“El que no cree que estamos llevando cambios, que me haga llegar su renuncia a mi despacho”, dijo el mandatario anteayer. Igual que él, yo pensaba que el Frente no le iba a parar bola. Ellos ya saben que su presidente, cuando anda de mal humor o de goma, dice cualquier cosa. Tal vez el doctor Héctor Dada aprovecha esta oportunidad para al fin tirarle la puerta a Mauricio Funes...
Pero cuál habrá sido la sorpresa del presidente cuando el día siguiente encontró sobre su escritorio el montón de cartas de renuncia: de la doctora María Isabel con sus dos vices, Violeta y Espinoza; Sánchez Cerén (como ministro de Educación) con todo y su vice Erlinda Handal; Gerson Martínez y Humberto Centeno; Hugo Flores, viceministro de Agricultura; Nelson García de Transporte y Carlos Castaneda de Cancillería...
En esta situación de extrema crisis, el presidente ordenó algo extraordinario: Convocó una sesión del Consejo de Ministros - para ver quienes eran los fieles que seguían creyendo en ‘el cambio’.
Llegaron Mecafé y los tres Cáceres; Alex Segovia y Hato Hasbún; Neto Zelayandía y Héctor Samour; Julio Valdivieso y los demás hombres del presidente en CEL, INE y GEO; Carlos Acevedo del Banco Central de Reserva (“siguo creyendo en la desdolarización...”). Llegaron también López Suárez de Agricultura y Alberto Arene de CEPA (“como yo acabo de llegar, todavía no sé si este gobierno está llevando el cambio…”). Vinieron los generales de Defensa y Seguridad (“nosotros sí estamos produciendo cambios, además los soldados no renuncian...”). Y un señor Herbert Saca que nadie había invitado...
De último llegó el doctor Héctor Dada. ‘Si quieres renunciar, sólo deja la carta’, le dijo Alex Segovia. ‘¿Quien dice que voy a renunciar?’, contestó Dada, y se sentó, lejos de todos los demás.
‘¿Qué pasó con Hugo Martínez?’, preguntó alguien, ‘no veo la carta del canciller’.
‘¿Y no renunciaron todos del FMLN, pues?’, preguntó otro.
‘No’, dijo Hato, ‘aquí estoy, y Hugo anda de viaje, pero está con nosotros.’
Entonces, el presidente tomó la palabra: ‘Bueno, estamos los que estamos. Ahora, ¿cómo cubrimos los ministerios vacantes?’
‘Fácil’, dijo Herbert Saca: ‘Elizardo para Transporte, Ahues a Salud, Ciro al MOP, Samour se queda con Educación, y Dagoberto Marroquín va para…’
Una hora después, el nuevo gabinete estaba armado, y alguien preguntó: ‘¿Y Vanda, adónde anda?’
Cuando vieron la gran sonrisa en la cara del presidente, todos empezaron a reírse a carcajadas: ‘Celebremos!’
Y así terminó el primer Consejo de Ministros en dos años…
Saludos y felicitaciones, Paolo Lüers
(Lástima que lo único verídico de este cuento es la frase del presidente pidiendo las renuncias.)
(Más!/EDH)