"Entonces, cuidado señores profesores y directores: En una institución militarizada las órdenes no se discuten, se cumplen."
En la voz del autor: obediencia.mp3
Cito un twit de Nayib Bukele que decía solamente: “Buenos días”, “por favor” y “gracias”. Todos entendimos a qué se refiere: a la campaña de orden, disciplina y obediencia de su nueva ministra de Educación, la capitana Karla Trigueros.
El hombre que desde su investidura de presidente emite órdenes a sus ministros, sin jamás decir “por favor”, amenaza a los alumnos con aplazarlos si no dicen “gracias, profesor” cuando les regañen.
El hombre que a los periodistas los llama “escoria” y a los opositores “enemigos de la patria” o “traidores al pueblo”, quiere enseñar a la juventud “buena educación”.
Los que no dejan a hablar en la Asamblea a las diputadas de la oposición política y las insultan, fingen ser apóstoles de la moral y los buenos modales.
Lo que tal vez al principio no muchos entendieron, ahora entienden todos: Las medidas de disciplina no sólo son una amenaza para los alumnos, sino igualmente para los profesores y directores. Acordémonos de la frase final del la orden del día #1 de la nueva ministra, en la cual decretaba el corte de pelo “adecuado” de los alumnos. Decía: “La omisión de estas disposiciones por parte de los directores será considerada una falta grave de responsabilidad y dará lugar a disposiciones correspondientes.”Este lenguaje burocrático se traduce al salvadoreño así: “O me sirven de sargentos o capataces, o los voy a chingar.”
La amenaza no está en vano. Ya despidieron a un director y un subdirector, ambos del INTI en San Jacinto. Ni siquiera por desobediencia a la orden de revisar el corte de pelos. No, fueron despedidos por un pecado de hace 12 años. Escribió la ministra: “He ordenado la destitución inmediata del director y subdirector del Instituto Técnico Industrial (INTI), tras confirmarse que continúan siendo los mismos de aquella época evidenciada en el video compartido por el Presidente @nayibbukele.”
‘Aquella época’ fue hace 12 años, cuando fue grabado en el INTI un video con el cual Bukele el lunes 25 de agosto abrió el ataque a los directores del INTI. El video muestra una manifestación de los alumnos del INTI protestando contra la destitución del director. El hombre quedó en su cargo - y ahora, faltando un año a su jubilación, lo despiden. Y lo despiden sin huella del debido proceso que según la Ley de la Carrera Docente hay que guardar para sustituir a un docente. Otra ley con la cual hoy se limpian el trasero (yo puedo expresarme así, porque no soy alumno bajo el mando de la capitana).
Entonces, cuidado señores profesores y directores: En una institución militarizada las órdenes no se discuten, se cumplen. Nada de pendejadas sindicales, a menos que sea con un sindicato que se plegó al nuevo poder.
Todo esto es tan burdo que es más bien materia de jodedera. Pero detrás del regreso a la educación del siglo pasado surgen unas preguntas serias: ¿Realmente piensan que la falta de orden, disciplina, cortesía y obediencia es la causa de la mala formación académica, con la cual la gran mayoría de los alumnos sale de las escuelas y los institutos, incluso de las universidades?
¿No será más bien por deficiencias graves en la formación del personal docente y por la incapacidad de los gobiernos de reformar los planes de estudio y adaptarlos al siglo 21?
¿Acaso el lamentable estado físico de los centros escolares y la falta de transporte y alimentación escolar no tienen nada que ver con los malos resultados?
Los ejemplos de los mejores sistemas educativos del mundo demuestran: Los buenos resultados se consiguen con un profesorado bien formado, bien motivado, bien pagado y capacitado a enseñar mediante la promoción de la creatividad y la capacidad de pensamiento crítico de los alumnos. Lo peor que puede hacerse es reducir al maestro a un rol de capataz para vigilar y disciplinar a los alumnos. En un ambiente así nadie tiene incentivos para aprender a pensar y actuar con responsabilidad.
El presidente y los loros que repitan sus sermones nos quieren decir que en El Salvador los jóvenes se han convertido en pandilleros, porque en la escuela no les enseñaron modales. Es absurdo. Los miles de jóvenes, que de las escuelas salieron a la calle, a las pandillas y luego a la cárcel o al cementerio, provinieron de escuelas donde pensar libremente era sancionado; donde no hubo libertad ni incentivo para los alumnos de desarrollar su potencial creativo; donde nadie tomó en cuenta las fatales condiciones en sus familias y comunidades.
Gobernantes que quieren enseñar a los jóvenes obediencia y sumisión están interesados en formar una generación dispuesta a servir a una dictadura, sin cuestionar nada, sin protestar, sin jamás rebelarse.
Los maestros deben pensar muy bien si quieren ser parte de esta forma de educación. Los padres de familia deben decidir si esto es lo que quieren para sus hijos.
Piénsenlo bien. Saludos,