sábado, 12 de enero de 2019

Carta a mis lectores: Los inicios de ‘Las Cartas de Paolo’

Estimados amigos:
Hace 10 años, el martes 13 de enero 2009, salió la primera de mis “Cartas de Paolo”. Salió en el MAS. Ya tuve varios años de escribir mi Columna Transversal para El Diario de Hoy, y queríamos crear un formato propio para el MAS: una columna menos analítica, más directamente al grano, más provocativam más “de calle”…
Fue hasta abril del 2010 que las ‘Cartas de Paolo’ también aparecieron en El Diario de Hoy, y poco a poco se fueron transformando: siempre polémicas, siempre al grano, pero con más contenido analítico o reflexivo, más largas. La verdad, extraño las versiones más cortas, aunque requieren, contrario a lo que uno podría pensar, mucho más trabajo y arte…
La primera Carta de Paolo en MAS
Las cartas comienzan a reproducirse en El Diario de Hoy
Con la que están leyendo hoy, la número 1533, mis cartas cumplen 10 años de vida y forman parte de la cultura nacional. He criticado a mucha gente, a algunos de manera demasiado dura, a otros de manera demasiado condescendiente. Donde me he equivocado, pido disculpas a los afectados, pero sobre todo a ustedes, los lectores.

Una columna con este estilo controversial siempre sale bajo el riesgo de cometer injusticias. Pero el error imperdonable sería callarse por miedo a meter la pata.

Saludos,



jueves, 10 de enero de 2019

Carta sobre el 10 de enero

Un día 10 de enero como hoy, pero del año 1981, llegué a El Salvador. Cumplo 38 años de vivir y trabajar aquí – ya más que los años que pasé viviendo en Alemania.

Este mismo día, el 10 de enero 1981, estalló la guerra que durará 11 años. Se anunció con unos bombazos en el cuartel San Carlos, a dos cuadras de la casa donde con otros periodistas estuvimos esperando el inicio de la ofensiva. En el avión me habían advertido que a las 5 de la tarde iba a comenzar la guerra, cosa que por supuesto no la creí – hasta que utualito a esta hora empezó a temblar la colonia Laico.

Este día cambió la historia del país – y ciertamente la mía. De repente me encontré en medio de una guerra, con balas y muertos de verdad, una guerra que comencé a acompañar como observador, pero que pronto me arrastró como un remolino en corrientes cruzadas de agua. Lo más violento que había visto como reportero y fotógrafo habían sido manifestaciones donde estudiantes y antimotines se agarraron a palos – pero el 11 de enero 1981 ya me tocó tomar fotos de muertos en combate, y de cadáveres que en sus manos tenían naipes, los “calling cards” de un escuadrón de la muerte. Poco después tomé la decisión de unirme a la guerrilla.

Cuando 11 años después pusimos fin a esta guerra, decidí quedarme y ser partícipe de la reconstrucción del país y de su tejido social. ¿Qué sentido tiene aguantar la guerra, si luego uno no disfruta de la paz, de la libertad, de los retos que plantean?

Hoy, 38 años después, todavía me topo (sobre todo en las redes sociales) con algunos que me niegan el derecho de opinar y participar en la política del país en el cual he pasado una vida entera luchando, trabajando, haciendo familia, educando a mis hijos, ejerciendo mi oficio, debatiendo. Callate viejo, ni sos de aquí… Me dan risa. Muchas veces no tienen ni la mitad de años de vivir en El Salvador que yo. Lo que se construyó en la guerra y en la paz les parece un sistema obsoleto, poco cool, nada sexy, deficiente, aburrido, lo mismo de siempre. Te dicen en la cara que todas estas luchas no cambiaron nada, no lograron nada – y que Bukele tiene razón de querer botar este sistema y refundar la Patria.

Pero esto no va a pasar. Somos demasiados los que sí hemos vivido la guerra y aprendido sus lecciones. Somos demasiados que nos recordamos de los tiempos cuando por una broma o una canción te podían detener o incluso matar. Son demasiados también los jóvenes que, aunque hacen uso de la libertad de criticar y protestar, no se compran el discurso anti político y anti sistema – mucho menos de un hijo de papi, que nunca tuvo que arriesgar nada en su vida.

Por esto no me afligen los fanáticos. En 38 años he venido a conocer a mi gente. Joden, pero no se dejan joder. Pueden dejarse engañar, pero no dos veces por los mismos. Defienden lo conquistado.

Saludos,






martes, 8 de enero de 2019

Carta con mi pronóstico electoral

Voy a hacer lo que normalmente no se hace: dar mi pronóstico para las elecciones presidenciales. ¿Por qué? Porque no son tiempos normales. Demasiadas fantasías.
  • ARENA/PCN/PDC: 1,400,000 votos – 50%
  • FMLN: 600,000 votos – 21.43%
  • GANA: 740,000 votos – 26.43%
  • VAMOS: 60,000 votos – 2.14%
  • Total: 2,800,000 votos – 100%              
Esto significa que Calleja puede ganar en primera vuelta, o tendrá que ir a una segunda contra Bukele. Pero viendo estos números, también ganaría en segunda vuelta.

