sábado, 14 de mayo de 2022

Carta a Nayib Bukele: Usted se ríe de las peticiones de protectores de DDHH. Pero quien ríe por último, ríe mejor. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 14 mayo 2022

En su más reciente ‘Acción Urgente’, la organización humanitaria ‘Amnistía Internacional’ le dirigió una carta pública para pedirle que cese las violaciones a los Derechos Humanos. La puede leer en este link.

Apoyo 100% el contenido de esta carta. Pero no soy una organización humanitaria que necesita mantener las formas de cortesía diplomática. No hago peticiones a dictadores. No es mi oficio, no es mi lenguaje. A mí me gusta polemizar y, cuando sea necesario, retar y confrontar al poder. Así que le mando mi versión de la carta sobre la violación de los Derechos Humanos en El Salvador:

Ciudadano presidente Nayib Bukele:
Usted ha creado -conscientemente y con dolo- en El Salvador una situación de irrespeto a los derechos humanos. El régimen de excepción y la forma arbitraria y abusiva en que se está aplicando, por órdenes directas suyas, han traído consigo violaciones sistemáticas de derechos humanos. Sus fuerzas de seguridad -repito: por instrucciones explícitas suyas- están cometiendo abusos de poder contra miles de detenidos, incluyendo tortura, tengan que ver o no con las pandillas. La historia lo hará personalmente responsable por todo esto. El estado de derecho y el respeto a los Derechos Humanos y civiles tienen que restablecerse. No se los pido, porque sé que usted se ríe de las peticiones. Se lo digo. Y acuérdense: Quien ríe por último, ríe mejor...

1. Las reformas legales, aprobadas desde el inicio del estado de excepción, amenazan los derechos humanos y no cumplen las normas internacionales. Condenamos que el régimen de excepción suspenda libertades fundamentales, como el derecho a la defensa jurídica. Condenamos la eliminación de los periodos máximos de prisión preventiva y las acusaciones sin individualizar los cargos. Exigimos a los organismos internacionales, como Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, a decretar sanciones contra su gobierno -y contra usted, su familia y sus cómplices en el gabinete y la Asamblea Legislativa- hasta que cesen estas prácticas contrarias al derecho internacional.

2. Condenamos las detenciones masivas y arbitrarias y los malos tratos, que incluso han causado numerosas muertes de personas en custodia. Los afectados son justos y pecadores por igual. Sus propias declaraciones públicas, dando órdenes de privar a los reos de alimentos, lo vuelven a usted personalmente responsable de prácticas de tortura.

3. Se han documentado cientos de casos de detención arbitraria debido a sus órdenes a la policía y la Fuerza Armada de cumplir cuotas diarias de detenciones. También han sido detenidos sistemáticamente ex miembros de las pandillas en programas de rehabilitación.

4. Sus discursos de intolerancia y las legislaciones aprobadas por su iniciativa han creado un clima en el país, en el cual se ataca a periodistas, personas defensoras de los derechos humanos y funcionarios judiciales. Las recientes reformas legales amenazan la capacidad de los periodistas de informar sobre la actividad de las pandillas sin sufrir persecución. Los jueces están sometidos a presiones y traslados arbitrarios cuando no resuelven como el gobierno y la fiscalía les exigen. Los abogados están inhabilitados a garantizar a sus representados una defensa técnica profesional.

Como dice ‘Amnistía Internacional’, la situación de derechos humanos que su gobierno ha creado en El Salvador es aterradora. Si no cambia esta situación, usted se hará acreedor de sanciones de los organismos internacionales competentes.

Las estrategias de seguridad pública y la persecución del crimen son importantes, pero deben garantizar los derechos humanos fundamentales y no aprovecharse para detenciones arbitrarias y persecución política.

Por tanto, hay que generar un cambio en El Salvador,
1. que derogue todas las reformas legales que no cumplen con el derecho y las normas internacionales;

2. que garantice los derechos de todas las personas presas al debido proceso, una defensa técnica y a un trato justo;

3. que respete la independencia de los jueces y su capacidad de actuar libre de presiones y amenazas;

4. que ponga fin a las amenazas y la persecución contra la prensa independiente, los funcionarios judiciales independientes, y las organizaciones cívicas. Tiene el deber de garantizar que estas personas y organizaciones pueden realizar su trabajo sin represalias;

5. que haga imposible que un presidente de la República dé órdenes que inducen a los miembros de sus fuerzas de seguridad (PNC, Fuerza Armada, Centros Penales) a cometer violaciones a los derechos humanos.

Atentamente,






miércoles, 11 de mayo de 2022

LA CRISIS QUE VIENE - Y CÓMO TE AFECTARÁ. Columna Transversal de Paolo Luers

Publicado en EL DIARIO DE HOY, JUEVES 12 MAYO 2022


Todo el mundo habla de la crisis fiscal, que va a golpear a El Salvador. Literalmente todo el mundo: los grandes bancos y fondos de inversión de Nueva York y Londres, las agencias internacionales de clasificación de riesgo, los periódicos especializados en economía y finanzas, los analistas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial...

Pero esta discusión de expertos va sobre tasas de intereses, valores de bonos, cálculos de riesgos, corralitos e impagos – no sobre la economía real, cotidiana, popular, la que afecta la vida de todos nosotros.


Crisis fiscal significa crisis financiera. El fin de la fiesta. Con el tren de gastos que tiene el gobierno; con su negativa de negociar con el Fondo Monetario un programa de ajuste y austeridad; con su racha de aumentos de la deuda internacional; con su locura de armar pleitos con todos los que podrían ayudar a nuestro país con asistencia y préstamos, en algún momento se va a quedar sin liquidez, sin dinero. Lo que viene se llama impago, es decir: incapacidad de pagar. Si esto pasa a una empresa, se llama bancarrota; si le pasa a una familia, es la ruina: ya el dinero no alcanza para la comida, las medicinas, el alquiler, el transporte. Si le pasa a un gobierno, se llama impago. 


Cuando un país cae en impago, pide ayuda al Fondo Monetario Internacional, cuya misión es asistir a países en esta situación crítica. Pero cuando El Salvador caiga en impago, las instancias internacionales no van a ayudarnos, porque el gobierno de Bukele, con sus berrinches y aventuras (como la del Bitcoin) ha rechazado sus consejos y advertencias, los ha insultado, les ha mentido. Bukele ha violado las reglas y esto tiene consecuencias.

El que cae en impago es el gobierno, no la economía nacional. No es el sistema bancario, no son las empresas – por lo menos no al principio. Es el gobierno que no tendrá suficiente dinero para pagar sus obligaciones. 


Gradualmente, esto ya está pasando: el gobierno ya debe $1800 millones a sus proveedores, lo que pone en peligro de bancarrota a muchas empresas y de desempleo a miles de trabajadores. El gobierno ya está pagando de manera irregular las pensiones a veteranos, lisiados de guerra y ancianos.


¿Cuáles serán los impactos inmediatos para la población de un impago del gobierno?


Imagínense que de repente el gobierno dice a los maestros, policías, médicos, soldados y otros empleados públicos que no tiene cómo pagarles sus salarios; o a los militares retirados que ya no puede pagarles a tiempo sus pensiones.


Imagínense que el gobierno de Nuevas Ideas de repente ya no tenga nada que repartir, regalar, subsidiar y sobornar. Si un régimen clientelista, que en vez de desarrollar políticas públicas, que a mediano y largo plazo resuelven la pobreza y el desempleo, únicamente  pone parches (pero mediáticamente efectivos), repartiendo dinero, alimentos y otras dádivas, de repente ya no tiene nada que regalar, el país entra en una crisis social peligrosa. ¿Y si ya no tiene dinero para hacerlo, qué pasa con los pobres, los desempleados, los ancianos?


Imagínense que la inflación sigue y los precios se vuelven impagables para la mayoría de la gente, y que al mismo tiempo sube el desempleo y se reducen o quitan los subsidios al agua y la luz. El impacto a la economía familiar sería fatal, no sólo para los pobres, también para la clase media. 


¿Y cuáles serían las consecuencias para las empresas, sobre todo las micro, pequeñas y medianas (que ofrecen la mayoría de los empleos)? Si no les pagan sus productos y servicios que dan al Estado; si el gobierno ya no tiene dinero para pagarles subsidios a las empresas de transporte y agricultura; si los préstamos bancarios se vuelven impagables por los intereses, ¿qué pasará? El impago del gobierno, si no se resuelve rápido (y no se resolverá, porque Bukele se ha peleado con todos que nos podrían ayudar), se convierte en bancarrota de empresas, en desempleo masivo, en una crisis de alimentación para los sectores más pobres, en la ruina de las finanzas familiares. En hambre.


Pero como estamos gobernados por una mega-agencia de publicidad y marketing político, siempre habrá algunos megaproyectos para apantallar. Van a seguir gastando en un segundo aeropuerto internacional, que un país tan pequeño como el nuestro no necesita. Van a seguir invirtiendo millones en mantener viva la fantasía ya fracasada de salvar al país con Bitcoin. Van a mantener su aparato multimillonario de propagando, porque lo necesitan para tapar los problemas reales del país. Van a seguir invirtiendo en el aparato de seguridad, porque es su seguro de vida.


