"Con los fundamentalistas de ambos lados fuera del juego, se puede comenzar a construir soluciones negociadas para llegar a la coexistencia de dos estados en la tierra entre el río Jordán y el mar."
En la voz del autor: Palestina.mp3
Publicado en MAS! y El DIARIO DE HOY, martes 3 junio 2025
Siempre he defendido el derecho de Israel de defenderse de vecinos que niegan su derecho de existir. Y lo voy a seguir haciendo. Pero esto no significa que consienta los crímenes de guerra del gobierno Netanyahu.
Como alemán de una generación, cuyos padres fueron responsables del exterminio de 6 millones de judíos, comparto el imperativo categórico que en Alemania llamamos “Staatsräson, raison d'État”. Al fundar el Estado alemán de la postguerra, la República Federal de Alemania definió como una de sus obligaciones irrevocables la protección del pueblo judío, tanto en su Estado Israel como en la diáspora.
Pero otra “Staatsräson” que asumimos los alemanes luego de la dictadura nazi es expresada en el artículo 1 de la Constitución alemana: “Die Würde des Menschen ist unantastbar. Sie zu achten und zu schützen ist Verpflichtung aller staatlichen Gewalt.” Una frase hermosa, que se traduce así: “La dignidad humana es intangible. Respetarla y protegerla es obligación de todo poder público.” El mismo principio es expresado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, válido para todos los países firmantes. Y tiene que aplicarse a todos los pueblos y todos los individuos. No hay manera de excluir a los palestinos.
La dignidad -y más allá de ella, la existencia- del pueblo palestino está puesta en peligro por el gobierno actual de Israel, que abusando de su derecho de defenderse de ataques de organizaciones terroristas atenta contra la población de Gaza y de Cisjordania de formas que hay que clasificarse como crímenes de guerra. Pero igualmente está puesto en peligro por organizaciones como Hamas, que ejerce una sangrienta dictadura en Gaza y usa la población civil como escudo y su sufrimiento para ganar apoyo internacional.
Hoy en día, luego de 2 años de operativos militares que directamente afectan a la población de Gaza, proteger Israel significa quitarle legitimidad y apoyo al gobierno de Netanyahu y sus aliados racistas. Nadie debe tolerar, ni mucho menos apoyar, la manera genocida que ha escogido el gobierno israelí para ejercer su derecho de defensa.
Y luego del 7 de octubre 2023 y la negación de Hamas de liberar a todos los rehenes, proteger los derechos del pueblo palestino significa retirar todo apoyo político y material a organizaciones terroristas como Hamas.
Los países vecinos, incluyendo los europeos, tienen que ayudar a la oposición democrática israelí a sustituir el gobierno Netanyahu por uno que respete el estado de derecho y los derechos humanos y que retome la búsqueda de la única solución posible: la de dos estados, Israel y Palestina, que convivan pacíficamente y cooperen en el desarrollo social y económico compartido de toda la región.
Los países vecinos y europeos tienen que cooperar para desarticular y desarmar a todas las milicias terroristas en la región.
Con los fundamentalistas de ambos lados fuera del juego, se puede comenzar a construir soluciones negociadas para llegar a la coexistencia de dos estados en la tierra entre el río Jordán y el mar.
Con un gobierno israelí que usa bombardeos indiscriminados para desplazar la población palestina de sus territorios -o incluso eliminarla- y con organizaciones fundamentalistas que quieren destruir el Estado de Israel en control de Gaza, no habrá camino para la paz.
Aislar a los fundamentalistas en Israel y Palestina no es solamente tarea de los gobiernos, sino igualmente de todos que ejercen influencia en sus sociedades. Los amigos de Israel tienen que tener el valor de llamar crímenes de guerra lo que comete el gobierno de Netanyahu – y quienes se declaran solidarios con el pueblo palestino deben dejar de hablar de organizaciones terroristas como Hamas y Hezbolah como si fueran movimientos de liberación nacional. No lo son. Son movimientos reaccionarios, retrógrados y represivos.
No se trata de tomar partido entre Israel y Palestina, se trata de llamar por su nombre las atrocidades que se están cometiendo a nombre de ambos pueblos. Lo que Israel está haciendo ahora, obligando a la población palestina a concentrarse en la parte Sur de Gaza para ahí bombardearlos, no tiene justificación. Hay que pararlo. Lo dice alguien que toda la vida ha defendido el derecho de Israel de defenderse con toda su fuerza contra agresiones militares y terroristas.
Que cada uno piense bien su posición ante el dilema en la tierra de los palestinos y judíos.
Saludos,