En la segunda vuelta, el resultado dependerá principalmente de los votantes del FMLN y de VAMOS, los dos que quedarían afuera. Incluso si todos los votantes del FMLN votaran por el candidato de GANA, este solo llegaría a 1.34 millones de votos. Lo más probable es que la mitad de los votantes del FMLN se queden en casa, que una porción muy pequeña vote por ARENA, y que el resto vote por Bukele. Démosle otros 300 mil votos extra a Bukele…

En el caso de VAMOS, estimo que un tercio de sus votantes se quedará en casa, un tercio votará por Calleja y el restante tercio por Bukele. Démosle otros 20 mil votos a Bukele. Entonces, el cuadro sería así:
  • Bukele: 740,000 + 300,000 del FMLN = 20,000 de VAMOS = 1,06 millones = 42.23%
  • Calleja: 1,400,000 + 30,000 del FMLN + 20,000 de VAMOS = 1.45 millones = 57.77%
Con solo 2.51 millones de votos tendríamos la participación más baja en un segunda vuelta en la historia, debido a la abstención masiva de los votantes del FMLN.

Si calculamos que este número de abstenciones será compensado por unos 300 mil ciudadanos que no votarán en la primera ronda, pero sí querrán votar en la segunda, el número total de votantes llegaría otra vez a un poco más de 2.8 millones. Es razonable asumir esta cantidad, ya que tradicionalmente hay un 10% adicional votando en la segunda ronda de las presidenciales. Solo que esta vez el total no subiría, debido a los votantes de Frente que no quieren votar ni por ARENA ni por GANA.

Incluso si el 100% de voto nuevo se inclinara por Bukele, no sería suficiente para igualar o superar el voto de Calleja.

El cuadro probable para la segunda vuelta sería más o menos así:

  • Calleja: 1,400,000 + 30,000 del FMLN + 20,000 de VAMOS + 100,000 votos nuevos = 1.55 millones = 55.16%
  • Bukele: 740,000 + 300,000 del FMLN + 20,000 de VAMOS + 200,000 votos nuevos = 1,26 millones = 44.84%
¿Estos números son realistas? Bueno, no menos realistas que las cuentas alegres que sacan Bukele y sus propagandistas. Ellos basan sus números en las encuestas. Yo baso los míos en los resultados de las últimas elecciones legislativas de marzo 2018, en las cuales la suma de votos para ARENA+PCN+PDC llegó a 1.24 millones, y para el FMLN a 569 mil. Para la primera ronda calculo que la alianza ARENA/PCN/PDC solo tendrá un aumento modesto de 160 mil, tomando en cuenta que la participación en elecciones presidenciales siempre es más alta que en legislativas.

Por la misma razón calculo al FMLN un aumento, aunque sea muy modesto, poniéndole 600 mil votos. Detrás de esto está el análisis político que, aunque es cierto que la fuerza electoral de GANA/Bukele ha crecido muy rápido, fue a costa del FMLN, pero que esta hemorragia se ha logrado parar a partir de la candidatura de Hugo Martínez. Mientras tanto, los partidos de la derecha, aunque no han crecido sustancialmente, se han mantenido. Para que Bukele gane, el FMN tendría que colapsar totalmente, y además GANA tendría que quitarles masivamente votos a ARENA, PCN y PDC.

Las golondrinas basan sus pronósticos en su monitoreo de las redes sociales, y yo en el monitoreo del trabajo territorial de las diferentes campañas. Pronto veremos quien hizo cuentas alegres.

Saludos,





sábado, 5 de enero de 2019

Carta a los oficiales de la PNC: ¿Una Tandona 2

Estimados amigos:
Circula entre los oficiales de la PNC un proyecto legislativo llamado “Ley de Compensación por Retiro para Personal de Carrera de la PNC”. Detrás de este título bombástico se esconde algo mucho más sencillo: el intento de un grupo de comisionados de negociar su salida dorada, antes de que los echen..

Es obvio que el próximo presidente va a tener que hacer muchos cambios en la PNC, incluyendo de dirección. Es obvio que muchos de los comisionados, sobre todo los que durante años han sido responsables de estrategias policiales fracasadas, se tendrán que ir.
Con este proyecto de Ley tratan de recetarse una salida dorada: retiro voluntario con una pensión equivalente al 100% de su último salario. Pero esto no es todo: una “compensación” de 200 mil dólares (para el que haya sido Director General 260 mil; para Subdirector General 250 mil; para Subdirectores 240 mil). Y como todavía no fuera suficiente, además se recetan “el uso de armas, municiones, vehículos y personal de seguridad”, por 5 años a partir del retiro.

Es cierto que se necesita un plan de retiro para la PNC, sobre todo para los oficiales de más alto rango, pertenecientes a las tres promociones “fundadoras”. No solo porque varios de ellos han fracasado, o porque han sido protagonistas de la excesiva politización de la PNC, sino también porque estas promociones hacen un tapón, que no permite el ascenso al poder de las siguientes promociones.

Con razón en la PNC los llaman “La Tandona 2”, en comparación con la famosa promoción de militares que al final de la guerra acaparró todo el poder en las Fuerzas Armadas. Sus integrantes por cierto recibieron “compensaciones” similares para aceptar y no obstaculizar la depuración y a reducción de la Fuerza Armada. Muchos dijeron que eran sobornos, otros hablaron de extorsión.

Estoy de acuerdo que hay que darles una salida digna a los comisionados. Pero tampoco hay que aceptar ninguna extorsión. Ellos han acumulado mucha información, que podría complicarle la vida al gobierno que salga electo, igual que a todos los partidos. Además tienen capacidad de estorbar el proceso necesario de reorganización de la PNC.