¿Y cuando estalle una crisis social y produzca protestas masivas y violencia? Entonces vamos a ver para qué Bukele ha apostado desde el principio al control total de una PNC, militarizada, de un ejército duplicado, de una fiscalía y una justicia depuradas y alineadas. Ahora que tiene amplio apoyo popular y la crisis todavía no ha estallado, no necesita usar la  represión masiva, sólo la usa contra las pandillas y los jóvenes que conviven en las comunidades con ellas – y contra algunos periodistas y disidentes políticos, de manera puntual. Pero tienen todos los instrumentos de represión en sus manos para el momento que  la crisis produzca descontento social.


La oposición y la sociedad civil tienen que prepararse para este momento.




lunes, 9 de mayo de 2022

Carta a Nayib Bukele: ¿Cómo se siente que un presidente visitante le explique la historia del país? De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 10 mayo 2022

Ciudadano presidente:

Ha tenido suerte, hubiera podido ser mucho peor la ahuevada que le dio a domicilio el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Puede ser muy duro este señor cuando se propone aleccionar o regañar a los que considera ignorantes, sobre todo ignorantes de la historia. Siendo invitado suyo en Casa Presidencial, dijo lo que tenía que decir, pero de manera suavecita, como se explican verdades obvias a un niño que no puso atención en el colegio...

Aquí en El Salvador sólo los críticos más despreciados por usted le dicen que nuestra historia nos mostró adónde lleva el autoritarismo y la exclusión política. Ahora tuvo que escucharlo nada menos que del presidente mexicano, por cierto el primer líder político importante que ha visitado el país desde su toma de posesión - aunque sólo por unas horas.

Tuvo que tragarse un sapo al escuchar, en su propia casa, que ni la guerra civil ni el proceso de los Acuerdos de Paz fueron una farsa, como usted dice, para sostener que la historia moderna del país comenzó con su llegada al poder, y para deslegitimar a quienes negociaron y administraron la transición a la democracia.

AMLO le dijo que para él, como presidente mexicano, es un orgullo que fueran México y Francia los países que reconocieron a la insurgencia salvadoreña como legítima representante del pueblo salvadoreño y como fuerza beligerante. El México que AMLO representa asume con orgullo el rol que ha tomado en el proceso de paz salvadoreño, y como honor el hecho que la paz se firmara en el Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México.

Se lo dijo sin regaño, casi con cariño, sabiendo que tocaba un punto muy controversial en El Salvador. Y un nervio sensible de su anfitrión. Un hombre como López Obrador mide cualquier palabra que va a decir en ocasión de una visita de Estado, y como estudioso de la historia sabe adónde puede llevar la negación de las lecciones de historia: la dictadura, la guerra y la solución negociada.

Habrá dicho, sentado en el Palacio Nacional del Zócalo, donde despacha y vive: Este muchacho necesita que le expliquen y que le pinten una raya, con diplomacia y cortesía, pero con claridad... Aun así tiene que haberle dolido. Pero como dije: Hubiera podido ser peor la ahuevada.

Quienes esperaban que AMLO iba a cuestionar públicamente medidas autoritarias concretas del gobierno salvadoreño, fueron decepcionados. Por lo menos no lo hizo en público. Tampoco expresó en público la preocupación existente en México sobre el uso que El Salvador ha hecho de los 30 millones para programas destinados a reducir la migración indocumentada a Estados Unidos que pasa por México.

Reclamar en público el uso tan poco transparente que el gobierno salvadoreño hizo de estos fondos y de estos programas hubiera causado un problema para el mismo gobernante mexicano. Se conformó -por lo menos en sus declaraciones públicas- con repetir las estadísticas y narrativas que le presentaron. Es más, prometió duplicar el financiamiento mexicano para estos programas.

No sabemos si AMLO ha sido informado sobre las dudas que muchas organizaciones de la sociedad civil salvadoreña han expresado sobre la realidad de estos programas. Tampoco sabemos si alguien le ha explicado qué rol está jugando en el gobierno salvadoreño la institución a cargo de estos programas: La Dirección de Reconstrucción del Tejido Social, a cargo de Carlos “El Slipt” Marroquín.

Posiblemente AMLO nunca se enteró que los programas financiados por México son administrados por el personaje que el gobierno de Estados Unidos acusa de haber negociado los pactos del gobierno salvadoreño con las pandillas y usado programas sociales de asistencia de emergencia del gobierno para beneficiar las pandillas.

Tomando en cuenta todo esto -y la manera cómo AMLO está acostumbrado a polemizar- no le fue tan mal. Se tuvo que tragar una ahuevada bien servida, que tal vez la mayoría de los salvadoreños ni siquiera han registrado como tal.

Esta experiencia le puede servir de advertencia que no se le vaya a ocurrir asistir a la Cumbre de las Américas, que el presidente Joe Biden está convocando para junio en Los Angeles para discutir cómo reforzar las democracias en el continente. Mejor quédese al margen, como los presidentes de Nicaragua, Venezuela y Cuba.

Saludos,