viernes, 12 de febrero de 2021

Por unos votos más... De Paolo Luers



Publicado en EL DIARIO DE HOY, sábado 13 febrero 2021

Por unos cuantos votos más, Bukele puso en riesgo las buenas relaciones con los países amigos. Por lo menos fue su cálculo que con la foto una sala de Casa Presidencial llena de embajadores, iba a ganar unos votos y tal vez salir de la crisis, en la cual está su imagen a raíz del 31 de enero. Ese día, encargados de seguridad del ministro de Salud y su vice atacaron a balazos un camión, sólo porque llevaba banderas de un partido opositor. La manera como el gobierno, usando ilegalmente la PNC, obstaculizó las investigaciones de la fiscalía profundizaron la crisis. Y así llegó Bukele al 9 de febrero, día que toda el país revivió las imágenes de los militares, que por órdenes del presidente, tomaron la Asamblea Legislativa. Más crisis. Y para colmo, Bukele cometió el error de principiante de viajar a Washington, sin la debida gestión preparatoria, queriendo hacerse fotos, para su campaña electoral, con funcionarios del gobierno Biden. Como era de esperar, lo dejaron con los colochos hechos. Así que había que producir otras fotos: las de los embajadores acreditados en El Salvador. “Presidente Bukele recibe respaldo internacional a través de embajadores”, titularon los ‘diarios’ digitales de Casa Presidencial.


Algunos votos pudo haber ganado con esta movida. Pero el costo es altísimo.


Un presidente puede convocar con emergencia al cuerpo diplomático acreditado en su país. Pero tiene que tener una muy buena razón. Una emergencia, una crisis, un anuncio sobre una decisión de suma importancia, un informe sobre un asunto de mutuo interés de los países representados.


Pero convocar de emergencia a los embajadores, sólo porque el presidente necesita para su campaña electoral una foto con ellos, es un insulto. Tampoco un presidente puede convocar a los embajadores para darles mensajes tan ridículos como “La prensa internacional miente” y “un diputado opositor está intentando a hacerme un golpe de Estado, pérfidamente solicitando aplicarme un mecanismo contemplado en nuestra Constitución”.


Con este discurso, acompañado con los usuales insultos a la oposición política, a los miembros de la Asamblea y los medios de comunicación independientes y sus periodistas, no sólo hizo el ridículo, sino sembró serias dudas de su capacidad para ejercer su cargo. Irónicamente, una de sus denuncias fue que se propuso someterlo a un examen psicológico para ver si es mentalmente apto para ejercer el poder. Ahora, varios de los embajadores habrán salido de esta reunión admitiendo, por lo menos a si mismos, que comparten estas dudas...


Daría mucho por conocer los informes que los embajadores han mandado hoy a sus respectivas cancillerías sobre esta extraña reunión en Casa Presidencial.


Por unos cuantos votos más, el inquilino de Casa Presidencial está dispuesto a poner en riesgo el respeto de los embajadores y de los gobiernos que representan. Y uno se pregunta: ¿Realmente necesita estos pocos votos adicionales, o todo es asunto infantil de un ego inseguro?




En vez de carta, una narración: El Coronel. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 13 febrero 2021

1987. Estamos filmando el documental ‘Doble Cara’, con equipos ‘clandestinos’ y otros ‘legales’. Regreso del campamento de Las Pavas a San Salvador, sólo para enterarme que cayó en combate en Masahuat nuestra camarógrafa Victoria)

* * *

“¿Siempre vamos al cuartel de Santa Ana? Tal vez mejor no.” – “Al revés, con más razón vamos a Santa Ana, para ver qué pasó”.

En la comandancia de la 2da. Brigada en Santa Ana, nos recibe una mujer que porta su uniforme con gran elegancia. Nos sirve café mientras esperamos al coronel. Cuando este entra, nos saluda con gran cordialidad y poca formalidad. En la entrevista que grabo con él, no dice nada de relevancia, pero fuera de cámara sí. Dice que la guerrilla no es una amenaza militar en la zona occidental, pero que desde la llegada de la fuerza del ERP desde Morazán, al mando de un tal ‘Cirilo’, hay un intenso trabajo político. El Ejército sabe que en el volcán hay un campamento donde “desfilan los sindicalistas y estudiantes de Santa Ana”, y que en la zona del Rio Lempa conspiran con organizaciones campesinas y cooperativistas. “Mientras no se pongan ofensivos, no voy a lanzar grandes operativos contra ellos. No quiero convertir Occidente en zona de combates”. – “¿Y el Estado Mayor está de acuerdo con esto?” – “No sé. No lo he discutido”. ¿Y me lo cuenta a mí?

Antes de que me atreva a preguntarle por la muerte de nuestra camarógrafa Victoria, el coronel me saca el tema. Me cuenta de la emboscada a una columna guerrillera, que dejó atrás a una mujer muerta que andaba una cámara y material grabado en su mochila. “Es material bien interesante, como si quieren hacer una película sobre su trabajo en Occidente”. Hmmm…

“Si está interesado en tener unas copias, mañana se las podría tener, si pasa luego del almuerzo”.  “Como no. Gracias”.