Algunos jefes policiales quieren usar el poder que tienen ahora para obligar al Estado a concederles privilegios que irían mucho más allá de una salida digna. Esta salida dorada es indigna, porque es corrupta. No hay que hacer caso a esta extorsión. Y los oficiales decentes y profesionales, que quieren asumir responsabilidades en la PNC, deben distanciarse claramente de este chantaje.

Saludos y Feliz Año Nuevo,









jueves, 3 de enero de 2019

Carta a los candidatos: Caras queremos ver

Estimados señores que nos quieren gobernar:
Están entrando en la recta final. Ya no queda tiempo para que nos den grandes explicaciones y propuestas. Solo falta una cosa – y podría ser la que defina las elecciones: ¿Quiénes van a gobernar? ¿A quiénes van a poner para que nos gobiernen?

Siempre se dice “Dígame con quien andas, y te digo quién eres”. Es parte de la sabiduría popular. Pero es muy difícil aplicar en el caso de las campañas presidenciales. Normalmente se ve a los candidatos rodeados de algunas personas, pero no necesariamente son los que realmente conducen la campaña – y mucho menos los que ejercerán el poder, una vez que su candidato gane.

En el 2009, cuando Rodrigo Ávila y Mauricio Funes entraron en la recta final, estaban empatados, y todos teníamos las mismas dudas y nos hicimos las misma preguntas: ¿Con quiénes van a gobernar? ¿En caso que gane, Mauricio Funes va a poner el gobierno en manos de los comandantes del FMLN? ¿En caso que gane Rodrigo Ávila, los hombres de Tony Saca van a acaparar el gabinete y seguir gobernando?

Funes entendió que si la gente pensaba que detrás de él iban a ganar los comandantes del FMLN, iba a perder. Entonces, pocas semanas antes de las elecciones presentó una cuantas caras conocidas y reconocidas: el Dr. Héctor Silva, ex alcalde de San Salvador, renovador purgado por la cúpula del Frente; y al Dr. Héctor Dada Hirezi, veterano luchador socialcristiano. El mensaje era claro: Voy con la bandera del Frente, pero en mi gobierno habrá contrapesos.

Rodrigo Ávila no hizo nada. No presentó ninguna cara de su futuro gobierno. Dejó espacio a la especulación. Y perdió.

Hoy tenemos una situación comparable. Mucha gente se pregunta, con gran ansiedad, ¿qué tipo de gobierno podemos esperar de cada candidato?

¿Carlos Calleja, aunque habla de un gobierno no partidario, compuesto con criterios de meritocracia, realmente va a excluir del poder gubernamental a la vieja guardia partidaria? ¿Y los que va a poner, serán independientes de los empresarios que apoyaron su candidatura?

¿Nayib Bukele, aunque no deja de condenar a ‘los mismos de siempre’, a la hora de armar su gabinete va a recurrir a los dirigentes de GANA y a las fichas que su movimiento Nuevas Ideas heredó de Tony Saca y Mauricio Funes?

¿Hugo Martínez, aunque su discurso se desmarca de los errores de los gobiernos de Funes y Sánchez Cerén, realmente va a excluir de su gobierno a los fracasados y corruptos? ¿Y en este caso, por quiénes los va a sustituir?

Estas preguntas son fáciles de contestar, señores candidatos. Nadie está esperando su lista de gabinete. Lo único que necesitamos es que nos presenten un par de mujeres y hombres de alto grado de credibilidad, reconocimiento y capacidad y digan: Ellos van a estar a mi lado en el gobierno…

Si Carlos Calleja nos presenta 3, 4 o 5 personajes del quilataje de Carmen Aída Lazo, los indecisos le van a dar el gane en primera vuelta. Si presenta solo a caras desprestigiadas, estos indecisos se quedarán en la casa.

Al revés en el caso del candidato de GANA. Si nos presenta un par de gente de calibre de Félix Ulloa o Guillermo Gallegos, pierde. En este caso realmente no sé a quienes nos podría presentar para convencernos que habrá capacidad de gobernar y de evitar corrupción.

Tienen todo enero para sacarnos de las dudas sobre el tipo de gobierno que armarían.
Saludos,



lunes, 31 de diciembre de 2018

Los escenarios políticos para el 2019

En todas las elecciones presidenciales de la postguerra, muchos tuvieron la percepción que estaba en juego todo: el carácter de la república, la democracia, la paz social, la viabilidad económica.

Pero no era así. Estos miedos alimentaban los discursos de campaña, pero nunca la base sobre la cual funcionaba la política. Por esto en el 2009 pudo haber una transición del poder sin sobresaltos, totalmente pacífica, y ampliamente aceptada por la sociedad y toda la clase política.

Se estaban enfrentando (y al final alternando en el poder) las dos fuerzas que juntos habían creado, con los Acuerdos de Paz y las correspondientes reformas constitucionales, el sistema democrático pluralista, con independencia de poderes y garantía de las libertades. Aunque ARENA y Frente tuvieron (y siguen teniendo) diferentes concepciones de cómo desarrollar este sistema, ambos en esencia estaban comprometidos a defenderlo. Y no solo los dos partidos de la polaridad política, sino toda la sociedad tuvo este consenso básico.
Este consenso se ha roto con el surgimiento de una fuerza meramente populista. El populismo no es nada nuevo en El Salvador, no lo inventó Nayib Bukele. Tanto la derecha y la izquierda tuvieron sus delirios populistas, con sus presidentes Tony Saca y Mauricio Funes. Lo nuevo es que ahora surgió una fuerza que en forma y fondo es nada más que populista, sin ninguna limitación por parte de una definición ideológica. Por esto resultó tan fácil fusionar Nuevas Ideas con GANA. Surgió una fuerza anti-política que declara que quiere cambiar el sistema partidario – y que busca modificar el sistema republicano de pesos y contrapesos. Bukele y Ulloa hablan de transitar a una “Segunda República”, mediante una Constituyente. Hablan de una gobernabilidad que no reside en mayorías legislativas y acuerdos entre partidos, sino de en la relación entre “el líder” y “su pueblo”.

La primera interrogante para el 2019: ¿Prevalecerá el consenso de defender la República fundada en los Acuerdos de Paz, con una polarización partidaria dentro del mismo sistema político – o esta polarización será sustituida por una entre “el sistema” y una fuerza anti-sistema?

Tendremos para el 2019 dos escenarios: O asumirá el poder Carlos Calleja, con apoyo de ARENA, PCN y PDC – o Nayib Bukele, con apoyo de Nuevas Ideas y GANA. Dibujemos estos escenarios.
Un gobierno de Calleja tendrá bastante posibilidades de crear mejoras en los principales problemas de país, aunque esto dependerá del apoyo que encuentre en la sociedad para los cambios necesarios y contra las resistencias incluso en sus propios partidos.
  • Gobernabilidad sólida en la Asamblea Legislativa para arrancar con las iniciativas legislativas necesarias (y posiblemente no populares);
  • Un gobierno más eficiente y transparente;
    Un gobierno que redefina las prioridades del Estado, abandonando la práctica clientelista de los últimos tres gobiernos;
  • Un boom de inversión, debido a inversiones retenidas en los últimos años y una mejor relación entre gobierno y sector privado;
  • Menos peligro para la estabilidad institucional, mas seguridad jurídica; más predictibilidad para los inversionistas;
  • Voluntad de enfrentar el problema de seguridad con inversión social sostenida y focalizada, en vez de apostar a una guerra interminable contra las pandillas.
En cambio, con un gobierno de Bukele enfrentaríamos el peligro que varios de los principales problemas del país se agraven:
  • Tensa relación gobierno-sector privado;
  • Poca capacidad administrativa y de ejecución;
  • Prioridad de gastos de carácter clientelista y en proyectos de impacto mediático;
  • Incertidumbre sobre las políticas de seguridad, ya que Bukele evade este tema.
  • Falta de gobernabilidad en el Legislativo, con el peligro de resolver este vacío con medidas que atenten contra la separación de poderes.
Para prevenir los riesgos que plantea este segundo escenario del 2019, es fundamental que se haga desde ya, aprovechando la correlación de fuerzas en la Asamblea, todo lo posible para fortalecer la institucionalidad:
  • Tener una fiscalía general fuerte e independiente;
  • No sabemos si la nueva Sala responde a este criterio. Hay que presionar desde la ciudadanía;
  • Fortalecer la capacidad de incidencia de la Sociedad Civil y sus articulaciones gremiales, sociales y académicas;
  • Avanzar decididamente en la renovación de los partidos, en especial FMLN y ARENA, moviéndolos al centro, democratizándolos, recuperando la confianza ciudadana;
  • Robustecer la libertad de expresión y la independencia y la capacidad de incidencia de los medios de comunicación.
Todo esto es esencial, gane quien gane. También Calleja necesitará una ciudadanía activa e instituciones fuertes, para facilitar que realmente pueda formar un gobierno que no corresponda a intereses particulares y partidarios.

Entonces, las otras interrogantes para el 2019 son:

¿Logra el FMLN parar su declive, posicionarse como una propuesta válida de izquierda, deshacerse de sus tendencias populistas, y ejercer su rol de oposición y correctivo ante el gobierno que salga electo?

¿Logra ARENA aprovechar los nuevos aires aportados por sus nuevas figuras Carlos Calleja, Javier Simán y Carmen Aída Lazo para hacer irreversible su renovación, independientemente si le toca gobernar o ejercer la oposición y la defensa de la institucionalidad?

¿En qué tipo de fuerza se va a convertir la alianza que respalda a Bukele? Todo indica que no va a perdurar, gane o pierda las elecciones presidenciales. En ambos casos, habrá una competencia férrea entre GANA y Nuevas Ideas sobre quién de los dos se convertirá en el 2021 en la verdadera tercera fuerza en la Asamblea y en los gobiernos locales.

Este artículo es parte de la Edición Especial
de fin de año de EL DIARIO DE HOY


domingo, 30 de diciembre de 2018

Joder a Paco Flores. Columna Transversal

Escuché los ‘audios presidenciales’ que publicó la revista digital ‘Factum’. Lo que se presencia ahí, tiene algo insuperablemente cómico. Algo tan cínico que raya en lo absurdo. Algo tan absurdo que da risa.

Hay que ubicarse en el tiempo y en el contexto. La grabación refleja una reunión celebrada el 11 de octubre del 2013. Los participantes son: Mauricio Funes, entonces presidente de la República, acompañado por su capo ‘Mecafé’; y Tony Saca, su antecesor en Casa Presidencial, acompañado por su capo-primo Herbert y por su incondicional César Funes. A esta altura del partido, Tony Saca ya se había robado decenas de millones de dólares de fondos públicos. Cuanto realmente robó nunca lo vamos a saber. Según la acusación del fiscal Douglas Meléndez, se quedó con la totalidad de la partida reservada de CAPRES, unos 300 millones. Pero como esto obviamente fue paja mediática y por tanto no lo pudo comprobar, Meléndez aceptó un juicio abreviado, así que nunca se estableció cuál fue la porción que de hecho se apropió Saca. Cuando los presidentes se juntaron para tomar whisky y conspirar, buena parte de este dinero ya estaba invertido: en sus empresas, en su mansión – y en su partido GANA.


