Para poder solucionar los problemas ambientales hay que saber como divulgarlos, no podemos gritar desde afuera esperando que nos escuchen, no podemos pensar que la denuncia es la única forma de enfrentarnos a los que destruyen el ambiente. Hay que construir y hay que ser buenas y atractivas voces para poder generar los cambios que se necesitan en este mundo. Al Gore no es el ambientalista más importante del mundo, ni es el mayor científico que existe sobre el cambio climático, pero su labor en la divulgación de este probablemente seguramente tendrá un impacto más grande y propicie mayores cambios que ningún ambientalista tipo GreenPeace o grandes científicos aislados en sus ciencias.
La política del cambio climático es complicada, el protocolo de Kioto es la pieza central de la discusión y oposición. Este se encuentra en vigor desde 2005 después de la ratificación de Rusia, ya que la unión europea se comprometió a pagar la reconversión industrial rusa. La aplicación del protocolo compromete a los países firmantes a llegar en el período de 2008 a 2012 al 95% de las emisiones de gases de invernadero de 1990. Muchos ambientalistas critican este esfuerzo y consideran que esa reducción será más bien cosmética. Además si sumamos a que Estados Unidos, el país que más gases de invernadero arroja la atmosfera, no a ratificado y en los últimos tiempos se ha retirado del protocolo, que además Australia no es firmante, siendo la principal fuente de estos gases del lado sur del planeta y sobre todo que estas restricciones no aplican a países en vías de desarrollo como China e India, puede ser que tengan razón. A pesar de esto, es el primer esfuerzo global para enfrentar el problema y debería de ser tomado como un primer paso en la búsqueda de soluciones.
A las políticas del cambio climático se le acaba de añadir un nuevo factor, el premio nobel de la paz 2007 es Al Gore y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) dirigido por Rajendra K. Pachauri. Esto va en la misma línea de la proyección ambiental que esta teniendo el comité en los últimos años. En el 2004 el premio le fue concedió a Wangari Muta Maathai por sus contribuciones al desarrollo sostenible, la democracia y la paz. Lo interesante de este año es que la designación de este premio compartido es que fue otorgado por “los esfuerzos en construir y diseminar mejor conocimiento sobre el cambio climático hecho por los seres humanos, y por dar los fundamentos para las medidas necesarias para contrarrestar este cambio”. El IPCC de Pachauri es el responsable en gran medida de establecer estos medidas y por haber hecho gran parte de la investigación por la cual evaluar y corregir el rumbo actual. Junto con el informe Stern han trabajado han producido los mejores documentos e investigación relacionada a este tema. El papel de Al Gore es el que más relevante y se resume en una sola palabra “diseminar”. Durante muchos años los movimientos ambientalistas han tratado de influir en la agenda política internacional o en la generación de conciencia sobre los problemas ambientales y lo han logrado en mayor o menor medida. Lo cierto es que la campaña mediática que ha generado un vicepresidente y casi presidente de los Estados Unidos ha sido muchísimo más exitosa que todos los esfuerzos hechos por GreenPeace. Y ha contribuido de mejor manera a la divulgación del tema del cambio climático.
Al Gore es un personaje curioso, nacido en Washington D.C. en 1948, estudio en Harvard donde conoce al profesor Roger Revelle, uno de los pioneros en las mediciones del dióxido de carbono en la atmosfera. Congresista por el estado de Tennessee desde 1976 a 1984, momento en el cual es elegido Senador de ese mismo estado. En 1988 falla en su intento de ser nominado como candidato a presidente por el partido Demócrata y en 1992 Bill Clinton lo escoge como candidato a la vicepresidenta, en ese mismo año pública su libro “Earth in the Balance: Ecology and the Human Spirit”. Como vicepresidente de Estados Unidos impulso el uso de las tazas de carbono como impuesto a la utilización de combustibles fósiles; ayudo a lanzar el programa Globo, un programa de educación ambiental y de ciencia a través de internet; impulso la creación del protocolo de Kioto y la aprobación y ratificación del mismo, pero obtuvo una negativa absoluta del Senado, por decir que el protocolo ponía “en serio riesgo la economía de los Estados Unidos”. Esta es probablemente la parte más controversial de su paso como vicepresidente, porque ahora desde afuera exige lo que el no logró desde adentro. Luego de perder en las elecciones del 2000 ante George W. Bush, a pesar de haber obtenido la mayor cantidad de votos. Se dedica otra a impulsar iniciativas para el desarrollo sostenible. Como parte de esto realiza viajes a todo el mundo haciendo una presentación sobre el cambio climático, donde los productores de la película “El día después de mañana” Laurie David y Lawrence Bender, lo conocen y le ofrecen hacer una película sobre su presentación, así nace “Una verdad Inconveniente”. Desde entonces Gore ha incrementado, sus charlas y la proyección de esta película (ganadora de un Oscar y el premio Sir David Attenborough). Se reúne con los buros de las industrias más importantes y está impulsando la reconversión industrial para poder palear los efectos del cambio climático. En Julio de este año organizo el concierto “Live Earth” realizado en continuo durante 24 horas en Londres, Sídney, Johannesburgo, Tokio, Shanghái, Hamburgo y Nueva York. Sin duda Gore ha puesto en la mesa de discusión el cambio climático y a triunfado donde la mayoría de organizaciones ambientalista nunca lo logra, en la comercialización y masificación de las propuestas.
Este es el ejemplo que muchas organizaciones ambientales debería de tomar, que es necesario un liderazgo serio para poder impulsar los cambios que se quieren ver en la sociedad y esos no están el los foros de conversos (congresos científicos, reuniones de UICN, o buros y paneles ambientalistas) está en la proyección a la empresa, a los gobiernos y a la masa. En El Salvador tal vez SalvaNATURA sea la organización que mejor ha entendido que el “marketing” ambiental es probablemente la estrategia más importante para generar los cambios necesarios. Y esto no significa renunciar a los ideales conservacionistas, sino que al contrario significa entender el mundo donde vivimos y saber que gritando desde afuera y en contra de todo no lograremos avanzar, sino que nos convertiremos en parte del problema.