuestras conversaciones telefónicas. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 15 enero 2022

Hola, 

ya me conocen de tanto escucharme hablar, chambrear y supuestamente conspirar por teléfono y WhatsApp.

Ya saben que amo a mi mujer, que comparto todo con mis hijos, que hago bromas pesadas con mis amigos, que mantengo contacto con 3 ex novias en Alemania, que escribo tres veces a la semana mis cartas sin consultarlas con nadie, que detesto la personalidad egocéntrica del presidente Nayib Bukele, que hago burla del oportunismo de sus lugartenientes y lamebotas, que pasé meses escribiendo un libro sobre lo que viví en la guerra, que tengo relaciones muy cercanas y de confianza con algunos de mis compañeros de la guerrilla, que también tengo amigos que estaban del otro lado en la guerra, que estoy frustrado de la incapacidad de renovarse de los partidos políticos…

Todo esto lo saben ustedes como si fueran parte de mi familia, aunque supongo que no entendieron mucho de lo que escucharon. No creo que me conozcan. Al principio, cuando hubo los primeros indicios de que ustedes estaban metidos en mi vida, me indigné. Luego, me dije: “¿Y qué? Tal vez logro confundirlos…” Es una vieja enseñanza de la guerra: Si puedes confundir al adversario, ya ganaste la mitad de la batalla.

El espionaje es un arma necesaria en un mundo que reduce la política a la conspiración. El espionaje telefónico es la manera de descubrir las conspiraciones, para poderlas contestar con propias movidas y tácticas. Es la forma de diseñar planes de intimidación, extorsión o compra de voluntades. Ningún gobierno autócrata puede vivir sin conspiraciones, espionaje, maniobras secretas.

Así que la noticia que hoy domina la agenda nacional -la intervención de los teléfonos de periodistas, opositores y activistas de derechos humanos y organizaciones civiles- no me sorprende, para nada. Está bien denunciar las intervenciones, porque claramente son ilegales (bueno, ustedes que las ejecutan, cometen delitos) – pero ¿qué estaban esperando? Una vez que uno ha llegado a caracterizar al gobernante que tenemos como autócrata obsesionado con tener control y poder absoluto, sabemos que habrá espionaje, intervención telefónica, detenciones arbitrarias y todo el instrumentario indispensable de las dictaduras.

Ustedes, quienes están escuchando y grabando nuestras conversaciones, estarán sentados en alguna oficina del OIE, de la fiscalía, de Casa Presidencial (o a saber adónde están escondidos), ¿qué descubrimientos piensan obtener? Escuchando nuestras conversaciones, deberían darse cuenta que las relaciones que mantenemos no son conspirativas, sino políticas. Claro que la mayoría de la gente, con las cuales me comunico, son opositores. Claro que hablamos mal del gobierno. Claro que discutimos, aunque no necesariamente por teléfono, cómo podemos rescatar la política y combatir la antipolítica y sus engaños.

¿!Y qué!? Al analizar nuestras conversaciones, al documentar quiénes se reúnen con quiénes a qué horas y en qué lugares – ¿que descubrimientos ustedes pueden reportar a sus jefes que no hubieran podido hacer al sólo leer lo que en público decimos y escribimos?

Se podrían ahorrar mucho dinero, tiempo y trabajo si leyeran bien lo que escribimos en nuestros periódicos, lo que decimos en entrevistas. No se necesita pagar millones para los programas de espionaje digital de Pegasus para aprender que nosotros detestamos a este gobierno y buscamos la forma de desbancarlo en futuras elecciones. Y que se organizan marchas y foros para discutir cómo construir una amplia alianza de todos los demócratas. ¿Y qué?

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Sigan jugando a James Bond, pero tengan cuidado: Pidan a sus superiores que les den órdenes escritas para cada intervención telefónica ilegal. Si no, los que algún día serán procesados serán ustedes, cuando tendrían que ser sus jefes. Son ellos que convierten las instituciones estatales en organizaciones criminales.

Y no se frustren: No somos tontos. Las cosas realmente importantes y delicadas no hablamos por teléfono. No se olviden, algunos de nosotros venimos de donde asustaron durante los años de guerra y represión. 

Saludos, Paolo Luers

jueves, 13 de enero de 2022

Carta a quienes dieron a Nuevas Ideas el beneficio de la duda: Despierten. De Paolo Luers


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Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 13 enero 2022

Estimados amigos:

Justo antes del 16 de enero, 62 de los 84 diputados de la Asamblea votaron por abolir los Acuerdos de Paz. Bueno, no lo llaman así, porque se vería muy mal que un parlamento aboliera la paz. Ellos dicen que abolieren un decreto que declaraba el 16 de enero “Día de la Paz”, en conmemoración de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992. Pero cuando uno ve la justificación que dieron para esta decisión, es la repetición de la descalificación que Nayib Bukele ha estado haciendo a los Acuerdos de Paz. Así que lo que realmente abolieron son los Acuerdos de Paz.

No debería sorprender esta resolución formal, porque en la práctica abolieron ya todos los contenidos de los Acuerdos de Paz. En 1992, para terminar la guerra, se abolió el militarismo, se le quitó a la cúpula militar el poder político, el poder de reprimir y el control de las fuerzas de seguridad. A esta altura, a dos años y medio de estar en la presidencia Nayib Bukele y a apenas 8 meses de estar controlando su partido Nuevas Ideas el parlamento, el militarismo está restablecido. Hoy los militares, que ahora juran lealtad a la persona del presidente, vuelven a ser el principal sostén del poder absoluto presidencial, o sea de su capacidad de ponerse encima de la Constitución, encima de la autonomía de las alcaldías, y encima de la independencia judicial…

En 1992 se abolió la represión y la persecución política. Bukele las revivió.

En 1992 se erradicó la violencia política, la censura, las detenciones arbitrarias.

Bukele abolió todas estas conquistas. Primero en la práctica, el martes de manera formal.

En 1992, los Acuerdos de Paz restablecieron las libertades fundamentales: de prensa, expresión, organización, y protesta. Dos años y medio de gobierno de Bukele bastaron para abolirlas nuevamente, porque con la toma de control de la Sala de lo Constitucional, del sistema judicial, de la Fiscalía, el ciudadano ya no tiene cómo reclamar y defender estos derechos.
Se comete una barbaridad tras otra, y no hay forma institucional de corregirlas.

Los nuevos jueces instalados en las cámaras suspenden cualquier sentencia favorable a los acusados, siempre y cuando se trate de críticos u opositores. Los jueces de paz, de instrucción y de sentencia están bajo permanentes presiones, amenazas y ofertas de prebendas, que coartan su independencia.

Las autoridades de Seguridad se niegan a acatar sentencias judiciales y mantienen arbitrariamente detenidos, incomunicados y humillados a los que están presos por razones políticas.

El fiscal general, en vez de revivir el caso archivado de las negociaciones del gobierno Bukele con las pandillas, abrió investigaciones a los fiscales que habían llevado a cabo las investigaciones.
La Asamblea celebra sesiones de comisiones especiales de investigación, que actúan como Corte de la Santa Inquisición, pero que de santa no tienen nada y de maldad mucho. En sus audiencias convierten a cualquier testigo en acusado, lo exhiben y tratan de humillarlo.

La vieja práctica de la PNC de exhibir públicamente a sus detenidos, en vez de corregirla por violatoria a los derechos humanos, la llevaron al colmo de obligar a sus detenidos a arrodillarse ante el público y las cámaras.

El militarismo y la represión están de vuelta, y el martes en la Asamblea Legislativa 62 diputados del bukelismo lo ratificaron.

Más razón de ir el domingo, 16 de enero 2022, a marchar por la defensa de la paz, la democracia y nuestras libertades. 

Saludos, Paolo Luers

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