Por su parte Funes, con 4 años en CAPRES, posiblemente ya había superado las cifras de Saca. Según Douglas Meléndez, cuando Funes entregó el poder en junio del 2014, había malversado unos 350 millones, y nadie sabe que porcentaje te quedó a él, a Vanda, a la Michy y a sus hijos…

Entonces, aquel 11 de octubre del 2013 están sentados dos dones tomando whisky. Ambos perfectamente sabían que el otro se había robado una fortuna – pero de esto, entre caballeros, no se habla. Hablaron sobre como joder a otro ex presidente, Paco Flores, y como convencer a la ciudadanía que este su enemigo común se había quedado con 10 millones de dólares que el gobierno de Taiwán había mandado con cheques a su nombre. Obviamente, los ahí reunidos, ladrones todos, no se dieron paja mutuamente hablando de ética, moral y corrupción, tampoco de los víctimas del terremoto supuestamente defraudados por Flores. No, las lágrimas de cocodrilo quedaron reservados para los discursos públicos de Funes. Entre ladrones no se habla así, así que se concentraron en discutir cómo involucrar a un periodista corrupto, a un fiscal corrompible, a un fiscal general amigo y a un ministro de Seguridad inescrupuloso (Ricardo Perdomo). Todo con un solo fin: joder a Paco Flores – y por tanto a ARENA, faltando cinco meses a las elecciones. Aunque no lo mencionaron, se trató de facilitar que don Tony podía regresar al poder y seguir robando. Punto. Una cosa sumamente práctica, que tiene que ver con sobornos, con amenazas, con tráfico de información falsa – no con pendejadas nobles como justicia o verdad.




Ahí reside lo cómico de estas conversaciones, lo cínico y lo absurdo. El triángulo conspirativo entre dos presidentes anteriormente enfrentados ideológicamente, pero unidos en la corrupción y el odio a Paco Flores; y el tercero, ausente pero siempre presente: el todopoderoso Fiscal General Luis Martínez.

No era la única vez que se puso a funcionar este triángulo mafioso para joder a un adversario. Igual los mismos tres conspiraron para hundir a don Billy Sol y los otros acusados en el caso CEL-ENEL. Con el mismo cinismo: todos los conspiradores sabían perfectamente quienes habían convertido la CEL y a Geotérmica en hoyos negros de la corrupción: primero Saca, luego Funes, usando los mimos operadores. Con el caso CEL-ENEL querían matar dos pájaros con un tiro: desacreditar a Billy Sol, Paco Flores y ARENA – y a la vez levantar una cortina de humo para esconder su propia administración fraudulenta en la CEL.

Hoy Tony Saca y Luis Martínez conviven en Mariona. Tal vez todavía andan discutiendo porqué no les funcionó su jugada contra don Billy. Bueno, la segunda jugada sí les funcionó. No lograron condenar a Paco Flores, pero sí matarlo. Tampoco Saca logró regresar a poder, pero por o menos lograron que llegara Sánchez Cerén.

En resumen, los ex presidentes nos obsequiaron una ópera bufa surrealista, y el que debe estar riéndose a carcajadas es Paco Flores, apreciando desde donde esté las piruetas que dio la vida a los tres señores que lo querían joder…

Escuche los ‘audios presidenciales”:

Versión resumida
Versión completa

Lea la nota de Factum:
Funes y Saca planifican operación ilegal


sábado, 29 de diciembre de 2018

Carta a los bichos: ¿Quién los va a detener?

Estimados ‘Jóvenes talentos’:
Hoy conocí a uno de ustedes: hijo del vigilante de mi pasaje; 17 años, viviendo en un cantón en la cima de la Cordillera del Bálsamo; entrando al último año de bachillerato y al tercer año del ‘Programa Academias Especiales Sabatinas Experimentales’ de la Universidad Matías Delgado, popularmente conocido como ‘Jóvenes Talentos’.
Me dejó impresionado por su autoestima, su determinación de superar obstáculos (tiene muchos…), su humor, su humildad…
Repito lo que escribí en una carta recién publicada: ¿Quién dice que en este país no hay futuro? Este bicho tiene futuro. Es el futuro. Va a romper, ya está rompiendo las barreras que en su familia y en su cantón han impedido que los jóvenes, aunque sean talentosos y ambiciosos, lleguen a trascender la ignorancia, la mediocridad y la pobreza.

Ha tenido suerte que un profesor detectó sus talentos y lo convenció para aplicar al programa de la Matías. Pero, ¿cuántos profesores de nuestras escuelas rurales saben de la existencia de estos programas en la Matías o en la Universidad de El Salvador, y de cómo acceder a ellos? ¿Cuántos profesores saben detectar a los talentos entre la masa de adolescentes que tienen en frente? ¿Cuántos jóvenes tienen la suerte de tener padres que apoyan la ambición de sus hijos a trascender la vida de sus abuelos, tíos y padres? ¿Y cuántos jóvenes talentos caben en los pocos programas diseñados para fomentarlos y levarlos a las carreras académicas y profesionales adecuadas?

Una vez que los jóvenes talentos entran a estos programas, sean de las universidades o de iniciativas como ‘Supérate’ y otros que promueven empresas y ONGs, su camino al éxito académico y profesional está abierto. Terminan becados en las universidades y entran con ventajas al mercado laboral.

Sus historias de éxito todavía son la excepción. Esto es lo que hay que cambiar.

Recomiendo a quien salga electo de presidente a potenciar esta vía aún extraordinaria para romper barreras de pobreza y marginación. Hay que establecer estos programas para jóvenes talentos en todas las universidades y todas las regiones. Hay que desplegar en todos los institutos nacionales a profesores especializados en detectar y fomentar talentos, y que sean los enlaces con los programas especiales en las universidades y otras instituciones.

Costará dinero, pero poco. Y será buena inversión, con impactos medibles. Con una razonable inversión, se podría multiplicar los casos, ahora aún excepcionales, de jóvenes de zonas pobres que logren acceder a estudios superiores y carreras profesionales hasta ahora reservadas para pocos. Los efectos, tanto para la meta de inclusión social como para el desarrollo tecnológico del país, serán visibles y medibles en pocos años.

Animo a todos los jóvenes que sienten que tienen la capacidad de romper las barreras que han mantenido a sus familias atrapadas en el círculo vicioso de pobreza e ignorancia a buscar las instituciones que les pueden abrir camino. Y a los profesores a empujarlos. Una vez que ustedes superen los primeros obstáculos, ¿quién los va a detener?

Saludos y feliz año,

Vea la Carta a los pesimistas y llorones: ¿Quién dice que este país no tiene futuro?



jueves, 27 de diciembre de 2018

10 telegramas de fin de año

Papa Francisco: ¿Qué le cuesta decir que lo que Maduro y Ortega están haciendo está mal y tiene que parar? ¡Usted es el Papa!

Salvador Sánchez Cerén:
Aunque el Papa guarda silencio sobre Nicaragua, no es razón para que lo emule usted que tanto debe al generoso pueblo nica. ¿O piensa que fue el señor Ortega que nos dio comida, casa y hasta armas durante la guerra? Con copia a Hugo Martínez…

Carlos Calleja:
Para que ‘el mejor gobierno de la historia’ sea más que una promesa, ¿cuándo nos presentará algunos hombres y mujeres que gobernarán con usted? ¿Cuántos de estos serán ex ministros de anteriores gobiernos de ARENA?

Nayib Bukele:
Cuando habla de ‘los mismos de siempre’, ¿excluye a los operadores y propagandistas de Saca y Funes?
Guillermo Gallegos, Herbert Saca, Walter Araujo, Félix Ulloa, Dagoberto, Porfirio Chica, Peter Dumas, Ernesto Sanabria y Alejando Muyshondt: ¿Ustedes son ‘los otros de siempre’?

Hugo Martínez:
Díganos 10 decisiones concretas que como presidente tomaría diferente a Funes y Sánchez Cerén. Esto te daría fácilmente 200 mil votos de los que se les fueron en marzo del 2018.

Roy Campos: ¿Por qué no da la cara como el estratega principal del ‘Team Nayib’ que es? ¿Le da pena que lo asocien con Bukele, o teme que no es conveniente para el director de una encuestadora como Mitofsky?

Nayib Bukele:
No le crea la paja a Roy Campos sobre el voto joven que le va a garantizar la victoria. Ni sus propias encuestas lo sustentan.

Raul Melara:
Si una de las principales críticas al fiscal saliente fue el manejo mediático de sus casos, ¿cómo se le ocurrió hacerse acompañar en su primera declaración ante los medios por el hombre de comunicaciones de Douglas Meléndez?

Mauricio Funes:
Tony Saca tiene la ventaja que desde Mariona no puede interferir en la campaña electoral actual. ¿Por qué no se solidariza con su amigo y se queda callado? De paso dejaría de complicarle la vida a Hugo Martínez…

Carlos Calleja:
Fue valiente su discurso sobre prevención versus represión, y guerra versus inversión social. Tenga el valor de mantenerlo, sin titubeos y medias tintas, en el centro de su campaña.

Feliz año a todos les desea


sábado, 22 de diciembre de 2018

Carta a la Migra: Dejen de joder a la gente

Acabo de regresar de un viaje relámpago a Europa. En una semana pasé por siete aeropuertos, y cuatro veces por migración: dos veces en Estados Unidos, donde las reglas básicas del servicio de migración son la desconfianza y el mal humor; una vez en Amsterdam, y al final para volver a entrar a mi propio país, El Salvador.

Los problemas que enfrentamos en los aeropuertos de Estado Unidos ya todos los viajeros los conocemos. Es una cuestión de paciencia y tragarse la rabia. Son inmensos ‘hubs’, donde se despachan diariamente millones de viajeros, y nunca entendí por qué someten a los que solo quieren transbordar para ir de paso a otros destinos y los someten al mismo escrutinio que los que entran a Estados Unidos. Alimentados de docenas de vuelos precedentes de todo el mundo, se forman colas interminables que avanzan a paso de tortuga. Como no había nada que hacer, y para no volverme loco, tomé los tiempos al trámite migratorio: un promedio de 2 minutos, excepto para los muchos que son escoltados a las oficinas para ser sometidos a saber qué interrogatorios.

En Amsterdam, donde uno entra a la Unión Europea, región marcada por movimientos millonarios de refugiados, buscadores de asilo político, y migrantes que buscan trabajo, solo hubo una cola de 10 metros, y el promedio del trámite de control era de menos de un minuto. De bono navideño uno recibe una sonrisa y un “Bienvenido a Amsterdam”.

En el aeropuerto de Comalapa llegué a la 1 de la mañana, y para mi sorpresa me encontré con una cola igual de larga que en Houston y, en el viaje de ida, en Atlanta. Pero como de los 18 mostradores de migración solo estaban habilitados 5, y como aquí el promedio del tramite, por razones inexplicables, es de 4 minutos, salí del aeropuerto hasta las 3 de la mañana. Y esto con suerte, porque fui de los primeros que había salido del avión para alargar la cola formada por otros vuelos anteriores. Si no, hubiera salido tal vez a las 4am…

Mientras uno avanza, centímetro por centímetro en esta cola, y mientras a uno se le sube a cólera a niveles preocupantes para la salud mental, uno se hace varias preguntas: ¿Qué diablos hacen que tarde 4 minutos para ver si uno tiene orden de captura o algún impedimento para entrar al país? ¿Por qué no compran un software a los holandeses, en vez de usar un sistema diseñado por la inteligencia cubana? ¿Y qué impide a Migración prever, para cada hora del día y de la noche, el volumen de viajeros y habilitar los mostradores que sean necesarios?

No somos un país peleando con hordas de inmigrantes que quieren buscar su suerte en El Salvador. De hecho, durante las dos horas en la cola de Comalapa a ningún viajero le fue negado la entrada, tampoco hubo detenciones. ¿Cuál es el problema que a obliga a nuestras autoridades a hacer sufrir de balde a los trasnochados viajeros y a los familiares que afuera los están esperando, por cierto en un lugar inhóspito donde nadie se puede sentar, donde no hay pantallas que avisan de la llegado o las atrasos de los aviones?

Me acordé de mi último viaje en carro a Honduras. En El Amatillo, se tardaron 2 horas para despachar a los viajeros que estaban saliendo de El Salvador. Y en el otro lado, la “Migra” hondureña solo necesitaba 20 minutos para los trámites de entrada de la misma cola de personas y vehículos. ¿Cómo no llegar a la conclusión que algo está mal con nuestro “servicio” de migración?

De hecho, nuestra Migración no funciona con una filosofía de servicio al ciudadano, sino con una de seguridad. No es casualidad que aquí la “Migra” es parte del aparato de Seguridad, adscrita al Ministerio de Seguridad, y conducida por una comisionada de la PNC. Y las consecuencias no solo las sufrimos nosotros, sino igualmente los turistas y los que llegan al país por negocios o inversiones. Esto es una de las primeras cosas que habrá que cambiar el nuevo gobierno.

Saludos,


Posdata: Lo aquí escrito no va contra los agentes de migración, igual de fatigados y frustrados que los viajeros, sino contra los burócratas que tan mal administran este servicio.


jueves, 20 de diciembre de 2018

Carta a los candidatos: Si hablan de pensiones, por favor hablen claro

Estimados candidatos:
La primera pregunta en el debate presidencial en la UES fue sobre las pensiones, y lamentablemente nadie la contestó bien. Tratando de contestar lo que es imposible explicar en 2 minutos, fallaron. Lo correcto hubiera sido no intentar de contestar la pregunta, sino usar sus 2 minutos para definir bien el problema.

Es tiempo que algún líder (o quien quiere serlo) diga al país: El problema que tres cuartos de la población no tiene expectativa de pensión no se puede solucionar perfeccionando el sistema existente de pensiones. Este sistema (tanto el tradicional público-solidario, como el nuevo privado) está basado en que los que están en empleo formal pagan mensualmente sus aportes, igual que sus empleadores. Por definición, las cotizaciones del 25% de la población nunca podrán financiar una pensión digna para el restante 75%.

Aunque es correcto que urge hacer el sistema existente de pensiones más inclusivo (ampliar la cobertura) y más efectivo (garantizar que los ahorros se manejen de forma más rentable, para generar pensiones más altas), esto no resuelve el problema de millones de salvadoreños que no pueden esperar pensiones dignas: los que están fuera de la economía formal; los que no llegan a los tiempos requeridos (sobre todo mujeres); y los que ganan apenas salario mínimo y recibirán pensiones debajo del mínimo necesario.

Cualquier solución de este problema grave no es asunto de la reforma del sistema de pensiones basado en cotizaciones, sino de las políticas sociales que los políticos estén dispuestos a proponer y los ciudadanos a financiar – con sus impuestos.

No decir esto con claridad (y no invitar a la sociedad a discutir si está dispuesta a asumir una solución financiada por impuestos) es una falacia y una forma de engaño.

Me pregunto: ¿Por qué ningún candidato nos confronta con este problema? ¿Por qué nadie ha detectado que muchos ciudadanos estamos ansiosos a escuchar a políticos que nos obligan a enfrentar y discutir las preguntas que la sociedad se tiene que hacer para progresar?

Por supuesto hay que hacer todas las reformas necesarias al sistema provisional. Por supuesto hay que buscar formas de gradualmente ampliar la cobertura del sistema y mejorar las pensiones que produce. Para esto, tanto Hugo Martínez como Carlos Calleja han presentado propuestas que parecen racionales y merecen discusión. Pero no deben seguir evadiendo la discusión necesaria sobre una política social que en serio enfrente el problema de la extrema pobreza de millones de viejos actuales y futuros. Y no deben evadir el hecho que una solución de este problema necesita financiamiento público.

