viernes, 21 de noviembre de 2025

Mi defensa publica: Mi escrito de apelación contra una condena que merece nulidad absoluta. De Paolo Luers

 

SIGUIENTE PÁGINA, viernes 21 de noviembre 2025 

Fui condenado a 18 años de prisión en un juicio que, desde el principio, fue amañado y manipulado por la Fiscalía. En las condiciones actuales, sin independencia del sistema judicial, no pude esperar un debido y justo proceso. El resultado habla por sí mismo: fui condenado sin ninguna prueba válida. Tuve razón de no someterme a este juicio y de ir al exilio.

Siempre he dicho que mi defensa será pública. Por tanto, publico hoy el escrito de apelación que presentamos el 20 de noviembre, exponiendo por qué el juicio es nulo y pidiendo mi absolución. Considero que mi equipo de defensa está dando cátedra a jueces, fiscales y abogados penalistas — en un momento de crisis y perversión de la justicia en El Salvador.

Doy las gracias a los excelentes y valientes abogados que me han apoyado.


Para resumir:

* Fue acusado de un delito que no cometí. De hecho, en vez de instigar a las pandillas a hacer pactos electorales con partidos, hice lo contrario: me reuní con ellos para convencerlas de que NO lo hicieran.

** Por tanto, no hay pruebas que sustenten las acusaciones de la Fiscalía. Lo único que tiene la Fiscalía son los testimonios de dos ex jefes pandilleros convertidos en testigos criteriados. El que mintió ante la Fiscalía, diciendo que en una reunión les entregué dinero, nunca testificó ante los jueces. Por tanto,su testimonio no era admisible. El otro testigo criteriado sí testificó en la vista pública, pero afirmó que ni siquiera estaba presente en la reunión en cuestión. Solo le contaron...

La Fiscalía no presentó ni una sola prueba adicional para corroborar el cuento de los criteriados.

*** De todos modos, todo el juicio y la sentencia quedan nulos, porque los jueces aplicaron retroactivamente la reforma, hecha en el 2022, que permite el enjuiciamiento de acusados ausentes. Esto es ilegal. Las reformas solo pueden aplicarse en juicios sobre hechos anteriores si favorecen al acusado. Tendría que haber aplicado, en el caso de los imputados ausentes, la legislación vigente en 2014.




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jueves, 20 de noviembre de 2025

Carta a la Generación Z: No se dejen embaucar por los populistas. De Paolo Luers

 

"¿Realmente los jóvenes quisieran vivir bajo una dictadura como en El Salvador, donde la seguridad se paga con la pérdida de las libertades y las garantías que da un Estado de Derecho? No lo creo. Sería contrario al grito de libertad que la GenZ ha levantado en el mundo"

SIGUIENTE PÁGINA, jueves 20 de noviembre 2025 

Jóvenes rebeldes:

Su generación tiene toda la razón de estar brava y de manifestarlo. En México, la inseguridad les roba calidad de vida y las oportunidades para progresar. El gobierno federal no cumple con su deber de construir paz social, y menos aún los gobiernos estatales. La colusión entre el crimen organizado y el Estado hace fracasar las promesas de resolver el problema. Se necesita una rebelión.


Nadie puede quitarles a los jóvenes el mérito de haber tomado la iniciativa, rompiendo los moldes de la tradicional política partidaria. Lograron obligar al país entero a que, al fin, se enfrente al problema no resuelto que amenaza la convivencia de los mexicanos: el poder paralelo del crimen organizado. El impulso que ustedes dieron, autoconvocándose a nivel nacional, se potenció al combinarse con el impulso de “La Sombreriza”, el movimiento de los sombreros nacido a raíz del asesinato del alcalde Carlos Manzo de Uruapan. Este movimiento de los sombreros nació en un pueblo, creció en todo el estado de Michoacán y se hizo sentir a nivel nacional porque es reflejo de problemas comunes en todo México.

 

La combinación de la rebelión generacional con la rebelión regional, ambas contra la inercia del gobierno federal, es poderosa. Si Morena no atiende estos dos llamados de atención; si prefiere negar la autenticidad y legitimidad de ambos movimientos, en vez de aprovechar la nueva energía social para lanzar una cruzada nacional de pacificación, entonces la situación se va a polarizar y radicalizar – probablemente en una dirección fatal.


Los primeros indicios de este peligro ya se vieron alrededor del 15 de noviembre en la Ciudad de México. Ya sonaron consignas que pidieron una nueva guerra contra los narcos. Ya hubo jóvenes que hicieron eco al demagogo Ricardo Salinas Pliego, quien propone copiar en México el ‘Modelo Bukele’ de Seguridad. Pero este modelo no funciona sin dictadura. ¿Pero realmente los jóvenes quisieran vivir bajo una dictadura como en El Salvador, donde la seguridad se paga con la pérdida de las libertades y las garantías que da un Estado de Derecho? No lo creo. Sería contrario al grito de libertad que la Gen Z ha levantado en el mundo, en Nepal, en las Filipinas, en Sri Lanka, en Marruecos. Son rebeliones contra las dictaduras, contra la corrupción, contra la colusión entre los gobiernos y el crimen organizado. Un oligarca corrupto como Salinas representa lo contrario.

 

Pero la negativa del gobierno a aceptar la deuda histórica en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado puede empujar a las rebeliones regionales y generacionales hacia el populismo punitivo al estilo de Bukele. 

 

Ustedes, al entrar en rebeldía, tienen que tener cuidado con lo que pidan. ¿Van a exigir una nueva guerra contra los narcos, con un estado de excepción permanente como en El Salvador? Bukele tiene toda una generación de jóvenes pobres en las cárceles, sin derecho a un debido y justo proceso. El más alto precio lo pagarían ustedes, los jóvenes. Lo revolucionario sería pedir seguridad, pero con democracia, con una justicia que no permita impunidad, y con plena vigencia de los derechos humanos y civiles – y sobre todo con inclusión e inversión social que erradiquen las injusticias sociales y la falta de oportunidades. 

 

No se dejen embaucar por las consignas populistas. No querrán un régimen autoritario que ponga orden, sino una democracia que construya paz. Su gran reto es convencer a Morena y al gobierno de que esto también para ellos es la única salida viable. Que rompan con la corrupción sistémica que es la raíz del crimen organizado. 

 

Se necesitarán muchas marchas y mucha organización local para lograr mover a México en la dirección correcta. Tengo fe en su generación. 


Saludos, 





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lunes, 17 de noviembre de 2025

Paolo Luers: "Que Bukele está en contra de la democracia liberal ya no dice nada a gente"..Entrevista de Marta Maroto


Paolo Luers llegó a Centroamérica en la década de 1980 como corresponsal. En 2012, actuó como mediador para lograr una tregua entre las pandillas de El Salvador. Ha sido perseguido por el «bukelismo». Vive en el exilio.


Foto: Marta Maroto

De Marta Maroto, Ciudad de México. Publicado en BERRIA/País Vasco, noviembre 2025

Periodista, militante y guerrillero en la guerra civil de El Salvador y, en los últimos años, conspirador exiliado contra el gobierno autoritario de Nayib Bukele. Paolo Luers tiene 81 años y su vida es tan fascinante como controvertida: un pedazo de la historia contemporánea de El Salvador. 

 

Es de origen alemán, pero tiene la ciudadanía salvadoreña. Llegó a Centroamérica en la década de 1980 como corresponsal y se quedó como combatiente en el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), de izquierda. La guerra terminó en la década de 1990 y, desde entonces, el país se ha vuelto ingobernable debido a la violencia de las pandillas criminales; se volvió uno de los países más peligrosos del mundo.

 

Las estrategias represivas del Estado resultaron ineficaces. En 2012 se formó un grupo de mediadores que logró una tregua entre las bandas, y Luers formó parte de él. Gracias a la tregua, a partir de entonces se produjeron menos asesinatos. Para lograr esto, decenas de líderes de pandillas fueron trasladados a prisiones menos estrictas, desde donde podían controlar mejor sus estructuras criminales; se les permitió tener teléfonos y televisores, e incluso organizar fiestas con alcohol y mujeres.

 

Hoy en día, a medida que el bukelismo se desliza hacia la dictadura, se cuestiona enérgicamente la legitimidad de los procedimientos judiciales contra la mayoría de quienes participaron en la tregua del 2012/13. Luers fue condenado en ausencia en El Salvador a dieciocho años de prisión, acusado de influir en las elecciones. Luers dice que eso no es cierto. La jueza que llevaba su caso anuló tres órdenes de arresto contra Luers, pero ahora un juez cercano al gobierno ha ocupado su lugar: «Algunos abogados y fuentes de la fiscalía y la Suprema Corte me dijeron que me fuera rápidamente, que querían joderme».

 

¿Qué papel desempeñó usted en la tregua?

Nuestro equipo parecía sacado de una novela. Un obispo conservador, un excomandante guerrillero, y dos ex guerrilleros. Cada día teníamos que trabajar para mantener el alto el fuego, éramos los bomberos. Cada vez que había un enfrentamiento entre ambas partes, teníamos que intervenir.

 

¿Cómo intervenían?

Acudiendo a ese barrio en concreto y hablando con los líderes locales. Pero se acercaban las elecciones y el gobierno del Frente temía, con razón, perder votos. Comenzó a aplicar políticas de línea dura, similares a las puestas en marcha por los conservadores de Arena.

 

¿Qué tipo de políticas?

Hicieron algo terrible y, como resultado, se produjo el período de violencia más brutal de la historia. Fue una guerra: el Estado contra las pandillas. La situación era extremadamente crítica y nos dimos cuenta de que los miembros de las pandillas habían comenzado a negociar directamente con el Frente; le ofrecieron ayuda con las elecciones a cambio de que el Estado dejara en paz a las pandillas. Teníamos un mecanismo para coordinarnos con las tres pandillas; nos reunimos con ellas y les dijimos que si empezaban a hacer pactos electorales, todo se iría al traste. 

 

« Bukele no va a desaparecer 

de repente y que todos volveremos a 

estar donde estábamos antes».


¿Y qué pasó?

En la segunda ronda de la elección presidencial de 2014, los miembros de las pandillas también comenzaron a negociar con Arena. En la última reunión, terminamos gritándonos unos a otros. «Dejen que la gente vote lo que quiera y no hagan ningún trato con ningún partido», les dije. Poco después, algunos de los pandilleros que habían participado en esa reunión fueron arrestados y se les ofreció un trato: si cooperaban, se retirarían los cargos. Uno de ellos le dijo a la fiscalía que yo había entregado 100 000 dólares en nombre de Arena, pero yo hice lo contrario. Esa es la única ‘prueba’ que tienen contra mí.

 

Muchos periodistas y defensores de los derechos humanos salvadoreños se han exiliado en los últimos meses: más de 70. Tú fuiste uno de los primeros.

Me dijeron que no fuera tonto. En un juicio como ese, no puedes dar la cara. Cuando comenzó el juicio, acababa de someterme a una operación cardíaca. La sola idea de que me metieran en el calabozo y me quitaran la medicación - me habría matado.

 

¿Y cómo es la situación en el exilio?

En el exilio, dejas atrás la sensación constante de que te vigilan y que cualquier cosa te puede pasar en cualquier momento. Antes, el exilio era una cuestión individual; ahora, sin embargo, se ha convertido de repente en un fenómeno colectivo y está empezando a organizarse.

 

¿Qué tan irreparable es el daño que está causando Bukele? ¿Ves alguna salida? 

No puedes imaginar que Bukele desaparezca de la noche a la mañana y que todo vuelva a ser como antes. En todo caso, nos encontraremos de nuevo en una situación muy difícil: la sociedad estará completamente traumatizada, dividida y ya no creerá en nada. Ahí es donde veo el mayor peligro, porque significa que cualquier tonto puede llegar y prometer cualquier cosa, por absurda que sea. Y si la gente piensa que no hay forma de saber qué es verdad y qué no, bueno, puede que se conviertan en seguidores de ese sinvergüenza.

Sin embargo, puedo decirles que el régimen ha entrado en otra fase, y esto probablemente conducirá a una crisis aún más profunda. El fenómeno Bukele, como concepto político, consiste en estar siempre a la ofensiva, siempre avanzando. Últimamente, sin embargo, también ha adoptado una postura defensiva en ciertas batallas, e incluso ha comenzado a cometer errores. Prueba de ello es que en el mundo occidental no hay un solo periódico serio que lo apoye, o que no informe sobre las barbaridades que está cometiendo, por ejemplo, en las cárceles.




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