En el viaje a San Salvador, mis colegas me tratan de convencer de que no regrese al cuartel, que es una trampa, que “el tipo algo sabe”. Pero no puedo resistir. Me intriga ver el material de Victoria y también la personalidad del coronel.

El día siguiente voy nuevamente a Santa Ana, pero solo.

Cuando me llevan al despacho del comandante, ya está montado el equipo para revisar los tapes. “Los vi en la mañana. El más interesante es este que tenía en su cámara”.

Se me congelan el cuerpo y el cerebro. ¿Victoria habrá grabado su propia muerte? Pero resulta que es peor. Se ven unas tomas de una asamblea de los compas con unos campesinos, mucho discurso repetitivo, nada nuevo. Corte. Luego se enciende nuevamente la cámara, con unos movimientos locos, y con las voces de los soldados. “¿No sabés manejar esta babosada? ¡Tomale foto a la terenga!” Al rato el tipo logra medio controlar la imagen. Se ve el cuerpo y luego la cara de Victoria. La cámara se acerca a la herida en el pecho. Se distingue la sangre derramada que hizo negra la tierra. Los soldados jodiendo…

No sé si es cierto que el coronel me está observando. Me siento como en una prueba. ¿Estoy mostrando emociones? ¿Es normal no mostrar emociones? ¿Cuál es la cara que me toca poner para que el hombre no pueda leer mi mente, o mi corazón dolido?

“Qué terrible”, digo. “Demasiados muertos en este país, coronel”. – “Tiene razón. Me duele verla a esta chava”.

Me dice que en dos horas puedo retirar las copias, incluyendo las escenas que acabo de ver. “Tal vez le sirva para su película. Cuídese”.¿Cuándo le dije que estábamos haciendo una película? Que yo sepa hablamos de reportajes para la ABC…

Me acompaña al parqueo. Cuando estamos solos, sin nadie que nos pueda escuchar, me dice: “Saludos a Mena Sandoval.” Me hago el tonto: “¿A quién?” – “Estoy seguro que como periodista lo conoce, el excapitán de esta Brigada, Francisco Mena Sandoval, hoy comandante del ERP en Morazán. Fuimos compañeros de graduación…”

El tipo me tiene confundido. ¿Debería tenerle cuidado? Tal vez, pero quiero creer en su palabra. Regreso al cuartel, y la ayudante me entrega las copias. “Cuídese mucho, señor.” 

* * *

El siguiente sábado, otro fragmento sobre ‘Doble Cara’: Filmar la guerra desde ambos lados.

Saludos, 

Vea la primera parte de esta narración: Como unos perfectos extraños me protegieron

Vea el documental Doble Cara



miércoles, 10 de febrero de 2021

Carta a Ricardo Velásquez Parker: Lo correcto a destiempo, o lo correcto "inconveniente". De Paolo Luers

 


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 11 febrero 2021

Estimado diputado:

Hoy todos te quieren linchar, hasta “amigos” en tu propio partido. Hiciste algo que consideran “inconveniente”, aunque muchos saben que en el fondo tienes razón: Formulaste en la sesión del aniversario del 9F la moción a la Asamblea de que apliquen el artículo 131 que define las funciones y competencias de la Asamblea. El inciso 20 dice: Declarar, con no menos de los dos tercios de votos de los Diputados electos, la incapacidad física o mental del Presidente, del Vicepresidente de la República y de los funcionarios electos por la Asamblea, para el ejercicio de sus cargos, previo dictamen unánime de una Comisión de cinco médicos nombrados por la Asamblea.” 

El presidente y su gente dicen que tu solicitud constituye un intento de golpe de Estado. Los más descabellados entre sus seguidores, como el porno-abogado Nelson García, interpretan que cometiste un acto de sedición que faculta a la Fuerza Armada intervenir. Según él, te tienen que ir a traer unos paracaidistas… Pero, ¿cómo puede ser inconstitucional, acto de sedición o intento de golpe de Estado si un diputado solicita a la Asamblea evocar un artículo constitucional?

Entonces, llegamos al argumento de tus “amigos”: Dicen que lo que hiciste es “inconveniente”. Algunos, con argumentos entendibles, por ejemplo que no conviene darle al presidente, quien está debilitado por razón del 9F y del asesinato de los activistas, la posibilidad de distraer la atención de estos puntos y victimizarse; o que esta tu movida se ve mal a pocos días de una elección. (Aunque habría que tomar en cuenta también que precisamente en el contexto de las elecciones el presidente vuelve a mostrar comportamientos irregulares, hablando de fraude, irrespetando leyes electorales, asumiendo la conducción de la campaña…).