Uruguay legó a un acuerdo nacional de aumentar el IVA y dedicar los puntos porcentuales adicionales exclusivamente a la creación de una pensión mínima universal. Urge una discusión seria y honesta sobre cómo financiar la solución en El Salvador – y este tema no debe estar ausente en la campaña electoral. Nunca es tarde, señores candidatos.

Saludos,






domingo, 16 de diciembre de 2018

¿Quiénes opacan las propuestas? Columna Transversal

Esta carrera presidencial es inusual, en muchos sentidos. Hay una extraña mezcla entre estilos de campaña, no solo entre los diferentes contendientes, sino también conviviendo dentro de cada campaña. Los equipos de cada candidato brincan de las usuales promesas populistas a descalificaciones al adversario, pero también presentan propuestas.

El problema es que el permanente ruido de los mutuos ataques y contraataques, sobre todo entre los partidarios de Nayib Bukele y de Carlos Calleja, opaca las propuestas. Así, aunque todos los candidatos han presentado propuestas y varias de ellas valen la pena analizarlas comparativamente, se genera la percepción general que hay un vacío de contenidos y propuestas.

Carlos Calleja y Carmen Aída Lazo han pasado varias semanas usando sus diarias visitas territoriales y sectoriales para presentar propuestas concretas. También han organizado eventos de especiales temáticas. Algunas de sus propuestas han sido convertidas en iniciativas legislativas y presentadas a la Asamblea, en materia de transparencia, austeridad e impuestos. El problema es que no solo en las redes sociales, sino también en los medios e incluso en los análisis, se ha enfocado más en la parte más juiciosa de la campaña: las acusaciones, contraacusaciones, sospechas, descalificaciones.

Los candidatos de VAMOS han lanzado múltiples propuestas, algunas algo confusas, pero otras bastante racionales, por ejemplo en materia de prevención e inclusión social —pero como ellos no participan del show de lucha grecorromana, nadie les para bola.

Hugo Martínez, aparte de pegar brincos, ha formulado propuestas, por ejemplo en materia de educación y salud. Pero nadie se ha tomado la molestia de analizarlas, me imagino por la sospecha general de que son “lo mismo de siempre del Frente” —y por la percepción de que de todos modos no va a ganar…

Bukele es el candidato que menos ha revelado qué piensa hacer como presidente, aunque también formuló propuestas, algunas bastante concretas, como el Aeropuerto Internacional de Oriente, que habría que analizar para ver qué tipo de gobierno piensa armar y con qué prioridades.

En esta situación, salieron varias columnas que se quejan de que “en esta campaña nadie está haciendo propuestas”, y en especial de que nadie habla del problema más urgente: la inseguridad, la delincuencia, las pandillas. Ojo, colegas, esto no es cierto. O por lo menos, no como afirmación generalizada.

Voy a poner un ejemplo: Mi amigo Cristian Villalta, uno de mis columnistas favoritos, escribió: “Merecíamos una campaña para adultos. A cambio hemos tenido una profunda discusión sobre los colores, un poco de inglés sin barreras, misoginia cuando se puede, vulgaridades cuando se debe y en general una comunicación que no respeta códigos. ¿Por qué la resistencia de los candidatos a hablar de las pandillas, del plan de seguridad, de la vulnerabilidad de nuestros cuerpos de seguridad?”.

Y en El Faro, Roberto Valencia inicia una entrevista diciendo: “Los candidatos a la presidencia apenas han dicho nada sobre las maras transcurrida ya más de la mitad de la campaña electoral en El Salvador, como si se tratase de un fenómeno ajeno a la sociedad o sin incidencia”.

¡Qué rara esta percepción! ¿Un columnista tan sensible para los tonos de lenguaje político como Villalta, o un experto en el tema pandillas como Valencia, no se dieron cuenta de que Carlos Calleja, en medio del sospechoso silencio sobre el tema pandillas, hizo una ponencia larga sobre seguridad, que rompe con las concepciones hasta ahora adoptadas por los gobiernos, tanto de ARENA como del FMLN? ¿O por qué otra razón no reaccionaron?

Un candidato de ARENA dijo: “No podemos seguir con una guerra interminable contra las pandillas” y diseñó un concepto de prevención que consiste en “focalizar toda la inversión social de Estado en la tarea de erradicar la marginación social” y en hacer posible la reinserción de los sectores fuera de la ley en la sociedad. Esto supuestamente debería haber provocado un debate. Al fin un candidato tuvo el valor de formular una política de seguridad racional, sabiendo que posiblemente no sea popular, ni en su propio partido —y nadie entró en este debate, ni los demás candidatos (con excepción de Josué Alvarado, quien hace de las políticas de inclusión el eje de su programa), ni los expertos, ni los columnistas. Un candidato de derecha se compromete a poner fin a la ideología de mano dura, a revertir la militarización de la seguridad pública y dice que va a someter al aparato de seguridad a un estricto control civil —y seguimos hablando de pantones y quejarnos de que la campaña no tiene sustancia…

Aquí impera una percepción selectiva, basada en la sospecha de que todos los candidatos, aunque hagan propuestas, incluso algunas audaces y arriesgadas, no hablan en serio. Aplicar de antemano esta asunción de culpabilidad, sin ni siquiera entrar en análisis, obviamente no abona a la meta de que al fin los ciudadanos decidan su voto de manera racional.