Pero aunque hay argumentos entendibles contra tu iniciativa, tengo la impresión que la “inconveniencia” que te acusan reside en otra cosa: Entienden perfectamente que tu hiciste esta solicitud “a destiempo”, porque ellos nunca tuvieron el valor de hacerla “a tiempo”, cuando se debía haber hecho con toda la razón: luego del 9 de febrero del 2020, que obviamente fue un show de un hombre desequilibrado, peligroso y no apto para ejercer la presidencia y el cargo de comandante general de las Fuerzas Armadas…

La cobardía de tus “amigos” que hoy te critican es la responsable de que vos sintieras que “alguien tiene que hacer algo”, aunque no proceda. Por lo menos poner el tema sobre la mesa, en vez de mantenerlo siempre debajo de la mesa. Porque todos los que hoy te critican están convencidos que Bukele es un loco peligroso y no debería estar en el poder. Ponerlo sobre la mesa fue un acto de protesta, y yo puedo perfectamente entender por qué lo consideraste necesario.

Hiciste lo correcto, pero a destiempo. No siempre lo correcto es lo conveniente. Lastimosamente, así es la política. En general, hay que aceptarlo. Pero de vez en cuando es necesario que alguien se rebele contra esta regla que no siempre lo correcto es conveniente.

Te rebelaste. Mostraste coraje. No siempre me caíste bien, pero esta vez te tengo que felicitar por romper con la conveniencia, que a veces es insoportablemente oportunista. Hiciste tu punto, ya no hace falta que insistas en que la Asamblea proceda… 

Saludos, 





lunes, 8 de febrero de 2021

Otra carta a los indecisos: Hay que tomar posición. De Paolo Luers


Publicado en MAS y EL DIARIO DE HOY, martes 9 febrero 2021

Estimados amigos:

Estamos a las puertas del 9 de febrero, primer aniversario del día que el gobierno de Bukele reveló su verdadera identidad autoritaria. Un año no ha sido suficiente para olvidarnos de la imagen del presidente de la República, escoltado por militares y policías, usurpando la silla y el papel constitucional del presidente de la Asamblea Legislativa. Ni de sus palabras: “Ya ven quién tiene el control aquí…”

El hombre quiere el control total del Estado, por eso necesita obtener el control de la Asamblea. Para tener el control de la Asamblea, necesita que sus partidos marionetas Nuevas Ideas y GANA obtengan 56 diputaciones. Para obtener esa cantidad de diputados, necesita que los que no están de dispuestos a votar por ellos, por el abuso del poder y la corrupción del gobierno, tampoco voten por la oposición. Que se abstengan.

La militarización que se puso en evidencia el 9 de febrero 2020, cuando los militares tomaron control del Salón Azul del Legislativo, ha avanzado durante todo el año que ha pasado desde entonces. En la comisión (por cierto inconstitucional), que el presidente ha instalado para preparar una nueva Constitución, se discute levantar la prohibición que la Constitución y los Acuerdos de Paz dieron a los militares de mezclarse en la política. Se discute también el regreso del servicio militar obligatorio. Ya a esta altura, el presidente hace uso de los dos cuerpos armados de la República, la Fuerza Armada y la PNC, según sus intereses personales y partidarios.

Esta Constitución hecha a la medida de las ambiciones de los hermanos Bukele sólo la podrán imponer si una Asamblea dominada por sus marionetas elige a magistrados de la Corte Suprema dispuestos a alterar (inconstitucionalmente) la composición de la Sala de lo Constitucional, metiendo en ella a magistrados de otras salas, quienes avalarían un proceso inconstitucional de reforma de nuestra Carta Magna. También necesitarán a un fiscal general que permita tal atropello. Para todo esto necesitan el control de la próxima Asamblea. Por eso necesitan que ustedes no vayan a votar.

El 9 de febrero no fue un accidente de nuestra historia, no fue un desliz de un presidente inexperto e impulsivo. Fue el inicio planificado del desmontaje de la independencia de la Asamblea. Ustedes no saben si quieren votar, porque con razones sobradas están hartos de cómo los partidos y muchos diputados han actuado en Asambleas anteriores, sin hacer nada contra la descabellada corrupción de los gobiernos de Tony Saca y Mauricio Funes. Pero la campaña de Bukele no es contra diputados negligentes o partidos corruptos, es contra la esencia misma del parlamentarismo. Es contra la existencia de un órgano del Estado que ejerce contrapeso y control sobre un gobierno cuando abusa de su poder.

Como he dicho en columnas anteriores, la abstención no es una opción. Para preservar la democracia, hay que votar, y en este caso por la oposición, no importa por qué partido. La oposición en su conjunto tendrá la tarea de defender la democracia en la próxima Asamblea, y sólo lo podrá hacer si ustedes votan por los más honestos, valientes y capaces entre los candidatos de los partidos de oposición.

Nos vemos en las filas de algún centro de votación. 

Saludos, 




Lea también la columna de Salvador Samayoa en la misma edición: